El amor en Japón

Los hoteles del amor reflejan su tiempo

Sociedad Vida

Los hoteles del amor antes eran claros ejemplos de ambientes sospechosos. Pronto se vieron refinados hasta formas más simples, y en las revistas se extendió el sobrenombre “rabuho” (de love hotels), con lo que las parejas jóvenes comenzaron a usarlos de forma casual. Kim Ikkyon nos habla de los cambios acontecidos a estos establecimientos.

Kim Ikkyon KIM Ikkyon

Profesora asistente en la Universidad Gakuin de Kobe. Nacida en Osaka en 1979. Tercera generación de una familia coreana afincada en Japón. Se doctoró en Humanidades por la Universidad Gakuin de Kobe. Es autora de Rabu hoteru shinkaron (Ensayo sobre la evolución de los hoteles del amor; Bungeishunjū, 2008, ganador de la 18 edición del Premio Hashimoto Mineo), Sabukaru de yomu sekushuaritī - yokubō wo kasoku saseru sōchi to ryūtsū (Sexualidad entendida desde el punto de vista de la subcultura - las instalaciones y la distribución de las cosas para aumentar el deseo, varios autores; Seikyūsha, 2012), Seiaikūkan no bunkashi - ‘tsurekomi yado’ kara ‘rabu hoteru’ made (Historia cultural de los lugares dedicados al amor y el sexo - de los “locales de alterne” a los “hoteles del amor”; Minerva Shobō, 2012), entre otros.

“Dicen que ésa frecuenta los hoteles del amor...” suelen murmurar de Kim Ikkyon, que pese a sentir las frías miradas a su alrededor siente pasión por el tema que ha elegido para su investigación: los hoteles del amor.

“Al principio me daba miedo. En las series de suspense de la televisión se ve mucho ese cliché de que los cadáveres se los encuentran en hoteles del amor, ¿no? (risas). Pero lo cierto es que una vez vi, colgado en un vagón de metro, un anuncio de una revista totalmente normal que contaba con un especial sobre los hoteles del amor, presentados como lugares favoritos para citas de pareja. Me parecía algo contradictorio, y quise saber más, investigar más. Ese sentimiento fue lo que me puso en marcha.”

La imagen de los hoteles del amor va cambiando con el tiempo

Kim fue estudiante entre los noventa y los primeros años del siglo XXI. En esa época los hoteles del amor ya se presentaban con los jóvenes en mente, en las revistas.

Sin embargo está claro que, hasta ese momento, las chicas jóvenes tenían una imagen algo tenebrosa y temible de los hoteles del amor. Para empezar, los medios de comunicación en los que aparecían los hoteles del amor eran principalmente revistas para hombres de mediana edad, prensa amarilla y programas de televisión a altas horas de la madrugada.

En su libro, Kim cita a Kondō Risaburō, dibujante de una serie relacionada con los hoteles del amor que se publicaba en revistas y otros medios.

“En las revistas de aquella época, si el título contenía algo de ‘hoteles del amor’ se vendía seguro (...) En aquel tiempo había muchas personas que se excitaban solo con oír el nombre de ‘hotel del amor’” (Kondō Risaburō, citado por Kim Ikkyon en Seiai kūkan no bunkashi)

¿Cómo cambiaron las tendencias, desde aquella época hasta los tiempos en los que empezaron a presentarse los hoteles del amor como “sitios acogedores para citas de pareja”, como los llama Kim?

La simplificación de los hoteles del amor

Hay muchas habitaciones con karaoke y videojuegos (imagen: Kim Ikkyon)

Como ya vimos en la primera parte, en los sesenta comenzó el boom de las posadas para parejas, y desde finales de los sesenta hasta principios de los setenta, a medida que se popularizaba el término “hoteles del amor”, se iban haciendo cada vez más lujosos los edificios y las instalaciones.

No obstante, al comenzar la década de los ochenta esa tendencia se detuvo, y comenzó poco a poco la simplificación de los hoteles del amor, indica Kim. Es en esta época cuando, a cambio de simplificar la fachada y los interiores se comienzan a agregar instalaciones de esparcimiento, como karaokes, videojuegos, etc. Incluso el Meguro Emperor, que había sido vanguardia de su época, tuvo que cerrar en 1989. Quizá no sea casualidad que esto coincidiera con el final de la era Shōwa (1926-1989).

Según Kim, hay fundamentalmente tres elementos que fueron decisivos en esa tendencia a simplificar. Para empezar, la reforma de la Ley de Regulación de Negocios que Afectan a la Moral Pública(*1). Hasta ese momento, los hoteles del amor se regulaban según la Ley de Hostelería, la misma que afectaba a los hoteles y posadas comunes, y estaban bajo la jurisdicción del Ministerio de Bienestar (el actual Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar).

Sin embargo, después de la reforma los hoteles del amor entraban a formar parte de la categoría de “establecimientos especiales para la industria sexual”, y pasaron a quedar bajo la vigilancia de la policía. Debido a ello surgieron empresarios que, a la hora de construir un nuevo hotel, evitaban las fachadas e interiores excesivamente lujosos para que no se categorizaran como hoteles del amor.

Otro punto positivo consistía en que, al simplificar los edificios, también se reducían los costes de construcción. Y un tercero que se puede mencionar es que había llegado la era en la que las mujeres elegían el hotel.

