[360°] Hiroshima y la Cúpula de la Bomba Atómica

Cultura Historia

Hiroshima ha pasado a los anales de la historia por haber sido la primera ciudad en sufrir los efectos de una bomba atómica. A continuación, les ofrecemos una serie de panorámicas de 360° en las que podrán admirar el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima y el interior de la Cúpula de la Bomba Atómica, un edificio Patrimonio de la Humanidad cuyo acceso al público está restringido. Además, les mostramos imágenes de los actos que tienen lugar cada 6 de agosto en memoria de las víctimas y a favor de la paz mundial.

El 6 de agosto de 1945 Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica de la historia, Little Boy, sobre el centro de la ciudad japonesa de Hiroshima, que sufrió enormes daños materiales y humanos: el 90% de los aproximadamente 76.000 edificios que albergaba la ciudad quedaron parcialmente destruidos por el fuego de la explosión o derrumbados casi en su totalidad por la onda expansiva de esta; se cree que, hasta finales de ese mismo año, murieron unas 140.000 personas de los 350.000 habitantes estimados de la urbe, entre personal militar y población civil. Además, la radiación desencadenada por esta arma nuclear fue la causante de que mucha gente sufriera enfermedades durante mucho tiempo.

Dos días después del lanzamiento de la bomba, el diario estadounidense The Washington Post se hizo eco de las palabras del Dr. Harold Jacobsen, uno de los científicos participantes en el Proyecto Manhattan: "Hiroshima está contaminada por la radiación. La ciudad quedará desprovista de toda forma de vida y no crecerá nada en ella durante los próximos 75 años". Incluso en el propio Japón, Estados Unidos afirmó que "Hiroshima carecerá de vida humana y animal durante los próximos 75 años. Todo científico que decida ir allí para investigar la cuantía de los daños producidos estará suicidándose". Muchos medios de comunicación japoneses publicaron también esta información, que formaba parte de un complot estadounidense; hablaban de 70 o 75 años sin fertilidad en la ciudad.

El Pabellón para la Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima antes de que la bomba atómica lo destruyera prácticamente en su totalidad. (Imagen cortesía del Museo Memorial de la Paz de Hiroshima)

Más de 70 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial y Hiroshima es ahora una ciudad restaurada y renacida, con una población de 1.180.000 personas. Los alrededores del hipocentro de la bomba atómica se han convertido en una zona turística rodeada de bella naturaleza, gracias a la Ley para la Construcción de Hiroshima como Ciudad Conmemorativa de la Paz, promulgada el 6 de agosto de 1949. Esta legislación posibilitó que arreglaran el actual Parque Memorial de la Paz de Hiroshima y construyeran el Cenotafio y el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima, entre otros. Por otro lado, los usuarios de la página web TripAdvisor, especializada en viajes, eligieron el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima y la Cúpula de la Bomba Atómica como "Los lugares más populares de Japón entre los turistas extranjeros en 2012".

A continuación, les ofrecemos una serie de panorámicas de 360° del interior de la Cúpula de la Bomba Atómica, cuyo acceso está restringido al público, y de la ceremonia que se celebra en Hiroshima cada 6 de agosto, un acto en el que no solo se reza por el alma de las víctimas de aquel fatídico día, sino que también se hace un llamamiento al resto del mundo para la abolición de las armas nucleares y para alcanzar una paz eterna.

La Cúpula de la Bomba Atómica (Memorial de la Paz de Hiroshima)

Los habitantes de Hiroshima comenzaron a llamar "Cúpula de la Bomba Atómica" al Memorial de la Paz de Hiroshima en alusión a la forma semicircular del armazón de hierro del Pabellón para la Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima que 'sobrevivió' a la explosión nuclear. Los trabajos de construcción del edificio concluyeron en abril de 1915, año en que se inauguró como Pabellón de Exposiciones Comerciales de la Prefectura de Hiroshima.

Estaba situado al este del puente Aioi, lugar sobre el que Estados Unidos quería lanzar la bomba, unos 160 metros al noroeste de su hipocentro real. La escasa distancia entre ambos puntos permitió que sufriera los efectos de la onda expansiva y los rayos caloríficos perpendicularmente desde el cielo, de ahí que la parte central del armazón de la cúpula, los muros y la estructura del edificio en general 'sobrevivieran' milagrosamente.

Durante la posguerra, llegó a existir riesgo de derrumbe, y algunas personas opinaban que había que demoler este recuerdo del sufrimiento causado por la bomba. Sin embargo, finalmente se decidió conservarlo como memorial, dado que el número de edificios afectados por la radiación iba disminuyendo a medida que avanzaban los trabajos de reconstrucción de la ciudad. A lo largo de los años, se han realizado en él diversas obras de refuerzo para su conservación. Además, lo declararon Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1996.

El Cenotafio y la ceremonia conmemorativa del 6 de agosto

El Parque Memorial de la Paz de Hiroshima alberga cada 6 de agosto una ceremonia en la que se reza delante del Cenotafio por las almas de las víctimas de la bomba atómica y se realiza un llamamiento para alcanzar la paz perpetua en el mundo. Cada año asisten al acto unas 50.000 personas entre familiares de los fallecidos, habitantes de la propia ciudad de Hiroshima y personalidades como el primer ministro. A las 8:15, hora a la que lanzaron la bomba en 1945, se guarda un minuto de silencio. Cada año el alcalde de la ciudad lee la denominada Declaración de Hiroshima, un documento en el que se pide la abolición de las armas nucleares y la paz.

