Los decepcionantes resultados de 2014 para Sony, NTT Docomo y Nintendo en la “guerra de los smartphones”

Economía

Sony, NTT Docomo, Nintendo. Las tres son empresas representativas de Japón que han probado su suerte en la “guerra de los smartphones”, pero en la balanza fiscal de 2014 (entre abril y septiembre) su situación parece estar estancada.

Sony se hunde ante los agresivos precios de China

Sony solía liderar el mercado internacional con productos como el walkman, la handycam o el ordenador VAIO. Sin embargo últimamente hay gente, incluso dentro de Sony, que ya no sabe qué es lo que fabrica la empresa.

Los decepcionantes resultados de Sony en estos últimos años saltan a la vista. Hace ya seis años que la empresa batió su récord de beneficios, en el periodo de marzo de 2008, con unas ventas de 369.400 millones de yenes. En el corazón de este impulso se hallaban marcas de prestigio, como la línea BRAVIA de televisores, los ordenadores VAIO o las cámaras digitales Cybershot. Sin embargo, desde el año siguiente hasta el periodo de marzo de 2012 la empresa se mantuvo en números rojos. Aunque en marzo de 2013 la empresa recuperó su solvencia (con unos beneficios de 41.500 millones de yenes), volvió a caer en los números rojos para el periodo de marzo de 2014, con unas pérdidas de 128.300 millones. ¿A qué se debe este rendimiento tan pobre?

Sus negocios en computación. Sony comenzó a desarrollar su línea VAIO de ordenadores en 1996, pero en sus intentos por expandirse el tiro les salió por la culata, y con el alza del yen que empezó en 2011 y otros problemas la empresa terminó por estar en números rojos. Debido a la imposibilidad de regresar a la solvencia terminó por vender la marca a un fondo de inversiones, con lo que registró unas pérdidas de 91.700 millones (de los cuales 40.900 millones eran gastos por reestructuración) en el balance general de marzo de 2014. Sus negocios de fabricación de televisores también sufrieron diez años seguidos de números rojos, pero recientemente han comenzado a reducir sus pérdidas. Se han librado de la venta, y la división pasó a convertirse en subsidiaria en julio de este año. No parece que los televisores sean el mayor problema de la empresa.

Lo que está haciendo tropezar a Sony, más bien, es la inesperada lentitud con la que se mueve su negocio de smartphones, en el que ha volcado el núcleo de sus fuerzas. Y no hablo de los modelos de grandes prestaciones, en especial, sino de aquellos modelos destinados a los mercados de móviles económicos de China o los países emergentes de Latinoamérica, en los que tiene que competir con marcas coreanas o chinas. Con el auge de fabricantes chinos, como Xiaomi (de Pekín), las ventas de Sony durante el periodo entre abril y junio de este año no llegan al nivel de lo que vendió en el mismo periodo, el año pasado. La empresa ha corregido sus previsiones: de los 50 millones de unidades que esperaba vender para el periodo de marzo de 2015 en julio anunció que esperaba vender 43 millones. Posteriormente rebajó sus previsiones hasta los 41 millones de unidades.

En 2012 Sony convirtió a la antigua Sony Ericsson en subsidiaria suya, y se lanzó en una ampliacion con la que trataba de hacerse hueco en el mercado de los smartphones. Sin embargo se vio obligada a revisar su plan de negocios ante la ofensiva china, y procedió a registrar una pérdida 176.000 millones de yenes en derechos comerciales que había logrado por medio de la adquisición de Ericsson. La última liquidación pasó de golpe de un déficit de 50.000 millones de yenes a uno de 230.000 millones, y por primera vez desde la salida a la Bolsa de Tokio en 1958 se decidió terminar el año fiscal sin dividendos.

