Editorial 10

Política

Escisión en el PDJ con motivo del aumento del impuesto sobre el consumo

El día 26 de junio fueron finalmente aprobados por el pleno de la Cámara Baja de la Dieta japonesa los ocho proyectos de ley que permitirán un aumento progresivo del impuesto sobre el consumo, que del actual 5% ascenderá al 8% en abril de 2014 y al 10% en octubre de 2015. En la votación no se mantuvo la disciplina en las filas del gobernante Partido Democrático de Japón (PDJ), ya que de los 289 parlamentarios del partido 57 parlamentarios votaron en contra –entre ellos su ex presidente, Ozawa Ichirō, y el ex primer ministro Hatoyama Yukio– y otros dieciséis optaron por abstenerse o ausentarse del pleno.

Tras ello, Ozawa, acompañado por 38 miembros de la Cámara Baja que secundaron su negativa a seguir la directriz de elevar dicho impuesto, y otros 12 miembros de la Cámara Alta, formalizó el 2 de julio su abandono del partido. El PDJ, en una reunión de su directiva en la que estuvo presente el primer ministro, Noda Yoshihiko, confirmó que no intentaría disuadir a Ozawa y los suyos, de modo que se espera que el partido no acepte su separación voluntaria del mismo y, a cambio, opte por proceder a expulsarlos formalmente.

Se ha señalado desde diversas posiciones que el abandono de Ozawa y su grupo ha hecho tambalearse las bases del gobierno de Noda, lo cual es muy cierto. Pero en vista de la situación de las finanzas públicas japonesas, la opción de posponer el aumento del impuesto sobre el consumo para conseguir la reconciliación en el seno del PDJ era imposible. El partido siempre ha estado dividido en dos bandos cuando trataba de decidir acerca de la participación de Japón en las negociaciones para su entrada en el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), del propio aumento del impuesto sobre el consumo, o de la reactivación de las centrales nucleares, y esta situación se ha convertido en un gran obstáculo a la hora de tomar decisiones como gobierno o como partido gobernante, y de manejar los asuntos de estado.

En la raíz de este antagonismo hay un desacuerdo sobre dónde situar el principio básico de su política: si en la mejora de la productividad, o en la redistribución (despilfarrar a diestro y siniestro). Si el abandono de Ozawa y sus 50 parlamentarios significa que, dentro del PDJ, la facción favorable a la redistribución queda debilitada y que en adelante será más fácil diseñar una política, entonces tendremos que dar la bienvenida al hecho. Como gobierno y como partido, sería deseable impulsar sus conversaciones con el Partido Liberal Democrático (PLD) y el Nuevo Kōmeitō para pactar medidas políticas sobre temas como el TPP, la corrección de la diferencia entre distritos electorales en cuanto a los votos necesarios para obtener un escaño en la Cámara Baja, la elaboración de las enmiendas a los presupuestos generales y de los presupuestos para el próximo año, o la reforma a fondo del área de la Seguridad Social.

Otro hecho que reclama nuestra atención es la forma en que se tratarán los casos de Hatoyama, del ex ministro de Agricultura, Silvicultura y Pesca Yamada Masahiko, y de los otros 17 parlamentarios que, pese a haber votado en contra del proyecto de subida del impuesto sobre el consumo, no han devuelto su carné de partido. Según publicó el periódico Yomiuri Shimbun el día 3 de julio, el PDJ prevé aplicar la expulsión a quienes hayan devuelto su carné, suspender temporalmente de militancia a quienes se opusieron al proyecto pero no devolvieron el carné, e imponer sanciones menores a quienes se abstuvieron en la votación o se ausentaron del pleno. Sin embargo, el proyecto de subida del impuesto sobre el consumo reviste tal importancia que el propio primer ministro Noda ha dicho y repetido que con él ponía en juego toda su carrera política, así que oponerse al mismo o abstenerse en la votación equivale a lanzar una moción de censura contra el primer ministro. Si, por temor a que estas personas abandonen el partido, se decide aplicarles sanciones blandas y pasar página, entonces es la propia existencia del PDJ lo que está en cuestión.

Las irregularidades de Nomura Securities y la confianza del inversor

El día 29 de junio se hizo público el resultado de una investigación sobre los tres casos de uso de información privilegiada que se habían dado en la empresa Nomura Securities, del grupo Nomura Holdings. El informe de la comisión investigadora, formada por abogados ajenos a la empresa, reveló que la iniciativa de filtrar información había partido del Departamento de Inversores Institucionales, y que la información había sido obtenida de una división de la misma empresa que se ocupa de los bancos de inversión y de otras. Sobre el Departamento de Inversores Institucionales, el informe dice que “para alcanzar sus objetivos númericos de beneficios, ha mostrado una total falta de escrúpulos”, e incluso uno de los miembros de la comisión añadió que fue el departamento, como tal, el que incurrió en los manejos ilegales. Watanabe Ken’ichi, consejero delegado (CEO) del grupo Nomura Holdings, reconoció que los sistemas internos para evitar el paso de información entre las dos partes de la empresa no habían funcionado bien en todos los casos, dejando entrever carencias en el control del flujo informativo.

