Thomas Noguchi, un forense japonés en Hollywood

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El primer japonés que alcanzó la cima administrativa de Estados Unidos

El especialista japonés en Derecho Médico más respetado de todo el mundo, Thomas Noguchi (Imagen del autor)

Hay un japonés que se crió en Japón durante la Guerra, y al terminar esta cruzó el océano hacia Estados Unidos, con 25 años, para labrarse fama internacional como forense.

Thomas Noguchi vive y trabaja como especialista en Derecho Médico en Estados Unidos. Es una personalidad que cuenta en su currículo con cargos como director de la Oficina Forense Municipal de Los Ángeles, en el estado de California, de las de mayor escala en todo el país, o presidente de la Asociación Mundial de Derecho Médico. Es quizá uno de los especialistas en su campo más respetados de todo el mundo, y uno de los japoneses más conocidos.

La parte de la historia de Noguchi a la que hay que prestar una mayor atención son sus experiencias en Hollywood, el barrio de Los Ángeles que conforma el centro del mundo del espectáculo, donde desempeñó el cargo de director de la Oficina Forense durante 15 años. Aquella fue la primera vez en la historia en que un japonés alcanzaba un alto cargo en la administración pública de Estados Unidos.

Las autopsias de famosos como Janis Joplin, William Holden o Sharon Tate

La Oficina Forense es el lugar en el que se certifican las muertes, y en ella figuras como el examinador médico o el coronel realizan a diario autopsias para descubrir las causas de las muertes que se producen en el área de su jurisdicción. También realizan, de ser necesarias, investigaciones en el lugar de la defunción, y tratan todos los asuntos relacionados con la muerte, desde los informes o los servicios fúnebres hasta el traslado del cadáver.

En la época de la Oficina Forense de Los Ángeles (Imagen del autor)

Noguchi ha realizado numerosas autopsias con sus propias manos, y tantas de ellas para esclarecer las muertes de celebridades de Hollywood que no podría ni contarlas: Janis Joplin, cantante que murió en extrañas circunstancias en la cima de su éxito musical, John Belucci, el legendario actor cómico más conocido por su película Blues Brothers, el actor William Holden, de fama mundial por su papel en El puente sobre el río Kwai, Sharon Tate, la joven actriz, esposa del cineasta Roman Polanski, asesinada por Charles Manson y los seguidores de su culto…

Una de las autopsias que Noguchi realizó fue la del “sex symbol del siglo”, Marilyn Monroe, de la cual todavía se sigue hablando. Incluso ahora, tras cerca de cincuenta años después de su muerte, no hay quien no sienta curiosidad por el misterio que rodeó su tragedia. Siempre que se acerca el aniversario de su muerte se hacen retrospectivas sobre el tema, de forma casi obligatoria, y en el centro de esa controversia mundial se encuentra Noguchi, el japonés que realizó la autopsia de la actriz.

La autopsia de Marilyn Monroe

Marilyn Monroe en 1954, durante su visita a Japón. (Imagen cortesía de Jiji Press)

¿Cómo llegó Noguchi a “conocer” a Marilyn Monroe?

Lo cierto es que Noguchi ya no siente deseos de hablar de la actriz. No se puede esperar que siga dando detalles de Monroe, que sigue despertando tanto interés, cuando para él no deja de ser uno más de los innumerables casos de los que tuvo que hacerse cargo a diario. Sin embargo en esta ocasión he tenido la oportunidad de escuchar los detalles de boca del propio Noguchi, como parte del proceso de escritura de mi libro Hariuddo kenshi fairu - Tōmasu Noguchi no yuigon (Archivos de las autopsias de Hollywood - el legado de Thomas Noguchi).

“Espero que esta sea la última vez…”, comienza diciendo Noguchi, apesadumbrado, acerca de la autopsia de Monroe.

Aún hoy recuerda el aspecto de la actriz vivamente.

