Yamazaki Takashi, director de ‘Kiseijū’, habla de su mensaje al Japón post 11 de marzo

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El director Yamazaki Takashi, especialista en efectos visuales, ha llevado a la gran pantalla Kiseijū, un manga que cuenta la lucha contra parásitos que se alimentan de los cerebros de los humanos. El director, responsable de muchos éxitos del cine japonés, nos habla del punto de vista y el encanto de la obra original en la que se basa su película.

Yamazaki Takashi YAMAZAKI Takashi

Nacido en 1964. Aspiraba a dedicarse a los efectos especiales por influencia de películas como Encuentros en la tercera fase o La guerra de las galaxias. Tras graduarse en la Escuela de Bellas Artes de Asagaya entró, en 1986, en la productora Shirogumi. En 1993 trabajó como encargado de efectos visuales y composición digital en las obras de Itami Jūzo Daibyōnin (Enfermo terminal) y Shizuka na seikatsu (Una vida tranquila). En 2000 debutó como director con Jubunairu (Juvenil); posteriormente ha dirigido películas como Always sanchōme no yūhi (Siempre: atardecer en la tercera calle, 2005), Always zoku sanchōme no yūhi (Siempre: atardecer en la tercera calle 2, 2007), Ballad: na mo naki koi no uta (Balada: canción de amor sin nombre, 2009), Space Battleship Yamato (2010) o Friends: mononoke shima no Naki (Amigos: Naki en la isla de los monstruos, 2011). En la 38 edición de los Premios de la Academia Japonesa logró galardones tanto por Eien no 0 (0 eterno, 2013) como por Stand by Me Doraemon, en el caso de esta segunda, el premio a la excelencia en animación.

Hollywood adquirió los derechos para llevar a la pantalla un cómic “legendario”

Si hablamos de organismos desconocidos que se infiltran en el cuerpo humano, muchos aficionados al género recordarán la obra maestra del escritor de ciencia-ficción Jack Finney, The Body Snatchers (La invasión de los ladrones de cuerpos), novela que ha sido llevada a la gran pantalla varias veces en Hollywood. La idea de que amigos y familia, un buen día, dejan de ser humanos, posee una extraña cualidad que incita a querer llevarla al cine. Hollywood también adquirió los derechos de Kiseijū(Parásito), un manga que habla de la lucha entre los humanos y los parásitos que se apoderan de sus cerebros, pero finalmente no pudo convertirlo en película.

El manga original de Iwaaki Hitoshi, de gran éxito, fue serializado entre 1989 y 1995, y la edición monográfica alcanzó unas ventas de quince millones de ejemplares. Durante mucho tiempo Hollywood se reservó los derechos del original, pero finalmente dichos derechos regresaron a Japón sin haber visto una adaptación al cine. Y fue el director Yamazaki Takashi, responsable de una lista de éxitos y especialista en efectos visuales, quien ha podido finalmente adaptar la historia en forma de dos películas consecutivas. La primera parte, que llegaron a ver un millón y medio de espectadores, se estrenó en noviembre de 2014, y la segunda se ha estrenado el 25 de abril de este año.

Una posible influencia sobre el Terminator de James Cameron

“Cuando se empezó a publicar el manga yo ya había comenzado a trabajar en efectos visuales, pero tenía muy claro que alguien iba a llevarlo al cine y me iba a incluir en el equipo, e incluso llegué a crear un corto promocional en el que se veía cómo se descomponía un rostro y volvía a su estado original, usando mi propia cara. Pero al final nadie se ofreció a dirigir la película”, recuerda Yamazaki.

Al principio, lo que se rumoreaba entre la gente del mundo del cine era que James Cameron, que conocía el manga original, había adquirido los derechos de Kiseijū para poder rodar Terminator 2. “No es más que una leyenda urbana. Pero sí es cierto que al ver el T-1000 (el terminator que aparece en Terminator 2, con un cuerpo de metal líquido) sus movimientos me parecieron inspirados por Kiseijū. Creo que sí hubo una influencia.”

