El inesperado adiós del actor de kabuki Ichikawa Danjūrō XII

Sociedad Cultura

El fallecimiento del actor Ichikawa Danjūrō XII el 3 de febrero de 2013 ha supuesto un duro golpe para el mundo del kabuki, que se prepara para la reapertura en abril del teatro Kabuki-za tras su remodelación. ¿Qué futuro le espera al kabuki?

El actor Ichikawa Danjūrō XII falleció repentinamente el 3 de febrero de 2013, dos meses antes de la reapertura del teatro tokiota Kabuki-za tras su remodelación. A finales del año pasado, su estado de salud lo había forzado a abandonar el escenario del teatro Kyoto Minami-za durante una representación de la tradicional kaomise(*1)para ser hospitalizado. No obstante, su muerte ha sorprendido a muchos, ya que se encontraba bajo tratamiento médico de cara a la reapertura del afamado teatro de Tokio. No había nadie tan imprescindible como él en las funciones que se realizarán a partir de la reinauguración. 

A lo largo de la historia, los actores que han ido heredando el nombre Ichikawa Danjūrō se han dedicado a transmitir el arte que da origen al kabuki del período Edo, el aragoto, una interpretación enérgica y agresiva. Ichikawa Danjūrō XII era digno de su nombre: más que un buen intérprete, era un actor maravilloso e inimitable por su humanidad y talento artístico que había trascendido la técnica. Cuando se subía al escenario, era la perfecta encarnación del dicho “El arte es un reflejo de la personalidad del artista”. En este sentido, se trataba de una figura representativa del mundo del kabuki. 

La muerte de Ichikawa Danjūrō XII, un golpe directo al corazón del kabuki 

Ichikawa Danjūrō XII interpretando el papel de Benkei en la obra Kanjinchō (teatro Shinbashi Enbujō, octubre de 2012). Imagen cortesía de Shochiku Co. Ltd. Queda prohibida su reproducción sin autorización.

Algunas personas sienten que, con el fallecimiento de Ichikawa Danjūrō XII, el mundo del kabuki se ha quedado sin un pilar. Además, apenas dos meses antes, en diciembre de 2012, se le había dado el último adiós a Nakamura Kanzaburō XVIII, unos diez años más joven que Ichikawa Danjūrō XII, y considerado como el líder de la siguiente generación de actores de este tipo de teatro; por eso, el golpe fue doble. Ambas pérdidas han hecho que llegue el momento de cuestionarse el futuro del kabuki, tema que había permanecido en el olvido durante algún tiempo. En los últimos 20 años, el kabuki ha prosperado gracias al arte y la técnica de actores que se encuentran en la plenitud de su carrera y a la popularidad de la que gozan; sin embargo, se avecinan cambios. 

Aunque Ichikawa Danjūrō XII falleció a los 66 años, muchos de los grandes actores que se han dedicado al kabuki actual junto a él tienen entre 60 y 70 años: Onoe Kikugorō, Matsumoto Kōshirō, Nakamura Kichiemon, Kataoka Nizaemon, Nakamura Baigyoku y Bandō Tamasaburō. En Japón, la esperanza de vida supera los 80 años, pero no hay duda alguna de que se trata de personas mayores, por muy bien que estén de salud física y mental; los actores de kabuki que se han forjado en la práctica no son una excepción. De hecho, hacía tiempo que se esperaba un relevo generacional en un futuro no muy lejano. Se puede decir sin perder la calma que el fallecimiento de Ichikawa Danjūrō XII es el primer caso, y el más importante, de que esa época que ha de llegar por fin va a hacerse realidad. También se puede considerar como un golpe directo al corazón del kabuki. 

Una oportunidad para medir el talento de las jóvenes promesas 

El problema actual reside en si los actores jóvenes de nuestro tiempo serán capaces de mantener un kabuki firme que transmitir a las próximas generaciones. La siguiente generación de grandes actores, a los que hemos mencionado junto a Ichikawa Danjūrō XII, cuenta con otros intérpretes importantes a pesar de haber perdido a su estrella, Nakamura Kanzaburō XVIII; ellos tienen la capacidad suficiente para encomendarles el kabuki a sus sucesores, empezando por Bandō Mitsugorō, aunque sean de nombres generalmente menos conocidos. Sin embargo, si nos paramos a pensar en los que vendrían después, estos todavía están en proceso de desarrollo, por lo que el futuro es imprevisible. Es cierto que no son pocos los jóvenes actores con talento, pero podría decirse que es pronto para que sus padres les pasen el testigo. Algunos de ellos son Ichikawa Somegorō, Ichikawa En'nosuke, Onoe Kikunosuke y Onoe Shōroku; también está Ichikawa Ebizō, un poco más joven que el resto, pero destinado a convertirse en Ichikawa Danjūrō XIII por ser el hijo mayor de Ichikawa Danjūrō XII. 

Con todo, ha llegado la ocasión perfecta para medir el talento de estos jóvenes actores. En marzo, justo antes de la reapertura del Kabuki-za, habrá representaciones en cuatro teatros de la capital; en ellas, el protagonismo recaerá en jóvenes estrellas de entre 20 y 40 años. Además, en abril comenzarán las funciones de inauguración del teatro tokiota tras su renovación: durante los tres primeros meses, actores de primera línea mostrarán un kabuki que podría calificarse como el mejor de nuestro tiempo. Posteriormente, de julio a septiembre, está previsto que actúen las jóvenes promesas. Otras salas, por su parte, tienen programadas representaciones con actores jóvenes también. 

