Los factores que han motivado que Abe Shinzō convoque elecciones anticipadas

Política

El primer ministro Abe Shinzō ha decidido recientemente disolver la Cámara Baja y convocar elecciones generales, según ha argumentado, para someter a la votación de la ciudadanía su política económica y el aplazamiento del aumento de impuesto al consumo al 10 %. Sin embargo entre la ciudadanía y personas cercanas a la política no todo el mundo cree que estas sean las únicas razones. Analizamos los distintos factores que han conducido al primer ministro nipón a tomar esta decisión, su intención y perspectiva.

Las razones de la disolución de la Cámara Baja

El 21 de noviembre de 2014 el primer ministro Abe Shinzō disolvió la Cámara de Representantes. En las explicaciones que ha ofrecido hasta ahora arguye que con esta decisión quiere someter al escrutinio de la ciudadanía su política económica y el aplazamiento de la subida del impuesto al consumo del 8 % al 10 %.

En la rueda de prensa posterior a la disolución de la Cámara Baja, el primer ministro se refirió a esta medida como “la disolución del Abenomics”, y explicó que la convocatoria de elecciones generales es una forma de dejar en manos de la ciudadanía la decisión sobre la continuidad de la política económica del Gobierno en adelante. Asimismo, aseguró que otra de las razones es preguntar al electorado sobre la conveniencia de aplazar la subida del impuesto al consumo. El primer ministro insistió en este punto, que ya había presentado como uno de los motivos de su decisión en una rueda de prensa el 18 de noviembre.

Desde que cambiase el sistema electoral en 1994 cada una de las elecciones generales que se han celebrado, a excepción de la de 2005, han tenido lugar pasados más de tres años después de los anteriores comicios. Teniendo esto en cuenta, la convocatoria actual supone una excepción, ya que tiene lugar apenas dos años después de las últimas elecciones generales.

Muchos medios de comunicación e incluso una sección del Partido Liberal Democrático (PLD) han manifestado su recelo en cuanto a la justificación para disolver la Cámara Baja en esta ocasión. Especialmente en lo que al aumento del impuesto al consumo se refiere, se ha cuestionado la necesidad de celebrar unas elecciones cuando la ley permite paralizar la medida en función del estado de la economía(*1). Este pensamiento es compartido entre los electores. En un sondeo público de opinión el 58 % de los encuestados han respondido que “no es adecuada” la disolución de la Cámara Baja(*2).

Por tanto, ¿por qué ha tomado esta decisión el primer ministro? En este artículo me gustaría analizar algunos de los factores que le han precipitado a tomar esta medida.

La oposición no es una alternativa de gobierno

Podemos pensar que detrás de la decisión del primer ministro existen varios factores. Probablemente la principal razón sea que el PLD está en un estado propicio de cara a unas elecciones. Una encuesta popular realizada antes de que el primer ministro decidiese disolver la Cámara Baja reveló que el porcentaje de personas consultadas que apoyan al Gobierno es del 48 %, y el de las personas que no lo apoyan es del 36 %(*3). La misma encuesta revela que hay un elevado porcentaje de personas que apoyan al PLD, un 37 % del total de los encuestados.

Los partidos de la oposición están divididos y algunos pequeños partidos siguen envueltos en disputas internas. En este contexto, el porcentaje de apoyo que reciben es bajo. Sólo un 6 % de los electores apoya al Partido Democrático de Japón, y 2 % al Partido de la Restauración de Japón. Sin duda los partidos de la oposición no están preparados para unas elecciones. Además, tras los próximos comicios habrá cinco asientos menos en la cámara de distritos electorales menores, por lo que el total de diputados pasará a 295. A comienzos del mes de noviembre el principal partido de la oposición, el PDJ, contaba con 133 candidatos en los distritos electorales menores(*4). El partido en el Gobierno, por otra parte, se encuentra mejor preparado y en el mismo periodo ya contaba con 278 candidatos(*5).

¿Por la continuidad de las políticas impopulares?

El segundo factor que podríamos destacar, y que se relaciona con el primero, es que es probable que el PLD no se encuentre en una situación más favorable que la actual en adelante. La situación económica empeora y se teme que continúe así durante un tiempo. Además, en la sesión ordinaria del próximo año el Gobierno de Abe tiene previsto presentar un proyecto de reforma para leyes que atañen a las Fuerzas de Autodefensa y a la seguridad internacional: el cambio en la interpretación de la Constitución de Japón que permitiría ejercer el derecho a la autodefensa colectiva.

Se espera que en el debate sobre esta serie de propuestas el Gobierno choque de frente con los partidos de la oposición, y es probable que aumente la sensibilización de la ciudadanía sobre los problemas que conllevaría la interpretación de la Constitución para permitir el derecho a la autodefensa colectiva. La opinión de la sociedad japonesa está dividida en lo que se refiere a esta cuestión, y de manifestarse este problema como un asunto de Estado el Gobierno y el propio PLD corre el riesgo de perder aún más apoyos.