La mañana del 5 de agosto de 1962 no era más que una mañana de domingo normal y corriente. Cuando Noguchi, un forense novato en aquella época, comenzó su turno de mañana en la Oficina Forense Municipal de Los Ángeles se encontró una nota en su mesa.

“Doctor Noguchi, debe encargarse de la autopsia de Marilyn Monroe”. Era un mensaje del entonces director de la Oficina Forense, dirigido al propio Noguchi.

Habían encontrado a la actriz de 36 años muerta, la noche anterior, en la cama de su residencia de Los Ángeles. Su cuerpo desnudo estaba tumbado boca abajo, pero su mano derecha apretaba el auricular del teléfono en un gesto antinatural. En su mesilla de noche quedaban varias píldoras somníferas.

En aquel momento Noguchi vivía sin un respiro, haciendo una autopsia tras otra, debido a la falta de mano de obra en la Oficina Forense. Aquel día, como siempre, echó un vistazo a las notas que le había dejado la persona que había retirado el cadáver, y se dirigió a la sala de autopsias. De pie frente a la camilla de acero, retiró la sábana blanca que tenía ante sí.

“Incluso muerta estaba hermosa”; la causa de la muerte, los somníferos

Al ver el cadáver desnudo de la actriz, a Noguchi se le cortó la respiración un instante. Ante sus ojos yacía el cuerpo de la famosa actriz, Marilyn Monroe. Incluso muerta estaba hermosa, asegura.

La autopsia se realizó de esta manera. Primero se observó el aspecto externo: se comprobó cuidadosamente que no escapara a la inspección ni una gota de sangre en la cara, el cuello, el pecho, los brazos y el abdomen.

Tras inspeccionar cada rincón del cuerpo, Noguchi usó un bisturí para abrir una incisión en forma de Y en el mismo. Se extrajeron e investigaron todos los órganos internos, pero no se pudo descubrir ninguna anomalía. Dado que se sospechaba la ingesta de somníferos, también se inspeccionó el aparato digestivo con gran cuidado. Ni en el estómago ni en los intestinos se pudieron encontrar restos de somníferos.

Noguchi investigando el lugar de un accidente aéreo en su época como director de la Oficina Forense de Los Ángeles (imagen de la izquierda). A la derecha, investigando las circunstancias de la muerte con un muñeco de niño. (Imágenes del autor)

Cuando se descubre el cadáver de una mujer desnuda muerta en extrañas circunstancias es de vital importancia saber si justo antes de la muerte ha tenido relaciones sexuales. No son pocas las mujeres que mueren víctimas de la violencia de género, y las famosas no son una excepción. Sin embargo en los órganos sexuales de Monroe no se encontró ninguna anomalía en este sentido.

Al final los análisis que se realizaron con las muestras de sangre recogidas durante la autopsia determinaron que la causa de la muerte de Monroe había sido la ingestión de somníferos en una cantidad que superaba los límites aceptables por su cuerpo.

Noguchi y sus compañeros de la Oficina, posteriormente, realizaron pruebas adicionales y llegaron a una conclusión sobre la muerte de Monroe: era de suponer que la excesiva ingesta de somníferos que le había causado la muerte hubiera sido un suicidio.

La batalla contra las teorías conspiratorias sobre las muertes de la familia Kennedy

Robert Kennedy, asesinado (Imagen cortesía de Afro)

Sin embargo la lucha de Noguchi no había hecho más que empezar: las teorías conspiratorias basadas en los resultados de la autopsia siguen causando controversia incluso hoy día. De todas ellas la más persistente asegura que la muerte de Monroe no fue un suicidio, sino que con los somníferos alguien trató de simularlo, y se apuntaba a la participación de la familia Kennedy, a la que se denominaba “la familia real de Estados Unidos”, como perpetradora del asesinato.

