Cinco años tras el Gran Terremoto del Este de Japón

Ishinomaki cinco años después del Gran Terremoto del Este de Japón

Política Economía

Ishinomaki, en la prefectura de Miyagi, fue la localidad más afectada por el Gran Terremoto del Este de Japón; el desastre dejó allí más de 3.500 víctimas, entre fallecidos y desaparecidos, y destruyó 20.000 edificaciones. El británico Richard Halberstadt, residente de la ciudad y exprofesor de la Universidad Ishinomaki Senshū, ha seguido de cerca los esfuerzos de recuperación y reconstrucción en estos cinco años y se dedica a transmitir la realidad actual de las zonas azotadas por la catástrofe de 2011 al frente del Centro Comunitario y de Información de Ishinomaki, que dirige desde marzo de 2015.

Richard Halberstadt Richard HALBERSTADT

Director del Centro Comunitario y de Información de Ishinomaki desde marzo de 2015. Nace en Reading, en el Reino Unido, en 1965. Estudia en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres, donde se especializa en Lengua Japonesa. Posteriormente, cursa un máster en la Facultad de Literatura de la Universidad de Reading. En 1993 se traslada a Ishinomaki, en la prefectura de Miyagi. Cuando ocurrió el terremoto del 11 de marzo de 2011, se encontraba en su despacho en la Universidad Ishinomaki Senshū, donde impartía clases. En los días posteriores al desastre, cuando se refugió dentro y fuera del recinto universitario, la embajada del Reino Unido le sugirió que buscara refugio o regresara a su país ante el temor desatado por el accidente en la central nuclear de Fukushima, pero él decidió quedarse en Ishinomaki y ayudar.

Un centro de visitantes en una de las zonas más afectadas por el Gran Terremoto del Este de Japón

El Centro Comunitario y de Información de Ishinomaki se encuentra a unos seis o siete minutos a pie de la estación de tren, en el centro de la localidad homónima, y lleva en funcionamiento desde 2015. Alberga una exposición sobre los efectos que tuvo en la zona el Gran Terremoto del Este de Japón, así como una exhibición de los avances en la recuperación y la reconstrucción y de las lecciones en materia de prevención de desastres aprendidas de la catástrofe. Las instalaciones, que en su primer año abiertas han recibido a unas 18.000 personas, hacen las veces de centro de visitantes y satisfacen la curiosidad de aquellos que desean conocer la realidad de lo ocurrido in situ, ya sean japoneses o extranjeros. Trabajan allí tres personas, entre ellas el propio Halberstadt, que fue elegido para dirigir el Centro precisamente por su capacidad para comunicarse con soltura en inglés y japonés.

"No me considero un líder ni tengo el carácter de una persona capaz de tirar de los demás. Con todo, un amigo íntimo de Ishinomaki me pidió que me convirtiera en un 'tablón de anuncios'. Me dijo que yo podía hacer que muchas personas continuaran visitando la localidad y apoyándola", cuenta Halberstadt.

"Haber vivido un desastre, una experiencia que permite separar la vida de la muerte, me ha servido para reflexionar profundamente sobre mi propia existencia. Varios amigos míos murieron en la catástrofe y yo, que soy un superviviente de ella, llegué a plantearme que tengo la obligación de vivir también la parte de aquellos que no sobrevivieron. La inauguración del Centro Comunitario y de Información de Ishinomaki me ayudó a darme cuenta de que se trataba del trabajo adecuado para mí. Me permite promocionar los atractivos de la localidad y, al dominar dos idiomas, ganar la atención del público nacional e internacional. Cuando personas de todo el mundo interesadas en conocer los lugares afectados por el desastre y aprender de lo ocurrido visitan las instalaciones y agradecen que haya alguien que dé explicaciones en inglés, siento que lo que estoy haciendo realmente merece la pena", prosigue el británico.

Veintitrés años en Ishinomaki, uno más de la localidad

Tras finalizar sus estudios universitarios, Richard Halberstadt trabajó dos años como profesor asistente de lengua inglesa en un instituto de educación secundaria superior de la ciudad de Tsuruoka, en la prefectura de Yamagata. Posteriormente, regresó a su país y cursó un máster; sin embargo, su amor por Japón lo llevó a conseguir un puesto en la Universidad Ishinomaki Senshū en 1993. En aquel entonces, tuvo dificultades para adaptarse a la zona, pero las tornas cambiarían pronto.

