2016: el año en que los drones despiertan

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Los drones, “objetos voladores” propulsados por tres o más hélices, presentan todo tipo de formas y diseños: una micro cámara en la parte frontal o inferior, o la capacidad de transportar carga en su parte central. Y ya vuelan sobre nosotros, como cualquier pájaro.

En el Japan Drone 2016 (en la ciudad de Chiba) también llamaron la atención las presentaciones de mano de las universidades

Nos encontramos en el espacio para realizar fotografías dedicado a la prensa, en la exposición Japan Drone 2016 (JD2016), celebrada a finales de marzo en el complejo Makuhari Messe, en la ciudad de Chiba. En este evento, organizado por la Asociación para el Desarrollo Industrial del UAS de Japón (JUIDA, por sus siglas en inglés), participaron más de cien empresas, y es una buena muestra del cada vez mayor interés que despiertan los drones en Japón últimamente.

La palabra “dron” designa oficialmente aeronaves no tripuladas, pero en la actualidad se está extendiendo con rapidez el uso de “multicópteros” (vehículos voladores de tres o más hélices), y debido a esto el vocablo “dron” ha pasado a indicar con frecuencia a los multicópteros eléctricos de tamaño reducido.

El año pasado fue la ciudad de Chiba el lugar elegido para celebrar el gigantesco evento, la primera exposición de Japón dedicada a los drones, dado que, junto a la ciudad de Semboku, en la prefectura de Akita, es el primer lugar de Japón en el que se realizaron experimentos prácticos usando drones drones en zonas estratégicas especiales.

Kumagai Toshihito, el alcalde de Chiba, en una conferencia especial durante el primer día de la JD2016, señaló que desea “Construir una ciudad para el futuro, precisamente porque Makuhari es una ciudad artificial que cuenta con aceras y carreteras amplias.”

Experimentos con entregas a domicilio en Chiba

En abril de 2015, el año considerado el “nacimiento de los drones en Japón”, un dron cayó sobre la residencia oficial del primer ministro y captó la atención pública, hecho que provocó una revisión en diciembre de las leyes sobre el espacio aéreo y la necesidad de obtener permisos según el tipo de aeronave.

Al tiempo que las nuevas leyes entraban en vigor, este año, comenzaron a llegar al Gobierno muchísimas solicitudes para permisos, y se empezaron a planificar usos concretos de los drones en empresas privadas y en la jefatura de policía; los medios de comunicación del ramo económico hablan del “año en que nace el negocio de los drones”.

El propio primer ministro Abe Shinzō, en una reunión de intercambio de opiniones con grupos financieros, en noviembre del año pasado, expresó que “Nuestro objetivo es lograr drones capaces de entregar paquetes en menos de tres años”, e incluso se refirió a la enmienda de la ley sobre las ondas electromagnéticas; dado que este es el proyecto mimado por el Gobierno, podríamos referirnos a 2016 como “el año en que los drones empiezan a revitalizar la economía japonesa”.

Las empresas japonesas están haciendo esfuerzos para desarrollar un modelo de negocios que haga uso de los drones, desde empresas de seguridad y agricultura hasta las relacionadas con las construcciones y la mensajería, campo en el que ya está realizando experimentos la ciudad de Chiba.

Drones de seguridad para el Maratón de Tokio; se usarán en las Olimpiadas

Los drones hicieron acto de presencia en la décima edición del Maratón de Tokio, celebrada en febrero, como medida antiterrorista.

El año pasado hubo policías que corrían junto a los competidores, pero este año la Policía Metropolitana ha optado por utilizar por primera vez drones dotados de una red para realizar capturas. Existe un equipo especial, denominado “equipo de drones interceptores”, que se encarga de capturar drones sospechosos. Además de ser desplegados cerca del punto de partida, también se utilizaron en varios puntos clave del recorrido.

Después de las once de la mañana, a medida que los corredores de la vanguardia se iban acercando a la línea de meta, la policía desplegó sus drones de vigilancia, equipados con cámaras de alta definición, para enviar imágenes al cuartel general.

