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Mitaka Kohki

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Una pequeña empresa de tan solo cincuenta empleados, Mitaka Kohki, ha desarrollado una cámara para la NASA y disfruta de una cuota de mercado del 50% en el sector de microscopios para neurocirugía. Echemos un vistazo a los secretos que esconde el éxito de esta compañía.

Con sede central en la ciudad de Mitaka, en la parte oeste de Tokio, Mitaka Kohki Co., Ltd. es una pequeña empresa especializada en herramientas de medición de alta precision. Su creatividad e ideas le han permitido hacerse con una porción considerable del mercado de los productos de óptica micro y macro, desde los amplios confines del espacio hasta operaciones de neurocirugía.

Datos corporativos
Nombre: Mitaka Kohki Co., Ltd.
Dirección: 1-18-8 Nozaki, Mitaka, Tokio 181-0014
Representante: Nakamura Katsushige, Presidente/Gerente general
Actividad comercial: instrumentos para astronomía, equipos de observación espacial, maquinaria industrial, dispositivos médicos, desarrollo y fabricación de sistemas de energía solar
Capital: 10 millones de yenes
Empleados: 50
Sitio web: http://www.mitakakohki.co.jp/index.html (Disponible sólo en japonés e inglés)

Tecnología de cámara utilizada por la NASA

La cámara de alta sensibilidad utilizada en el transbordador espacial.

Mitaka Kohki cuenta con tan solo cincuenta empleados, pero a pesar de su tamaño la compañía está presente de forma significativa en el campo de los equipamientos para observación astronómica. Desde su base cercana al Observatorio Astronómico Nacional de Japón en la ciudad de Mitaka en las fueras de Tokio, la compañía ha desarrollado una innovadora gama de dispositivos para la observación astronómica, que han culminado en el desarrollo de una cámara especial que fue utilizada a bordo de un transbordador espacial estadounidense de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). Nakamura Katsushige, el apacible presidente de 67 años, explica los antecedentes únicos de la empresa.

“Todo empezó antes de la Guerra, cuando el observatorio de la Universidad de Tokio (el predecesor del actual Observatorio Astronómico Nacional) fue trasladado de Azabu a Mitaka”, explica Nakamura. “Mi padre, un administrador de instalaciones de la universidad, se esforzó para que el propietario de los terrenos le permitiese adquirir los derechos del nuevo observatorio. Él era un carpintero excelente, y después de la Guerra dedicó su talento a la fabricación e instalación de telescopios y otros equipamientos de precisión del observatorio. Mi padre falleció durante mi primer año de estudios en un instituto industrial de Tokio, pero su ejemplo nos sirvió tanto a mi hermano mayor como a mí para crear la empresa Mitaka Kohki. Mi hermano se convirtió en el primer presidente de la compañía. Al igual que mi padre, mi hermano había perfeccionado sus habilidades en el observatorio de Mitaka. Juntos, dimos continuidad al trabajo de mi padre, fabricando telescopios para astronomía y equipamientos para uso en cohetes espaciales”.

Desde sus inicios en 1966, la compañía ha trabajado en una asombrosa gama de equipos de tecnología avanzada, desde dispositivos de observación y medición para buques científicos en la Antártida, dispositivos para observación solar para el Instituto de Ciencia Espacial y Astronáutica de la Universidad de Tokio, hasta equipos de observación utilizados en cohetes espaciales. Tal vez el mayor hito que ha logrado la compañía hasta ahora fue cuando una de sus cámaras fue utilizada en el transbordador espacial de la NASA. Mitaka Kohki goza de una fabulosa reputación como pequeña empresa que produce dispositivos de alta tecnología y tiraje limitado adaptados a las necesidades de clientes como universidades, laboratorios científicos y empresas líderes tanto en Japón como en todo el mundo.

Taller de Mitaka Kohki.

 

Desarrollo de un microscopio resistente a las vibraciones

El Space Pointer Cygnus (1989).

Un importante punto de inflexión para la compañía se produjo hace veintiséis años con el desarrollo del microscopio para neurocirugía Space Pointer Cygnus. Su aparición fue la primera incursión de la compañía en las operaciones médicas a vida o muerte. Este paso fue posible tras un encuentro con el fabricante alemán de cámaras, líder en el mercado, Leica.

“En aquella época todavía se llamaban Grupo Wild-Leitz”, explica Nakamura. “Acababan de desarrollar un nuevo modelo de teodolito de alta precisión, utilizado para realizar mediciones en carreteras y otras cosas. Mi hermano y yo quedamos muy impresionados con aquel dispositivo, e inmediatamente decidimos que queríamos adaptarlo para su uso en microscopios quirúrgicos. El objetivo era desarrollar un aparato que pudiese utilizarse en cirugía cerebral y otras operaciones neuroquirúgicas, el pináculo de la cirugía. En tres meses desarrollamos un prototipo y solicitamos una patente, y a continuación sondeamos a Leica. Firmamos un contrato de licencia casi al instante.”

