[Diapositivas] El mundo de los “nokaji”, los herreros artesanos de Japón

Cultura

A pesar de los estragos que la irrupción de la producción en masa ha provocado en la industria artesanal, en Japón todavía existen herreros artesanos que siguen utilizando las técnicas tradicionales para elaborar y reparar instrumentos cortantes como los cuchillos de cocina, las herramientas agrícolas o las hachas.

Los kajiya son artesanos que dominan la técnica de trabajar el hierro incandescente para fabricar cuchillas. Al igual que sin la agricultura no podríamos comer arroz, si no existiera la herrería nuestra vida sería totalmente distinta; es más, la propia civilización se habría quedado estancada en la Edad de Piedra.

Una azada entre carbón al rojo vivo en el taller de Hosaka Heizō en Odawara, prefectura de Kanagawa.

Nokaji, herreros al servicio de la comunidad

El oficio de los kajiya se divide en varias especialidades: los katanakaji, que forjan espadas artísticas; los hōchōkaji, especializados en la cuchillería para profesionales de la cocina; los hasamikaji, que fabrican tijeras; los dōgukaji, que dominan la elaboración de herramientas de carpintería como cinceles y cepillos, y los nokaji, que elaboran instrumentos agrícolas como layas y hoces.

De entre las numerosas especialidades que engloba la herrería nipona, antiguamente el sector más amplio y con mayor presencia en la vida cotidiana de los japoneses era el de los nokaji, también llamados nōkaji (literalmente, ‘herreros agrícolas’). Además de herramientas para trabajar el campo, estos artesanos elaboraban una diversa gama de instrumentos como cuchillos domésticos, destrales para talar o arpones de pesca.

Los nokaji no solo fabrican instrumentos nuevos, sino que también realizan tareas de reparación como la reconstrucción de la punta gastada de las azadas. Gracias a su capacidad para solucionar cualquier problema relacionado con las herramientas de trabajo, en el pasado estos artesanos eran considerados “médicos de guardia del metal” que ofrecían un servicio muy valorado por la comunidad.

En la actualidad el oficio de los nokaji se halla en una situación extremadamente precaria a causa de una serie de factores. Uno de ellos es la transformación estructural de la industria. La mano de obra agrícola ha encogido; además de reducirse el número de explotaciones agrícolas, la mecanización del campo ha eliminado la función de herramientas manuales como las azadas y las hoces. Lo mismo sucede en la silvicultura, cuyo declive ha conllevado la extinción de tareas como la poda con destral.

La herrería Katagiri de Hamamatsu, en la prefectura de Shizuoka. / La herrería Ōba de la ciudad de Fukuoka, raro ejemplo de este tipo de taller en una gran ciudad. / Calentando un cuchillo antes de templarlo. Taller de Mizuno Tanrenjo en Sakai, prefectura de Osaka.

¿Los instrumentos de corte están desapareciendo de nuestras vidas?

El establecimiento de la cómoda sociedad de servicios actual, en la que podemos comprar fácilmente todo lo que necesitamos, amenaza la industria de la herrería. Por ejemplo, en las pescaderías ya no se venden bonitos enteros. En la sección de pescado y marisco de los supermercados y los grandes almacenes todo son paquetes de pescado ya cortado o fileteado. Parecido pasa con la verdura y la fruta: últimamente triunfan las ensaladas precocinadas y las frutas peladas, listas para consumirse sin necesidad de cortarlas de ningún modo.

La difusión de este tipo de servicios hace que cada vez más niños sean incapaces de utilizar bien los cuchillos. Japón se afianzó como superpotencia tecnológica partiendo de una fornida base de conocimientos, técnicas y filosofía de industrias artesanas como la herrería. Sin embargo, hasta las tradiciones con más solera acaban desapareciendo sin un fondo que las sostenga.

Pero aún estamos a tiempo de salvar la situación. Disfrutemos del placer de utilizar herramientas de corte artesanas en la cocina, en el huerto, en el bricolaje o al ir de acampada, y poco a poco iremos recordando que el fundamento de una vida plena no consiste en pagar por la eficiencia sino en crear el tiempo con nuestras propias manos.

Cuchillo para verdura acabado de fabricar por Andō Yoshihisa de Shitarachō (prefectura de Aichi).

Fotografías de Ōhashi Hiroshi
Texto de Kakuma Tsutomu

Fotografía del titular: Herrería Katagiri de Hamamatsu, en la prefectura de Shizuoka.


Forjando un cuchillo en el taller de Andō Yoshihisa de Shitarachō (prefectura de Aichi).


Kosaka Shigeo de Shinanomachi, prefectura de Nagano. Shinshū (antiguo nombre de Nagano) era conocida por la fabricación de hoces en el período Edo.


Elaborando una herramienta para el sangrado de la savia, imprescindible para la producción de la laca japonesa. Taller de Nakahata Fumitoshi en Takkomachi, prefectura de Aomori.


Nakahata Fumitoshi de Takkomachi, prefectura de Aomori. Su esposa realiza el sakite, una técnica que consiste en golpear la pieza con un martillo muy pesado.


Forjando una herramienta para limar las pezuñas de las vacas. Taller de Taniguchi Toshiatsu en Kuchiwachō (actual Shōbara), prefectura de Hiroshima.


Taller Kajishige en Ayabe, prefectura de Kioto. Técnica de sakigake, afilado de la punta de un pico.


Taller de Mizuno Tanrenjo en Sakai, prefectura de Osaka. Templando un cuchillo para cortar sashimi llamado yanagibabōchō.


Comprobando el filo con los dedos durante el afilado. Taller de la herrería Taue de Totsukawa, prefectura de Nara.


Afilando con una muela. La destreza de los movimientos resulta hipnótica. Taller de Andō Yoshihisa en Shitarachō, prefectura de Aichi.


Taller Komi de Numata, prefectura de Gunma. Todos los años el dos de enero se elabora un modelo de cuchilla, una antigua costumbre de los herreros.


Cortando hierro en la herrería Nosaka de Nyūzen, prefectura de Toyama. Las chispas parecen fuegos artificiales.


Herrería Takahashi de Nimachō, prefectura de Shimane. En la sociedad mecanizada actual sigue habiendo trabajos que solo pueden realizarse entre artesanos.


Herramientas para la silvicultura elaboradas en la herrería Yamamoto de Hyūga, prefectura de Miyazaki.


Destrales tomarinata que se usan en la silvicultura de la región. Incluso las fundas son bonitas. Taller de la herrería Ōkubo en Asahichō, prefectura de Toyama.

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