Datos de Japón

Japón ante el problema de los refugiados

Política Sociedad

Los conflictos regionales y guerras civiles están produciendo grandes flujos de refugiados en muchas partes del mundo. Japón hace generosas aportaciones a los organismos internacionales que prestan ayuda humanitaria, pero es sumamente estricto en sus criterios de evaluación de las solicitudes de asilo que recibe de los refugiados extranjeros. ¿A qué se debe esta cerrazón de la política de asilo japonesa?

51 millones de refugiados en el mundo

El número de refugiados está creciendo rápidamente en todo el mundo, impulsado sobre todo por la situación en Siria e Irak, donde millones de personas se están viendo obligadas a abandonar su país debido al surgimiento de la organización extremista Estado Islámico y otros factores. La mayor parte de los refugiados se dirige hacia los países limítrofes o, finalmente, hacia Europa, que mantiene una política tolerante al respecto. Están ocurriendo también lamentables accidentes que se cobran un gran número de víctimas, como los sufridos por barcos de refugiados procedentes de Libia que vuelcan en aguas del Mediterráneo.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el total mundial de desplazados se aproximaba en 2013 a los 51 millones de personas, la mayor cifra alcanzada desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Ese mismo año, más de 210.000 personas obtuvieron el estatus de refugiado en diversos países, cifra que equivale a un 40 % del total de solicitantes. En 2014, los países desarrollados recibieron cerca de 866.000 solicitudes de asilo, marcando así un aumento del 45 % con respecto al año anterior y el nivel más alto en 22 años. Con 173.000 casos, Alemania encabeza la lista de países con más solicitudes recibidas, seguida de Estados Unidos.

Porcentaje de concesión de asilo: 0,2 %

Frente a estas cifras, las de concesiones de asilo por parte de Japón(*1) son extremadamente bajas. En 1981 Japón se adhirió a la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y un año después se puso en marcha el sistema de reconocimiento. En los últimos años ha aumentado mucho el número de solicitudes, especialmente el de las provenientes de países asiáticos. Según datos publicados en marzo de 2015 por el Ministerio de Justicia, durante 2014, 5.000 extranjeros presentaron ante el Gobierno japonés solicitud de asilo, 1.740 más que el año anterior. Fue la cifra más elevada desde que el sistema comenzó a funcionar.

Solicitudes por nacionalidad (comparativa 2011-2013)

 20112013
1 Myanmar 491 Turquía 658
2 Nepal 251 Nepal 544
3 Turquía 234 Myanmar 380
4 Sri Lanka 224 Sri Lanka 345
5 Pakistán 169 Pakistán 241
6 Bangladés 98 Bangladés 190
7 Nigeria 52 India 165
8 India 51 Ghana 114
9 Irán 49 Camerún 99
10 Camerún 47 Nigeria 68
  Otros 201 Otros 456
  Total 1.867 Total 3.260

Nota: Tabla elaborada a partir de los datos del Departamento de Inmigración del Ministerio de Justicia de Japón.

Sin embargo, solo 11 personas fueron reconocidas como refugiados por el Gobierno, un 0,2 % del total. Comparando las cifras de refugiados reconocidos por los diversos países durante 2013, vemos que Japón reconoció a seis (de 3.260 solicitudes), mientras que Estados Unidos dio asilo a 21.171, Alemania a 10.915 y Francia a 9.099. Nuestro país vecino, Corea del Sur, admitió a 57. Hasta 2014, Japón había reconocido a un total de 633 refugiados. Desde 2010 Japón acepta también solicitudes de refugiados ya asentados en otros países(*2), pero aun así el índice de reconocimiento y aceptación de refugiados por parte de Japón es uno de los bajos entre los países desarrollados.

