Las carreras de caballos en Japón, un estándar mundial

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Las carreras de caballos, originarias de Inglaterra, prosperaron en Europa, sobre todo en Inglaterra y Francia, y alcanzaron lugares como América u Oceanía, donde cosecharon un gran éxito, así como también prosperó la relación entre caballo y jinete. Hoy en día las carreras de caballos en Japón también continúan impulsando su internacionalización con miras a los estándares mundiales.

La Japan Cup y la “fundación” de las carreras japonesas

Japón, un país que iba atrasado en el mundo de las carreras de caballos, creó en 1981 la primera edición de la Japan Cup (copa japonesa). Con un sustancioso premio, la carrera reunía a los mejores caballos del mundo. Al principio los caballos japoneses no podían competir con sus rivales extranjeros (Mairzy Doates, caballo estadounidense, fue el ganador de la primera edición de la carrera, superando los tiempos récord de la Asociación Japonesa de Carreras -JRA, por sus siglas en inglés-). Sin embargo, en la cuarta edición el premio fue para Katsuragi Ace, y en la quinta ganó Symboli Rudolf, apodado “el caballo más fuerte de la JRA” por haber ganado tres veces las copas más importantes de Japón; se mostró al mundo que los caballos entrenados en Japón podían competir con los de Europa, América u Oceanía de igual a igual, e incluso mostrarse superiores, al menos en la carreras que se celebran en Japón. En la Japan Cup, hasta la trigésima edición, en 2010, han sido 14 los caballos extranjeros ganadores (de entre ellos cuatro eran ingleses), y 16 los japoneses. La Japan Cup entró en 1992 en el listado de las carreras internacionales Grupo 1 (G1) por el Comité de Estándares de Catalogación Internacional (ICSC por sus siglas en inglés).

Algo a tener en cuenta es que la participación de los mejores jinetes de Europa y EE.UU. en las carreras japonesas aumentó considerablemente a través de permisos de corta duración (3 meses) expedidos por la JRA. Olivier Peslier y Christophe Lemaire, que ya estaban en el top francés, o el italiano Mirco Demuro, entre otros, vinieron a Japón periódicamente y ayudaron no sólo a que el nivel técnico de los atletas japoneses avanzara, sino a que los jinetes japoneses dejaran su impronta en los medios de comunicación internacionales que informaban sobre ellos.

Avances hacia el extranjero

El siguiente paso para las carreras de caballos japonesas era mejorar los resultados en las grandes competiciones en el extranjero. De entre todas ellas cabe destacar el Premio del Arco del Triunfo, culmen mundial de las carreras de caballos, que representa una oportunidad para mostrar al mundo el nivel que han alcanzado los jinetes japoneses. Pese a que se habían realizado expediciones de caballos entrenados en Japón al extranjero esporádicamente sin obtener resultados, a partir de los años noventa, tan solo diez años después de inaugurada la Japan Cup, comenzaron a aumentar drásticamente. Tomando a Take Yutaka como abanderado, los jinetes japoneses comenzaron a desarrollarse activamente en el extranjero; con la victoria de Seeking the Pearl en las carreras cortas del G1 Maurice de Gheest en Francia en 1998 (con Take como jinete), los jinetes japoneses fueron capaces de lograr por primera vez un triunfo internacional en una carrera de G1 con un caballo japonés. Posteriormente fueron haciéndose notar en carreras no sólo de Francia, Inglaterra, EE.UU. o Australia, sino también en grandes carreras de países con economías emergentes de rápido crecimiento con un transfondo de dinero de petróleo, como Hong Kong o Dubái. En 2011 Victoire Pisa se cubrió de gloria al convertirse en el único caballo no perteneciente a Europa, EE.UU. ni los Emiratos Árabes Unidos que ganaba la internacionalmente prestigiosa Copa Mundial de Dubái.

El desafío del Premio del Arco del Triunfo

El Premio del Arco del Triunfo es el único objetivo restante para los caballos japoneses. En 1999, El Cóndor Pasa (ganador de la Japan Cup de 1998), y en 2010 Nakayama Festa, lograron el segundo puesto, y las expectativas van creciendo cada año; para los fans, por supuesto, pero sobre todo para aquellos que participan en la crianza de caballos. Ya se ha demostrado al mundo que los caballos japoneses y las técnicas de sus jinetes están a nivel de sus pares internacionales, pero dado que sólo aquellos caballos entrenados en Europa han sido capaces de ganar el Premio del Arco del Triunfo, si los caballos japoneses pudieran lograrlo su valor se elevaría de golpe. A pesar de que no será fácil, muchos a nivel mundial piensan que hay muchas posibilidades, y se puede decir con ilusión que estamos esperando a que llegue ese día.

(Escrito el 14 de noviembre de 2011; traducido de la versión original japonesa.)

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