El mundo de los alimentos de réplica: creando comida de exposición

Cultura Vida

Nunca volveré a mirar a la lechuga de la misma manera. Yo siempre la había considerado como una hortaliza bastante aburrida que sólo servía para rellenar la ensalada, pero empiezas a apreciar su belleza cuando contemplas una creada cariñosamente a partir de una gran lámina translúcida de cera.

La magia de la lechuga

La instructora del taller de alimentos de réplica empezó a mostrarnos el proceso vertiendo cera blanca con un cucharón dentro de una pila de cocina rellena de agua a 40° para que se forme un charco en la superficie.

La instructora indica a los participantes los pasos para crear una lechuga de cera.

A continuación, hizo el charco más grande añadiendo cucharón y medio de cera verde en un extremo de la cera blanca para después desplazar la masa flotante hacia el otro extremo de la pila. Aquí vino la parte graciosa. Sosteniendo ambos extremos de la parte blanca con el pulgar y el dedo índice de ambas manos, fue sumergiendo la masa en el agua lentamente hasta hundirla completamente, y después la volvió a sacar. Como la cera estaba caliente todavía, se agrandó y agrandó hasta tres o cuatro veces su tamaño original.

Tras sacar la delicada lámina de cera del agua, la instructora cogió la parte blanca y la dobló formando una especie de pliegue. Así creó el corazón de la lechuga. A continuación, mediante ún hábil movimiento lo envolvió con cera verde, alternativamente a derecha e izquierda, hasta completar toda la lechuga. El toque final fue cortar la nueva hortaliza en dos para poder mostrar todo el trabajo artesano de su interior.

Este fue el punto álgido del taller. Con anterioridad, el grupo había rebozado tempura a partir de cera amarilla, utilizándola para cubrir alimentos previamente preparados (falsos) como gambas, berenjenas y trozos de calabaza. Para ello se había necesitado un proceso ligeramente distinto; hubo que verter la cera sobre el agua desde una cierta altura para conseguir el aspecto crujiente y apetitoso del producto real. Después de eso, sólo quedaba dar un baño frío a la cera y envolverla con el relleno elegido.

Ciudad Cocina

Puesto que mis actividades artesanas tienen tendencia a salir mal (me ocurre desde mis inicios), estuve un poco nervioso mientras iba trabajando. Pero por suerte, aunque no conseguí una calidad como la de la muestra, mi lechuga y mi tempura tuvieron mucho éxito. En realidad, la instructora nos ayudó mucho, y de hecho ¡niños de primero de primaria o escuela elemental pueden participar en el taller! Fue una experiencia divertida y pude llevarme mis creaciones culinarias a casa.

El taller se impartió en el Ganso Shokuhin Sanpuruya, una tienda de alimentos de réplica del distrito Kappabashi al norte de Tokio, comúnmente conocido como “Ciudad Cocina” por sus establecimientos que venden todo lo que un restaurante pueda necesitar. El local organiza estas sesiones prácticas regularmente; pueden encontrar todos los detalles de contacto al final de este artículo. Sin embargo, aunque es frecuente encontrar estudiantes extranjeros, recuerden que es necesario que al menos un integrante de su equipo domine el japonés con una fluidez razonable.

De la cera al plástico

La creación de alimentos de réplica a partir de la cera es la forma clásica de hacerlo. Estas maquetas que abren el apetito de los clientes de los restaurantes mostrándoles los platos a su disposición se remontan aproximadamente a un siglo atrás. Uno de los pioneros de su fabricación fue Iwasaki Takizō, fundador de la compañía que ahora gestiona el Ganso Shokuhin Sanpuruya. Cuando la parafina, el componente principal, fue racionado durante la Segunda Guerra Mundial y amenazó su producción, Iwasaki ideó una forma de reducir el uso de esta sustancia hasta un 0,05 % de lo que se necesitaba previamente.

Hay muchos tipos de recuerdos: el espárrago envuelto en panceta para llevar tu sello personal, o el trozo de salmón para las llaves.

Pero incluso con mejoras tecnológicas, la cera tiene sus inconvenientes. Si se expone demasiado a la luz directa del sol, la pieza puede llegar a derretirse y disminuir su impacto visual. En las últimas décadas, los fabricantes se han pasado de la cera al plástico, por su durabilidad y porque permite un mayor realismo. Comercialmente, está bien que los artículos sean muy duraderos, porque aunque son considerablemente más caros que el artículo real, rara vez necesitan ser reemplazados. Esta es una razón porque las compañías ahora prestan su atención también a turistas y al público en general.

Los alimentos de réplica para los clientes que no provienen de restaurantes son muy variados, desde los relativamente comunes imanes para nevera y los adornos para teléfonos móviles, hasta artículos menos previsibles como rompecabezas con forma de pizza y placas de decoración en forma de tostada. Algunos artículos clásicos para restaurantes, como el plato de espaguetis con hilos de pasta colgando de un tenedor suspendido en el aire, gozan también de popularidad entre los compradores en general. Incluso existen kits para entusiastas de las maquetas que deseen crear sus propios alimentos en casa.

Puestos a soñar, si la impresión en 3D acaba cuajando, estaremos todos imprimiendo nuestra propia comida con fines decorativos. Tentadores platos principales y deliciosos postres creados con solo pulsar un botón. La lechuga perfecta… Pero aun así, crear algo con tus propias manos da una satisfacción incomparable; mi lechuga, por imperfecta que fuese, era mi propia creación. No hay nada como ponerte a trabajar y recoger los frutos... digo las hortalizas de tu esfuerzo.

Si desea participar en el taller, póngase en contacto (en japonés) con:

Ganso Shokuhin Sanpuruya
Nishi-Asakusa 3-7-6, Taitō-ku, Tokio
0120-17-1839
Coste: ¥2,160

Más detalles (sólo en japonés)

Sorprende a tus amigos con este marcapáginas en forma de piel de plátano.

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