Hacer de la “confianza de la nación” su bandera

El tercer factor es que si el PLD gana las elecciones generales, el Gobierno del primer ministro Abe podrá insistir en que ha obtenido la confianza de la ciudadanía. Esto tiene un importante significado de cara al debate que tendrá lugar el próximo año en la sesión ordinaria cuando el Gobierno presente su propuesta de ley en materia de seguridad. El primer ministro ha manifestado su intención de someter sus medidas económicas al escrutinio de las urnas. Sin embargo, el PLD tiene intención de incluir como una promesa electoral de cara a las elecciones que establecerá la legislación en breve en torno a las políticas sobre seguridad que permitirán a Japón tener mayor presencia internacional(*6). Es decir, pueden convertir una supuesta victoria electoral en material para promover las deliberaciones sobre las propuestas de ley en cuestión.

Después de la firma del Tratado Bilateral de Cooperación y Seguridad entre los Estados Unidos y Japón en enero de 1960, el abuelo del primer ministro Abe, el ex primer ministro Kishi Nobusuke, pensó en convocar unas elecciones generales, pero decidió no disolver la Cámara Baja. Es ampliamente conocido que la ratificación del nuevo tratado de seguridad pasó con dificultad por la Dieta, y que después de la misma el primer ministro Kishi se vio obligado a dimitir. Si hubiese decidido celebrar una elecciones generales podría haber pasado el proceso de ratificación sin contratiempos, evitando así haberse visto obligado a dimitir.

El segundo “bazuca Kuroda” ha precipitado esta decisión

El último factor es que el Banco de Japón decidió el pasado 31 de octubre aplicar una nueva flexibilización monetaria. Una de las razones por las que Kuroda Haruhiko tomó la decisión de aplicar la flexibilización monetaria fue favorecer un clima propicio para llevar a cabo la subida del impuesto al consumo según lo programado. Se podría esperar que la subida de las acciones que conlleva esta medida conduzca a una mejora de la situación económica, lo que habría empujado al primer ministro a tomar la decisión de disolver la Cámara de Representantes al ser este un momento propicio.

Teniendo en cuenta en su conjunto todos los factores que he enunciado arriba, no es de extrañar que el primer ministro haya optado por convocar elecciones generales.

En cualquier caso el índice de apoyo al Gobierno y al PLD es alto, y la oposición no está adecuadamente preparada para afrontar unos comicios.

No hay duda de que el primer ministro Abe ha tenido en cuenta la situación actual. Si gana las próximas elecciones se asegurará cuatro años más en el Gobierno.

Las razones de la disolución de la Cámara Baja no están exentas de dudas

Ahora la pregunta es si no existen puntos ciegos en la decisión del primer ministro. Sin duda hay motivos para preocuparse entre las razones argumentadas de la disolución de la Cámara Baja y la situación real de la economía.

Como he mencionado antes, las encuestas sacan a relucir que hay muchas personas que dudan sobre la idoneidad de esta decisión.

También se presentan dudas sobre las razones esgrimidas para la disolución de la Cámara Baja: la implementación del Abenomics y el aplazamiento de la subida del impuesto al consumo.

En la rueda de prensa ofrecida justo después de disolver la Cámara, el primer ministro insistió en los logros obtenidos por el Gobierno con sus políticas económicas con un gran número de ejemplos. No obstante, el 17 de noviembre se anunciaba que entre julio y septiembre de 2014, el segundo trimestre del año fiscal en Japón, el PIB había reflejado un descenso del 0,4 %, sucediéndose así dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo. El primer ministro utilizó el aplazamiento de la subida del impuesto al consumo a tenor de la situación económica como una de sus principales razones.

Me pregunto si esta explicación no entra en contradicción con algunas pequeñas dudas. Si es cierto que el Abenomics está ofreciendo resultados, ¿no querría decir eso que habríamos evitado estar en una mala situación económica? También podríamos pensar que una situación económica estable habría hecho innecesario aplazar el aumento del impuesto al consumo.

Espero que el primer ministro pueda aclarar la idoneidad de su decisión de disolver la Cámara Baja contestando a estas dudas de aquí a la celebración de las elecciones generales.

(*1) ^ Por ejemplo, en el Asahi Shimbun en un artículo del 19 de noviembre de 2014.

(*2) ^ Nihon Keizai Shimbun. 24 de noviembre de 2014.

(*3) ^ Nihon Keizai Shimbun. 27 de octubre de 2014.

(*4) ^ Nihon Keizai Shimbun. 11 de noviembre de 2014.

(*5) ^ Nihon Keizai Shimbun. 12 de noviembre de 2014.

(*6) ^ Nihon Keizai Shimbun. 21 de noviembre de 2014.

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