Docomo cae hasta el tercer puesto por su fallido nuevo sistema de pago

NTT Docomo tenía en su día el 50 % del mercado de telefonía móvil en Japón. Sin embargo su declive en los últimos años resulta trágico. Por oposición Softbank, que solía ser considerada una competidora de segunda, a través de vistosos procesos como fusiones y adquisiciones en el extranjero, o su inversión en el gigante de la electrónica Ali Baba, de China, ha seguido sumando aciertos y se adelantó a Docomo y a KDDI al introducir en su oferta el iPhone, asegurándose así un aumento de beneficios de más del 10 % con respecto al año anterior. El balance de cuentas para Docomo este periodo apunta a una reducción del 20 % de los beneficios.

El 31 de octubre Docomo anunció sus expectativas de resultados consolidados para el periodo de marzo de 2015, en el que se incluyen las cuentas del segundo cuarto de año. Se espera una pérdida del 23,1 %, con unos beneficios de 630.000 millones. Esto supone un descenso de 120.000 millones respecto a los 750.000 millones que esperaban obtener al iniciarse el año fiscal actual. Es la primera vez que la empresa queda en el último puesto de las tres principales de la telefonía móvil en Japón. Para Docomo, el gigante de la telefonía móvil, esto debe de parecer una pesadilla.

El motivo de los escasos resultados hay que buscarlo en el vanguardista “Nuevo plan de pago” que la empresa puso en marcha en junio de este año. Dicho plan hacía por completo caso omiso a las tendencias de los usuarios y provocó unos resultados desastrosos. El plan combinaba el pago según la cantidad de banda usada con un pago fijo de 2.700 yenes mensuales por el uso de la línea telefónica. Los clientes que usaban más ancho de banda de lo normal y por tanto pagaban más de la tarifa base se cambiaron en masa al nuevo plan. Al final, dado que eran muchos los usuarios que elegían un ancho de banda más escaso, se estima que el plan, que debía haber generado un aumento de beneficios por valor de 20.000 millones de yenes, terminará por generar una reducción de los mismos por valor de 100.000 millones.

Docomo debía haber logrado un gran éxito con la introducción, el pasado otoño, del iPhone de los estadounidenses Apple, el smartphone responsable en gran medida de que muchos clientes se hubieran apartado de Docomo, frente a su adopción previa por parte de KDDI y Softbank. El número de contratos nuevos entre abril y septiembre de este año se ha recuperado desde los 230.000 del periodo del año anterior hasta 1.119.000, y la cantidad de usuarios que cambiaban de compañía se redujo de 130.000 a 30.000 por mes, con lo que la empresa parece haberse librado de momento de estrellarse contra el fondo de sus negocios. Pero no ha sido por la mala previsión del nuevo sistema de pago.

Docomo hizo públicas unas estimaciones de beneficios a medio plazo que superarían los resultados de marzo de 2014 (819.100 millones de yenes) para marzo de 2018. Unoura Hiroo, presidente de la empresa matriz, NTT, declaró que se trataba de “una iniciativa de mínimos” que se debe cumplir sin falta. El año pasado Docomo desarrolló una estrategia basada en reducir el número de principales empresas fabricantes de móviles a dos, pero no consiguió detener la circulación de los otros modelos. El punto de vista de la compañía matriz también representa un problema para el gigante de los móviles, a quien no parece salirle bien nada de lo que hace.

Nintendo, anclada en su antiguo modelo de negocios

Nintendo fue en otros tiempos la empresa que dominaba la industria del videojuego, desde que sacara al mercado su Nintendo Entertainment System (Famicon, en Japón). La empresa lleva tres años fiscales intentando salir de los números rojos, pero en lo sucesivo, para embarcarse en una verdadera recuperación, debe prestar atención a varios elementos.

Hoy día nos hallamos en culmen de los juegos sociales (en red) que se pueden disfrutar descargándolos en los smartphones. Sin embargo Nintendo es una “empresa cuyo modelo de negocios se ha basado y se seguirá basando en el desarrollo tanto de videoconsolas como de videojuegos” (según palabras del presidente, Iwata Satoru), acostumbrada como está a seguir su propio camino. Incluso aunque ese camino sea el correcto, ni siquiera el rey de los videojuegos puede sobrevivir haciendo caso omiso a los mercados.

