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La reconciliación entre Japón y EE. UU. después de Hiroshima y Nagasaki

Política

En 2014, una vez más, un embajador de Estados Unidos en Japón ha estado presente en el Memorial de la Paz de Hiroshima durante la ceremonia que cada año se celebra para recordar a las víctimas del bombardeo atómico. En este artículo repasamos la historia de reconciliación entre Japón y Estados Unidos tras las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.

Es la cuarta vez que un embajador de Estados Unidos acude a la Ceremonia Memorial de la Paz en Hiroshima

El 6 y 9 de agosto de 2014 tuvieron lugar las ceremonias memoriales de la paz en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, a las que ha asistido la embajadora de los Estados Unidos de América, Caroline Kennedy, para honrar el recuerdo de las víctimas de los bombardeos atómicos. Es la primera vez que la embajadora Kennedy, que tomó posesión de su cargo en noviembre de 2013, acude a la ceremonia. Poco después de estrenar este cargo, en diciembre, visitó la ciudad de Nagasaki, en la que hizo una ofrenda floral a las víctimas de la bomba atómica ante la estatua memorial de la Paz.

Que el embajador estadounidense en activo asista a las ceremonias memoriales de la paz que tienen lugar en Hiroshima y Nagasaki los días en los que fueron lanzadas las bombas atómicas es algo relativamente reciente, siendo el primer embajador que hizo esto John Roos en 2010. Esta es la cuarta vez que un embajador estadounidense acude a la ceremonia en Hiroshima. En el caso de Nagasaki, Roos estuvo presente en las ceremonias de los años 2012 y 2013.

Aunque hoy en día es algo natural que el embajador del país que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki se ponga del lado de las víctimas de la misma, hace diez o veinte años era algo inimaginable.

La comprensión muy distante que tienen ambos países sobre el lanzamiento de la bomba atómica supuso el mayor obstáculo para la reconciliación entre Japón y Estados Unidos, en el mismo periodo en el que avanzaba la reconciliación de posguerra entre los países europeos que participaron en la Segunda Guerra Mundial. La primera vez que destacó este contraste de visiones fue a comienzos de 1995.

El Smithsonian y Dresde, cara y cruz de una realidad

En 1995 se cumplieron 50 años del fin de la Segunda Guerra Mundial. El Museo Nacional Smithsonian del Aire y el Espacio en Estados Unidos programó la exposición de los “Cincuenta años del Enola Gay” que abarcaría un recorrido desde la primera vez que la humanidad utilizó armamento nuclear hasta los problemas que surgieron con la proliferación del armamento atómico a partir del periodo de la Guerra Fría. Sin embargo, esta exposición se vio envuelta en un amplio rechazo por parte de asociaciones de veteranos de guerra, la Asamblea Federal y organizaciones civiles, entre otros grupos, y finalmente fue cancelada. Hasta el director del museo tuvo que renunciar debido a esto.

Dos semanas después se celebró en la ciudad alemana de Dresde, que también fue bombardeada de manera indiscriminada y destruida por los países aliados en la Segunda Guerra Mundial, y cuyas víctimas se contaron por decenas de miles, la ceremonia conmemorativa de los “Cincuenta años de los bombardeos aéreos”, a la que no solo acudieron personalidades de la vida alemana, sino también de los antiguos países del bando aliado que realizaron el bombardeo, como el duque de Kent, en sustitución de la reina Isabel II del Reino Unido, el mariscal Peter Inge, y el entonces presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos John Shalikashvili(*1)). ¿Dónde surge esta diferencia?

Rezando por los muertos, pero no ofreciendo una disculpa

Lo que tocó la fibra sensible de aquellos que se opusieron a la exposición en el Smithsonian fue que se indicaba el número de víctimas de Hiroshima y Nagasaki. Es posible que esta exposición recibiese un fuerte rechazo debido a que presentaba la visión de que el ejército de los Estados Unidos había masacrado a un gran número de civiles.

