¿Es posible librarse de “la política indecisa”?

Política

Noda Yoshihiko, el primer ministro, declaró en su discurso político al iniciar el periodo ordinario de sesiones de la Cámara Baja del 24 de enero lo siguiente: “Este año debería ser ‘el primer año del renacimiento de Japón’; mi principal objetivo se centrará, por encima de todo, en la tarea de librarnos de la ‘política indecisa’, un vicio que ha pospuesto los temas importantes en la política nacional.” Esta fue una declaración muy significativa. Tradicionalmente, los primeros ministros de Japón han utilizado sus discursos políticos para hablar de sus propios objetivos políticos. El primer ministro Noda, sin embargo, miró fríamente la situación actual en la que no se pueden alcanzar los objetivos políticos y anunció su objetivo de librarse de este callejón sin salida.

Pasar de una política silenciosa a una política de acción

Teniendo en cuenta la situación de estancamiento en la que está sumida la política japonesa, este es un punto muy importante.  Los japoneses se han cansado de ver cambiar cada año al primer ministro desde que Koizumi Jun'ichirō dejase el cargo en 2006. ¿Por qué no aparece un líder fuerte?  ¿Por qué se terminan posponiendo los temas políticos importantes? ¿Por qué es tan ineficaz la política? En los últimos cinco años Japón ha perdido parte de su prestigio internacional, se ha debilitado su base industrial nacional y la crisis de las finanzas nacionales ha alcanzado un nivel preocupante. Sin embargo, incluso al frente de una gran crisis nacional los políticos han persistido en su silencio, y esa sensación de impotencia es lo que ha venido decepcionando a los ciudadanos. Por lo menos, el primer ministro Noda está tratando sinceramente de romper con esa “política indecisa”. De hecho, el gobierno de Noda del Partido Democrático de Japón ha expresado su posición con respecto a una serie de cuestiones difíciles que continuaban latentes desde la era del Partido Liberal Democrático y ha seguido con determinación hacia adelante sin temor a la crítica de la opinión pública aclarando su postura sobre asuntos dificiles:  la participación en el TTP (Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica), la subida del impuesto sobre el consumo y la mitigación de los tres principios que limitan las exportaciones de armas. Ha sido una actitud muy valiente. Sin embargo, dicha valentía no necesariamente tiene que verse reflejada en resultados políticos óptimos; todavía permanece una serie de escollos.

Cómo crear un “primer ministro sólido”

¿Por qué ha proliferado “la política indecisa”? El politólogo Machidori Satoshi, profesor de la Universidad de Kioto, se distancia de una teoría de la cultura política ampliamente reconocida en Japón hasta el momento que se ampara en una “irresponsabilidad sistematizada” para justificar “primeros ministros débiles”, y se centra en cambio en la presencia de numerosos “primeros ministros sólidos” antes y después de la Segunda Guerra Mundial(*1). De hecho, el promedio de permanencia de los primeros ministros fue más largo después que antes de la Guerra: Yoshida Shigeru, Ikeda Hayato, Satō Eisaku, Nakasone Yasuhiro y Koizumi Jun'ichirō, todos ellos ocuparon su puesto durante períodos superiores a los 1.500 días. Como factores que permiten “primeros ministros sólidos”,  Machidori señala la importancia de una técnica política capaz de “utilizar con habilidad los factores situacionales mientras se controlan las fuerzas opositoras para posibilitar la posesión del puesto durante un largo plazo”. El problema radica en que para producir de forma estable “primeros ministros sólidos” es necesario un “sistema de control por medio de factores institucionales”.

Debemos tener en cuenta que la regresión en el liderazgo que aparece tras el desempeño del primer ministro Koizumi no se ha debido únicamente a la cultura política y de la cualidad de los propios primeros ministros, sino también a las diversas limitaciones institucionales. Algunas de estas limitaciones, en un sentido amplio, son por ejemplo: el estancamiento en el proceso legislativo causado por el excesivo poder ejercido por la Cámara Alta, la insuficiente capacidad de la oficina del primer ministro para coordinar y dar instrucciones al abordar las cuestiones que entran en la esfera de competencia de varios ministerios, la falta de capacidad de mando, la escasez de personal disponible para ayudar en la planificación de la propia política del primer ministro, la falta de una función de coordinación entre los partidos del gobierno y los de la oposición, los presupuestos limitados y la falta de capacidad para llevar a cabo eficazmente las relaciones públicas por parte de la oficina del primer ministro y el gabinete, y la inadecuada capacidad de decisión tanto del Partido Democrático de Japón como del Partido Liberal Democrático, que como organizaciones políticas modernas se les presupone que deberían tener. Además, hay que añadir a todo esto una falta de análisis político de los medios de comunicación japoneses. Es posible que podamos ser capaces de restablecer un liderazgo político fuerte en Japón mediante el fortalecimiento de los factores institucionales que favorecen la aparición de “primeros ministros sólidos”. No podemos confiar únicamente en las cualidades de los primeros ministros con la esperanza de que aparezca un “primer ministro sólido”; más bien tenemos que recapacitar sobre el diseño de un sistema político apropiado; es un proceso que debe involucrar a toda la nación entera. De lo contrario, si el pueblo japonés continúa con su crítica fácil e improductiva a sus líderes, puede llegar a destruir su democracia con sus propias manos.

(Escrito el 27 de enero de 2012)

(Traducido al español del original en japonés)

(*1) ^ “Seiji bunka to shushō no rīdāshippu” (Cultura política y liderazgo del Primer Ministro), Seijiteki ridā to bunka, Tsutsui Kiyotada; Chikura Shobō, 2011.

Partido Democrático de Japón TPP PDJ Camara alta Camara baja subida del impuesto PLD Eisaku Sato