Tradiciones “cool”, modernidad y belleza tradicional

El ‘randoseru’, una cartera escolar popular en el extranjero

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Niños de básica con sus relucientes carteras escolares a cuestas. Una típica estampa de la primavera japonesa. El randoseru, la sufrida cartera a modo de mochila que acompaña a los niños durante los seis años de ese ciclo escolar, se está convirtiendo en un atractivo artículo de moda visto con avidez por clientes de Japón y del mundo.

Un compañero para más de 2.000 días

Es la primera compra importante en que al niño se le permite elegir y un artículo indispensable durante los seis años que dura el ciclo de la educación primaria. Se trata del randoseru o cartera escolar que se lleva a la espalda, a modo de mochila. La escena de los niños que acuden con sus carteras recién estrenadas, en su primer año, a la ceremonia de inauguración del curso escolar sobre un fondo de cerezos en flor, es una de esas estampas risueñas que nos regala cada primavera.

Dos escolares del primer curso de primaria con sus flamantes carteras randoseru.

La historia del randoseru no es tan corta como cabría imaginar, pues se remonta a la última parte del periodo Edo (1603-1867), conocida en Japón como Bakumatsu (1854-1867). Las autoridades de la época adoptaron el sistema militar occidental y, para que los soldados pudieran cargar con su impedimenta, los equiparon con una especie de mochila usada en Holanda y llamada ransel. El randoseru japonés tomó su forma actual en 1885, cuando la prestigiosa Escuela Primaria Gakushūin, por la que ha pasado una pléyade de famosos, además de muchos miembros de la familia imperial, proclamó que cada niño debería acudir al centro con su propio material escolar. Así fue como los niños comenzaron a llevar este tipo de cartera y como se popularizó su nombre.

Escolar de primaria coloca los libros en su randoseru. (EKAKI / PIXTA)

Un negocio pensado con gran antelación

El año escolar japonés comienza en abril, pero las ventas de randoseru alcanzan su punto culminante en agosto del año anterior. El ciclo comercial no hace más que adelantarse y actualmente ya para mayo o junio los grandes almacenes, supermercados y tiendas especializadas comienzan a competir, presentando sus nuevas líneas de carteras. Los modelos más exitosos de randoseru se agotan normalmente para el otoño.

“Primero, los niños suelen venir algún día festivo, para ver los randoseru y probarlos, acompañados por sus padres y abuelos, las tres generaciones juntas. Luego, durante las vacaciones de O-bon, en julio o agosto, vienen otra vez con sus padres, y es entonces cuando se suele hacer la reserva o la compra”, explica Odashima Junko, responsable de la sección de Bolsos y Accesorios de la gran cadena de supermercados Aeon. “Últimamente, la tendencia es hacia lo que no llama la atención, hacia lo normcore, hacia el simple basic. La última palabra la tienen las madres, así que tratamos de hacer diseños que encuentren eco en ellas”, comenta.

Aeon expone sus randoseru en 240 de sus establecimientos. Los precios oscilan entre los 30.000 y los 150.000 yenes, pero la banda con más salida es la de los 50.000. Este año ha aprestado 24 colores y 103 tipos de randoseru. Lo que está atrayendo a muchos clientes es la posibilidad de elegir libremente el material, el diseño de la superficie, el hilo del cosido y los cierres y herrajes, cuyas combinaciones posibles superan el millón.

Yamashita Yoshinori, de la sección de Bolsos y Accesorios de los supermercados Aeon, explica las características de la nueva línea de randoseru. (Fotografía: Redacción de nippon.com)

Durante los últimos años, muchos compradores acuden a las tiendas especializadas en bolsos de marca en busca de un randoseru. El año pasado, el taller Kabankōbō Yamamoto vendió toda su producción de randoseru en apenas un mes a partir de julio. Fueron 13.000 unidades, siendo el precio más común 60.000 yenes. Otra prestigiosa tienda, Tsuchiya Kaban, tenía vacías sus estanterías para principios de septiembre.

Según datos del Ministerio de Educación, son 1,06 millones los niños que han accedido este año al ciclo de primaria. Si cada uno de ellos compró un randoseru con un precio medio de 50.000 yenes, estamos ante un mercado de cerca de 50.000 millones de yenes. Al menos, esas son las cifras que maneja la compañía Funai Consulting para 2015. El mercado se ha doblado, prácticamente, desde 2005, cuando se situaba en los 27.500 millones de yenes. Si ha sido posible defender los precios de esta forma, es porque la adquisición del randoseru cuenta con una sólida financiación: los famosos six pockets o seis bolsillos de los dos padres y los cuatro abuelos.

Para los niños, el randoseru es el artículo que pone el toque de vistosidad e ilusión a su “debut social”. Los padres y abuelos quieren para los niños un artículo de calidad y que les guste, y es ese cariño lo que sostiene el mercado.

Todo vendido el primer día, incluso en Italia

Además de ligeras y resistentes, estas grandes carteras que llevan los niños a la espalda tienen diseños muy funcionales. A la gran aceptación de que goza desde antiguo el randoseru en Japón viene a sumarse ahora un creciente interés desde el extranjero, donde, estos últimos años, está ganando reputación por su resistencia, practicidad y bello diseño, y además de llegar a los niños está extendiéndose también entre los adultos, como artículo de moda.

