Ōsumi Yoshinori, Nobel de Medicina por sus descubrimientos en torno a la autofagia

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El biólogo celular japonés Ōsumi Yoshinori ha sido galardonado con el Premio Nobel 2016 de Fisiología o Medicina por sus innovadores descubrimientos sobre los mecanismos de la autofagia, el proceso por el que las células se deterioran y reciclan sus propias proteínas. Ōsumi, de 71 años de edad y profesor emérito del Instituto Tecnológico de Tokio, recibió la llamada del Comité del Nobel en la tarde del 3 de octubre.

La Asamblea del Nobel en el Karolinska Institutet, que otorga el premio de medicina, explicó la importancia de la autofagia en los organismos vivos:

“Hoy sabemos que la autofagia controla importantes funciones fisiológicas en las que los componentes de las células necesitan ser degradadas y recicladas. La autofagia puede proveer rápidamente combustible para obtener energía y para construir los bloques de la regeneración de los componentes celulares, y por ello es esencial para la respuesta celular a la inanición y a otros tipos de estrés. Después de una infección, la autofagia puede eliminar las bacterias intracelulares invasoras y los virus. La autofagia contribuye al desarrollo de los embriones y a la diferenciación celular. Las células también utilizan la autofagia para eliminar las proteínas dañadas y los orgánulos, un mecanismo de control de la calidad que es imprescindible para contrarrestar las consecuencias negativas del envejecimiento.”

El trabajo de Ōsumi para elucidar los procesos de la autofagia y sus funciones, además de haber cambiado los paradigmas, puede llevar a importantes descubrimientos en el campo de la medicina, tal como apuntó el instituto: “El deterioro de la autofagia se ha relacionado con la enfermedad del Parkinson, la diabetes tipo 2 y otras patologías que aparecen en las personas mayores. Las mutaciones en los genes de la autofagia pueden causar enfermedades genéticas. Los problemas en la maquinaria autofágica también han sido conectados con el cáncer. Hoy se está llevando a cabo una investigación intensiva para desarrollar fármacos que puedan centrarse en la autofagia en numerosas enfermedades”.

Ōsumi se ha convertido en la 25.ª persona nacida en Japón que recibe el Premio Nobel. En los campos científicos, ha conseguido para Japón el tercer galardón consecutivo, después del Nobel en física de 2014 compartido por Akasaki Isamu, Amano Hiroshi y Nakamura Shūji; el Nobel de Medicina de 2015 entregado a tres científicos incluyendo a Ōmura Satoshi; y el Nobel de Física de 2015 compartido con Kajita Takaaki.

Respuestas genéticas en las células eucariotas

Las células del organismo de todos los seres vivos están constantemente sustituyendo partes de sí mismas. La autofagia les permite degradar y reciclar materia que ya no necesitan para envolver y expulsar amenazas como virus o bacterias, e incluso consumir sus propias proteínas cuando el cuerpo está sufriendo un proceso de inanición. Este mecanismo ya se conocía en la década de 1960, pero sus detalles eran difíciles de comprender hasta que Ōsumi realizó sus experimentos pioneros.

En 1988, cuando era profesor asociado en la Universidad de Tokio, Ōsumi analizó células eucariotas que habían estado sujetas a condiciones de inanición. Ōsumi logró observar a través de su microscopio la autofagia en acción en el orgánulo celular llamado vacuola. En 1993 consiguió aislar el gen responsable de este proceso comparando células eucariotas que no habían experimentado autofagia incluso en condiciones de inanición con células eucariotas ordinarias.

Una imagen tomada por Ōsumi cuando observó por primera vez la autofagia con un microscopio óptico en 1988 (a la izquierda) y una imagen tomada con un microscopio electrónico de una célula eucariota en condiciones de inanición (derecha). Los puntos blancos en la vacuola circular muestran dónde se está produciendo la autofagia. (Fotos cortesía del Instituto Tecnológico de Tokio; © Jiji)

Ōsumi nació en la prefectura de Fukuoka en 1945. Después de graduarse en la Universidad de Tokio, trabajó como investigador en la Universidad Rockefeller en Nueva York, entre otros puestos, antes de volver a su alma mater para acceder al cargo de profesor asociado en 1988. También ha trabajado como profesor en el Instituto Nacional de Biología Elemental de la prefectura de Aichi y en la Universidad de Posgrado para Estudios Avanzados de la prefectura de Kanagawa. Llegó al Instituto Tecnológico de Tokio en 2009, siendo nombrado profesor emérito en esta institución en 2014.

Su trabajo le ha valido anteriormente reconocimientos como el Premio Canada Gairdner en 2015, un galardón considerado como un peldaño hacia el Nobel. Tras ganar el Premio Nobel este año ofreció una rueda de prensa en el campus del Instituto Tecnológico de Tokio el 3 de octubre, afirmando que “He ganado varios premios durante mi carrera, pero el Nobel tiene un significado especial [...] No hay mayor fortuna que obtener este premio por una investigación científica básica.”

(Fotografía del encabezado: el ganador el Premio Nobel 2016, Ōsumi Yoshinori, acepta las felicitaciones en una rueda de prensa en Meguro, Tokio, el 3 de octubre. © Jiji.)

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