El creador dice que, a la hora de hacer la adaptación, se planteó por qué Hollywood no había llegado a producir una película de imagen real con su manga. “Quizá fuera porque en la obra no está claro quiénes son los buenos y quiénes los malos. Desde una óptica cristiana es una historia inaceptable. En Japón, un país politeísta, se puede considerar a los parásitos de la historia como una especie superior de ‘dioses’. Quizá las descripciones del manga, que no juzgan quién es bueno y quién malo, sino que todo queda en el interior de cada uno, fueran demasiado difíciles de entender en Estados Unidos.”

Sometani Shōta (segundo por la izquierda), que encarna al protagonista, Izumi Shin’ichi, y logró en 2011 el premio Marcelo Mastroiani a jóvenes actores en el Festival Internacional de Cine de Venecia. ©2015 Comité de Producción de Kiseijū

Izumi Shin’ichi, el protagonista de Kiseijū, es un estudiante de instituto completamente normal. Un buen día un organismo desconocido se introduce en su mano derecha y comienza a coexistir con Shin’ichi en una relación de parásito-huésped sin mayor problema, y la extraña relación con Migii (como lo llama Shin’ichi) termina por convertirse en verdadero compañerismo. Ambos deben luchar contra otros parásitos, que mimetizan a los seres humanos de los que se alimentan, en combates de vida o muerte.

El director Yamazaki dice que el protagonista es fundamentalmente japonés. “El hecho de que el protagonista esté compuesto por dos especies es algo muy japonés. Buenos ejemplos de esto son Kamen Rider, Ultraman o Devilman. En las obras estadounidenses sobre invasores todo es blanco o negro y no existe esta idea de unir fuerzas con el enemigo, pero creo que, en el caso de Kiseijū, hemos conseguiro plasmar esta característica tan japonesa.

Los seres de Kiseijū, creados con las últimas tecnologías para videojuegos para lograr realismo

Si comparamos los efectos visuales de hoy día con los de hace más de veinte años, cuando se empezó a querer llevar a la gran pantalla Kiseijū, veremos que se ha producido un enorme salto cualitativo. Sin embargo, el del cine japonés “Es un mundo conservador, y no se usan las técnicas más modernas. Es decir, que no hay gente que pueda juzgar si es buena idea emplear una parte del presupuesto en ellos. Yo sí puedo. Consideré que, para lograr volcar al cien por cien la personalidad de Abe Sadao en Migii, su personaje, había que usar captura de movimiento.”

Para filmar las escenas de “caras rotas” (en las que la cara de una persona se abre y aparece el parásito, que ha devorado el cerebro) y hacer las capturas de movimiento logramos la colaboración de dos famosos desarrolladores de videojuegos: Konami y Square Enix.

Abe Sadao interpreta a Migii, el parásito que vive en la mano derecha de Shin’ichi, con el traje de captura de movimiento. ©2015 Comité de Producción de Kiseijū

“Las técnicas más vanguardistas las poseen los desarrolladores de videojuegos; y sin embargo casi no hay directores que estén en contacto con ese mundo. En esta ocasión he tenido que pedir ayuda a gente que en principio no tiene nada que ver con el mundo del cine, precisamente en favor del cine japonés. Fue realmente difícil conseguirlo, pero el resultado ha merecido la pena.”

En Hollywood se practica la técnica de ensayo y error para elegir el mejor método. Y precisamente así es como se logra que las técnicas avancen. No obstante, “En Japón hay limitaciones al presupuesto, y no hay más remedio que intentar acertar con la técnica adecuada. Es necesario tener coraje, y sin estar en contacto con el mundo de las nuevas tecnologías es imposible hacer nada digno.”

Un mensaje para el Japón que vivió el terremoto del 11 de marzo

Y sin embargo lo que causó furor de Kiseijū en Japón no fueron solo los vanguardistas efectos visuales. “Lo que proclama la obra es algo que está ocurriendo en realidad. El hecho de que haya sido llevada al cine precisamente ahora contiene también un mensaje, creo.”

