Kōno Yoshiyuki: la víctima como principal sospechosa

Sociedad Vida

Kōno Yoshiyuki ofrece una rueda de prensa en casa de su abogado el 30 de Julio de 1994 / Jiji Press.

Cuando en 1994 el ataque con gas sarín en Matsumoto, en la prefectura de Nagano, dejó a siete personas muertas y a cuatro gravemente heridas durante la noche, la policía local inmediatamente fijó su atención en su sospechoso número uno. Kōno Yoshiyuki fue el primero en hacer una llamada de emergencia cuando su esposa se desmayó y sus dos perros empezaron a tener convulsiones en el jardín en la noche del 27 de junio. Él también fue una de las muchas personas que fueron tratadas días después del ataque, llegando a pasar un mes en el hospital.

La prensa presentó un veredicto de culpabilidad

La policía creyó que Kōno fue el autor, además de una de las víctimas. Los oficiales de policía descubrieron altas cantidades de sarín, la sustancia identificada en el ataque, en su estanque y numerosas sustancias químicas almacenadas en su hogar. La información fue rápidamente filtrada a la prensa, que no tardó en extender la historia de la culpabilidad de Kōno. A pesar de que no se habían realizado acusaciones formales, eso fue suficiente para señalarle como culpable frente a la opinión pública.

No fue hasta el segundo ataque con gas sarín, en esta ocasión en el metro de Tokio en marzo de 1995, que las sospechas se alejaron de Kōno. La policía hizo una redada en las instalaciones de la secta de la Verdad Suprema (Aum Shinrikyō) y encontró un sofisticado laboratorio de armas químicas. Las similitudes entre los dos incidentes resultaron convincentes, haciendo emerger las dudas respecto a la historia hasta entonces contada, y los investigadores pudieron certificar que los miembros de esta secta eran culpables en ambos casos. La responsabilidad de la Verdad Suprema por los otros asesinatos y crímenes también se hizo notable.

Cautela ante los chivos expiatorios

Las evidencias contra Kōno no habían sido particularmente sólidas desde el primer momento. Lo que más saltaba a la vista es que no era realmente posible que hubiera producido gas sarín con las sustancias químicas encontradas en su hogar. Parece que la policía local y los medios de comunicación encontraron más sencillo creer en un accidente o en un único criminal que en un ataque organizado, ignorando las contradicciones en sus teorías. Cuando se demostró que estaban equivocados, muchos periódicos se disculparon públicamente ante Kōno, pero la policía de Nagano no se mostró arrepentida.

La cobertura mediática hizo que Kōno recibiera correos amenazantes y sospechas de su comunidad durante los nueve meses que pasaron entre los dos ataques. Muchos creyeron lo que leían y veían en la televisión, y se volvieron contra él, o como poco mantuvieron la distancia. Al mismo tiempo, él mostraba una profunda preocupación por su mujer, Sumiko, que había caído en coma con graves daños cerebrales. Kōno Sumiko vivió durante 14 años sin recobrar el conocimiento antes de su muerte en Agosto de 2008.

Kōno Yoshiyuki dijo que ese incidente no terminó para él hasta el fallecimiento de su mujer, y se negó a permitir que su dolor personal se convirtiera en odio ciego hacia la secta de la Verdad Suprema. Poco después del ataque en Tokio, cuando el líder de la secta Asahara Shōkō fue arrestado en mayo de 1995 y los periodistas preguntaron con avidez por la reacción de Kōno, él insistió en que deberían preguntarse cuál era el grado de responsabilidad exacto de Asahara más que asumir sencillamente su culpabilidad.

Con los años, Kōno ha hablado para defender a personas relacionadas con la secta. Se ha reunido con miembros reclusos en la cárcel y ha hecho apelaciones públicas contra su ejecución. Ha criticado también los prejuicios contra los seguidores de Aleph, el grupo heredero de la Verdad Suprema. En 2011 se convirtió en un inspector externo del grupo Hikari no Wa (Círculo de la Luz Arcoíris), creado por ex miembros de Aleph, con la esperanza de actuar como puente para el conjunto de la sociedad.

Habiendo sido etiquetado como “malo” por la sociedad, Kōno se muestra precavido ante chivos expiatorios similares. En septiembre de 2013 se convirtió en uno de los representantes de Norikoe Net (la red internacional para vencer a los discursos del odio y al racismo), un nuevo grupo creado para combatir los crecientes problemas de los discursos del odio dirigidos contra chinos y coreanos. Otros representantes de este grupo son el ex primer ministro Murayama Tomiichi, el político Utsunomiya Kenji y la feminista Ueno Chizuko.

Análisis, no ideas preconcebidas

En marzo de 2014 el reo Hakamada Iwao, el exboxeador profesional que pasó 48 años en el corredor de la muerte acusado del asesinato de cuatro personas de una misma familia, fue liberado. Su caso fue otro en el que la policía y los medios de comunicación aceptaron una idea prematura y se negaron a cambiar de parecer. No obstante, al contrario que en el caso de Kōno, la policía fue capaz de forzar una confesión – de la que Hakamada se retractó posteriormente –, e hizo que terminara siendo condenado.

El juez que ordenó un nuevo juicio a Hakamada consideró que la posibilidad de que fuese inocente era muy alta, debido a la falsificación de pruebas, y ordenó que fuera liberado inmediatamente, añadiendo que sería injusto que estuviese encerrado por más tiempo. Atender a los llamamientos de Kōno al análisis medido en lugar de a las ideas preconcebidas y a los prejuicios ayudaría a prevenir que siguieran ocurriendo este tipo de injusticias. Esto es cierto tanto para aquellas condenas que son realizadas a través de la ley, como para las que, como en el caso de Matsumoto, son realizadas por los medios de comunicación.

(Traducido al español del original en inglés)

Lectura relacionada:

¿Por qué personas inocentes son condenadas en Japón?
A tiempo que se suceden en Japón los casos de personas inocentes que han recibido sentencias condenatorias, se ha decidido también revisar la causa contra un ciudadano nepalí convicto por el asesinato de una mujer, que ha cumplido ya 15 años de prisión. Expone el problema un ensayista que ha seguido este caso desde sus inicios.

Nagano medios de comunicacion crimen religión Aum Shinrikyō terrorismo policía