Compartiendo la emoción de la aventura con el mundo

Cultura

Kuriki Nobukazu (30 años) pertenece a una nueva generación de escaladores: escala picos de 8.000 m en solitario retransmitiendo la ascensión en directo por Internet. Su objetivo es “compartir la emoción de la aventura” a través de la escalada. Desde las montañas sigue transmitiendo a todo el mundo la importancia de no abandonar nuestros sueños.

Kuriki Nobukazu KURIKI Nobukazu

Escalador. Nació en Hokkaido en 1982. Comenzó a escalar mientras asistía a la universidad; en 2004 logró coronar en solitario con éxito el Monte McKinley (6.194 m de altitud). Ha subido a los picos más altos de los seis continentes: el Aconcagua en 2005 (6.959 m), el Monte Elbrus (5.642 m), el Kilimanjaro (5.895 m), en 2006 la Pirámide de Carstensz (4.884m). Ha escalado en solitario y sin oxígeno con éxito los picos de 8.000 metros de altitud: en 2007 el Cho Oyu (8.201 m), en 2008 el Manaslu (8.163 m) y en 2009 en Dhaulagiri (8.167 m). Su próximo objetivo es conquistar el Everest siguiendo su estilo: en solitario y sin oxígeno, retransmitiendo el ascenso en directo por Internet. Sitio web oficial: http://kurikiyama.jp/ (sólo en japonés, inglés, chino y coreano)

Las montañas invisibles de la ciudad son altas y escarpadas

“Al regresar de la montaña a la vida normal me sigo topando con montañas altísimas por todos lados. Las 'montañas invisibles de la ciudad' son más altas y escarpadas que las del Himalaya. Suelo tener esa sensación muy a menudo”.

Esto es lo que nos comentaba el escalador Kuriki Nobukazu. Mide 1,62 metros de altura y pesa unos 60 kilos. Este joven menudo y normal encara el desafío de subir al Everest en solitario y sin oxígeno retransmitiendo el ascenso en directo por Internet. Se podría decir que la escalada que practica Kuriki representa un nuevo tipo dentro del mundo de alpinismo.

“Retransmito en directo por Internet la subida al Himalaya. Resulta muy costoso porque hay que comprar todo el equipamiento y pagar los gastos de transporte y del enorme ancho de banda necesario para retransmitir vía satélite. 'La montaña invisible de la ciudad' más escarpada que el Himalaya con la que me topo siempre es la recaudación de fondos para todo esto (risas). Doy conferencias casi a diario, y los días que no lo hago me voy a buscar patrocinadores por mi cuenta. Aunque mi día a día es muy ajetreado jamás me doy por vencido. Por ejemplo, a veces me pasa que encuentro a una compañía que simpatiza con mi proyecto pero no puede darme fondos. En esos casos, le pido al presidente que me presente a alguno de sus amigos y después voy a visitarlos. Porque los amigos de los presidentes de las compañías suelen ser gente rica (risas). Como puedes ver, recoger fondos para poder hacer mis escaladas es una labor frenética”.

Kuriki, desde que tenía 25 años, visita las compañías vestido con camiseta, vaqueros y con su mochila de escalada al hombro para contarles su sueño y buscar patrocinadores. Las compañías y personalidades que le apoyan aumentan cada año. Desde 2009 y durante tres años consecutivos ha perseverado en el reto de escalar el Everest en solitario y sin oxígeno en otoño, un ascenso más difícil que en primavera. Lamentablemente, en las tres ocasiones se ha visto forzado a descender justo cuando tenía la cima delante de sus ojos. Pero nunca se da por vencido.

“Los límites son una ilusión creada por uno mismo”.

Bajo ese lema y enfocado en su futura ascensión en otoño del Everest en solitario y sin oxígeno, continua subiendo la montaña del Himalaya y las de la ciudad.

Quiero transmitir el coraje de dar un paso hacia nuestros sueños

“Ahora en Japón, basta con tener 100 yenes para que te puedas comprar un onigiri (bola de arroz cocido) las 24 horas en cualquier tienda de conveniencia, es inconcebible morir de hambre. Sin embargo, por lo que he visto en el Nepal y en otros países del extranjero no todos se encuentran en una situación tan privilegiada, ni tampoco esta riqueza es lo normal. Por lo tanto, creo que no deberíamos ser tan complacientes. Por supuesto, la riqueza en sí no es una mala cosa. Sin embargo, los jóvenes japoneses de ahora, como tienen miedo a perder esta riqueza, buscan la estabilidad por encima de todo. Sería mejor cambiar la riqueza por oportunidades y desafiarse a uno mismo para alcanzar los propios sueños”.

Kuriki nos cuenta todo esto con un tono apasionado y un semblante amable. Éste es un hecho que está notando con fuerza últimamente mientras hace su gira de conferencias por todo Japón.

