¡Vamos al festival de Japón!

Locos por el festival Nebuta y sus faroles

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Los nebuta, grandes faroles con forma de muñecos, desfilan por la ciudad de Aomori precedidos por los haneto, bailarines ataviados con pomposos gorros floridos. Todo esto ocurre en el festival Nebuta, en el que las gentes de esta norteña región de Japón muestran la pasión acumulada durante el largo invierno. Allí llaman nebutabaka, locos por el Nebuta, a los apasionados de este festival y de las linternas características del mismo.
Nebuta Portador de abanico・Portadores de faroles Músicos

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La llegada del verano hace que a la gente de Tsugaru, en el oeste de la prefectura de Aomori, se le agite el corazón y le hierva la sangre, algo que alborota a todo Aomori en su conjunto. Esto se debe a que cada año, del 2 al 7 de agosto, se celebra el festival Aomori Nebuta. Allí llaman nebutabaka, locos por el Nebuta, a los apasionados de este festival y de las linternas características del mismo.

Este festival no está relacionado con ningún templo budista o sintoísta; de hecho, hay diversas opiniones sobre su origen. Según fuentes del Museo Provincial de la Prefectura de Aomori, en Japón existe desde tiempos antiguos la costumbre de echar a flotar en el agua muñecos o faroles a modo de ritual de purificación en celebraciones tradicionales, como el festival de Tanabata(*1) o las festividades de Obon(*2). En la zona norte de la región de Tōhoku, era típico echar a flotar faroles no sólo para purificarse, sino también para librarse del sueño en verano, costumbre denominada nemurinagashi o neburinagashi. Al parecer, esta palabra habría sido sustituida por nebuta, lo que explicaría el nombre del actual festival. En diferentes puntos de la prefectura de Aomori se llevan a cabo festivales similares a éste, como el Hirosaki Neputa y el Goshogawara Tachi-Neputa.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el festival Aomori Nebuta cobró un mayor tamaño. En la actualidad, los faroles con forma de muñeco que se exhiben durante el mismo tienen unos cinco metros de alto por nueve de ancho. Se componen de un armazón de madera alrededor de cuyo marco de alambre va pegado el papel japonés que sirve de linterna, todo ello elaborado a mano. Las aproximadamente 1.000 bombillas colocadas en su interior alumbran cada muñeco, pintado con colores primarios claros y fuertes líneas de tinta, durante su recorrido nocturno por las calles de la ciudad. Para poder encenderlas, se instalan generadores de corriente eléctrica en las carrozas que sirven de base a las linternas; su peso puede alcanzar las cuatro toneladas. El desfile de unos 20 faroles nebuta(*3) gigantes es la principal atracción de este festival.

El blanco invierno despierta el anhelo por los colores primarios

Takenami Hiroo, maestro experto en la elaboración de linternas nebuta

Los maestros expertos en la elaboración de linternas nebuta, nebutashi en japonés, se encargan de todas las partes que conforman el proceso de creación de estos faroles: deciden qué temas recrear, hacen los bocetos, montan el armazón, en cuyo marco de alambre pegan el papel japonés, realizan sobre él los dibujos en tinta y les dan color. Hasta la década de los setenta, los que se dedicaban a estas labores eran carpinteros y artistas de la zona que lo hacían por afición; fue entonces cuando se comenzó a utilizar de manera generalizada bombillas en lugar de velas y alambre en vez de bambú, lo que posibilitó la elaboración de obras más delicadas y, por lo tanto, la aparición de los maestros expertos nebutashi.

La imagen del nebutashi lo es todo, ya que no usan patrones. Según el maestro experto Takenami Hiroo, encargado de la elaboración de tres de las linternas del festival de 2012, el encanto de estos faroles reside en que "permiten expresarse libremente". Con todo, el color es un detalle importante.

Linterna nebuta titulada Tōhoku no yū Aterui ("Aterui, hombre de Tōhoku"), de Takenami Hiroo. Imagen cortesía del Proyecto de Japan Railway para la Realización del Festival Nebuta.