¿Hasta qué punto serán capaces de mostrar su talento y cosechar éxito en estas funciones? Aunque se trata de una oportunidad ideal para adivinar lo que el futuro le depara al kabuki, el fallecimiento de Ichikawa Danjūrō XII ha servido para que aumente la atención prestada a estos actores. Por otro lado, si las nuevas generaciones dan un gran paso y consiguen desplegar toda su capacidad como jóvenes promesas, quizás aquellos que se preocupan por el futuro de este teatro se tranquilicen. 

El 27 de febrero de 2013 se celebró el funeral oficial de Ichikawa Danjūrō XII en un tanatorio de Aoyama, Tokio, al que asistieron 2.500 personas. Durante el mismo, su hijo mayor, Ichikawa Ebizō, pronunció un discurso en el que recitó una composición poética de su difunto padre. El altar estaba decorado con algunos de los galardones que el actor recibió a lo largo de su carrera, entre ellos la Orden del Sol Naciente Rayos Dorados con Cinta Colgante, que se le había concedido a título póstumo el día anterior en la reunión del Consejo de ministros, y la medalla de Comendador de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, de la que se le hizo entrega en el año 2007, cuando actuó en la Ópera de París.(Imagen de nippon.com)

Relevo generacional de un edificio y de los actores

En abril, el teatro Kabuki-za volverá a abrir sus puertas tras una remodelación. Construido en 1889 como principal sala de representaciones de kabuki, en realidad éste es la quinta versión del edificio. En sus 120 años de historia, lo han reconstruido en otras tres ocasiones: los primeros trabajos comenzaron en 1911; los segundos en 1922, un año después de que un incendio lo redujera a cenizas. Posteriormente, en 1945, sufrió graves daños en los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que decidieron reconstruirlo en 1951. Este cuarto edificio es conocido como el santuario del kabuki de la posguerra; se trata de una construcción de hormigón, si bien presenta un diseño singular que mezcla elementos antiguos y modernos e incorpora ingeniosamente aspectos tradicionales, muy apreciada no sólo entre los fans del kabuki, sino también entre muchas personas que lo consideran como uno de los edificios más representativos de Tokio. Hace tres años decidieron cerrar sus puertas y derruirlo porque estaba envejecido. No obstante, el nuevo edificio está situado en el mismo lugar que el anterior y su diseño es prácticamente igual (cuenta con nuevas funciones también, por supuesto). Se podría decir que, con el fallecimiento de Ichikawa Danjūrō XII poco antes de la reapertura del Kabuki-za, el relevo generacional que se produce al inaugurarse el nuevo edificio se solapa con el relevo generacional entre los actores. 

Si nos remontamos aún más en el tiempo, el relevo generacional se ha venido sucediendo en los más de cuatro siglos de historia y tradición del kabuki. Cuando muere un actor con talento, siempre se alzan voces que alertan sobre el peligro en que se encuentra el kabuki, pero la realidad es que la siguiente generación de intérpretes cobra fuerza y la tradición siguiente transmitiéndose, al mismo tiempo que se va creando un teatro conforme a los nuevos tiempos; así es como ha continuado hasta nuestros días. Limitándonos a la posguerra, época en la se construyó el cuarto edificio en la historia del teatro Kabuki-za, los que eran grandes actores desde antes de la Guerra fueron uno tras otro dejando este mundo, así que incluso se llegó a hablar de la extinción de este género. Entonces, comenzó a sobresalir la generación de los hijos de estos actores, que había desarrollado capacidades bajo la protección de sus padres, encargada del kabuki de la posguerra. Al contrario que sus padres, que por las restricciones de la época tuvieron que limitarse su carrera a Japón, ésta fue la generación en la que se hicieron posibles las representaciones en el extranjero, y en la que otros países del mundo pudieron entrar en contacto con el kabuki. 

Estos actores alcanzaron la tercera edad a finales del siglo XX; entonces los sucedió la siguiente generación: o sea, la de sus hijos. Ichikawa Danjūrō XII fue uno de ellos, uno de estos artífices de la prosperidad del kabuki actual, desde que tomó el testigo a finales del siglo XX hasta su muerte en febrero de 2013. Estos actores han desarrollado una carrera sin precedentes, con facetas que sus padres jamás hubieran podido imaginar: Matsumoto Kōshirō IX ha participado en musicales, mientras que Ichikawa En'nosuke III ha dirigido óperas; Nakamura Kanzaburō XVIII creó su propio teatro provisional y realizó representaciones en Estados Unidos y Europa.

Así es como el kabuki continúa vivo hasta nuestros días. Es un género en el que se van probando cosas nuevas, pero en el que, por otra parte, se conserva la tradición, que se transmite de generación en generación y de una época a otra. En estos momentos, está a punto de producirse un nuevo relevo generacional. No hay duda de que las voces de aquellos que temen por el futuro del kabuki se apagarán si los principales actores jóvenes del momento cultivan sólidamente su talento y toman pronto el testigo de manos de sus padres con seguridad.

(Escrito el 19 de febrero de 2013 y traducido al español del original en japonés. Hanai Tomoko sacó la fotografía del encabezamiento el 21 de febrero, día en que se llevó a cabo una prueba de iluminación en el teatro Kabuki-za)

(*1) ^  En el período Edo, el kaomise  (literalmente, "mostrar la cara") era la primera representación que realizaban los teatros para celebrar el comienzo de un nuevo año de  funciones y presentar, de paso, a los actores, particularmente a los nuevos. Normalmente, se realizaba en noviembre, y era un acontecimiento muy importante en Edo (Tokio), Osaka y Kioto.

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