Se dice que tanto el Presidente John F. Kennedy como su hermano Robert, exsecretario de justicia, mantuvieron relaciones con Marilyn Monroe. De ahí surgieron ideas como que Robert mató a Monroe para ocultar su infidelidad con ella, o que la eliminaron porque había descubierto información secreta del Gobierno. Incluso se llegó a decir que los resultados de la autopsia realizada por Noguchi habían sido un invento.

Seis años después de la muerte de Monroe, Noguchi se vio envuelto en profundidad en otro caso, en esta ocasión el de la propia familia Kennedy. Robert Kennedy, exsecretario de justicia y amante de Marilyn Monroe, fue asesinado durante la campaña presidencial en Los Ángeles.

La autopsia de Robert Kennedy, ¿ironías del destino?

Fue un destino cruel.

Cinco de junio de 1968, sobre la una de la mañana. Una llamada de emergencia despertó a Noguchi, que dormía en su casa. Noguchi no podía creer lo que oía: habían disparado en la cabeza a Robert Kennedy en el Hotel Ambassador, durante la campaña presidencial. Kennedy fue trasladado al hospital y falleció el día siguiente. La policía había detenido en el lugar del crimen a un sospechoso, Sirhan Sirhan, un estadounidense de origen palestino.

Dado que había sido un tiroteo ocurrido en su jurisdicción, era natural que la Oficina de Autopsias de Los Ángeles se hiciera cargo. Sin embargo la víctima era Kennedy, candidato a la presidencia y figura central en el Gobierno estadounidense. Las altas esferas de Washington, ebrias de poder, querían hacer la vista gorda a las leyes estatales y los precedentes, y manejar a los políticos de la zona a su antojo.

La camarilla de Kennedy trató de llevarse sus restos a la capital, Washington D.C., lo antes posible. Sin embargo aún no era posible saber si el sospechoso al que la policía había detenido era realmente el culpable o no. Era indispensable realizar la autopsia para contar con pruebas suficientes para dictaminar la culpabilidad, pero la Oficina se enfrentaba a la familia Kennedy, capaz de hacer callar a cualquiera. Al final lograron persuadir a la camarilla de Kennedy, y se llevó a cabo una autopsia en Los Ángeles que duró seis horas y media.

Dicha autopsia se ganó la admiración de forenses y expertos patólogos de todo el mundo. Noguchi, haciendo honor a su fama, llegó así a convertirse en uno de los expertos en Derecho Médico más famosos de todo el mundo.

Noguchi, el “dios de las autopsias”, capaz de trabajar hasta los cien años

En su época de profesor en la Universidad de California del Sur (Imagen del autor)

Por otro lado, Noguchi sigue despertando curiosidad por parte de la gente, por haber podido “escuchar” el último mensaje de los restos de Marilyn Monroe y Robert Kennedy, y haber contribuido así a crear parte de la historia de Estados Unidos. Incluso en marzo de este año volvió a convertirse en noticia, a través de unos titulares en los medios de Occidente que aseguraban que “John Kennedy había ordenado a Robert matar a Monroe para ocultar las infidelidades de ambos”.

Noguchi tiene ahora 87 años, y continúa ejerciendo como especialista. No solo enseña a sus sucesores en la famosa Oficina Forense en la que trabajó o como profesor de la Universidad de California del Sur, sino que participa en asociaciones de diversos países de todo el mundo, y continúa impartiendo conferencias con energía en muchos lugares.

Últimamente Noguchi se dedica a investigar la ética de las autopsias que practican los especialistas en Derecho Médico de las escuelas de posgrado estadounidenses, y se dedica a reforzar esos cimientos. Una de sus frases favoritas es: “No quiero cumplir cien años, sino trabajar hasta los cien años”… La vitalidad de Noguchi no parece tener fin.

Yamada Toshihiro es autor de Hariuddo kenshi fairu - Tōmasu Noguchi no yuigon (Archivos de las autopsias de Hollywood - el legado de Thomas Noguchi, Shinchōsha)

(Artículo traducido al español del original en japonés)

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