Retretes de nueva generación para los refugios tras un desastre

Sociedad

Prevenir el síndrome de la clase turista y los norovirus

En las zonas de las prefecturas de Kumamoto y Ōita afectadas por la serie de terremotos ocurrida allí, se ha comenzado a restaurar infraestructuras y servicios básicos como la luz y el agua. Además, el número de damnificados que se alojan en refugios ha disminuido: el 26 de abril eran 50.000 personas; en el momento de mayor ocupación, unas 180.000. Sin embargo, en las áreas que han sufrido los daños más graves continúan sin agua, y todavía son muchas las personas que duermen en sus vehículos. Según cifras de la prefectura de Kumamoto, 37 personas han tenido que ser hospitalizadas por el síndrome de la clase turista. Por otro lado, el día 23 se confirmaron varios casos de norovirus en centros de evacuación de la localidad de Minami-Aso. Los refugios han tomado medidas para evitar la propagación de la infección.

Viviendas derrumbadas y escombros en la localidad de Mashiki, que sufrió graves daños por los terremotos.

La escuela primaria de Kinokura, en la localidad de Mifune, ha sido habilitada como refugio.

El síndrome de la clase turista se produce por la falta de movimiento y de agua, entre otras cosas. No obstante, aunque se reparta bebidas entre los damnificados, son muchos los que enferman por problemas derivados de ir al baño. El doctor Hasegawa Tarō, director de la clínica de Urología y Medicina Interna Shōnan, explica lo que ocurre en estos casos. En estos momentos se encuentra realizando labores de voluntariado en la escuela primaria de Hiroyasu, habilitada como refugio en la localidad de Mashiki, afectada por dos seísmos de intensidad 7, el mayor nivel en la escala japonesa.

El doctor Hasegawa Tarō explica la problemática de los baños en los refugios.

"Al principio, la limpieza de los baños portátiles en los refugios no se realizaba de forma escrupulosa; el problema del mal olor no era el único, ya que durante los apagones había que ir al servicio completamente a oscuras. A las personas mayores que tienen problemas en las piernas les resulta muy difícil ponerse en cuclillas para utilizar los retretes provisionales de estilo japonés. Por eso, hay mujeres y ancianos que se niegan a ir al baño, de ahí que su salud se vea afectada porque optan por no tomar líquidos".

Por otra parte, aunque se utilice un cubo de agua para limpiar váteres, la presión del agua, entre otros factores, hace que una parte de los excrementos se esparza por los lados. Por consiguiente, las condiciones higiénicas empeoran y existen riesgos de que se produzcan infecciones como las de los norovirus. La mejora de los baños en los refugios es una cuestión que hay que acometer a la brevedad posible.

Una enfermera que también trabaja como voluntaria en la escuela primaria de Hiroyasu propuso que se empleara el mismo tipo de retrete para emergencias que se utilizó tras el Gran Terremoto del Este de Japón y que no emplea agua: los excrementos quedan cerrados herméticamente gracias a una película especial. Inmediatamente se realizó la petición necesaria y el día 20 recibieron el primer váter. Cinco días después ya contaban con tres unidades, cuyo uso está dirigido principalmente a los ancianos, los niños y las personas con problemas de movilidad que no pueden ir a los baños portátiles del exterior.

Arriba a la izquierda puede verse que los servicios de la escuela han sido bloqueados para evitar su uso. Antes de que llegaran los nuevos retretes, algunos damnificados se saltaban las reglas y los utilizaban; los váteres se atascaban y el mal olor se extendía por todo el refugio. Arriba a la derecha, el polvo solidificante que se echa en el retrete Wrappon antes de usarlo. Abajo a la derecha, se pulsa el mando a distancia para que los excrementos queden cerrados herméticamente. Abajo a la izquierda, cuartos individuales hechos de cartón. En la escuela primaria hacen las veces de vestuario para mujeres y sala de lactancia.

Recuperando la sonrisa

El retrete que se instaló en la escuela primaria de Hiroyasu es el Wrappon, de la firma Nihon Safety Co., Ltd., un modelo automático. En un principio, se desarrolló para su uso en residencias para la tercera edad, entre otros, y su principal característica reside en el hecho de que los excrementos quedan sellados herméticamente y se pueden desechar sin necesidad de tocarlos. Funciona durante varios años, con tal de que se cambie el rollo de película especial para el sellado cada 50 veces, siempre que haya suministro eléctrico. No huele, de ahí que se pueda colocar en un cuarto sin que su presencia no solo no afecte a la vida diaria, sino que también previene los segundos contagios, ya que los excrementos y vómitos de los enfermos se pueden tirar a la basura una vez hayan quedado sellados. Antes de los seísmos de abril de 2016 se habían empleado 50 unidades tras el terremoto de la península de Noto y 100 en el de la costa de Chūetsu, ambos en 2007, y 150 en el del Este de Japón, en 2011. En esta ocasión, la Fundación Nippon ha enviado, en calidad de asistencia de emergencia, 500 de estos retretes, la mayor cifra hasta la fecha.

"Estos retretes les han devuelto la sonrisa a las ancianas de rostro triste y cutis seco que me encontré al entrar al refugio por primera vez. Hasta la piel les brilla ahora. Es muy importante también haber acabado con el problema del mal olor que inundaba todo el lugar. Reponer la película especial y los polvos solidificantes cuando se agoten supone también un problema, por lo que no todos los damnificados pueden usar estos váteres. Tras crear unas normas y un orden de preferencia para su uso, me gustaría colaborar en la mejora de la calidad de vida de todos los que se alojan en los refugios, aunque sea poco a poco", afirma el doctor Hasegawa.

Llegada de los retretes Wrappon al Hospital de la Cruz Roja en Kumamoto, desde donde se envían a los refugios donde son necesarios.

Retretes Wrappon incluso tras el restablecimiento del suministro de agua

El gimnasio de la escuela primaria de Kinokura, que se encuentra en la localidad de Mifune, al sur de la de Mashiki, sigue sirviendo de hogar a unas 130 personas, entre las que se cuentan ancianos que vivían solos y tienen miedo de las réplicas y personas que no pueden regresar a su casa por haber quedado destruida, incluso después de que se haya restablecido el suministro de agua. En este refugio querían los retretes Wrappon aunque hubieran vuelto a usar los váteres normales y corrientes. Según un responsable de la localidad, los servicios se encuentran fuera del gimnasio, por lo que son muchos los casos de ancianos que tropiezan en un escalón y se caen cuando vuelven del baño en mitad de la noche. Las lesiones sufridas hasta ahora, dice, no son de gravedad, pero existe preocupación en torno a lo que puede pasar en el futuro, de ahí que mostraran interés en los retretes que se pueden colocar en la sala y pidieran algunos. La reacción de varias damnificadas que escucharon las explicaciones de cómo usar los nuevos retretes de parte de un encargado de la firma que los produce y fue a instalarlos fue muy positiva; sonrieron y comentaron su facilidad y ventajas.

Varias damnificadas aprenden a usar el nuevo modelo de retrete.

Texto: Kawasaki Miho, de la redacción de Nippon.com
Imágenes: Hashino Yukinori

(Traducción al español del original en japonés) 

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