Jóvenes promesas del cine japonés actuando en Kiseijū. Higashide Masahiro (izquierda), joven actor de gran popularidad, encarna al protagonista que convive con el parásito. © 2014 Comité de Producción de Kiseijū

 

El director Yamazaki durante el rodaje de la confrontación entre los parásitos y un grupo de fuerzas especiales. © 2015 Comité de Producción de Kiseijū

En la época en la que se serializó el manga original se prestaba una gran atención a los problemas medioambientales. Pero hoy día se ha llegado a sentir un verdadero peligro sobre nuestra supervivencia como especie humana; “Precisamente ahora, que nos encontramos al borde del desastre, el mensaje de esta obra me parece especialmente importante.”

“Vivimos día a día con la terrible incertidumbre de no saber cuándo será el próximo terremoto, de la posible gravedad de la radiación; vivimos con miedo. Quizá sea el mejor momento para contar esta historia. Siento la obligación de contarla no como un mensaje político, sino como un japonés más que vive en esta época, como parte de la industria del entretenimiento.”

Kiseijū se estrenó a finales de abril en el festival de cine Far East Film Festival (Udine, Italia). “Imagino que los espectadores extranjeros podrán sentir a través de esta película cómo el ambiente se ha oscurecido en Japón a partir del 11 de marzo de 2011, y que, aunque los humanos acarreemos nuestros pecados, a pesar de todo seguimos viviendo y podemos lograr convivir.”

No hay que perder de vista los orígenes al tratar de gustar en el extranjero

Stand by me Doraemon, película de animación en 3D que Yamazaki codirigió con Yagi Ryūichi, logró unos beneficios de 10.000 millones de yenes en todo el mundo.

En los últimos años Yamazaki ha logrado una serie de éxitos que representan el mundo con efectos diferentes en cada ocasión y para cada género -del espacio, históricas, bélicas, de animación en 3D-, comenzando por la taquillera serie Always sanchōme no yūhi, que recrea el Tokio de la época Shōwa. Pese a ser el director más importante del cine japonés en cuanto a entretenimiento, mantiene un juicio de valor muy calmado respecto al cine japonés con contenidos orientados a los mercados internacionales.

“No tengo muchas intenciones de crear obras específicamente para el extranjero. Si tratamos de gustar en el extranjero corremos el riesgo de perder de vista nuestros orígenes. Somos asiáticos, una cultura no anglosajona y con muchas limitaciones. Nuestras películas cuentan con protagonistas asiáticos, y eso hace casi imposible se puedan convertir en grandes éxitos en Hollywood. Sin embargo estoy convencido de que hay géneros en los que podemos competir. Precisamente porque nuestro tiempo es limitado deberíamos concentrarnos en las cartas con las que podemos ganar el juego. Como el anime en 3D, que cuenta con muchos seguidores en otros países.”

“Para mí lo importante ahora, más que tener los mercados internacionales como meta final en sí misma, es poder lograr el éxito en el mercado japonés, que podría considerarse aislado del resto del mundo. Si las obras creadas con esta idea tienen éxito a veces en el extranjero, tanto mejor; pero no deja de ser algo secundario, una ‘paga extra’.”

Pese a venir del campo de los efectos especiales, y haber creado películas en muchos géneros con diversas técnicas, lo importante para él a la hora de rodar una película no es la tecnología punta.

“Recibo muchas ofertas, pero lo que se mantiene constante a la hora de aceptarlas es que siempre se trata de algo que yo mismo querría hacer, que hace que me bulla la sangre. La técnica es algo que uso cuando llega el momento de usarlo. La mayoría de las películas utilizan efectos por ordenador, de modo que ya nadie se sorprende al verlos. Lo primero es la historia, y el atractivo de los personajes.”

(Escrito por el comitéeditorial de nippon.com a partir de una entrevista realizada el 13 de abril. Traducido al español del original en japonés)

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