Hincando el diente al pasado con los monticulares pasteles funerarios

Cultura

Los monticulares pasteles funerarios de la repostería japonesa Petit Marché han dotado de inesperada popularidad a esta pequeña empresa con sede en Nara, al oeste de Japón. La atención al detalle ha ayudado a llevar el atractivo de estas tartas más allá de los arqueólogos golosos y ha conseguido que se hable de ellas en varias publicaciones y en Internet.

Reconstrucción del pasado

Los montículos funerarios o kofun están diseminados por gran parte de Japón y dan el nombre al periodo Kofun (entre el 300 y el 710 aproximadamente) durante el cual fueron construidos en su mayoría. Poco se conoce con certeza sobre esta época, y textos ancestrales del siglo VIII como el Kojiki (Registro de asuntos antiguos) y el Nihon shoki (Crónica de Japón) ofrecen solamente leyendas poco fiables. Por este motivo, la excavación arqueológica de los kofun ha desempeñado un importante papel en la reconstrucción del pasado.

El pastel kofun tiene la forma de ojo de cerradura de los túmulos destinados a los miembros de más alto rango de la élite. El más grande de estos túmulos japoneses se encuentra en Sakai, Osaka, y se cree que es el lugar donde descansan definitivamente los restos del emperador Nintoku, quien pudo haber gobernado a principios del siglo V. Para representar la hierba en su kofun, Petit Marché utiliza bizcocho desmigajado de matcha (té verde), esparcido sobre capas de crema de chocolate.

Este soldado haniwa del Museo Nacional de Tokio ha sido designado tesoro nacional.

Alrededor de los bordes del pastel encontramos cilindros de merengue de coco. Representan la terracota no porosa haniwa que se utilizaba para decorar la superficie de los montículos funerarios. La imagen conocida actualmente de las haniwa son inexpresivas figuras humanas y animales, especialmente caballos, y algunos de los ejemplos más famosos están expuestos en el Museo Nacional de Tokio. No obstante, aunque estas obras artísticas han generado un enorme interés, la mayoría de haniwa eran simples cilindros.

Dulce excavación

Los elementos funerarios, como abalorios, espejos de bronce y armas de hierro se colocaban junto a los aristócratas que allí se enterraban. A medida que progresó el periodo Kofun, estos artículos provenían cada vez más de la península de Corea. El análisis de las tumbas y de sus utensilios ha ayudado a los historiadores a crear un esquema de la vida en Japón durante ese periodo, aunque continúa habiendo mucho misterio.

Abalorios magatama en forma de coma, símbolo del Japón ancestral, han sido hallados con regularidad en los túmulos mortuorios. Los más famosos de estos abalorios son los yasakani no magatama, comúnmente denominados “joyas curvas”, que junto con la espada y el espejo sagrados configuran las insignias imperiales de Japón y son símbolos de la autoridad de la familia imperial.

Al probar el pastel, ayudados por las cucharillas en forma de pala que vende la repostería fabricante para crear un ambiente de excavación, nos encontramos con los magatama entre los varios tesoros de su interior. Como mínimo, hay anacardos, que sustituyen a los magatama, y también “vasijas” de pacana. En las versiones más grandes de la tarta podemos encontrar también espejos de galleta troceada y trozos de plátano.

Pistas y misterios

Los haniwa y magatama proporcionan pistas sobre el estado de las personas enterradas en kofun y las ropas y artículos que utilizaban en la vida diaria, pero presentan también muchos interrogantes. En particular, ¿cuál era su significado exacto? Teorías, leyendas y ficción han intentado dar respuesta a esta pregunta, pero sus cualidades enigmáticas continúan sin ser descifradas.(*1)

Estudios más exhaustivos de los kofun podrán sacar a la luz más datos sobre la vida en el antiguo Japón, pero los ejemplos más famosos han recibido solamente la atención limitada de los especialistas. El acceso arqueológico a las tumbas reales en donde se cree que están enterrados los emperadores está estrictamente restringida por la Agencia de la Casa Imperial, y los expertos tienen permitido visitarlas solamente de forma ocasional. Pero aquellas personas puedan acudir al establecimiento de Nara no encontrarán ninguna limitación para probar estas apetitosas réplicas.

Créditos fotográficos:
Foto principal: Masahiko Ohkubo
Haniwa: Yuki_alm_misa

(*1) ^ Esto puede decirse también de los trozos de plátano. Petit Marché no proporciona explicación alguna en su página web sobre lo que pueden representar.

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