La decadencia de Japón encumbra a AKB48

Sociedad

La aplastante derrota del PDJ nos hizo abandonar la Teoría política de AKB48

Hace justo dos años vivíamos los estertores del Gobierno del Partido Democrático de Japón (PDJ). Por aquel entonces yo, como redactor de cierta editorial, el rector de una universidad pública y renombrado teórico político, y un popular crítico y sociólogo nos reunimos para planear la edición de un nuevo libro. El tema para aquella obra era “el hundimiento de la política japonesa”. En ese mismo periodo acababan de finalizar las “elecciones generales” del grupo de idols femenino AKB48 (unas elecciones para decidir la posición de las integrantes del grupo en el escenario en la presentación de su último tema, que se celebraron entonces el 6 de junio de 2012). Nuestro debate empezó por el porqué de estas “elecciones generales” y fue progresando fuera del tema principal hasta que concluimos que “AKB48 era más admirable que la política japonesa”. Por ese motivo incluso decidimos adoptar para el libro el título provisional de Teoría política de AKB48. Al finalizar ese mismo año tuvieron lugar las elecciones generales de verdad, y con la llegada al poder del nuevo gabinete de Abe Shinzō, parece que la política japonesa dio un giro a mejor en sus actuaciones, haciendo que por el momento nuestro proyecto también se quedara en el cajón.

Los ataques de violentos y la divinización de las estrellas

El pasado 25 de mayo, en un akushukai (evento en el que los fans pueden estrechar la mano de las idols) celebrado en la prefectura de Iwate, un violento armado con una sierra hirió a dos integrantes de AKB48 y a un miembro del staff.

Lo siento por las personas heridas, pero a decir verdad no es extraño que los famosos y artistas que aparecen en los medios de comunicación se conviertan en el objeto de la violencia de extraños. El ejemplo más famoso lo encontramos en el asesinato de John Lennon. En Japón hemos visto casos como el ataque con ácido desde el patio de butacas que sufrió la cantante Misora Hibari en plena actuación, o el ataque sufrido por Matsuda Seiko cuando un espectador le golpeó con una tubería de hierro en pleno concierto. Este tipo de sucesos tienen lugar constantemente.

Los expertos en criminología son los más apropiados para hablar sobre de qué manera los violentos hipertrofian en su fuero interno la imagen de estas “estrellas”, por lo que no sería oportuno que yo hiciese ningún comentario al respecto. Lo que atrae mi atención es más bien el hecho de que AKB48 se haya convertido en un grupo que comparte el mismo nivel con estas víctimas, estrellas consagradas hasta hoy día. Y es que el grupo ha dado más importancia a la cercanía con el público.

“Mostrar una imagen de madurez” es el concepto

Desde que AKB48 se constituyese en 2005 estableció su base en su teatro particular situado en Akihabara, distrito de la cultura pop japonesa. En él se comenzaron a celebrar audiciones de estudiantes de instituto normales y corrientes que se convertirían en “idols a las que se podía visitar”, empezando por las akushukai, y otros eventos en los que hay contacto directo con el fan. Las integrantes del grupo ya son más de un centenar, divididas en distintos grupos con diferentes rangos. Este es un proceso en principio opuesto a la “divinización”, pero a partir de 2008 la venta de CDs empezó a aumentar de manera vertiginosa

Muchos teóricos afirman que la razón del éxito de este grupo es su música acorde a las modas y las tendencias sociales, pero yo lo veo desde otra perspectiva. AKB48 está organizado como una caricatura de la estructura social. Incluso después de la selección mediante una audición, las integrantes sólo pueden escalar en la organización por sus propios méritos. Además, con cada nueva canción se organizan unas “elecciones generales” en las que cambian todos los rangos. Se dice que el concepto del grupo es “mostrar una imagen de madurez”, y parece que han tenido éxito por lo menos hasta ahora.

El éxito de AKB48 es un reflejo del agotamiento de la sociedad nipona

Una meritocracia en la que los rangos se establecen mediante una simple votación popular en las llamadas “elecciones generales”, la forma de representar el esfuerzo que se realiza con la práctica entre bastidores, el perfeccionamiento de la cortesía y de la disciplina social que se muestra en los akushukai, son algunas de las peculiaridades de AKB48.

Esta imagen contrasta con la situación lamentable de los políticos de segunda y tercera generación que han sido elegidos de manera hereditaria, independientemente de su capacidad, sin formación como políticos profesionales ni experiencia laboral. Esta fue la conclusión de nuestro debate hace dos años. Por aquel entonces, un periodista político me confesó en la fiesta de un amigo que “preferiría ir a un concierto de AKB48 antes que a ver a los políticos de Nagatachō”. Y como poco creo que una suma considerable de las personas que conforman la sociedad japonesa, incluidos los investigadores y periodistas, pensaban de esta manera.

¿Cuál será la razón? Las peculiaridades de AKB48 que he destacado aquí representan precisamente las virtudes que muchos japoneses creen todavía que la sociedad japonesa ostentaba cuando estaba llena de vitalidad. Si estas características se percibieran naturalmente como el valor estándar de la sociedad japonesa actual, no podrían ser objeto de adoración. Pero no podemos perseguir una “virtud”, algo que no tiene una forma concreta, si realmente se ha perdido o si desde un principio existía o no. El debate antes mencionado se trasladó de la decepción por la sociedad japonesa, hacia la decepción por la calidad humana de la élite política y social, y creo que fue ahí donde salió a relucir el fenómeno de AKB48. De hecho, todo el mundo de mi entorno pareció verlo así.

No sé si esto es fruto de la casualidad, pero justo en el momento en el que la popularidad de AKB48 subió como la espuma, el Gobierno de Kozumi Jun’ichirō llegaba a su fin y comenzaban seis difusos años de una crisis mundial en la que nos vimos envueltos. Y tras ellos, el segundo gabinete de Abe, que ha logrado mejorar el rendimiento de Japón, también tiene la característica de exponer claramente una política de regreso a valores tradicionales.

Personalmente opino que los sucesivos fenómenos sociales desatados por AKB48 se pueden comprender mejor si los vemos a la luz de un contexto como el que he expuesto.

Fotografía del encabezado: concierto de AKB48 (29 de marzo de 2014. Jiji Press)

(Traducido al español del original en japonés)

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