En ese momento, Carl Zeiss, el rival alemán de Leica, dominaba el mercado mundial de microscopios neuroquirúrgicos. Leica era muy conocida como fabricante de lentes para cámaras, pero no era tan fuerte en el campo de la medicina. Los hermanos Nakamura vieron una oportunidad de negocio. Los conocimientos que habían acumulado durante muchos años trabajando en tecnología espacial acabarían siendo cruciales.

La forma de paralelogramo hace que el ángulo entre el microscopio y el objeto observado no cambie aunque el microscopio se mueva.

“Fuimos a observar a un famoso cirujano operando en el departamento de neurocirugía de la Universidad de Kioto. Nuestra misión era encontrar soluciones que cumpliesen los estrictos requisitos de estas operaciones quirúrgicas. Disponer de una precisión extrema es crucial. Intentamos equilibrar todas las distintas partes del dispositivo y procuramos descartar la más mínima vibración. Después de una serie de concienzudas modificaciones, logramos encontrar la manera de mantener el microscopio a una distancia fija del punto en el que cirujano está operando. Esto garantizó que el punto focal o el campo de visión no cambiase y que no se perdiese el enfoque durante una operación para tratar un aneurisma cerebral, por ejemplo. La experiencia que habíamos acumulado desarrollando equipamiento para ser utilizado en el espacio fue crucial para este éxito. Los cohetes en el espacio deben soportar enormes vibraciones.”

El nuevo microscopio representó un gran avance en la realización de operaciones más estables en un campo en donde la más mínima dilación o equivocación con el bisturí puede resultar fatal. Pero Nakamura afirma que la idea en que se basaron los microscopios era sencilla. “Se basa en las propiedades de los paralelogramos, un concepto que hasta un niño de primaria puede llegar a comprender.”

Operación de cirugía cerebral.

Un trabajador realiza la comprobación final de un estativo equilibrado elevado.

Este revolucionario microscopio, que recibió su nombre de la constelación Cygnus (el Cisne) que brilla en los cielos nocturnos de verano, este revolucionario microscopio fue presentado oficialmente en todo el mundo en 1990. Tan solo unos cinco años después, la cuota de mercado mundial de microscopios neuroquirúgicos de Leica había pasado de menos del 1% a casi el 20%. Hoy, la última versión del microscopio Cygnus, de tamaño más reducido para facilitar los movimientos del cirujano, cuenta con más del 50% del mercado.

La importancia del diseño in situ

Nakamura junto a algunos de los estativos equilibrados elevados listos para ser despachados.

Primero surge la idea; después se desarrolla. El resto del proceso (producción en masa, ventas y mantenimiento) puede dejarse para los grandes fabricantes a quienes sirve la compañía, que disponen de los recursos y redes de venta necesarios. Mitaka Kokhi ha evitado los peores efectos del yen fuerte de los últimos años gracias a su práctica de llevar toda la contabilidad en yenes desde el primer día. “Al fin y al cabo, somos una empresa japonesa”, como dice Nakamura. Todo resulta lógico, optimizado y natural.

En 1994 Yoshikazu, el hermano mayor, de ochenta años, decidió pasar a un plano menos activo y ser el presidente honorario de la compañía, y Katsushige fue nombrado segundo presidente de la empresa. Después de estudiar con su padre y hermano y asimilar las tradiciones de la compañía durante muchos años, Nakamura está listo para responder a la pregunta de cuál es la clave de un buen proceso de fabricación. “El trabajo de diseño debe hacerse in situ”, argumenta.

“¿Qué necesidad trata de satisfacer tu diseño? ¿Qué necesita la persona que utilizará el equipo, para qué lo utilizará y de qué manera? Es esencial visitar el quirófano o el observatorio donde va a utilizarse el equipo. La tecnología no es algo que te pueda enseñar cualquiera. Lo importante es aprender observando por uno mismo. Nuestras ventas anuales de 2,6 mil millones de yenes son casi el doble de la cifra de cuando yo tomé el cargo de presidente. Llevamos algún tiempo con beneficios estables, y por eso los resultados también son buenos en cuanto a ventas”.

La curiosidad y la ambición de Nakamura son insaciables. Hoy, la compañía trabaja para desarrollar nuevas tecnologías que puedan contribuir a la generación de electricidad por almacenamiento de energía solar, algo que los grandes fabricantes ansían tener, y tecnología para uso en microscopios fluorescentes que iluminen tumores cancerígenos en tres dimensiones.

La producción en masa no resulta demasiado atractiva para Nakamura. Para él, la competencia se basa en ideas. Su estrategia es adquirir más patentes y continuar aumentando las reservas de propiedad intelectual de la compañía. Mientras me alejo de Mitaka Kohki, se me ocurre que tal vez esta actitud es la clave para la supervivencia del sector manufacturero japonés, caracterizado por su gran cantidad de pequeñas y medianas empresas.

(Fotografías de Kuyama Shiromasa.)

(Escrito originalmente en japonés y traducido al español de su versión inglesa.)

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