El Festival de Cine de China y Japón cumple diez años; grandes cineastas chinos visitan Japón

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Entre el 22 y el 28 de octubre se celebró en Tokio la Semana de Cine de China y Japón 2015 (con el patrocinio del Comité del Festival de Cine de China y Japón y la Administración Estatal de Prensa, Publicación, Radio, Cine y Televisión de China). 14 personas, entre las que se encontraban directores, productores, actrices y otras personalidades del mundo del cine chino, visitaron Japón y compartieron la ocasión con sus colegas japoneses y con los aficionados. A lo largo de la semana se proyectaron 10 películas representativas del cine más actual de China.

“La formación y ayuda a los jóvenes directores chinos durante la época comercial” es el tema sobre el que el director japonés Shinagawa Hiroshi intercambió sus opiniones con el joven director chino Xu Mao, autor de la película 12 Citizens (12 ciudadanos), tras su proyección especial en la semana de octubre dedicada al cine de China y Japón; además, con ocasión del 110 aniversario del nacimiento del cine en China, se proyectaron también seis películas del gran maestro Wu Tianming.

Esta semana conjunta dedicada al cine se viene celebrando desde 2006 con la cooperación del Festival Internacional de Cine de Tokio (TIFF, por sus siglas en inglés), y del mismo modo, bajo el nombre “Semana de Cine de China y Japón”, en junio de este año se hizo coincidir con la “Semana de Cine de Japón”, un evento oficial del Festival Internacional de Cine de Shanghái. En la apertura oficial del día 23, con ocasión del décimo aniversario del festival, el presidente de su comité Geng Zheng mencionó en su discurso: “Tengo confianza en que las semillas que hemos plantado durante estos diez años en los corazones de los espectadores a través del intercambio entre nuestros dos países habrán dado fruto. Si el Festival de Cine de China y Japón ha podido llegar hasta el día de hoy ha sido gracias a nuestra fe en que se trata de resultados que no se pueden calcular en términos económicos”.

Como se puede apreciar en las palabras de Geng, en los últimos años cada vez hay más japoneses que ven a China con rencor debido a las vicisitudes que han experimentado las relaciones entre ambos países por problemas como las disputas por la soberanía de las islas Senkaku, y por las cuales incluso se dice que “tras restablecer las relaciones diplomáticas la cosa no puede ir peor”. Por este motivo es evidente que se requiere una gran cantidad de energía para poder continuar celebrando la Semana de Cine tanto en Shanghái como en Tokio. Los invitados también lo comentaban: “Hemos llegado hasta aquí tras superar muchas dificultades. Quiero mostrar mi más profundo respeto a los organizadores de la Semana de Cine por lo que han logrado” (Chen Zheng, agregado cultural de la Embajada de China en Japón); “Han sido solo diez años, pero diez años tremendos” (Sai Yōichi, presidente de la Asociación de Directores de Cine de Japón); “La idea de poder hacer algo por ambos países es lo que nos ha dado fuerzas para continuar durante estos diez años, a pesar de todos los problemas” (Ongg Judy, invitada especial).

Dos proyecciones de animación

A lo largo de las ediciones de la Semana de Cine de China y Japón se han proyectado en ambos países más de cien obras, pero este año también se han estrenado en Japón dos cintas de animación: Saiyūki / hero is back (Monkey King: Hero is Back, en su versión inglesa; “El rey mono: vuelve el héroe”, 2015) y Kuroneko keibu / Uchūsen Green Star (Mr. BLACK - Green Star, en su versión inglesa; “Inspector Kuroneko / Nave espacial Green Star”, 2015).

Cartel de la película de animación Saiyūki / hero is back
(Cortesía del Comité del Festival de Cine de China y Japón)

Además se proyectó también la cinta del director Wu Bian lian (El rey de las máscaras), que en 1995 ganó en el mismo festival el Premio Especial del Jurado; otra de sus películas, Lao jing (El viejo pozo), no se proyectó en esta ocasión, pero en 1986 ganó el Premio Especial en la segunda edición del Festival Internacional de Cine de Tokio; es de suponer que Japón tenía un significado especial para el director. Wu Yanyan, hija única del director y representante del Fondo para las Artes Audiovisuales Wu Tianming, que visitó el país, en una charla el día 24 declaró que “Dado que el cine comercial es lo que está en boga, resulta difícil poder hacer obras con un alto nivel artístico”, pero también señaló: “A partir de ahora creo que podemos aprender unos de otros, gracias a una relación aún más profunda con los cineastas japoneses y también al intercambio de jóvenes directores entre nuestros países”; también mostró su interés por colaborar en la formación de las nuevas generaciones.

La extraña sensación de distancia entre el cine y el sistema legal de ambos países

El director Xu, que acudió a Japón para hacer una proyección especial de su cinta 12 Citizens (12 ciudadanos, una adaptación de Doce hombres sin piedad), y Wu Yanyan representaron, en el programa de debate “La formación y apoyo de los nuevos directores de cine”, a la parte china, y el director Shinagawa junto con el productor Masui Shōji representaron a la parte japonesa; Li Ying, miembro del comité internacional de la Asociación de Directores de Cine de Japón, actuó como moderador.

Fotograma de 12 Citizens (cortesía del Comité del Festival de Cine de China y Japón)

12 Citizens trata de un juicio simulado por un grupo de estudiantes de Derecho y sus padres, que deben juzgar el asesinato de un hombre por parte de su hijo, un joven de 20 años; según el director, Xu, cuando comenzó a documentarse para la obra, en la fiscalía alguien le llegó a decir que quería invertir en la película.

Del mismo modo, en la película japonesa Soredemo boku wa yattenai (A pesar de todo, no fui yo, 2007, del director Suō Masayuki) se critica la situación judicial en Japón a través del caso de un hombre acusado injustamente de haber acosado sexualmente a una mujer; el productor Masui trabajó en la película y nos comenta un episodio: “Pensé que iba a haber muchos comentarios de ambos lados, pero al final no hubo nada. Pero por el contrario, la gente del juzgado nos dijo que la película estaba muy bien hecha”. En China existe un fuerte debate ahora sobre la integridad del Estado de Derecho, mientras que en Japón se acaba de introducir el sistema de jurados; a través de estas películas quedó clara la extraña sensación de distancia que existe no solo entre ambas formas de hacer cine, sino entre los sistemas legales de ambos países.

A través de los años esta semana de cine ha logrado celebrarse gracias al apoyo de organismos y empresas, pero este ha sido el primer año en que, por medio de la colaboración del Fondo de Cine de China, se ha logrado aumentar el número de visitantes chinos hasta los dos dígitos.

El presidente del comité reconoce que en términos de resultados económicos aún queda un largo camino por recorrer: “Tengo muchas esperanzas puestas en todo aquello que pueda aumentar la interactividad entre nuestros dos países, tanto en lo cultural como en la economía y en el turismo”; sin embargo no cabe duda de que por otro lado se está pisando fuerte: “A través de la pantalla me gustaría que el público pudiera apreciar el mundo, el estilo de vida y los valores que llevan en el corazón los ciudadanos del país vecino”. Este evento ha servido en estos diez años para dar visibilidad al descubrimiento y la formación de nuevos directores, y muchos esperamos que mejore aún más en los próximos diez.

“En el intercambio cultural no puede faltar la fuerza que supone el cine. Sirviéndome de ella, me gustaría poder participar también en el vigésimo aniversario aunque fuera con muletas” (Judy Ongg)

Texto y edición: Miki Takajirō

(Artículo traducido al español del original en japonés)

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