En el simulacro realizado a finales de enero un equipo de drones de gran tamaño, que partieron de un barco anclado en la bahía de Tokio, equipados con una red de tres metros de largo y dos de ancho, llevó a cabo capturas de drones sospechosos. La Policía Metropolitana asegura que dichas máquinas serán de gran ayuda para el análisis de las actividades de ciertos individuos como parte de las tareas de seguridad de cara a las Olimpiadas de Tokio 2020.

Dron de Secom.

Los drones que detectaron las máquinas sospechosas por medio de sus sistemas de radar, sensores de sonido y cámaras de vigilancia durante el simulacro son parte del Sistema de Detección de Drones de Secom, de 24 horas al día, 365 días al año, que la empresa de seguridad Secom puso a la venta en enero.

A finales del año pasado Secom comenzó a ofrecer un sistema de vigilancia para fábricas y otros negocios similares basado en el uso de un robot autónomo volador de vigilancia, orgullo de la empresa por ser el primero en el mundo. Se trata de un sistema que permite fotografiar la matrícula de un vehículo sospechoso que se encuentre en un lugar apartado, o el rostro o las ropas de una persona, y enviar las imágenes al centro de control. El sistema cuenta no solo con una cámara, sino también con luces LED, lo que permite su funcionamiento también durante la noche. Secom parte de la idea de que “para poder avanzar en la calidad de la seguridad lo más importante es la información visual.”

Según información del diario Nihon Keizai Shinbun del 21 de marzo de 2016, en el campo de la seguridad “la industria japonesa muestra cada vez más ejemplos del uso de drones”, como la empresa ALSOK en sus comprobaciones de paneles solares, y NEXCO Higashi Nihon para comprobar el estado de las autopistas del este de Japón.

Avances en obras de construcción y campos agrícolas

Komatsu, un gigante de la maquinaria pesada, reveló en enero de 2015 planes para automatizar la mayor parte de los trabajos iniciales de construcción por medio de una combinación de drones, bulldozers y excavadoras. Según dichos planes, la empresa utilizará drones de diseño estadounidense para escanear el terreno desde el aire y crear modelos tridimensionales, los cuales se utilizarán para excavar agujeros con maquinaria no tripulada y trasladar tierra.

Gracias a esos métodos, que Komatsu denomina smart construction (construcción inteligente), se ha reducido el tiempo necesario para obtener los datos topográficos del terreno; la tarea, que tradicionalmente llevaba una semana a dos trabajadores, hoy día solo requiere una o dos horas. La página web de Komatsu presenta la opinión de un usuario que asegura este método, que utiliza plenamente las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) ha sido capaz de reducir el tiempo necesario para las obras de construcción en varios casos en un 30 o 40%.

Otro campo en el que el uso de los drones ha avanzado mucho es la agricultura. Hasta ahora los productos agroquímicos se esparcían sobre los campos haciendo uso de aviones o helicópteros operados por control remoto, pero “Con la aparición de drones de tamaño reducido, que se pueden adquirir desde unas pocas decenas de miles de yenes, es posible realizar fotografías de precisión a un precio mucho más bajo que el de un satélite. Dado que pueden volar a tan solo unas decenas de metros del suelo no hay que preocuparse por las nubes”. Desde su aparicion se están materializando todo tipo de aplicaciones por toda la geografía japonesa. Y no solo en lo relativo a los productos agroquímicos, sino también, por ejemplo, para realizar controles precisos del crecimiento de cereales y verduras, y poder enviar esos datos a los agricultores o a los restaurantes.

Urge encontrar pilotos y operarios

La tecnología básica de los drones se desarrolló a partir de la década de los ochenta. La idea principal era que cuando un vehículo contaba con tres o más hélices, a diferencia de los helicópteros tradicionales, podía controlarse su frecuencia de rotación y, por lo tanto, su comportamiento en el aire sin necesidad de regular el ángulo de las hélices o el rotor de cola. En los primeros tiempos no se disponía de baterías de larga duración y peso reducido, ni los motores eran capaces de una gran potencia, por lo que resultaba difícil orientar las máquinas al público en general. Pero a finales de los ochenta la empresa japonesa Keyence, fabricante de sensores, desarrolló el denominado Gyrosaucer, un cuadricóptero (vehículo de cuatro hélices) que sirivió como pistoletazo de salida para la cada vez mayor presencia de dichas máquinas hoy día.