En marzo de 2014, la famosa actriz de Hollywood Zooey Deschanel fue sorprendida en Nueva York por los paparazzi con botas altas, gabardina y un randoseru rojo colgando del hombro. Las fotos dieron la vuelta al mundo y llegaron también a Japón, donde muchos las recordarán. Pero en Europa el randoseru había originado ya un boom algunos años atrás.

Ohba Corporation, otra prestigiosa fabricante de artículos de cuero conocida, entre otras cosas, por haber provisto de su preceptivo randoseru a la princesa Aiko-sama, hija del heredero al trono de Japón, siguió el consejo de un entendido extranjero y en 2011 presentó sus bolsos para ejecutivos y sus randoseru en el evento de la moda italiana Pitti Immagine Uomo, que recibe el apelativo de “Copa Mundial de la moda masculina”. En un país tan exigente en lo tocante a la moda como Italia, las creaciones de Ohba fueron presentadas por revistas tan influyentes como Vogue Italia y por periódicos de la difusión de Corriere della Sera, con lo que el randoseru ganó fama de la noche a la mañana. Desde entonces, lo que en Japón no pasaba de ser una cartera de colegiales, empezó a ser visto en el extranjero como ese “bolso de innovador diseño, resistente y de alta calidad”. En 2013, unos famosos grandes almacenes de Milán vendieron en un abrir y cerrar de ojos 40 unidades para caballero y en una exclusiva tienda de Rusia se vendieron más de 100 para niños.

Randoseru para niños y para adultos expuestos en la sección de artículos de caballero de los grandes almacenes de Milán La Rinascente. (Fotografía: Ohba Corp.)

“En Milán, nos dijeron que el primer comprador había sido un miembro del staff de Hermes. Creo que ellos veían en nuestros randoseru artículos de diseño muy innovador, y además de primerísima calidad, cosidos y fabricados artesanalmente”, comenta Ohba Kōzō, alto ejecutivo de la citada empresa, quien está dispuesto a seguir obteniendo la aceptación de los europeos, siempre exigentes en cuestiones estéticas, probando nuevos materiales como el cordobán de ancas de vaca, aplicándole un diseño simple, o el llamado kip europeo, que es el cuero del ternero de entre seis meses y dos años, y fabricando los artículos a mano.

En el otoño de 2014, la tienda de artículos misceláneos MONO, situada en la terminal internacional del aeropuerto de Narita, principal puerta a Japón desde el extranjero, probó a colocar en sus escaparates randoseru, presentándolos como artículos de moda para adultos, con precios altos, de entre 48.000 y 63.000 yenes. El experimento dio buenos resultados, pues ahora MONO vende cada mes unas 10 unidades, principalmente a clientes asiáticos que, tras comprobar que los randoseru son de fabricación japonesa, los compran para sus hijos. Una mujer francesa de unos 50 años de edad dijo que se había decidido al instante al ver un randoseru rojo de 63.000 yenes, explicando que, por su resistencia, era ideal para portar el ordenador.

La señora se fijó en esa posibilidad, pero es que también los documentos impresos en tamaño A4 pueden portarse en un randoseru sin necesidad de doblarlos. Además, en los randoseru no se olvida ningún detalle, pues llevan espalderas almohadilladas pensadas para los niños, correaje entre tirantes y otros muchos accesorios. Si liberamos los randoseru de su imagen de carteras escolares, muy pronto se nos aparecerán como bolsos o maletines de negocios de lujo.

Randoseru de fabricación japonesa en la tienda MONO, ubicada en el aeropuerto internacional de Narita. (Fotografía: Redacción de nippon.com)

Redescubriendo las virtudes del randoseru

Los artesanos que fabrican los randoseru llevan muchos años estudiando el producto, para lograr que los niños los usen con seguridad y sin perder la ilusión durante los seis años de la primaria. Han extremado su durabilidad, ligereza y portabilidad, y depurado su diseño. Ha sido esta perseverancia lo que, finalmente, ha conseguido para el randoseru tantos adeptos en el extranjero.

La Enciclopedia Británica define el randoseru como una cartera que los colegiales usan para traer y llevar de la escuela su material escolar, y así es precisamente como se ha visto tradicionalmente en Japón, como algo propio de los niños. Sin embargo, al oír a los extranjeros cantar las virtudes del randoseru, su resistencia y alta calidad, los propios japoneses se han visto obligados a reconsiderar todo el trabajo artesanal que estas carteras llevan dentro. Ha sido, pues, una reimportación del valor del resistente y familiar randoseru, una cartera que garantiza la seguridad de los niños y carga con sus recuerdos durante seis años, y que ahora empieza a difundirse por el extranjero como un nuevo elemento de la cultura japonesa.

Reportaje y texto de Doi Emiko (redacción de nippon.com).

Fotografía del encabezado: randoseru de la línea karusupo (ligero y deportivo) en un supermercado de la cadena Aeon. (Fotografía: Redacción de nippon.com)

Escuela randoseru