El Monumento a la Paz de los Niños

Este monumento fue construido para honrar la memoria de todos los niños cuyas vidas se cobró la bomba atómica y hacer un llamamiento a la paz, tras el fallecimiento en 1955 de Sasaki Sadako, a los 12 años. La pequeña, que tenía dos años cuando la bomba cayó sobre Hiroshima, no sufrió heridas externas en aquel entonces; creció hasta convertirse en una niña alegre a la que se le daban bien los deportes. Sin embargo, varios años después le diagnosticaron leucemia. La radiación en forma de lluvia negra a la que estuvo expuesta mientras huía de las llamas a hombros de su madre fue la causante de la enfermedad. Durante su estancia en el hospital, le regalaron unas grullas de papiroflexia (origami en japonés) de varios colores. Esta ave está relacionada con una leyenda japonesa según la cual una persona enferma puede recuperarse pronto si confecciona 1.000 grullas de papel. Sadako, conmovida por el regalo, decidió elaborar las suyas con la esperanza de curarse. Sin embargo, su deseo no se hizo realidad. Tras su muerte, sus compañeros de clase fundaron un club de papiroflexia en su honor y comenzaron a recaudar dinero para construirle un monumento; recibieron donaciones de todo Japón y de varios países extranjeros. Las inmediaciones del actual Monumento a la Paz de los Niños están decoradas con grullas de papel que llegan a Hiroshima desde diversos puntos del archipiélago nipón y de todo el mundo. Por ello, suele conocerse también como la Torre de las Mil Grullas de Papel.

El puente Aioi

Este puente, situado sobre el punto en el que se bifurcan los ríos Hon y Motoyasu, que fluyen por el centro de Hiroshima, es el lugar que Estados Unidos marcó como objetivo de su primera bomba atómica. Presenta forma de te, dado que hay un puente que está construido de este a oeste a lo largo de la avenida Aioi, por la que pasa la principal línea de tranvía de la ciudad, y otro que lleva al norte del Parque Memorial de la Paz. Esta peculiar forma se distingue fácilmente desde el cielo. Durante la Segunda Guerra Mundial, la parte noreste de la ciudad albergaba numerosas instalaciones militares de importancia en las inmediaciones del Castillo de Hiroshima, de ahí que las fuerzas estadounidenses eligieran este enclave para el lanzamiento.

El Museo Memorial de la Paz de Hiroshima

El Museo Memorial de la Paz de Hiroshima está situado en el sur del Parque Memorial de la Paz de Hiroshima y tiene como objetivo transmitir a las generaciones futuras los horrores causados por la bomba atómica. En su interior, se exponen documentos y objetos que pertenecían a las víctimas de esta arma. La colección se mantiene gracias a la colaboración de muchos habitantes de la ciudad, principalmente del Grupo para la Conservación de Materiales Relacionados con la Bomba Atómica, formado por voluntarios. Además, se exhiben en él vídeos y fotografías que muestran cómo era la ciudad antes de la catástrofe y cómo quedó después de ella, y dioramas de gran tamaño y maquetas; también se explican diversos acontecimientos relativos a la era nuclear, todo ello con el objetivo de hacer un llamamiento a la consecución de un mundo libre de armas atómicas en el que impere la paz. El edificio que alberga el Museo es obra del arquitecto Tange Kenzō y está formado por dos construcciones, el pabellón principal y el este. Fue construido en el marco de la Ley para la Construcción de Hiroshima como Ciudad Conmemorativa de la Paz y ha sido denominado Patrimonio Cultural Importante de Japón. Este espacio fue renovado entre 2013 y 2018, por lo que esta panorámica quedará como prueba de su aspecto antes de la remodelación.

La ceremonia de linternas tōrōnagashi

Cada 6 de agosto al caer la tarde, Hiroshima acoge una ceremonia en la que se echan a flotar al río linternas, tōrōnagashi en japonés. El acto se celebra en los diques de protección del río Motoyasu situados en la orilla opuesta a la Cúpula de la Bomba Atómica, en dirección al puente Aioi, lugar al que muchas personas se dirigieron aquejadas de una tremenda sed tras la explosión nuclear de 1945 y en el que un gran número de ellas perdió la vida. Las linternas son de diversos colores y llevan escritos mensajes en memoria de las víctimas de la bomba y a favor de la paz. El tōrōnagashi se realiza normalmente el último día de Obon, festividad japonesa que suele caer a mediados de agosto y durante la cual se reza por las almas de los difuntos; sin embargo, en Hiroshima lo adelantan. El fuego que se utiliza para encender las linternas en el tōrōnagashi del 6 de agosto procede de la librería que regentaba en Hiroshima un tío de Yamamoto Tatsuo, un soldado japonés que sobrevivió a la bomba atómica. Un mes después de lo ocurrido, el militar visitó el negocio, destruido en la catástrofe. Pese a los daños, encontró una llama que todavía permanecía encendida y decidió llevársela en un calentador de bolsillo de los que se empleaban en aquel entonces. En la actualidad, la conservan en Hoshinomura, un lugar de la localidad de Yame, en la prefectura de Fukuoka. Las linternas, por su parte, están elaboradas con papel reciclado procedente de las grullas que decoran los alrededores del Monumento a la Paz de los Niños.

(Imágenes cortesía de la Comisión de Cine de Hiroshima, el Ayuntamiento de Hiroshima, el Museo Memorial de la Paz de Hiroshima y el periódico Chūgoku. Artículo traducido al español del original en japonés)

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