Los hoteles del amor que eligen las mujeres

La simplificación no solo se debió a la influencia de dicha ley o de la situación económica, sino que fue una necesidad de los tiempos. Los hoteles del amor lujosos dejaban de estar de moda en un trasfondo en el que las mujeres habían comenzado a tomar la batuta a la hora de elegir el hotel.

“Los hoteles del amor dejaron de ser un lugar al que los hombres llevaban a las mujeres para convertirse en un sitio al que iban juntas las parejas.” (Kim Ikkyon)

La mejor prueba de esta tendencia es que las revistas para jóvenes comenzaron a presentar esos lugares, piensa Kim. En 1994 la revista de información urbana Pia Kansaiban publicó por primera vez un especial enfocado en los hoteles del amor tan de moda que la gente hacía cola para entrar. El especial tuvo una gran acogida, y a partir de ese momento se dio el fenómeno de que los especiales que hablaban de los hoteles del amor se vendían bien.

La riqueza de artículos de neceser influye en el grado de satisfacción de la clienta (imagen: Kim Ikkyon)

A diferencia de los artículos sexuales con los que se habían venido abriendo las revistas para adultos hasta aquel entonces, estas presentaciones se adecuaban a las necesidades de los lectores de revistas de información bajo la forma de guías orientadas a usuarios. La información contenida trataba incluso los artículos de neceser colocados en las habitaciones de los huéspedes. Los hoteleros hacían esto para captar la atención de las posibles clientes.

“Los hoteleros de los hoteles del amor se percataban de las nuevas necesidades de sus clientes a través de los intereses de los lectores. Finalmente se comenzó a competir por lograr una calidad de servicio que fuera aceptable a la vista de las mujeres. En la década de los ochenta apenas había habido hoteles del amor equipados con artículos de neceser para mujeres.” (Kim)

Incidentalmente, una vez dentro del hotel, en un noventa por ciento de los casos es la mujer la que decide la habitación. Esta es una realidad que Kim descubrió observando a las parejas cara a cara.

Últimamente no son pocos los hoteles del amor que ofrecen a precios razonables el llamado “plan para las damas” (ladies’ plan), diseñado para parejas de mujeres que simplemente quieren una estancia en el local. Usando el concepto de lujo, recuperación física y relajación que puede tener un spa, el hotel se concentra también en servicios como los tratamientos estéticos o la comida. Tras la consideración que se otorga hoy día a la búsqueda de clientes se encuentra un objetivo más para este tipo de planes: que la próxima vez la clienta acuda al hotel con su novio. Es evidente que existe una tendencia no solo a que sea la mujer la que elija la habitación, sino también el hotel mismo.

Cartel con los precios propios de un hotel del amor. El coste de alojarse en pareja es el mismo que el de alojarse solo, en un hotel de negocios.

Al ir avanzando la simplificación de los hoteles del amor dejan de llamar la atención como lo hacían antes, y según Kim, “los hoteles comunes se van convirtiendo en hoteles del amor”. Los hoteles corrientes y las posadas con aguas termales que han aprendido de los hoteles del amor e introducen conceptos de uso diario y cuyo objetivo es que aumenten las parejas entre sus clientes son un ejemplo de ello.

La visión de futuro de los hoteles del amor

Según la nueva reforma de la Ley de Regulación de Negocios que Afectan a la Moral Pública, promulgada en 2010, los hoteles del amor, que ya estaban bajo presión, se ven aún más regulados. A medida que las fronteras con los hoteles comunes se van diluyendo cabe preguntarse cómo será esa evolución en lo sucesivo. Según Kim, los hoteles del amor adoptaron con rapidez elementos como el karaoke o los proyectores con la idea intemporal de los clientes de “ojalá tuviéramos esto en casa”. Sin embargo los hoteles ya no son lugares que puedan atraer a los clientes así, en una época en la que ese tipo de cosas ya se encuentran en las casas.

Dice Kim: “Parece que recientemente se han puesto de moda las bañeras de piedra. Sea como sea, se trata de qué servicios ofrecer al ir descubriendo las necesidades de los usuarios, y poner a prueba constantemente los conocimientos adquiridos a nivel empresarial. Y no dejar de evolucionar adaptándose a los tiempos. Resulta interesante considerar cómo serán los hoteles del amor de aquí a diez o veinte años.”

Para terminar, añadamos algunas palabras clave que Kim ha oído de boca de los trabajadores de esta industria, que quizá entren a formar parte de la visión de futuro de los hoteles del amor: “tratamiento de ancianos”, “espacio privado adecuado”, “diseño con intención real”, “complejidad funcional”, “preparado para extranjeros”, etc. Se diría que hay muchos temas en los que la sociedad y la economía japonesas se enfrentan, en los que se acumulan diversas facetas.

 

Referencias:

Kim Ikkyon, Rabu hoteru shinkaron (Ensayo sobre la evolución de los hoteles del amor;  Bungeishunjū)

Kim Ikkyon, Seiaikūkan no bunkashi (Historia cultural de los lugares dedicados al amor y el sexo; Minerva Shobō)

(*1) ^ “Legislación sobre las leyes de la industria de la prostitución y su grado de adecuación”. Promulgada en 1948. Fue reformada en gran medida en 1984, 2005 y 2010 (en los tres casos los cambios entraron en vigor el año siguiente).

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