Fragmentos de Japón

Funerales en Japón

Sociedad Cultura

Japón ha adoptado toda una serie de prácticas religiosas, como las bodas en iglesias cristianas o según los rituales sintoístas propios del país. Pero los funerales (o sōshiki) son generalmente ceremonias budistas que realizan sacerdotes en los establecimientos funerarios o los templos.

El 90 % de los funerales son de tipo budista

En Japón se celebra la navidad, una costumbre occidental, las bodas en iglesias cristianas, el Año Nuevo visitando santuarios sintoístas, y los funerales al estilo budista. En el trasfondo cultural del país existe una inconsciencia religiosa. Tal vez para las personas que otorgan gran importancia a la fe y la religión es un poco complicado comprender la idea general del sentimiento religioso en el país.

En el caso de los funerales, los japoneses tienen ceremonias budistas, sintoístas, cristianas y no religiosas, aunque las ceremonias budistas son sin duda las mayoritarias. En estas ceremonias unos bonzos se encargan de leer unos sutras y realizar los rituales budistas correspondientes para el difunto. La estrecha relación del budismo con los funerales hoy en Japón hace que, a modo de mofa, a menudo se mencione esta creencia como el “budismo de funerales”. Una encuesta realizada por la Asociación de Consumidores de Japón revela que el 90,1 % de los funerales en el país son de tipo budista, un 3,4 % sintoístas y un 2,4 % no tienen carácter religioso.

Un funeral cuesta en Japón alrededor de dos millones de yenes

Aunque la forma en la que se ejecuta el funeral difiere en varios aspectos según la secta y el lugar, hay semejanzas en todas las ceremonias. En primer lugar se deben pronunciar unos sutras (kyō) por el alma del fallecido, que se ha colocado con la cabeza mirando hacia el norte, y una vez se ha realizado la limpieza del cuerpo se introduce en el ataúd de madera (hitsugi) y tiene lugar el velatorio (tsuya). Durante el velatorio, como en otras culturas, los familiares y amigos comparten historias y recuerdos de la vida del fallecido en su última noche en este mundo.

Al día siguiente tiene lugar el rito funerario y la ceremonia de despedida. Posteriormente se crema el cuerpo del difunto, y los familiares en parejas se pasan los huesos que han quedado con unos palillos para introducirlos en una urna (kotsutsubo). En 2013 el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar informó que en Japón el 99 % de los difuntos son incinerados. Por otra parte, el coste medio nacional de un funeral está en torno a los dos millones de yenes.

Dependiendo de la relación que tuviesen con el difunto o su familia, los participantes pueden elegir si asisten al velatorio o al funeral. La etiqueta para el luto (mofuku) es un vestido negro para las mujeres, y un traje negro con corbata del mismo color para los hombres. Los que asisten al funeral suelen llevar consigo también un rosario budista conocido como juzu. En los velatorios la etiqueta es menos formal. 

Las personas que acuden al funeral entregan un pequeño donativo conocido como kōden, o “dinero del incienso”, para ayudar con los gastos de la ceremonia. La cantidad del kōden difiere según la edad y la posición de la persona que lo entrega o la relación que tuviese con el fallecido o su familia, pero ronda entre los 5.000 y los 10.000 yenes. El dinero es depositado en un sobre especial llamado kōdenbukuro y entregado al llegar a la ceremonia.

Un kōdenbukuro y un juzu.

Algo que tiene lugar sin falta en todos los funerales es la quema de incienso, o shōkō. La manera fundamental de quemar incienso en un funeral es la siguiente: primero se toma un poco de incienso en polvo (makkō) utilizando el dedo pulgar, el índice y el corazón de la mano derecha, levantando la palma hacia adentro hasta la altura de la frente. Después se esparce el incienso en un quemador (kōro), manteniendo los dedos encima del recipiente. Dependiendo de la secta budista, esto se realiza una sola vez o se repite tres veces.

Shōkō.

Los funerales de hoy en día en Japón 

Además del coste elevado de estas ceremonias, a medida que la población japonesa envejece y aumenta el número de familias con menos hijos, la tendencia general de los funerales está cambiando y convirtiéndose en ceremonias más pequeñas y baratas. Por otro lado cada vez se celebran menos funerales en los hogares, y la muerte está pasando a ser una realidad que ya no forma parte de la vida diaria.

Un sepulcro budista.

También se ha puesto de moda entre las familias de los fallecidos esparcir las cenizas en el mar y la montaña respetando la voluntad del difunto, una práctica conocida como shizen-, preparar la música funeraria (ongaku-sō), o enterrar al fallecido cerca de un árbol (jumoku-sō). También hay personas que celebran su funeral en vida (seizen-sō). 

Con los cambios que el paso del tiempo impone en la visión de la vida y la muerte que tienen los japoneses, la manera de celebrar los funerales y los entierros también se está transformando. En los últimos años han aparecido más empresas especializadas en funerales que ofrecen opciones distintas y ceremonias a un precio más asequible, por lo que el abanico de opciones para despedir a nuestros seres queridos es mucho mayor.

(Fotografía del encabezado: un altar budista, o saidan.)

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