"Los habitantes de Tsugaru pasan un largo invierno rodeados por el blanco de la nieve. Por eso, sienten ansias de ver otros colores, lo que explica el uso de tonos primarios en los faroles. A la hora de elaborar Tōhoku no yū Aterui ("Aterui, hombre de Tōhoku"), una de mis obras de este año, el tema y el color que usaría, el rojo, me vinieron a la mente al mismo tiempo. No obstante, por muy bonito que sea el tono, la linterna no será translúcida si éste es demasiado espeso. Yo pinto con la idea de que el color se vea lo más bonito posible cuando alumbren el farol por la noche. Para ello, me sirvo de la técnica de aplicación de cera que se empleaba en la época en que todavía se usaban velas, no bombillas; así controlo el paso de la luz", explica Takenami.

Uno de los aspectos que se han de tener en cuenta a la hora de mostrar las linternas nebuta es cómo las verán los espectadores que se encuentren a 10 metros de distancia.

"Siempre pienso en el ángulo desde el que los espectadores verán las linternas. Por ejemplo, qué hay que hacer para que los que están sentados y las observan levantando la vista puedan sentir toda su fuerza. Haber visto muchas es la experiencia que más sirve", cuenta.

El maestro Takenami se introdujo en el mundo de la elaboración de linternas nebuta en su niñez. Empezó a asistir a uno de los talleres locales donde se realizan estos faroles (nebutakoya); allí fue donde comenzó a crear los suyos propios, de pequeño tamaño al principio. Ya de adulto, continuó desarrollando su afición mientras se ganaba la vida como farmacéutico, hasta que sus obras comenzaron a adquirir valor y pudo hacerse nebutashi de profesión.

Linterna completamente blanca por el papel japonés que acaban de terminar de ponerle antes de proceder a darle color. La sombra del muñeco permite ver la expresión de su rostro.

"Este trabajo me permite ser yo mismo más que si me dedico a la farmacia; no obstante, a veces me toca enfundarme en la bata blanca por unas horas (risas). Aunque un productor de linternas se independice, no tiene su vida asegurada. Aun así, los faroles nebuta tienen el atractivo de unir a la gente", añade.

Además de dedicarse a la elaboración de linternas nebuta, el maestro Takenami concentra sus esfuerzos en la formación de la nueva generación de nebutashi y en la difusión de estos faroles como obras de arte, para lo cual ha establecido un centro de investigación; también promociona activamente sus trabajos en el extranjero.

"Durante mi estancia en Hungría, me causó una gran impresión ver cómo se movían nuestras gigantes linternas de madera y papel por las calles llenas de edificios de piedra. Los medios de comunicación locales las denominaron "obras de arte en papel" y "obras de arte de luz", y me hicieron preguntas sobre los colores que había usado y otros aspectos relativos a la elaboración. En Los Ángeles, me sorprendió la reacción de los estadounidenses al verlas, ya que, aunque están acostumbrados a fastuosos desfiles de carrozas con abundantes luces, las observaban maravillados. Entonces me di cuenta de que había que hacer llegar los atractivos de las linternas nebuta también a los extranjeros", prosigue Takenami.

Mover las linternas como si estuvieran vivas

Kushibiki Junji, portador de abanico

El principal centro comercial de la ciudad, el Sun Road Aomori, lleva más de treinta años participando en el festival. En cada edición colabora con Chiba Sakuryū, el mejor nebutashi, en la elaboración de su linterna. De esta unión nace un movimiento capaz de fascinar a los espectadores todos los años.

Su director gerente, Kushibiki Junji, es el responsable del grupo que lleva la linterna, por lo que ejerce como enlace entre las distintas partes implicadas: los maestros que las elaboran, los músicos (hayashikata) que las acompañan durante el desfile, etc. Además, es sensumochi (“portador de abanico”); esto es, persona encargada de controlar el movimiento de los faroles dando instrucciones con un abanico.

"Si uno es amante del festival Nebuta, lo que quiere hacer finalmente es convertirse en sensumochi. Yo mismo he desempeñado todos los papeles relacionados con ello antes de "tomar el abanico": he ayudado en la elaboración de los faroles, he tocado el tambor, he sido bailarín haneto y hikite, persona que arrastra la carroza sobre la que se coloca el muñeco. El verdadero gozo del sensumochi en el festival es poder atraer a los espectadores dirigiendo los movimientos de una linterna nebuta con un abanico como uno quiera", explica Kushibiki.

Linterna nebuta titulada Ōshū Hiraizumi no eiga Aterui to Kiyohira ("Aterui y Kiyohira, Prosperidad del clan Ōshū Hiraizumi"), de Chiba Sakuryū. Imagen cortesía del centro comercial Sun Road Aomori.

