Aprendiendo japonés con la autora de manga Umino Nagiko

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El exitoso manga de Umino Nagiko Nihonjin no shiranai Nihongo (El japonés que no conocen los japoneses) se basa en sus experiencias enseñando japonés a estudiantes internacionales. En esta entrevista con Nippon.com la autora ofrece consejos para aprender el idioma y comparte algunas palabras inusuales que existen en los límites de la lengua japonesa.

Umino Nagiko UMINO Nagiko

Profesora de japonés y autora. Su debut con Nihonjin no shiranai Nihongo (El japonés que no conocen los japoneses), creado en colaboración con el autor de manga Hebizō, se convirtió en un éxito de ventas. Entre otras de sus obras destaca el manga Kokusaijin hajimemashita (Mi debut como ciudadana del mundo), en colaboración con Yuzuka Masanari, y el libro Yamato kotoba tsukaikata zukan (Guía ilustrada del uso de las Yamato Kotoba), ilustrado por Nishiwaki Tadashi. Ha comenzado a publicar tweets en japonés en la cuenta @uminonagiko.

Nihonjin no shiranai Nihongo (El japonés que los japoneses no conocen)

Cuando la profesora de japonés Umino Nagiko volcó sus experiencias en las aulas en un manga creado junto a su amigo Hebizō, la obra se convirtió inmediatamente en un éxito de ventas. Tal como indica el título Nihonjin no shiranai Nihongo (El japonés que no conocen los japoneses), en parte suponía para los japoneses la oportunidad de redescubrir su propia lengua. Este manga también es atractivo por los graciosos malentendidos y la comunicación entre distintas culturas que sucede en el conjunto de entusiastas estudiantes internacionales que lo protagonizan.

En la actualidad hay cuatro tomos y un libro de ejercicios suplementario en la serie, que ha vendido más de dos millones de copias, además de una adaptación a la televisión. Estos tomos abarcan áreas como el keigo (lenguaje honorífico), los sufijos numerales y la historia de los silabarios hiragana y katakana. Los estudiantes interrogan a Umino con preguntas complicadas, y las discusiones suelen terminar derivando en cuestiones sobre las diferencias lingüísticas y culturales entre Japón y otros países. Aunque esta obra fue escrita en principio para el lector japonés, el formato manga hace la serie bastante accesible para los estudiantes extranjeros.

Explicando los sufijos numerales

  1. Una manzana es ikko (一個) y una zanahoria es ippon (一本).
  2. Llamamos a estas palabras para contar cosas josūshi (助数詞).
  3. En inglés y alemán no existen. En chino, coreano y tailandés sí.
  4. Recordad que algo largo y delgado es ippon.
  5. Así que una serpiente debe ser también ippon.
  6. Una serpiente es ippiki (一匹), porque es un animal.
  7. Pero en China, tiao (条) se utiliza para contar tanto ríos como serpientes...
  8. Los japoneses cuentan las cosas de forma diferente dependiendo de si son animadas o inanimadas.

(De Nihonjin no shiranai Nihongo)

Lo estándar es lo más seguro

Umino empezó enseñando su idioma a estudiantes japoneses en un instituto de Osaka. En una entrevista con Nippon.com cuenta cómo decidió cambiar y empezar a instruir a estudiantes extranjeros porque pensó que sería divertido enseñar a personas que han elegido aprender el japonés. Aunque aparentemente no todos los estudiantes estaban ahí voluntariamente, ya que muchos de ellos eran forzados a aprender el idioma por sus compañías o padres, pronto comenzó a disfrutar de la animada atmósfera multicultural de las clases de nivel básico.

Un tema recurrente en el manga son las discordancias entre el lenguaje de los libros de texto de los estudiantes, muy controlado, y lo que oyen en sus vidas diarias, que es a menudo el lenguaje no estándar o coloquial. Umino apunta cómo algunos estudiantes que acaban de empezar le han pedido que les enseñe el dialecto de Kansai tal como se habla en Osaka. “Les digo que aunque yo adoro el kansai-ben, ¡hay muchos japoneses que lo odian!”. La autora sugiere que es más seguro hablar el japonés estándar, porque sus registros neutrales lo hacen aceptable para cualquiera.

Por otra parte, los estudiantes deben ser capaces de comprender tanto lo escrito en el libro de texto como el japonés de la vida diaria. Umino también se niega a establecer normas estrictas sobre el habla. “A veces, si analizas la situación y decides que es adecuado utilizar un poco de kansai-ben, eso puede acercarte más a la persona con la que hablas”. La habilidad para cambiar entre el japonés estándar y no estándar varía entre las personas, por lo que los estudiantes deben decidir por sí mismos cuál es la que mejor se adecúa a ellos.

Los deberes (a la derecha)

  1. Vaya… qué raro.
  2. Kim normalmente lo hace todo bien.
  3. Te has equivocado mucho en tus deberes. ¿Qué ha pasado?
  4. ¡Pero si me los hizo un amigo japonés!
  5. Trae a ese amigo japonés tuyo. Ahora.

(De Nihonjin no shiranai Nihongo)

Práctica, práctica y práctica

Los estudiantes del japonés que no conocen los japoneses toman muchas palabras de la cultura popular, incluyendo películas, anime y manga. Umino asegura que está bien hacer esto, pero que hay un momento y un lugar para poner ese lenguaje en acción. “Creo que ocurre lo mismo en todos los países. Hay momentos idóneos para incluir frases de Star Wars y hay momentos en los que sería desconcertante”.