En Estados Unidos la guerra contra Japón se considera una guerra justa, y el punto de vista dominante sigue siendo que el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki fue necesario para salvar la vida de los soldados de los países aliados cuyo desembarco en las principales islas de Japón estaba planeado inmediatamente después. En el otro extremo, en Japón la opinión de que el lanzamiento de las bombas atómicas fue un crimen de guerra está enraizada tanto entre los grupos pacifistas como entre los conservadores.

Por cierto, en Europa, el pensamiento que predominó en la Alemania reunificada para avanzar hacia la normalización de las relaciones con los países del Este fue, mientras se continuaban exigiendo de manera estricta las responsabilidades por la guerra, el reconocimiento de las víctimas del conflicto por igual, sin separarlas entre los países vencedores y los países vencidos, para poder abrir paso a la reconciliación de posguerra. La “reconciliación de Dresde” es un ejemplo de ello, una ceremonia en la que los asistentes de Estados Unidos y Reino Unido nunca se disculparon ante los países vencidos, ni Alemania exigió jamás una disculpa, sino que juntos honraron la memoria de los fallecidos de cada bando. Es una forma de limar asperezas entre ambos lados y mirar hacia el futuro.

En la fase final del camino hacia la reconciliación

Entre Japón y Estados Unidos también se comienza a observar un avance paulatino en el camino hacia la reconciliación por Hiroshima y Nagasaki. Ya en enero de 2004 el entonces embajador de los Estados Unidos Howard Baker visitó Hiroshima y llevó una ofrenda floral al memorial de las víctimas de la bomba atómica(*2)). El mes anterior Japón había enviado a sus Fuerzas Terrestres de Autodefensa a Iraq, un hecho de la época Koizumi-Bush que simbolizó que las relaciones entre Japón y Estados habían pasado a ser más estrechas, dejando atrás la década de 1990 en la que se llegó a decir que las relaciones entre ambos países estaban a la deriva.

Desde entonces hay quien ha propuesto en Japón un modelo de reconciliación como el de Dresde. El exjefe de la oficina de la agencia Kyodo en Washington, Matsuo Fumio, llegó a proponer que tanto en Hiroshima y Nagasaki como en el USS Arizona Memorial en Pearl Harbor, Hawái, los líderes de ambos países realizaran ofrendas florales, una idea que fue recibida favorablemente por parte de la administración Bush. De hecho, en una rueda de prensa previa a la Cumbre del Lago Tōya en 2008 el presidente de los Estados Unidos, George Bush, confesó que le parecía “interesante” al ser preguntado por esta cuestión. Si comparamos esto con la polémica que se generó alrededor de la exposición en el Smithsonian, parece que las cosas han cambiado.

Ese mismo año, con motivo de la reunión de los presidentes de las cámaras de representantes de los países del G8, la entonces presidenta de la cámara baja de los Estados Unidos, Nancy Pelosi, ofreció una ofrenda floral a las víctimas de la bomba atómica en su visita a Hiroshima tras la propuesta de Kōno Yōhei, su homólogo en Japón y anfitrión de dicha cumbre. Actuando en consecuencia, Kōno también realizó una ofrenda floral durante su visita al USS Arizona Memorial, en Pearl Harbor. Estos presidentes están en el tercer escalón dentro del protocolo diplomático en ambos países (en Estados Unidos, el presidente, el vicepresidente, que es el presidente de la cámara alta, y el presidente de la cámara baja). En Japón, el Emperador, el primer ministro, y el presidente de la cámara de representantes). En aquel entonces ya estábamos en la fase final del camino hacia la reconciliación.

¿Qué quieren decir con que “es prematuro”?

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, con motivo de su primera visita a Japón en 2009 ofreció una rueda de prensa en la que, a la pregunta de si visitaría el lugar donde fue lanzada la bomba atómica, contestó que “sería un honor” para él visitar el lugar.

