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La era de la diplomacia pública: cómo se ha aplicado y cómo se puede mejorar

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La segunda ronda de debates giró en torno a los “instrumentos de la diplomacia pública”. Los ponentes hablaron de sus experiencias en la diplomacia pública desde una amplia gama de vertientes. El moderador fue el profesor Watanabe Yasushi de la Universidad de Keiō.

La diplomacia pública japonesa y alemana

La segunda sesión fue moderada por el profesor Watanabe Yasushi de la Universidad de Keiō. Le acompañaron Ogoura Kazuo (exembajador de Japón en Francia, expresidente de la Fundación Japón y exjefe del comité de la candidatura olímpica de Tokio 2020), Lily Gardner Feldman (catedrática del Instituto Americano de Estudios Germánicos Contemporáneos de la Universidad Johns Hopkins), Holger Finken (director de la sede de Tokio del Servicio de Intercambios Académicos Germánicos) y el periodista sirio Najib El-Khash.

Ogoura inició el debate subrayando que la diplomacia japonesa, desde la era Meiji, se ha dedicado a “corregir” la imagen de Japón en el exterior. Ha sido una política de “esto no, sino que eso otro”, comentó, con el Gobierno japonés trabajando para contraargumentar o corregir estereotipos o “malentendidos” sobre el país en el extranjero. En varias fases de su historia reciente, Japón se ha dedicado a explicar que no es un país incivilizado, sino civilizado; no militarista, sino pacifista; que no es un animal económico, sino un contribuyente singular a la comunidad internacional en muchos niveles, etcétera. Japón ha intentando convencer constantemente al resto del mundo de que en cierto modo ha cambiado. En este sentido, el propio Japón ha sido un medio de diplomacia pública.

Ogoura llegó a reconocer que “en realidad no me gusta el término ‘diplomacia pública’. La cultura japonesa no debería ser propiedad exclusiva del pueblo japonés. Debe pertenecer a todo el mundo. Creo que el propósito de los intercambios culturales debería ser el enriquecimiento del mundo en su conjunto, y no deberían llevarse a cabo con el limitado objetivo de promocionar a Japón en el extranjero”.

Feldman, que ya participó como ponente en la primera sesión, enumeró los tres principales elementos de la diplomacia pública de Alemania desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

La primera fase fue la disculpa. Ejemplos de ello fueron el reconocimiento de culpa de Alemania, admitida en la década de los años 50 del siglo pasado por el Canciller Konrad Adenauer, y los tratados con países como Francia y Polonia. La segunda fueron las visitas de líderes alemanes para participar en importantes ceremonias en lugares simbólicos como el museo del memorial del Holocausto Yad Vashem en Israel. Gerhard Schröder participó en actos de conmemoración del sexagésimo aniversario de los desembarcos de Normandía y el Levantamiento de Varsovia, y asistió a una ceremonia de conmemoración de los sesenta años de la guerra en Rusia. Por su parte, el presidente Horst Köhler asistió a ceremonias para conmemorar los sesenta años de la liberación de Auschwitz.

El tercer elemento de la diplomacia pública de Alemania fue el éxito en la creación de relaciones personales amistosas con líderes de otros países: Adenauer, por ejemplo, fue buen amigo de David Ben-Gurion y de Charles de Gaulle. Más recientemente, Angela Merkel ha entablado una estrecha relación con el primer ministro polaco Donald Tusk. Feldman subrayó la importancia de la diplomacia a nivel personal.

Por su parte, Holger Finken habló del papel de los intercambios académicos de Alemania en el contexto de la diplomacia pública del país. Dijo que muchos programas existían para permitir a los estudiantes y a los jóvenes investigadores alemanes desarrollar trabajos de investigación académica en el extranjero, además de permitir a investigadores extranjeros estudiar durante un cierto tiempo en Alemania. Un importante proyecto consistió en invitar a politólogos de varios países a Alemania durante las elecciones federales. Finken dijo que con el envío de un gran número de alemanes al extranjero mediante becas y subvenciones y la acogida de investigadores extranjeros en Alemania, el Servicio de Intercambios Académicos de Alemania ha ayudado a crear un foro de intercambio y ha contribuido a la mejora de la imagen y el prestigio de Alemania en la comunidad internacional.