Corrían los últimos años de la burbuja económica y, como parte de los esfuerzos para desarrollar Ishinomaki, se iba a reconstruir el San Juan Bautista, el galeón que el clan Sendai construyó en el siglo XVII y en el que la misión encabezada por el samurái Hasekura Tsunenaga cruzó el Pacífico con destino a Europa. La Asociación Juvenil local planeaba llevar a cabo una representación teatral de los acontecimientos que rodearon a la construcción del barco con la participación ciudadana; al británico le pidieron que interpretara el papel de un extranjero que había llegado a Japón para enseñar los métodos de construcción navales de Occidente. Halberstadt aceptó porque sintió que lo estaban valorando como una persona importante. Su participación en la obra allanó el camino para que trabara amistad con algunos comerciantes jóvenes de la zona y ampliara, de golpe, sus círculos de amigos. Durante un tiempo formó parte de la Asociación Juvenil, donde realizó numerosas actividades. Además, obtuvo el estatus de residente permanente en Japón en 2003.

La bondad del pueblo de Ishinomaki fue lo que le conquistó; en estos años, el británico apenas ha tenido malas experiencias por el mero hecho de no ser japonés. La gente se relaciona con él, pero no lo hace pensando en que se trata de un extranjero, sino de una persona de nombre Richard. En la localidad cuentan con él tanto en fiestas como en momentos de duelo y lo consideran como uno más.

Un cambio de rumbo cuando se disponía a regresar a su país tras el desastre

Halberstadt se encontraba en su despacho en la universidad a las 14:46 del 11 de marzo de 2011, hora a la que se produjo el seísmo. El campus está situado a las afueras de Ishinomaki, en una zona relativamente de interior. El temblor en la localidad fue de +6 en la escala japonesa y duró unos cinco minutos. Los tres días posteriores los pasó en el centro educativo, sin poder moverse de allí; la única información del exterior la recibía por radio. El número de personas que se dirigían a la universidad en busca de refugio desde el centro de la ciudad aumentaba a diario, algo que solo permitía imaginarse la dificultad de la situación en la localidad.

No volvió a la ciudad, en ruinas tras haber sido arrasada por el tsunami, hasta el día 14. El horror que presenció entonces le hizo darse cuenta del verdadero significado de la palabra 'catástrofe'. El hotel regentado por un amigo suyo hacía las veces de refugio provisional, y el británico permaneció allí un tiempo. Ese día también se enteró de la muerte de una familia con la que mantenía una estrecha amistad.

Cifras del Gran Terremoto del Este de Japón en Ishinomaki

Intensidad del seísmo +6 en la escala japonesa, de 0 a 7
Tsunami 8,6 metros de altitud máxima, según datos de la Agencia Nacional de Meteorología relativos a la playa de Ayukawa. Las autoridades de Ishinomaki afirman que la ola superó los 20 metros en algunas zonas de la ciudad
Superficie inundada 73 km2 (un 13,2 % en la ciudad y un 30 % en la planicie)
Número de fallecidos 3.178
Personas en paradero desconocido 422
Daños en edificaciones 20.039 construcciones destruidas completamente, 13.047 derrumbadas parcialmente y 23.615 con daños de algún tipo
Número de evacuados 50.758, como máximo

Información de las autoridades de Ishinomaki a fecha de enero de 2016

Halberstadt recuerda un correo electrónico de la embajada del Reino Unido en Tokio que recibió en su teléfono móvil el 17 de marzo en el que le pedían que se pusiera en contacto con ellos inmediatamente. En aquel entonces, se temía que se estuviera produciendo una gran fuga de sustancias radiactivas de la central nuclear Fukushima Daiichi tras el accidente ocurrido allí, por lo que la misión diplomática del país europeo en Japón se ponía en lo peor y recomendaba a los ciudadanos británicos que residían en las zonas afectadas por la catástrofe y en toda la región oriental del archipiélago nipón que lo abandonaran. El día 19 se dirigió a Sendai para encontrarse con representantes de la embajada que se habían desplazado hasta allí para recogerlo, pero, tras consultarlo una noche con la almohada, decidió no regresar a su país y volver a Ishinomaki.