Se presentan también muchas solicitudes injustificadas

La cantidad comparativamente mucho menor de solicitudes y concesiones de asilo de Japón con respecto a los países occidentales se debe, en primer lugar, a la lejanía geográfica de los focos de conflicto. También influye el hecho de que no exista en Japón una comunidad o un medio social suficientemente amplio que pueda encargarse de recibir a los refugiados con garantías. Según responsables del Departamento de Inmigración, órgano del Ministerio de Justicia que se encarga de examinar las solicitudes y decidir al respecto, últimamente, entre los solicitantes hay muchos sobre los que difícilmente puede decirse que existan temores fundados de que puedan ser perseguidos en su país, y que habría que clasificar más bien entre los “falsos refugiados” que tratan de rehacer su vida en un país económicamente rico como Japón. De todas las solicitudes, los casos en que se alega “persecución gubernamental” se quedan en un 10 % del total y, ciertamente, parece que muchos solicitantes no entienden bien el sistema. “Si el número de solicitantes ha subido de los 384 de 2005 a los 5.000 de 2014, es en gran parte por todos estos factores”, explica el responsable de Inmigración.

La contribución económica de Japón a ACNUR es grande, pero…

Ante esta gran diferencia existente entre las cifras de admisión de refugiados de Japón y las del resto de los principales países del mundo, se ha formado una fuerte corriente crítica contra Japón, que es visto como un país insensible al problema, que toma medidas de protección a los refugiados claramente insuficientes. Muchas organizaciones de ayuda a los refugiados y otras entidades señalan que los criterios para la concesión de asilo de Japón son mucho más estrictos de los manejados internacionalmente. Sin embargo, Japón realiza una importante aportación económica indirecta a la causa humanitaria, pues, con sus 181,6 millones de dólares en 2014, es el segundo país del mundo, después de Estados Unidos, que más dinero aporta a ACNUR.

En este contexto, en el año 2011, cuando se cumplieron los 30 años de la adhesión de Japón a la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, ambas cámaras de la Dieta (legislativo nacional) adoptaron una resolución por la que Japón se comprometía a trabajar de forma continua para proteger a los refugiados y contribuir a solucionar este gran problema, resolución que fue objeto de gran atención por ser “la primera del mundo” de su género. Además, a finales de 2014, un órgano consultivo privado, adjunto al ministro de Justicia, elaboró un proyecto de revisión de la política japonesa de asilo, en el que se planteaban diversas medidas para fortalecer la actuación de Japón respecto a este problema, como la creación de un sistema de protección que se adaptase mejor a la creciente variedad de formas de persecución.

El supuesto más temido: desestabilización en la península de Corea

Sin embargo, cuando se discute en Japón sobre política de refugiados, no se suele tener en cuenta que esta política tiene muchas implicaciones en problemas políticos y diplomáticos delicados, como la previsible avalancha de refugiados que podría producirse si la situación política se desestabilizase en la península de Corea. En ese sentido, todavía es mucho lo que queda por discutirse. Se trataría de analizar hasta dónde puede ampliarse la capacidad de acogida de refugiados de los países, principalmente de los asiáticos, y si es posible acondicionar en Japón plataformas para la recepción de esos flujos humanos. La cuestión es hasta qué punto Japón, como país desarrollado, está dispuesto a comprometerse seriamente en esta forma de ayuda humanitaria que es el auxilio a los refugiados.

Texto: Harada Kazuyoshi (Redacción)

Fotografía del titular:
Una familia de refugiados de Myanmar que ha obtenido asilo de reasentamiento en tercer país llega en septiembre de 2013 al aeropuerto de Narita (Jiji Press).

(*1) ^ Concesión de asilo. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados define al refugiado como la persona  que “debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas se encuentra fuera de su país”. Si esa persona es reconocida como refugiado, se hace acreedor a un permiso indefinido de residencia, pensiones públicas u otras asignaciones.

(*2) ^ Reasentamiento en terceros países. Sistema por el que un país concede el estatus a alguien que ya ha vivido como refugiado en campos ad hoc ubicados en otros países. Junto a la repatriación voluntaria y la integración social en el país de recepción, el ACNUR sitúa el reasentamiento en terceros países entre las medidas imprescindibles de ayuda a los refugiados.

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