Como fórmula para evitar que el hecho vuelva a suceder, dijo que la empresa establecería un Departamento de Conrol de Bienes (Equity Control) para supervisar el trabajo del Departamento de Inversores Institucionales, que impondrían a sus empleados la obligación de utilizar teléfonos móviles con función de grabación de conversaciones y que reforzaría los cursillos formativos. Nomura Holdings anunció que la empresa impondría sanciones disciplinarias, entre ellas una reducción salarial del 50% durante medio año para su CEO, y cinco días de inactividad para el departamento en cuestión.

Es perfectamente conocido que el mercado de valores japonés atraviesa un largo periodo de postración. Esto podría ser una de las causas de lo anterior. Entre las empresas del sector se están llevando a cabo recogidas de firmas para pedir una nueva prórroga del periodo de rebaja impositiva del impuesto que pesa sobre la posesión y transacciones de valores (que fue rebajado del 20% al 10%). Pero las irregularidades en que ha incurrido Nomura Securities no son en absoluto excepciones, pues han venido ocurriendo a menudo y en diversas empresas. Es imposible hacer prosperar un mercado de valores prescindiendo de la confianza de los inversores nacionales y extranjeros. Que se esté traicionando tan a menudo la confianza del inversor solo para alcanzar una meta de resultados de corto plazo indica que tanto en Nomura Securities como en las otras sociedades de valores existe un grave problema de gobernanza. Si piensan que con un simple recorte del 50% en el salario del CEO durante medio año, o imponiendo cinco días de inactividad en un departamento se está “purificando” la empresa, entonces el problema es realmente grave.

Reactivación de la central nuclear de Ōi

La Compañía Eléctrica de Kansai puso en funcionamiento, el día 1 de julio, el tercer reactor de la central nuclear de Ōi (localidad de Ōi, prefectura de Fukui, 1.180 megavatios de potencia instalada). Es la primera reactivación, tras superar las pruebas periódicas, de un reactor nuclear paralizado tras el accidente sufrido en la central nuclear de Fukushima Daiichi, de la Compañía Eléctrica de Tokio, en marzo del año pasado. Según la Compañía Eléctrica de Kansai, gracias a la reactivación del reactor será posible rebajar la meta de ahorro eléctrico para este verano del 15% al 10%. Algo muy plausible.

Sin embargo, viendo el proceso que ha conducido a esta reactivación, no debemos olvidar la forma en que los gobernadores prefecturales de Kioto (Yamada Keiji), Shiga (Kada Yukiko) y Osaka (Matsui Ichirō), así como el alcalde de la ciudad de Osaka (Hashimoto Tōru), se han venido oponiendo, por razones de seguridad, a la reactivación de las centrales nucleares. Para este verano, en función del rigor de las temperaturas, todavía es posible que se decreten apagones eléctricos programados. Pero en la región de Kansai, donde se encuentran las citadas prefecturas, gracias a la reactivación de Ōi las posibilidades de que algo así ocurra son muy pequeñas. Por eso mismo se han reducido también las posibilidades de experimentar los tremendos efectos sobre la economía de las empresas y sobre nuestra vida diaria, aunque sabemos que lo ideal sería no tener que experimentarlos nunca.

Durante un apagón, lógicamente, no funciona el aire acondicionado. Los casos de golpes de calor ocurren más a menudo. En los hogares dejan de funcionar los frigoríficos, con lo que resulta un gran problema conservar los alimentos frescos. Así, aumentan también los casos de intoxicaciones alimenticias. Con los frigoríficos y congeladores inutilizados, la industria de la restauración tampoco puede preparar y conservar los alimentos frescos. Es posible que algunas empresas se vean abocadas a cerrar sus puertas. Me pregunto hasta qué punto los citados políticos, y el resto de quienes ejercen en el área abastecida de electricidad por la central de Ōi, han considerado estos riesgos tan concretos. Si su oposición a la reactivación se basaba en la vaga preocupación popular en torno a la seguridad de la central, no se equivocaban tanto quienes los criticaban por tratar de obtener réditos políticos del ambiente antinuclear que se ha formado en Japón.

(Escrito el 3 de julio de 2012 y traducido al español del original en japonés)

Partido Democrático de Japón Hatoyama Yukio TPP Osaka PDJ seguridad social Camara alta Camara baja PLD gobernanza Ozawa Ichiro Hashimoto Toru