Algunos amigos le aconsejaron que volviera al Reino Unido y le dijeron que su labor ahora residía en recaudar fondos para ayudar a Ishinomaki desde su país. Sin embargo, Halberstadt pensó que si abandonaba a sus amistades cuando más lo necesitaban, se arrepentiría toda la vida y no podría perdonárselo. Aunque se dirigió a Sendai entre lágrimas por la despedida, al final ganó su deseo de ayudar en la recuperación de Ishinomaki junto a sus amigos. Apenas había conciliado el sueño tras el desastre, pero regresó a la localidad. El día 20 por fin pudo dormir plácidamente después de mucho tiempo. El británico cree que pudo descansar porque se había quedado tranquilo al saber que había tomado la decisión correcta.

Progresos y reveses de la reconstrucción

Han transcurrido cinco años desde todo aquello. El paso del tsunami es prácticamente imperceptible en el centro de la ciudad, donde se puede escuchar el ruido de las obras de construcción de varios edificios y de viviendas públicas para los damnificados. Además, se están realizando trabajos para trasladar el hospital público de la ciudad a las inmediaciones de la estación de tren. La lonja, un lugar clave de una localidad pesquera como Ishinomaki, lleva funcionando en su totalidad desde septiembre del año pasado tras la construcción de nuevas instalaciones. La cantidad de capturas de 2015 se sitúa en el 80 % de lo que se pescaba antes del desastre, pero en términos económicos, se ha alcanzado prácticamente la misma cifra que entonces.

El centro de Ishinomaki a lo largo del río Kitakami.

Edificios reconstruidos para albergar en un solo espacio negocios y viviendas.

La nueva lonja de Ishinomaki.

Obras de construcción de diques en el puerto de Ishinomaki.

Por el contrario, en Minamihama y Kadonowaki, en las inmediaciones de la desembocadura del río Kitakami, está prohibido construir viviendas, y a día de hoy todavía quedan terrenos desiertos tras la retirada de los escombros de la catástrofe. En la época de mayor auge, unas 32.000 personas vivían en alojamientos temporales; a fecha de enero de 2015, la cifra se había reducido a aproximadamente 16.000. Alrededor del 60 % de las más de 200 empresas dedicadas a actividades relacionadas con el procesamiento de productos marinos que existían antes del desastre ha conseguido reanudar sus operaciones. Según datos preliminares del Censo de 2015, en estos cinco años la población de Ishinomaki se ha reducido un 8,5 %, esto es, 13.590 personas, hasta alcanzar los 147.236 habitantes.

Vistas de Minamihama y Kadonowaki desde el monte Hiyori.

Minamihama en la actualidad.

Halberstadt afirma que es difícil responder a la pregunta que le hacen muchos visitantes deseosos de saber si la reconstrucción avanza sin problemas. "Ishinomaki es una ciudad vasta, lo cual significa que las obras no se realizan de forma unificada. El centro quedó devastado por la catástrofe, pero el trazado de las zonas céntricas más o menos se conservó. Por el contrario, en lugares como Ogachi, en el área nororiental, se ha tenido que empezar desde cero. Los problemas difieren según la zona", prosigue.

"Al observar las obras de construcción de las viviendas para los damnificados, uno puede percibir que están avanzando. Sin embargo, las personas que ahora ocupan las residencias prefabricadas de carácter temporal se sienten intranquilas y muy enfadadas, y esto permite comprender también la sensación que albergan respecto a la excesiva lentitud de los trabajos de reconstrucción. Es cierto que el número de personas que viven en alojamientos temporales está disminuyendo, y que se van terminando las viviendas para los afectados. El problema actual tiene que ver más bien con la creación de una comunidad. Cuando las personas que forjaron vínculos comunitarios en las residencias provisionales entren a vivir en sus nuevos hogares, tendrán que rehacer esas relaciones desde cero. Además, hay muchas personas mayores o que viven solas, lo cual presenta dificultades también", señala Halberstadt.