En realidad aunque se había estudiado la posibilidad de realizar esta visita a Hiroshima a nivel oficial, esta se suspendió tras valorar el viceministro de Asuntos Exteriores de Japón que “no es nada probable que la visita a Hiroshima se efectúe para pedir perdón por el lanzamiento de la bomba atómica. Es prematuro programarlo en su primera visita a Japón”. En ese periodo, en el que gobernaba el primer ministro Noda Yoshihiko del Partido Democrático de Japón, se le exigieron responsabilidades al Gobierno en la Dieta, a pesar de que no se hicieron públicos los detalles por tratarse de un asunto diplomático. Hoy, por el contrario, entre la izquierda y la derecha del país hay quienes exigen el reconocimiento de la “responsabilidad” y la “disculpa”, y lo cierto es que parece difícil que se alcance el modelo de reconciliación como el de Dresde en el que se “honra la memoria de las víctimas sin prejuicios”.

Matsuo, principal portavoz del modelo de reconciliación de Dresde, opina que debido a la situación política de Estados Unidos en la que se encuentra envuelto el presidente Obama “se ha hecho difícil que termine realizando una visita a las zonas afectadas por la bomba atómica durante su mandato”. No obstante las visitas a los Memoriales de la Paz por parte de los embajadores estadounidenses han continuado desde el primer viaje del presidente Obama al país, y parece que continúan eliminándose los mayores obstáculos para poder avanzar sin interrupción por el camino de la reconciliación de posguerra entre Japón y Estados Unidos.

Cronología 20 años en el camino de la reconciliación por Hiroshima y Nagasaki entre Japón y Estados Unidos

30 de enero de 1995 Se paraliza la exposición “Cincuenta años del Enola Gay” en Museo Nacional Smithsonian del Aire y el Espacio en Estados Unidos.
13 de febrero de 1995 Tiene lugar la ceremonia por los “Cincuenta años de los bombardeos aéreos de Dresde”.
15 de diciembre de 2003 Las Fuerzas de Autodefensa Terrestres son enviadas a Iraq.
29 de enero de 2004 El embajador de los Estados Unidos Howard Baker visita Hiroshima y lleva una ofrenda floral a las víctimas de la bomba nuclear.
2 de septiembre de 2008 La presidenta de la cámara baja estadounidense Nancy Pelosi visita Hiroshima con motivo de la reunión de presidentes de la Cámara de Representantes de los países del G8. Al igual que Baker, lleva una ofrenda floral a las víctimas de la bomba atómica.
29 de diciembre de 2008 El presidente de la cámara baja de Japón, Kōno Yōhei, lleva una ofrenda floral al USS Arizona Memorial, en Pearl Harbor, Hawái.
13 de noviembre de 2009 Primera visita del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, a Japón. En la rueda de prensa posterior a la reunión de jefes de estado declara que le “honraría visitar las zonas afectadas por la bomba atómica”.
6 de agosto de 2010 El embajador de los Estados Unidos John Roos asiste a la ceremonia memorial de la paz de Hiroshima.
6 de agosto de 2012 El embajador de los Estados Unidos John Roos asiste a la ceremonia memorial de la paz de Hiroshima.
9 de agosto de 2012 El embajador de los Estados Unidos John Roos asiste a la ceremonia memorial de la paz de Nagasaki.
6 de agosto de 2013 El embajador de los Estados Unidos John Roos asiste a la ceremonia memorial de la paz de Hiroshima.
9 de agosto de 2013 El embajador de los Estados Unidos John Roos asiste a la ceremonia memorial de la paz de Nagasaki.
10 de diciembre de 2013 La embajadora de los Estados Unidos Caroline Kennedy visita Nagasaki y lleva una ofrenda floral a la estatua memorial de la paz.
6 de agosto de 2014 La embajadora de los Estados Unidos Caroline Kennedy asiste a la ceremonia memorial de la paz de Hiroshima.
9 de agosto de 2014 La embajadora de los Estados Unidos Caroline Kennedy asiste a la ceremonia memorial de la paz de Nagasaki.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: La embajadora de los Estados Unidos Caroline Kennedy asiste a la ceremonia memorial de la paz en Hiroshima, Jiji Press)

(*1) ^ Matsuo Fumio, Obama daitōryō ga Hiroshima ni kenka suru hi (El día que el presidente Obama haga una ofrenda floral en Hiroshima; Shōgakukan, 2009

(*2) ^ Documentos del Museo de la Paz de la ciudad de Hiroshima (Página web

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