Fragmentos de Japón

Fumar en Japón

Sociedad Cultura

Los japoneses se toman muy en serio las normas sobre el tabaco y el daño a los fumadores pasivos. Son muchas las municipalidades que prohíben fumar en sus espacios públicos, y estas regulaciones son cada vez más estrictas, de cara a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020.

El tabaco en Japón, una costumbre con casi 400 años

En 2014 fumaba un 30,3 % de los varones adultos de Japón, lo cual representa un pronunciado descenso en comparación con 1966, cuando el número de fumadores llegó al 83,7 %. El porcentaje de mujeres que fuman ronda el 9,8 %. En los setenta el tabaco formaba parte de las letras de canciones populares, pero ahora vivimos en una época en la que incluso el protagonista de la película de animación Kaze tachinu (El viento se alza), del director Miyazaki Hayao, se ve criticado por aparecer fumando en algunas escenas.

Bandeja para tabaco y kiseru, un tipo de pipa (utensilios para fumar utilizados en la época Edo)

Existen varias teorías sobre la introducción del tabaco en Japón, pero la que parece más plausible es la que defiende que el tabaco entró en el país de mano de los comerciantes occidentales que llegaron de Europa (de países como Portugal y España) en el siglo XVI. Posteriormente, en la época Edo (1603-1868), se convirtió en un producto predilecto entre las clases populares, y se comenzó a cultivar en el país, en lugares como Tōhoku o Kyūshū, y tras la Segunda Guerra Mundial se fundó, en 1949, la Corporación Pública de Tabaco y Sal de Japón. Sin embargo en 1985 el tabaco, tras años bajo el control exclusivo de dicha corporación, pasó a ser responsabilidad de la recién formada Japan Tobacco. En la actualidad, el tabaco más barato cuesta 210 yenes por paquete, y las marcas más caras hasta 460. Un 64,4 % del precio son impuestos, los cuales generaron en 2014 más de dos billones de yenes, una importante fuente de ingresos para el Gobierno. Los extranjeros que entran en Japón no pueden introducir en el país más de dos cartones de cigarrillos sin necesidad de pagar impuestos.

Los fumadores, cada año más arrinconados

Zona de fumadores delante de la estación de Shinbashi

Hasta hace poco no eran pocos los que fumaban caminando por la calle, o quienes lo hacían en restaurantes y cafeterías sin prestar mucha atención a quienes los rodeaban. Pero en 2002 se implementó un reglamento sobre el tabaco en el distrito tokiota de Chiyoda que limitaba las zonas en las que se podía fumar, y otras municipalidades pronto comenzaron a seguir su ejemplo.

El 1 de julio de 2014 se implementó en el distrito de Minato, Tokio, un reglamento conocido como Minato Tabako rūru (reglas de tabaco en Minato), por el cual se prohibía el consumo de tabaco en todos los lugares públicos, como calles, parques, zonas recreativas para infantes, etc., y únicamente se permitía en las zonas para fumadores; además, se prohibía también arrojar colillas y otros restos de tabaco a la vía pública. Quienes quebrantan esas regulaciones  gubernamentales se enfrentan a una multa administrativa. Las personas que fuman en lugares no permitidos o arrojan restos de tabaco al suelo en el distrito de Chiyoda deben pagar multas de hasta 20.000 yenes (en julio de 2015 se rebajó la cantidad a 2.000 yenes).

Fumar en espacios públicos puede provocar todo tipo de accidentes, desde quemaduras en las aglomeraciones, agujeros en la ropa, o bebés que se meten los restos de tabaco en la boca. Pero, sobre todo, el cigarro que un adulto sostiene en la mano al caminar queda a la altura exacta de la cara de un niño pequeño, algo muy peligroso. Fumar fuera de los lugares establecidos se penaliza con una multa, pero de producirse heridas el infractor se puede enfrentar a un litigio por heridas involuntarias.

Convivencia entre fumadores y no fumadores

Zona de fumadores en la plataforma de la estación de Shin Aomori (prefectura de Aomori)

En las municipalidades en las que se han implementado regulaciones que prohíben fumar en los espacios públicos también se han instalado espacios con ceniceros para fumar, en las cercanías de las estaciones o las esquinas de los parques.

Además también existen zonas de fumadores similares en algunas plataformas y vagones de shinkansen (tren bala) o de trenes exprés. No son pocos los edificios de oficinas o de comercios que han creado ese tipo de espacios de forma privada. En los restaurantes familiares y las cafeterías cada vez hay más ejemplos de locales que cuentan con zonas para fumadores y para no fumadores, o los que prohíben fumar en todo el local salvo por una sala habilitada a tal efecto. Existen también locales en los que no se puede fumar de día pero sí a la hora de cenar, o que limitan el uso del tabaco según el horario. Se trata de formas de buscar una mejor convivencia a través de los horarios más convenientes.

Señal de convivencia entre fumadores y no fumadores

Por otro lado, para evitar los casos de fumadores pasivos en el espacio laboral, en 2003 el Gobierno de Japón promulgó la Ley de Promoción de la Salud, mediante la cual fomentaba la creación de espacios para los fumadores, parte de cuyo coste era subvencionado.

Así las cosas, los fumadores ven también su espacio limitado incluso en la intimidad de sus hogares. Para no causar molestias a los familiares que viven con ellos, cada vez son más los fumadores que deciden fumar al lado del extractor de humos, o que lo hacen en la terraza (este tipo de fumador recibe el sobrenombre de hotaru, “luciérnaga”, porque su cigarro se asemeja de noche al brillo de estos insectos). Así, continúa aumentando la cantidad de fumadores que respetan las normas de civismo con respecto al tabaco, y que incluso lo hacen con estilo, con ceniceros portátiles de última moda.

Sin el taspo no se puede comprar tabaco en la máquina

Tarjeta taspo.

En Japón, como en muchos otros países del mundo, existen máquinas expendedoras de tabaco, pero a raíz de la introducción en julio de 2008 de la tarjeta IC taspo el público dejó de poder adquirir tabaco en dichas máquinas si no contaba con una de estas tarjetas. Para poder lograrla es necesario presentar algún documento de identidad, como el carnet de conducir, y una fotografía del rostro, y si uno no puede demostrar ser el dueño del documento no puede recibir la tarjeta. Un 98 % de las máquinas expendedoras de tabaco del país son compatibles con el taspo; se trata del método más eficaz para impedir que los menores de edad (menores de 20 años, en Japón) adquieran cigarrillos.

Imagen del encabezado: Señal en la calzada - Martin Abegglen

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