El “Abenomics” y la economía mundial que se dirige al “risk on”

Política Economía

Ha comenzado el segundo mandato del primer ministro Abe Shinzō. La lógica de su gabinete pasa por dar la máxima preferencia a librar al pais de la deflación; el mercado ha empezado a reaccionar de cara a la política gubernamental. La tasa del yen muestra una tendencia evidente hacia la depreciación de la moneda, y los precios de las acciones también están subiendo a gran escala. Aunque aún está por ver qué medidas concretas toma el nuevo gabinete, parece que el mercado ya ha pasado de las esperanzas a la acción.

No obstante, esta tendencia no es algo que se perciba únicamente en Japón: a la vista de los síntomas del cambio de la economía mundial, se puede pensar que estos ejercen influencia sobre los índices del mercado japonés.

La economía mundial, del risk off al risk on

En el sector financiero existen las expresiones del risk on y el risk off. Cuando la mayoría de los inversores se disponen a correr riesgos, se habla de risk on. Es una tendencia relativa no a los bonos del Estado, sino a las acciones o a los bienes inmuebles, y por tanto se trata de una situación que promueve las inversiones en los países emergentes.

A partir de 2007, con el caos de las subprimas, la quiebra de Lehman Brothers y la crisis de la deuda soberana europea, la economía mundial pasó de estar en risk on a estar en risk off. El capital empezó a escapar de los países emergentes, y se comenzó a buscar divisas más estables, como el yen y el dólar, huyendo de las acciones y los bienes inmuebles a la deuda pública de países seguros, como Estados Unidos y Japón.

Como resultado, en Japón se produjo una situación continuada con un alza del yen, una caída de las acciones y un descenso del interés de la deuda nacional. Japón, además de sufrir los efectos de esta situación económica de risk off, también tiene en ella uno de los orígenes de su larga deflación.

Sin embargo, a partir de la segunda mitad del año pasado la economía mundial pareció comenzar a salir del risk off para regresar al risk on. La economía de Estados Unidos, pese a hacerlo con lentitud, empezó poco a poco a mostrar los síntomas de una recuperación. Aunque en Europa aún existe mucha inseguridad, podemos pensar que al menos la peor época ya ha pasado. Y China, a quien se le acerca el momento de hacer un ajuste de su modelo de crecimiento económico, parece haber detenido el descenso de su situación económica.

Así las cosas, parece que el capital ha empezado a regresar a los países emergentes. Para Japón es de vital importancia el hecho de que el won coreano haya subido en gran medida. El hecho de que hasta ahora el won fuera demasiado barato era algo que dañaba a la industria japonesa. La tasa del yen está subiendo en comparación con divisas como el dólar o el euro. Y además de que los valores de las acciones tanto en Estados Unidos como en Japón están subiendo, las tasas de interés de la deuda nacional de los países económicamente más poderosos, como Estados Unidos, Japón o Alemania, está mostrando los síntomas de un lento ascenso.

¿Dónde está el blanco de las “tres flechas” del “Abenomics”?

Aunque no podemos saber si el flujo de la economía mundial va a continuar en este estado, se trata de una gran oportunidad para Japón, que a corto plazo desea librarse de su deflación. Podríamos decir que el nuevo gabinete ha sido capaz de aprovechar el momento oportuno para efectuar una política de estimulación económica audaz, bajo el eslogan de la lucha contra la deflación.

Y a pesar de ello, librarse de esta deflación que se prolonga no es tarea fácil: a lo largo y ancho de la economía japonesa se ha establecido una mentalidad deflacionaria. No es que la economía japonesa tenga serios problemas de ajuste del balance general, del mismo modo que sufrió Estados Unidos tras la caída de Lehman Brothers, o los países de Europa ahora. En Japón, cuya burbuja inmobiliaria reventó hace ya más de veinte años, tanto la economía familiar como la empresarial han ahorrado en exceso, y el sector financiero ha acumulado una superabundancia de capital ahorrado. Pese a contar con dinero a espuertas, en Japón la tendencia a usar ese dinero positivamente para invertir aceptando los riesgos es muy débil. En esa situación es donde se encuentra dicha mentalidad deflacionaria.

Para poder borrar la mentalidad deflacionaria, sería deseable que el Banco de Japón, que ya estaba desde antes implicado, flexibilizara la moneda aún más. El Banco de Japón ha decidido introducir una meta de inflación, adecuándose a la mentalidad del gabinete de Abe.

Por supuesto, solo con flexibilizar la moneda no se va a eliminar la deflación. Para eso se intentan lanzar el paquete de medidas que se denomina ”las tres flechas”: una flexibilización monetaria decidida, una política ágil de estímulos fiscales, y una estrategia de crecimiento, como la desregularización, que atraiga la inversión privada. Al poner en práctica estas tres medidas, el nuevo gabinete busca encender la mecha del cohete que nos ayude a escapar de la deflación.

El gobierno debe apuntar a un saneamiento financiero a medio y largo plazo

Para empezar, el gobierno japonés, que carga con una gran deuda pública, debe evitar a toda costa la brusca caída del valor de la misma a causa de una administración financiera irresponsable. Por lo tanto, aunque se pongan en marcha las medidas de estímulos fiscales, al mismo tiempo también resulta necesario indicar al mercado que se esforzará por conseguir un saneamiento financiero a medio y largo plazo. La clave principal para lograrlo pasa por comprender cómo controlar un incremento sin precedentes del gasto en el sistema de la Seguridad Social, así como la forma correcta de avanzar en el debate sobre el sistema tributario para regenerar los fondos necesarios para el país.

(Escrito el 21 de enero de 2013, y traducido al español del original en japonés)

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