Elecciones internas en los dos principales partidos

Política

En septiembre, los dos principales partidos políticos del país celebraron elecciones internas. En las del Partido Democrático de Japón (PDJ, en el poder) se impuso por abrumadora mayoría el primer ministro Noda Yoshihiko, lo que significó su continuación también al frente del gobierno. En las elecciones del Partido Liberal Democrático (PLD, oposición) el hasta ahora presidente, Tanigaki Sadakazu, decidió no concurrir, pero se postularon a la presidencia cinco candidatos: Ishiba Shigeru, Ishihara Nobuteru, Abe Shinzō, Machimura Nobutaka y Hayashi Yoshimasa. En la primera vuelta ninguno de los candidatos consiguió la mayoría absoluta de los votos, de forma que pasaron a la segunda vuelta el candidato más votado, Ishiba, y el segundo con más votos, Abe. Resultó finalmente elegido el ex primer ministro Abe.

Problemas previsibles si Abe repite como primer ministro

Abe, que ha criticado el acuerdo tripartito (PDJ, PLD y Nuevo Kōmeitō) en el que se fijó la subida del impuesto sobre el consumo, parece mostrarse partidario de la flexibilidad a la hora de buscar socios para una posible coalición de gobierno si su partido logra ser el más votado en las próximas elecciones generales. En concreto, se comenta que podría estar estudiando la posibilidad de pactar, no con el PDJ, sino con el Partido para la Restauración de Japón (Nippon Ishin no Kai), liderado por el alcalde de Osaka, Hashimoto Tōru.    

Abe entiende que la premisa para sanear las finanzas públicas es salir del proceso deflacionario en el que se halla Japón, para lo cual insiste en que es necesario tener una estrategia de crecimiento económico. Es, pues, posible que se encamine en una dirección diferente a la que tomó Tanigaki al acordar con el gabinete de Noda la subida del impuesto al consumo.

En cuanto a la política exterior o a la cuestión de la Constitución, Abe está acentuando su discurso nacionalista. Especialmente en los problemas territoriales, en los que últimamente se está intensificando el antagonismo entre Japón, Corea del Sur y China, Abe se está significando como un hombre de la línea dura. Si Abe llegara a ser primer ministro y su figura despertara recelos en China o en Corea del Sur, resultaría todavía más difícil restablecer la normalidad en las relaciones con estos países. Igualmente, si muestra una tendencia excesivamente derechista en el asunto de la reforma constitucional, le será difícil obtener el apoyo de la mayoría de los japoneses. Es posible que como resultado de las elecciones que han de celebrarse antes de que pase un año, Abe vuelva a ser nombrado primer ministro, pero en ese caso se prevé que deberá afrontar diversos retos, especialmente en el campo de las relaciones exteriores.

El Partido de Hashimoto se concentra las miradas

El primer ministro Noda reformará su gabinete a principios de octubre, pero no cabe esperar que esto traiga consigo un mayor índice de apoyo popular. Ha tenido muchos fracasos tanto en la escena nacional como en la internacional (Takeshima, islas Senkaku), y se señala su escasa capacidad de gobierno. Se pronostica para el PDJ un fuerte varapalo en los próximos comicios, así que a Noda le conviene que se pospongan al máximo. En octubre la Dieta deberá celebrar algunas sesiones extraordinarias ya que todavía no se ha aprobado el proyecto de ley especial que posibilitará la emisión de nueva deuda pública, que constituye la mitad de la financiación de los presupuestos del Estado correspondientes al presente año fiscal (abril 2012-marzo 2013).

Tras la escisión del grupo de Ozawa Ichirō, se espera que continúen los abandonos en las filas del PDJ. La consecuencia podría ser la pérdida de la mayoría absoluta en la Cámara Baja, en cuyo caso una eventual moción de censura tendría muchas posibilidades de triunfar. Pero no hay que olvidar que si esto ocurriera el gobierno tendría dos opciones: convocar elecciones tras disolver la cámara, o dimitir en pleno.

Noda pasará a la historia como el primer ministro que consiguió un amplio consenso para elevar el impuesto sobre el consumo, y si su sucesor en el cargo logra popularidad al frente de un nuevo gabinete, será posible para el PDJ reducir al mínimo los daños electorales. Puede decirse que con un nuevo gabinete se evitaría la disolución de la Cámara Baja por lo que resta de año. Y con el paso del tiempo el apoyo popular al PDJ podría volver a subir.

Tanto el PDJ como el PLD deben estar muy alerta ante los movimientos del Partido para la Restauración de Japón. Si los dos grandes partidos chocan en los distritos unipersonales resultará dificil llegar a acuerdos electorales con el partido de Hashimoto y podría ocurrir que este se hiciera con una gran cantidad de escaños. Si ninguno de los partidos obtiene la mayoría absoluta en la cámara, será inevitable proceder a nuevos arreglos y transacciones entre las fuerzas políticas. Esto puede dar ocasión para una reorganización de la política japonesa, aunque no resulta fácil prever qué derroteros tomará esta durante el próximo año.

(Escrito el 26 de septiembre de 2012 y traducido al español del original en japonés)

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