“El objetivo de mis escaladas es 'compartir la emoción de la aventura' a través de mis grabaciones en video y de su retransmisión por Internet. Escalo la montaña con la gente que me anima. Todos ellos escalan con frenesí las montañas invisibles de la ciudad y a veces se quedan dudando delante de ellas. Mi deseo es que viendo cómo me enfrento al Everest ellos puedan conseguir el coraje de dar un paso hacia sus sueños”.

Kuriki retransmite en directo el desarrollo de sus escaladas mediante USTREAM, Twitter, Facebook e incluso sube videos a Youtube. Como la mayoría de los videos son grabados por él mismo mientras está escalando en solitario, transmiten una sensación fresca muy diferente a la de los documentales clásicos, esto ha propiciado que esté consiguiendo un gran número de visitas no sólo desde Japón sino también desde el extranjero.

“La primera escalada que retransmití en directo por Internet fue la del Cho Oyu en el 2007. En aquella ocasión fue un proyecto del sitio web de videos Dai Ni Nippon Terebi y su título era ‘La primera ascensión al Himalaya de un alpinista neet’(*1)” (risas). En pleno desafío recibí muchos comentarios negativos por parte de los neet y hikikomori(*2): “¡No lo conseguirás! ¡Te vas a matar! Sin embargo, cuando llegué a la cima sano y salvo sus comentarios cambiaron por palabras de agradecimiento. Hasta entonces había sido sólo mi escalada, pero al ver que la gente se emocionaba también mi alegría se multiplicó. Desde aquel momento he hecho que 'compartir la emoción de la aventura' sea mi tema”.

Los límites los crea uno mismo

Como se puede deducir por el título del programa, Kuriki no era el tipo de persona que estuviera familiarizado con la escalada desde que era un niño.

“Empecé a practicar escalada cuando estaba en la universidad porque la novia que me dejó también escalaba (risas). Antes de ingresar en la universidad, dejé de vivir en Hokkaidō para irme a Tokio. Enseguida me desanimé y empecé a trabajar en empleos a tiempo parcial breves e inestables. Hubo un período en que vivía encerrado en casa sin hacer nada igual que un neet. En aquel momento mi novia me dijo: 'A mí me gustaría casarme con un funcionario público, con título universitario y que tenga su propio automóvil' ”. Así que regresé a Hokkaidō, ingresé en la universidad, trabajé a tiempo parcial para comprarme un coche, y comencé a estudiar muy duro para convertirme en un funcionario público. Pero a pesar de que hice todo eso, ella me dejó (risas). Como todavía no podía olvidarla y a ella le gustaba mucho la escalada, ingresé en el club de escalada de la universidad porque tenía curiosidad por saber qué paisajes podía haber visto ella”.

Empezó a escalar montañas porque no podía olvidarse de su novia. Aquella motivación se convirtió en un importante punto de inflexión para Kuriki.

“En el club de escalada había compañeros veteranos muy severos y las actividades eran muy duras. Muchas veces pensé en dejarlo. Una de las salidas era ir desde el Paso de Nakayama (835 m de altitud) en la ciudad de Sapporo hasta Zenibako en la ciudad Otaru. Empleamos toda una semana en cruzar las crestas de las montañas cubiertas por las nieves caídas la víspera del Año Nuevo. Pensaba que había llegado a mi límite y estuve a punto de rendirme muchas veces. Pero al superar aquel escollo, vi cómo enfrente de mí se extendía un paisaje que nunca antes había visto. En ese momento me di cuenta: los límites los crea uno mismo; si das un paso más allá, te encontrarás con un nuevo mundo”.

El reto del McKinley y el riesgo de ser excluido

A continuación, Kuriki decidió subir en solitario a la cima más alta del continente norteamericano, el Monte McKinley. En ese momento montañas invisibles le bloqueaban el camino. Su entorno trató de detenerle con firmeza: “No permitiremos que un universitario con tan poca experiencia en escalada haga semejante temeridad”. Si se iba al McKinley lo echarían del club y la comunidad de escaladores le dejaría de lado. En el mundo de la escalada no hay libros de texto, las técnicas se aprenden escuchando los consejos de los compañeros escaladores más veteranos. Quedarse sin compañeros de escalada es un problema muy grave.

“Fue todo un acierto ir al McKinley. Sin aquel éxito no sería lo que soy ahora. Las personas que trataron de frenarme estaban realmente preocupadas por mí, pero de entre todas ellas no había ninguna que se hubiese atrevido a subir en solitario el McKinley. Por eso yo les respondía: 'Hasta que no lo pruebe por mí mismo, no sabré si puedo escalarlo o no'. Así fue como me lancé a la aventura”.

En base a esa experiencia, Kuriki quiere transmitir un mensaje a los jóvenes.

