Fallece a los 96 años Donald Keene, ilustre investigador de la literatura japonesa

Cultura

El estadounidense de nacimiento Donald Keene, ilustre investigador de la literatura nipona y profesor emérito de la Universidad de Columbia que internacionalizó una amplia colección de obras japonesas, falleció de una insuficiencia cardíaca en un hospital de Tokio el domingo a los 96 años. Su funeral tendrá lugar en la intimidad familiar y será oficiado por su hijo adoptivo, Keene Seiki, que es también un músico maestro de shamisen para jōruri.

Nacido en Nueva York en 1922, Keene estudió en la Universidad de Columbia y decidió comenzar a investigar sobre Japón tras leer una traducción al inglés de El Relato de Genji. En 1941, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Keene aprendió japonés en una escuela de la armada de los Estados Unidos. Durante la batalla de Okinawa se dedicó a leer los diarios dejados por los soldados del ejército imperial, y participó como intérprete en los interrogatorios a los prisioneros de guerra. Esta experiencia le sirvió más adelante para escribir su obra Hakutai no kakaku (Pasajeros de un centenar de eras), en la que analiza la literatura en forma de diario.

Keene regresó tras la guerra a la Universidad de Columbia y estudió también en la Universidad de Harvard y en la Universidad de Cambridge. En 1953 volvió a Japón para investigar en la escuela de posgrado de la Universidad de Kioto, una época en la que profundiza su amistad con autores como Kawabata Yasunari, Mishima Yukio o Tanizaki Jun’ichirō. Durante su treintena publica varias colecciones como Antología de la literatura japonesa o Literatura Moderna de Japón: una antología.

Entre 1976 y 1997 completa su obra sobre la historia de la literatura japonesa en 18 tomos. Más tarde continúa su trabajo como escritor con una biografía sobre el Emperador Meiji publicada en 2001, y otras dedicadas a los poetas Masaoka Shiki (2012) e Ishikawa Takuboku (2016). En 2008 recibe la Orden de la Cultura, y en 2012 obtiene la nacionalidad japonesa. Sus últimos años los vivió de forma apacible junto a su hijo adoptivo Keene Seiki.

“Mi padre se ha rendido al sueño eterno sin dolor y de forma apacible. Como un japonés más en esta patria que eligió, formó una familia japonesa y vivió hasta sus últimos días guardando un gran aprecio por Japón. Habiendo dedicado su vida a la literatura japonesa, como japonés su sueño siempre fue descansar en la tierra de este país, y sin duda por ello estoy convencido de que tuvo una vida llena de felicidad”, expresó Keene Seiki tras el fallecimiento de su padre.

El panteón familiar preparado en vida por el propio Donald Keene cerca de su hogar. El sello de la familia Keene es un perro amarillo.

Fotografía del encabezado: Donald Keene en el Ginkaku-ji de Kioto, el 2 de abril de 2012. (Fotografía por cortesía de Keene Seiki).

Otras fotografías y texto: Doi Emiko.

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