Posteriormente, ya en la década de los 2000, se produjeron avances como el giróscopo, que se usa en barcos, aviones y cohetes para estabilizar el rumbo, o el abaratamiento de los costes gracias a la producción en masa de las piezas, factores que ayudaron a que empresas como la francesa Parrot pudiera poner los drones al alcance de los aficionados.

Las aplicaciones no se redujeron a la agricultura, sino que comenzaron a extenderse desde el campo de la aeronáutica a los reconocimientos aéreos y la fotografía, y en los últimos años también al mundo de los aficionados, gracias a la reducción en los costes de producción; a partir de ahí, las ideas para utilizar estas máquinas en una variedad de campos empresariales no han cesado de brotar.

Dados estos avances en este tipo de maquinaria, lo que ahora resulta más urgente es formar a pilotos y operarios que puedan controlar los drones. Dichas máquinas son más fáciles de manejar en comparación con las aeronaves convencionales de hélices rotativas, y gracias a los avances en GPS y otras tecnologías digitales los meses de entrenamiento y práctica antes de poder pilotar un vehículo por control remoto han dejado de ser un requisito para los aficionados novatos. Los drones disponen de sistemas basados en los datos GPS que permiten al aparato volar en piloto automático a lo largo de un rumbo prefijado, algo que coloca a estas máquinas por delante de los automóviles en ese sentido, pero también resulta imprescindible encontrar pilotos con la técnica necesaria para poder realizar operaciones avanzadas y complejas, como en el caso del equipo interceptor de drones sospechosos.

JUIDA, cuyo director representante es Suzuki Shinji, profesor de la Universidad de Tokio, eligió en octubre del año pasado a siete corporaciones para que entrenaran a pilotos de drones y administradores de seguridad en vuelo. Los pilotos y los administradores que logren aprobar las asignaturas designadas por JUIDA recibirán una licencia técnica que les permitirá ejercer en este campo. Las siglas UAS (Unmanned Aircrafts Systems) que forman parte del nombre de la asociación se refieren a los sistemas de aeronaves no tripuladas. El año pasado JUIDA abrió las puertas de un aeródromo en la ciudad de Tsukuba, prefectura de Ibaraki, que servirá tanto para entrenar a los futuros operadores como para realizar investigaciones sobre drones.

Del uso militar al civil en un abrir y cerrar de ojos

Suzuki Shinji, representante de JUIDA. Tras él, el Predator XP.

Según JUIDA, los drones se comenzaron a desarrollar como blancos de práctica para la armada británica en la década de los treinta, y cuando el almirantazgo estadounidense los vio quedó impresionado, y pronto fueron introducidos en Estados Unidos. En el Reino Unido se solían denominar “Queen Bee” (abeja reina), pero para no faltar el respeto a la monarca pasaron a llamar a estas máquinas “drone” (zángano). Aunque hoy en día el vocablo ha pasado a significar “multicóptero de tamaño reducido”, en origen se refería a vehículos con alas por control remoto del tamaño de un caza.

En el Japan Drone 2016 también hizo su aparición el modelo Predator, un dron de gran tamaño originalmente diseñado para fines militares que ha sido reconvertido para uso civil. Es un caso similar al de Internet, que nació como un proyecto de defensa para extenderse al público y desarrollarse en un abrir y cerrar de ojos. Es de esperar que los usos pacíficos de los drones, con Japón como escenario, den buenos frutos.

Imagen del encabezado: En la Japan Drone 2016 participaron más de 100 empresas (Makuhari Messe, ciudad de Chiba)

Texto: Miki Takajirō (comité editorial)

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