Los problemas que sufren las consolas de videojuegos también se ven reflejados en los resultados de Nintendo. En marzo de 2009 la empresa batió el récord de beneficios en su historia, pero ese logro se vio empañado cuando, a partir de marzo de 2012, se declaró en números rojos durante tres años fiscales seguidos. En marzo de 2012 su déficit era de 36.400 millones de yenes, cantidad que creció hasta los 46.400 millones en 2013. El fracaso de ventas de la consola Wii U resonaba con fuerza.

No obstante también se percibe la posibilidad de una recuperación. Según el informe de abril-septiembre de 2014, las pérdidas se han reducido hasta los 200 millones de yenes, una gran mejora con respecto al mismo periodo del año anterior (unos números rojos de 23.200 millones). Desde el lanzamiento de la Wii U a principios de 2012 la consola había sufrido de una seria escasez de títulos, pero en mayo de este año se lanzó el popular juego de carreras Mario Kart 8, que ha generado un gran interés en Occidente. A finales de año también ha aparecido el juego de lucha Smash Brothers, que también cuenta con muchos seguidores, así como una nueva entrada en la serie de juegos de Pokémon, para la consola portátil de Nintendo, la 3DS. Con la ayuda de estos títulos se espera que la empresa dé la vuelta a sus números rojos por primera vez en cuatro años fiscales (con unos beneficios operativos de 40.000 millones y unos beneficios netos de 20.000 millones).

Lo que resulta inquietante, sin embargo, es la difusión de los smartphones de altas prestaciones. En 2013 el número total de unidades vendidas superó por primera vez la marca de los mil millones, con un incremento del 38 % sobre el año anterior. Estas son cifras que aplastan los 60 millones de unidades vendidas por Nintendo. Iwata afirmó con energía que “por mucho que se difundan los smartphones y las tabletas, si sabemos adaptarnos a los cambios de este mundo las consolas de videojuegos no van a desaparecer”. Queda por ver si su predicción es correcta, claro.

Las condiciones necesarias para una recuperación

Las tres empresas, por sendas razones, han malogrado sus resultados a mitad de año en la “guerra de smartphones”, pero tanto si redoblan sus esfuerzos en ese mercado como si deciden poner una cierta distancia, resulta imposible salir de la esfera de influencia que ejercen los smartphones.

Para Sony, se trata de “continuar en el negocio sin rendirse” (según Hirai Kazuo, presidente y director ejecutivo de la empresa). Sony se sustenta sobre tres pilares del campo de la electrónica: los smartphones, los videojuegos (Playstation) y la imagen digital (sensores); por ello apunta a un cambio hacia una estructura que genere más beneficios, a través de elementos como la reducción de modelos a introducir en China, o la revisión tanto de sus mercados geográficos como de sus técnicas de venta. Está por ver si será capaz de reformar su herida estructura, y ahí precisamente reside la clave de la recuperación de Sony.

Las esperanzas de NTT Docomo están puestas en la introducción de su plan de descuentos mediante un servicio unificado de teléfono e Internet (por fibra óptica). Softbank y KDDI ya han comprendido esto, y resulta irónico que ahora lo haga Docomo. Se podría decir que en esto reside la clave de la posible recuperación de los beneficios de Docomo.

Nintendo, fiel a su propia independencia y cada vez más alejada de los smartphones, anunció en octubre un nuevo negocio de salud bajo el tema “Calidad de vida”. A partir del año fiscal 2015 lanzarán un sistema con sensores capaces de medir el estado del sueño y la fatiga. Se caracterizará por no precisar de ningún producto anterior de Nintendo para funcionar y poder ser disfrutado. El objetivo es ampliar los negocios basándose en la experiencia y el saber hacer obtenidos mediante su carrera en los videojuegos. Este nuevo negocio también será autogestionado.

(Edición: Nagasawa Takaaki)

Imagen de la portada: Yoshida Ken’ichirō, jefe de finanzas de Sony, durante la presentación de los resultados de mitad de año de la empresa, en octubre de 2014 (al centro; imagen: Jiji Press)

(Artículo traducido al español del original en japonés)

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