Cómo mejorar el entendimiento entre Japón y el mundo árabe

El periodista sirio Najib El-Khash habló sobre la diplomacia pública entre Japón y el mundo árabe desde el punto de vista árabe. “Japón considera a los países árabes como económicamente importantes porque necesita petróleo. Pero en otras cuestiones hay muy poco entendimiento”, afirmó. La decisión de Japón de enviar a miembros de las Fuerzas de Autodefensa a Irak no fue una decisión popular entre la mayoría de los pueblos del mundo árabe. Y ha habido también problemas con las acciones de Japón en cuanto a intercambios culturales. “Yo estuve personalmente involucrado en la organización de un festival de cine árabe aproximadamente durante la época de la guerra de Irak”, comentó. “Cuando sugerí la inclusión de películas de Egipto, país que de lejos tiene la mayor industria cinematográfica de la región, me dijeron que querían ceñirse a películas de Irak. Deberían haber incluído películas de otros países si realmente querían fomentar una mejor comprensión entre Japón y el mundo árabe”.

Mirando hacia el futuro

Tras las presentaciones de los ponentes, el debate se amplió para centrarse en qué pasos debería seguir Japón para consolidar una diplomacia pública satisfactoria en el futuro. El-Khash mencionó que los países árabes habían apoyado la candidatura de Japón para los Juegos Olímpicos de 2020. “Estaban tan decididos a detener a Estambul que pudieron pasar por alto los comentarios ofensivos del gobernador de Tokio Inose Naoki sobre el Islam. El motivo fue que Dubai compite con Esmirna para albergar la Exposición Universal, que se celebrará también en 2020. Sería útil para Japón que más personas en este país fuesen conscientes de que suceden cosas como estas en un segundo plano”.

El-Khash comparó la diplomacia pública de Japón en la región con las exitosas gestiones realizadas por Francia y China. “Francia creó un centro de investigación, el denominado Instituto Francés de Estudios Árabes, en Damasco. Es una de las mayores organizaciones de su clase en Siria, e intelectuales de toda la región trabajan allí y acaban llevándose una impresión positiva de Francia. China está también trabajando duro en cuanto a intercambios académicos, y está enviando profesores de idioma chino a universidades de todos los países de lengua árabe”.

La ventaja de los actores no gubernamentales 

En la segunda parte de la sesión se abrió el debate al público presente. Watanabe pidió a Ogoura su opinión sobre el apoyo del Gobierno de Abe a las industrias culturales y creativas japonesas. Ogoura dijo creer que la prioridad de Japón debería ser el desarrollo de un público de ámbito mundial capaz de recibir las “emisiones” de Japón de forma precisa. “En el caso de Estados Unidos de América”, señaló, “todo el mundo está interesado en las últimas tendencias y novedades que allí se producen. Ellos no tienen que preocuparse en crear un público. Pero para un país como Japón, ese tiene que ser el punto de partida. Personalmente, tengo mis dudas sobre la eficacia del concepto ‘Cool Japan’ como estrategia de diplomacia pública”.

Finken respondió que, por su experiencia, muchos estudiantes e investigadores que han visitado Japón han quedado bastante impresionados por la cultura popular japonesa. Dijo que muchos jóvenes alemanes se interesaban por Japón y querían visitar el país por el atractivo del concepto “Cool Japan”.

Desde el público se hizo una pregunta sobre los casos en que las posturas de los gobiernos nacional y regional no coinciden. Ogoura dijo que no era una cosa negativa. “Es valioso que las opiniones de los gobiernos nacionales y regionales y las de los residentes habituales puedan ser comunicadas al exterior. Esto demuestra la diversidad que existe dentro de Japón. No creo que el objetivo de la diplomacia pública deba limitarse a mostrar el Gobierno nacional de forma positiva”.

El Tratado del Elíseo que consolidó la reconciliación y cooperación entre Alemania y Francia arrancó de los intercambios entre jóvenes de ambos países, subrayó Feldman; el tratado oficial se firmó más tarde. De modo parecido, hubo un importante apoyo al movimiento de Solidaridad en Polonia entre los sindicatos alemanes, en comparación con la posición política oficial del Gobierno alemán. “En la diplomacia pública”, remarcó, “creo que es posible que actores gubernamentales y no gubernamentales se fortalezcan entre sí además de competir”.

Para finalizar, Ogoura habló de las ventajas de los actores no gubernamentales en la diplomacia pública. “Pueden actuar fuera de la influencia del Gobierno nacional y perseguir valores universales”, afirmó.

 

Fotografías de Itabashi Yūichi.

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