Animales reales y sus equivalentes míticos

Cultura

En muchas lenguas, ciertos animales reales toman su nombre de criaturas míticas, como el dragón de Komodo de Indonesia, que podía compararse con el legendario lagarto feroz. Y los exploradores denominaron a los murciélagos bebedores de sangre que descubrieron en Sudamérica “murciélagos vampiro” pensando en los seres sobrenaturales de la leyenda europea (y esto hizo que los murciélagos acabaran convirtiéndose en una parte fundamental de la mitología de los vampiros). Del mismo modo, algunas de las criaturas fantásticas más conocidas de Japón comparten su nombre con animales.

¡Los tapires devoraron mis pesadillas!

Pintura de un baku realizada por Hokusai (1760 - 1849).

El baku es una criatura mítica que tiene trompa de elefante, ojos de rinoceronte, cola de buey, zarpas de tigre y cuerpo de oso. Tiene su origen en China, pero parece ser que la características más famosa de la versión japonesa, su capacidad de devorar pesadillas, le fue añadida cuando se incorporó a la tradición nipona. El baku chino era solo conocido por ahuyentar el mal.

En el momento del hatusyume o primer sueño del año, era tan importante poder tener revelaciones propicias que muchos japoneses de la era Edo (1603 - 1868) incorporaron al baku para ese fin. La colocación de una pintura del “barco del tesoro” de la suerte de los Siete Dioses de la Fortuna bajo la cabeza era parte de un ritual para impedir que una pesadilla arruinase el año que comenzaba, y se creía que tener al baku o a su kanji 獏 en la vela ofrecía una protección todavía mayor.

En japonés, al tapir se le denomina también baku por la criatura mítica, ya que su alargado hocico recuerda a la “trompa de elefante” de ese ser, aunque la palabra suele escribirse en kana como バク. Sin embargo, la similitud lingüística ha hecho que los tapires acaben asimilando en cierto modo la función de devoradores de sueños en la imaginería popular, de la misma forma que los murciélagos acabaron por incorporarse a la leyenda de los vampiros.

La jirafa de los buenos augurios

Pintura de la jirafa presentada al emperador Yongle.

El kirin es otra criatura quimérica originaria de China, y guarda un cierto parecido con el unicornio por su único cuerno. Junto con el dragón, el fénix y la tortuga, es uno de los cuatro principales animales sagrados de la mitología china. Debido a la asociación del kirin con la sagacidad y el talento, en japonés la expresión kirinji (niños kirin) se refiere a niños prodigio de quienes se espera mucho. No obstante, en Japón el término es tal vez más famoso por ser el logotipo de la cerveza Kirin.

Es una criatura que se prodiga poco, y cuando aparece ello indica la presencia de un líder honesto en el trono. Así pues, cuando el almirante y explorador Zheng He llevó una jirafa a China desde África en el siglo XV, el emperador Yongle advirtió en ese animal exótico el suficiente parecido con el kirin (en chino, qilin) como para utilizarlo para afianzar su legitimidad. Se trataba de un emperador que había accedido al poder a través de una sublevación, y por ello ese impulso a su autoridad resultó muy bienvenido.

Por este motivo, a las jirafas se les denomina actualmente kirin en japonés y girin en coreano. Pero en el chino estándar actual esta asociación directa se ha perdido y a estos animales africanos se les denomina changjinglu, o literalmente “ciervo de cuello largo”.

Hacedores de lluvia que protegen castillos

El shachihoko del Castillo de Osaka; fotografía del usuario jsteph de Flickr.

Una tercera bestia legendaria es el shachihoko, a veces conocido en su forma abreviada como shachi. Esta criatura marina tiene el cuerpo de pez y la cabeza de tigre, y su kanji 鯱 combina eficientemente pez (魚) con tigre (虎). Suele estar dispuesto como adorno en los tejados de castillos japoneses, como en el caso del  shachihoko de oro de Nagoya y Osaka, debido a la creencia de que puede traer la lluvia para luchar contra incendios potencialmente devastadores.

La ballena asesina es también conocida como shachi y comparte el mismo kanji. Fue venerada por los Ainu y otros pueblos septentrionales y se le atribuían poderes sobrenaturales similares a los del shachi que controlaba las condiciones meteorológicas.

Aunque no está completamente claro si una de estas criaturas tomó su nombre de la otra, ambas están ahora firmemente relacionadas por su pronunciación y forma escrita común.

(Fotografía del shachihoko cortesía del usuario de Flickr jsteph)

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