Umino también recomienda a los estudiantes que acaban de empezar que utilicen las palabras inmediatamente después de haberlas estudiado practicando a decirlas en voz alta. “Tu boca tiene que acostumbrarse a ellas. Tienes que acostumbrarte a la pronunciación de un idioma extranjero que tiene sonidos que en tu propia lengua no existen”. También es importante escribir el nuevo vocabulario a mano. “No puede recordar las palabras solo con mirarlas, es mejor que las escribas”.

Esto no significa necesariamente que se tenga que dedicar mucho tiempo a estudiar. “Creo que leer en voz alta y escribir durante cinco o diez minutos al día está bien. Si no haces esto, te olvidarás de lo aprendido”. Aunque cuando se trata de escribir, Umino no insiste en seguir el orden correcto de trazos del kanji. “Mis alumnos me dicen a menudo que el orden de mis trazos es incorrecto. Creo que eso no importa mucho, aunque hay quien diría que el orden correcto de trazos hace que el kanji completo sea más bonito”.

Una composición libre (a la derecha)

  1. La tarea es escribir una composición.
  2. ¿Cuál es el tema?
  3. Tenéis libertad [自由, jiyū] para elegir.
  4. Día de entrega de la tarea.
  5. A ver, ¿qué composiciones tengo aquí?
  6. “Sobre la libertad” (自由) ¿Qué significa la libertad en un país socialista? Rousseau afirmaba...
  7. ¿Quién habló de escribir redacciones tan soberbias?

(De Nihonjin no shiranai Nihongo 2)

Un nuevo tipo de lenguaje escrito

Trabajar como profesora de japonés ha hecho a Umino más sensible a los cambios en el idioma. La autora está fascinada con la aparición de nuevo vocabulario en internet. “Hay un montón de palabras que se utilizan en Twitter que nunca las escucharás en una conversación diaria”. Por ejemplo, en lugar del estándar furo ni hairu, que significa “tomar un baño”, frecuentemente se puede leer la palabra furoru. Este término se formó añadiendo la terminación verbal ru al sustantivo furo, o “baño”. La gente tuitea furotte kimasu, que significa “volveré después de darme un baño”.

Las palabras utilizadas casi exclusivamente en el lenguaje escrito tienden a ofrecer una imagen de rígidas y académicas que crea una distancia entre el hablante y el oyente, e inhibe su uso en las conversaciones. No obstante, Umino señala que “Es muy extraño que no se suela oir furoru en la vida diaria. Es solo lenguaje escrito, pero no es en absoluto formal”.

Pasión por las palabras antiguas

Después de completar la serie de El japonés que no conocen los japoneses, Umino creó el manga Kokusaijin hajimemashita (Mi debut como ciudadana del mundo), en esta ocasión junto al artista Yuzuka Masanari. Este libro busca animar a los lectores japoneses a superar sus miedos ante la barrera lingüística y a comunicarse de forma más sencilla con las personas de otros países. También presenta un abanico de pequeños datos culturales referentes a las constumbres, el lenguaje y otros temas. Y, al igual que las ediciones anteriores, el manga viene acompañado de ensayos cortos escritos por la autora.

Las obras recientes de Umino Kokusaijin hajimemashita (Mi debut como ciudadana del mundo; imagen por cortesía de Daiwa Shobō) y Yamato kotoba tsukaikata zukan (Guía ilustrada del uso de las Yamato Kotoba; imagen por cortesía de Seibundō Shinkōsha).

Su libro de 2016 Yamato kotoba tsukaikata zukan (Guía ilustrada del uso de las Yamato Kotoba) demuestra que el amor por las palabras antiguas de esta autora está a la altura de su interés por los últimos neologismos. Saca a la luz ejemplos de términos japoneses nativos —conocidos como Yamato kotoba— que tienen su origen en la época anterior a la transformación del idioma por la introducción masiva de préstamos lingüísticos del chino. En el léxico Umino trata de destacar palabras bonitas, muchas caídas en desuso, y sugiere cómo podrían ser utilizadas en la vida diaria.

Una de estas palabras es kigusuri (気薬), que Umino describe como una especie de medicina —en japonés, kusuri (薬)— para los sentimientos de una persona, o kimochi (気持ち). “Cuando una amiga se siente desanimada o sola, el kigusuri es algo que ayuda a que se sienta mejor. Puedes llevar a tu amiga algunos manga divertidos a modo de kigusuri”.

Los intereses y actividades de Umino cubren todo el ámbito del japonés. ¿Cree esta autora que el japonés es un idioma particularmente difícil para los estudiantes? “No, no es difícil. Los japoneses dicen que lo es, pero realmente no es tan complicado. Es cierto que algunos aspectos son difíciles, pero muchos otros son bastante sencillos”. Unas palabras de aliento para los estudiantes de japonés de todo el mundo.

(Escrito originalmente en inglés por Richard Medhurst del equipo editorial de Nippon.com. Basado en una entrevista en japonés. La fotografía del encabezado ha sido tomada de Nihonjin no shiranai nihongo. Todo el material de esta obra está incluido por cortesía de Kadokawa. )

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