Cronología de la recuperación y reconstrucción de Ishinomaki

11 de marzo de 2011 Gran Terremoto del Este de Japón
La ciudad se inunda por el tsunami y queda devastada
21 de abril Vuelven a abrir las escuelas primarias y secundarias medias (muchos centros educativos afectados por la tragedia alquilan las instalaciones de otros colegios)
26 de abril Terminan de construir las primeras viviendas temporales de emergencia
19 de mayo La línea Ishinomaki de la compañía de ferrocarriles JR reanuda el servicio parcialmente
1 de agosto Las Fuerzas de Autodefensa finalizan sus actividades de apoyo a la reconstrucción
16 de septiembre La fábrica de la firma Nippon Paper Industries reanuda parcialmente sus actividades
12 de octubre Cierran todos los refugios de la ciudad
Diciembre de 2011 Diseñan el Plan Básico de Reconstrucción tras el Desastre
17 de marzo de 2012 La ciudad vuelve a estar conectada con Sendai por ferrocarril
Marzo El Instituto de Bachillerato Técnico de Ishinomaki participa en un campeonato de béisbol entre centros de enseñanza secundaria superior de todo el país
20 de julio Autorizan los trabajos en terrenos destinados a la reconstrucción. Ishinomaki se convierte en la primera localidad de las tres prefecturas más afectadas por el desastre en recibir este permiso
27 de noviembre El Museo del Manga de Ishinomori, uno de los principales puntos turísticos de la ciudad, reabre sus puertas
1 de abril de 2013 Comienzan a ocupar las primeras viviendas públicas para los damnificados
Julio Vuelven a permitir el baño en Ajishirahama, una playa de arena blanca
Agosto Comienzan las obras de reconstrucción de la lonja
Enero de 2014 Terminan de incinerar los desechos generados por el desastre
27 de mayo Concluyen las obras de preparación del terreno para la futura construcción de viviendas en Kamayazaki y se hace entrega del suelo a los nuevos propietarios
Mayo de 2015 Inauguran la línea de ferrocarriles de JR Senseki-Tōhoku
Septiembre de 2016 La lonja inicia todas sus actividades

"No se olviden de Ishinomaki"

Huelga decir que Halberstadt tiene su esperanza depositada en el futuro de la localidad. "El desastre ha servido para que la ciudad haya experimentado una gran transformación, algo que debería considerarse simplemente como positivo. Espero que el centro de la ciudad, que había visto disminuir su población, recupere el número de habitantes tras la reconstrucción, y que se siga activando. Hay incluso jóvenes que llegaron a Ishinomaki como voluntarios y se han quedado a vivir llevados por su amor hacia la ciudad. Creo que estas personas, con su vitalidad, tienen un gran potencial de cara al futuro. Desde que una organización sin ánimo de lucro arrendó un local en una calle donde muchos establecimientos habían cerrado sus puertas y se dedica al trabajo social y de reconstrucción, se puede ver a más jóvenes en el centro de la ciudad", comenta el británico.

"Estos últimos cinco años han sido de abstracción. Sin embargo, el interés de la sociedad por las zonas afectadas por el desastre se ha ido perdiendo poco a poco, y en los dos últimos años se ha notado un claro descenso del número de visitantes a Ishinomaki. El dueño de un restaurante cercano comenta que, aunque el número de turistas extranjeros que viajan a Japón ha aumentado de forma increíble en años recientes, la región de Tōhoku es un destino a menudo olvidado. No hay problema alguno para atender a los viajeros. Sería lamentable que la gente tuviera una imagen alejada de la realidad", relata apenado.

Halberstadt comenta que una de las cosas que siempre les dice a aquellos que acuden al Centro Comunitario y de Información de Ishinomaki es que los problemas en torno a la reconstrucción son muchos, que el desastre todavía no ha terminado y que no se olviden de Ishinomaki. Les pide, además, que vuelvan a la ciudad para ver cómo está.

"Ya no tenemos más escombros en la ciudad, por supuesto. Además, cada vez hay menos tareas que encomendar a los voluntarios. Sin embargo, todavía necesitamos mucha ayuda. Pedimos a la gente que venga a hacer turismo, que consuma de diversas formas y apoye la economía local. Nuestra labor consiste también en hacer que quienes nos visitan se conciencien más, por poco que sea, sobre la prevención de desastres", concluye el británico.

(Traducción al español de la entrevista original en japonés, realizada por Ishii Masato, de la redacción de Nippon.com)

Imagen de la cabecera: Richard Halberstadt en el Centro Comunitario y de Información de Ishinomaki el 5 de febrero de 2016.

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