“Los sueños son un desafío que ha de encarar uno mismo. Ahora, Japón está orientado hacia la estabilidad y hay una tendencia en la educación, tanto en las escuelas como en otros sitios, que no motiva a encarar desafíos. Pero las personas que te asesoran son personas diferentes a ti, y ellos tampoco son tu objetivo. Es más, en muchos casos no tienen ninguna experiencia similar a la tuya. Por eso, si tienes un sueño, me gustaría que no tuvieses miedo a fracasar y dieses un paso al frente. Es mejor fracasar que arrepentirse por no haberlo intentado nunca. A mí el Everest ya me ha rechazado tres veces (risas). El único que coronó con éxito la ascensión en solitario y sin oxigeno del Everest fue Reinhold Messner en 1980. Mi reto es subir por la pared suroeste, algo que nadie ha conseguido con éxito aún. Sé muy bien que no es una cosa fácil. A pesar de las veces que pueda fracasar no me rindo y sigo perseverando en mi reto de conseguir mi sueño. Los fracasos se convierten por primera vez en una recompensa cuando consigues el éxito o cuando hacen que te resignes definitivamente después de haber continuado perseverando en tu reto”.

(*1) ^ Acrónimo en inglés de la expresión Not in Employment, Education or Training (Ni trabaja, ni estudia ni recibe formación).

(*2) ^ Término japonés para referirse a las personas que han escogido abandonar la vida social, encerrarse en su mundo y que se aíslan en sus casas u habitaciones.

Compartir con el mundo la emoción de la aventura

Kuriki aprovecha con eficacia las redes sociales que tan de moda están ahora. Nos comenta que últimamente está notando una gran diferencia en las reacciones que provoca.

“Antes, tanto los comentarios en las redes sociales como las palabras que me dirigían tras las conferencias eran la mayoría del tipo: 'Ánimo', 'Te apoyamos'. En cambio, recientemente los comentarios son mucho más concretos y positivos, en plan: 'Me has transmitido coraje. Yo también me esforzaré en conseguir mi titulo', 'Mi reto es correr una maratón hasta el final'. Estoy muy contento porque noto que poco a poco va llegando mi mensaje de 'compartir la emoción de la aventura' ”.

Aunque las redes sociales también son un arma de doble filo. Todavía recibe comentarios negativos al igual que al principio del todo.

“Como envío periódicamente mensajes a través de las redes sociales, es inevitable el sufrir críticas o insultos. Lógicamente, hay veces en que me equivoco y hay otras en las que muestro mi lado malo o más desagradable. Aunque pienso que eso también forma parte de 'compartir la emoción de la aventura'. De hecho, cuando me insultan me dejan bastante chafado (risas)".

Un escalador real y sin adornos que vuela por todo el mundo

Lanza gritos de guerra cuando llega a la cumbre, se queja en los momentos duros, de vez en cuando derrama lágrimas de rabia, cuando está contento a veces se pone a presentar el menú de la comida… Los videos que publica Kuriki se alejan mucho de la imagen estoica de los escaladores que todo el mundo tenía hasta ahora. Al retransmitir oportunamente por Internet, sus escaladas comunican un realismo desprovisto de cualquier adorno.

“Como desde tierra no se puede ver lo que pasa durante la escalada, muchos aspectos de la escalada se han mantenido en secreto hasta el momento. Cuando se escucha hablar directamente a los escaladores famosos, todos han experimentado fracasos y sufrimientos; sin embargo las conmovedoras historias que se cuentan en la televisión y en los libros están despojadas de esa parte. Por eso los escaladores han sido deificados por su imagen estoica. Así que es muy posible que los seguidores de esos escaladores piensen: 'Por culpa de ese Kuriki tan descarado la imagen de los escaladores va a quedar desprestigiada'. Yo lo que quiero es transmitir un desafío real y acercar la escalada a personas de todas partes del mundo”.

Debido a la utilización de Internet, en los últimos años ha ido creciendo su popularidad no sólo en Japón sino también en el extranjero. Este año está volando por todo el mundo para dar sus conferencias: Shanghái y Beijing, Corea del Sur, Taiwán, Londres y Nueva York. Sus fans también están aumentando con rapidez, los dos miembros del grupo de música electrónica Underworld del Reino Unido, responsable de la música de los Juegos Olímpicos de Londres, también apoyan con entusiasmo a Kuriki.

“Al igual que el fútbol u otros deportes, los bellos paisajes de las montañas y el atractivo y la dureza de la escalada superan las barreras del idioma. De hecho, cuando les cuento la importancia de mi reto a los chinos, cuyo país está gozando de un notable crecimiento económico, encuentro a muchas más personas que simpatizan y conectan con mi causa que en Japón. Por ese motivo quiero 'compartir la emoción de la aventura' por todo el mundo. Esta primavera mi reto es hacer una expedición al Shisha Pangma (8.027 m) también conocida como 'la montaña de la muerte', y en otoño atacaré por cuarta vez el Everest”.

“Continuaré 'compartiendo la emoción de la aventura' con la fuerza que me transmite el apoyo de todos”.

Fotografías de la entrevista: Igarashi Kazuharu

(Traducido al español del original en japonés)

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