"La labor más importante del sensumochi es hacer que la linterna se mueva como si estuviera viva. Es vital transmitirles las instrucciones a los hikite que llevan el farol de tal forma que se muestre unidad entre todas las partes", añade.

Los hikite encargados de llevar la linterna del centro comercial Sun Road Aomori son estudiantes de la escuela secundaria superior.

"Para ser hikite se necesita la potencia de un caballo, algo que a los treinta ya no se tiene fácilmente. Si se trata de fuerza física, los universitarios también estarían capacitados para ejercer el puesto. Sin embargo, a diferencia de los estudiantes de secundaria superior, éstos ya saben lo que es el alcohol, por lo que el festival supone en muchas ocasiones una tentación. Sin duda, es un trabajo para los alumnos de instituto. Cuando se tiene contacto con el festival Nebuta en la juventud, luego es difícil despegarse de él, así que los que están fueran de la prefectura de Aomori, terminan volviendo en verano para portar los faroles en el festival", sentencia.

Las linternas nebuta fortalecen los vínculos entre padres e hijos

Fukuzaki Yumi y Fukuzaki Karen, músicas

Los músicos que acompañan a las linternas nebuta, los hayashikata, tocan el tambor, la flauta y los platillos. Son los encargados de interpretar las melodías que dan vida al festival Aomori Nebuta.

Mientras que para participar como hikite es necesario ser joven y fuerte, entre los hayashikata se agrupan hombres y mujeres de todas las edades. Muchos de ellos son padres e hijos que comparten afición, como Fukuzaki Yumi y su hija Karen, estudiante de secundaria superior, que prefiere practicar para participar como hayashikata en el festival a salir con sus amigos; ambas ensayan juntas. "Cuando mi hija tenía un año, la abrazaba y me ponía a bailar al ritmo de la música de los hayashikata del festival. Por muy alto que tocaran, ella dormía plácidamente, así que sabía sin duda alguna que cuando creciera le gustaría el festival. Años más tarde le propuse que nos hiciéramos hayashikata juntas; entonces empezamos a tocar la flauta, pero ella siempre ha hecho progresos con más rapidez que yo", explica Yumi. "Este año queremos estar ahí cuando echen los faroles al mar para que desfilen sobre el agua(*4)", añaden madre e hija.

El objetivo principal es que la gente se divierta

Wakai Keiichirō, presidente del comité organizador

"Tuve la oportunidad de disfrutar del festival como bailarín haneto y músico hayashikata en mi juventud. Ahora que desempeño funciones diferentes lo que me hace más feliz no es pasármelo bien yo, sino ver cómo los demás se divierten. Lo más importante es que tanto los participantes en el festival como los espectadores gocen con el mismo", explica Wakai Keiichirō, presidente del comité organizador y de la Asociación de Turismo y Convenciones de Aomori.

"Todo empieza con las linternas nebuta para niños que se realizan en las guarderías, jardines de infancia y escuelas primarias de la zona. Si pensamos en el fútbol, los faroles gigantes serían como la selección nacional, mientras que los de los niños representarían los equipos locales. Si los pequeños se familiarizan con las linternas desde pequeños, se convertirán en nebutabaka, 'loco por el Nebuta'", añade.

Cualquiera puede volverse un "loco por el Nebuta" si participa en el festival una vez. Es posible que éste sea uno de los encantos del Aomori Nebuta.

Fotografías de Kodera Kei
Ilustraciones de Akiba Akiko

(Traducción al español del original en japonés)

 

Galería de fotos: el festival Aomori Nebuta en 2012

















(*1) ^ Tanabata es un festival de origen chino que se celebra en Japón, normalmente el 7 de julio, inspirado en una leyenda sobre el encuentro de las estrellas Vega y Altair. Aunque la forma de celebrarlo varía en función de la región, hoy en día la gente suele escribir deseos en pequeños trozos de papel que posteriormente cuelgan en las ramas de unos árboles de bambú junto con otras decoraciones. También se hacen concursos de decoraciones.

(*2) ^ Es una festividad en la que se honra a los espíritus de los antepasados. Aunque se celebra en diferentes fechas en función de la región, suele ser durante tres días consecutivos en julio o agosto.

(*3) ^ 22 en 2012.

(*4) ^ El 7 de agosto por la noche, último día del festival, colocan en lanchas las cinco mejores linternas nebuta y las echan al mar para que desfilen sobre el agua. Unos 10.000 fuegos artificiales completan esta parte, broche de oro de la celebración.

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