Razón de ser de los tres nuevos principios de transferencia de equipamiento de defensa

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Tres nuevos principios en sustitución de los anteriores

El 11 de marzo de 2014, el Consejo de Seguridad Nacional del Gobierno de Japón elaboró un primer borrador de lo que serán los “Tres Principios de Transferencia de Equipamiento de Defensa”, que sustituirán a los “Tres Principios de Exportación de Armamento”, que datan en 1967.

El borrador propone, en primer lugar, no hacer transferencias (exportaciones) en los casos en que, de forma palmaria, se obstaculice el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales; limitar y someter a rigurosa inspección aquellos otros casos en que se permitan tales transferencias, y limitar los usos distintos al original y las transferencias a terceros países a los casos en que un correcto control haya quedado asegurado. Si este mes de abril el borrador es aprobado por el Consejo de Ministros, se dará vía libre en Japón a la transferencia de equipamiento de defensa a otros países y a organismos internaciones como las Naciones Unidas en dos supuestos: cuando se considere que tal transferencia representa una contribución a la paz o un impulso activo a la cooperación internacional, y cuando se estime que contribuye a la seguridad nacional de Japón.

Con el borrador de estos tres nuevos principios en la mano, el Gobierno ha propuesto formalmente, en una reunión de un equipo de trabajo para temas de seguridad nacional formado por los dos partidos coaligados (Liberal Democrático y Kōmeitō) un sistema según el cual los casos más importantes de exportación de armas y equipos anexos deberán obtener la aprobación del Consejo de Seguridad Nacional, aprobación que deberá hacerse pública. En cuanto al resto de los casos, su número así como el país u organismo receptor de la exportación se harán constar en un anuario. Los dos partidos que forman la coalición gubernamental han llegado ya a un acuerdo básico al respecto.

Como se desprende también de esto, el problema de cómo limitar y de cómo poner freno a las transferencias y exportaciones de equipamiento de defensa está despertando un gran interés. Si este debate se constituye en un apoyo para una mejor comprensión, tanto dentro como fuera de Japón, de los objetivos de los “Tres Principios de Transferencia de Equipamiento de Defensa”, me parece muy positivo. Pero a tenor de lo que se ve en la prensa, le invade a uno la preocupación sobre hasta qué punto se está entendiendo correctamente la verdadera razón de que, en este momento, sea necesario fijar tres nuevos principios que sustituyan a los “Tres principios de Exportación de Armamento”. En las siguientes líneas me gustaría abordar brevemente este asunto.

Necesario mantenimiento y fortalecimiento de la industria de defensa

La revisión de los “Tres Principios de Exportación de Armamento” comenzó a hacerse ya durante el mandato del ex primer ministro Noda Yoshihiko, del Partido Democrático de Japón. La decisión del actual Gobierno de emitir tres nuevos principios es heredera de la que tomó el Gobierno de Noda en diciembre de 2011, como se aprecia en el hecho de que aquella revisión suponía una relajación de facto de los tres principios tradicionales, con el establecimiento de nuevos estándares que exceptuaban de las prohibiciones la participación en proyectos internacionales de desarrollo y fabricación de aviones de combate y otros aparatos, así como el suministro de equipamiento cuando sus objetivos fuesen de paz o humanitarios, como es el caso de las actividades mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas. Hay que explicar, entonces, por qué se considera necesario revisar los principios tradicionales o enarbolar unos nuevos.

La fuerza defensiva de un país se fundamenta, entre otras cosas, en su industria defensiva. En el extranjero no es raro que la industria defensiva, en tanto que sostén de la defensa nacional, esté en manos de empresas estatales. Pero en Japón depende completamente de empresas privadas. Y el hecho es que toda la producción que destina al Ministerio de Defensa esta industria (entendiendo por tal el conjunto de las empresas de desarrollo, fabricación, reparación, apoyo operativo, mantenimiento, apoyo a la dotación, etc. de equipamiento de defensa) no alcanza siquiera los dos billones de yenes, lo que representa menos del 0,8% de la producción industrial total del país. El volumen del mercado de la industria de defensa de Japón queda determinado por el presupuesto anual para mantenimiento y nuevas adquisiciones que maneja este ministerio. Con la crítica situación que atraviesan las finanzas públicas, no cabe esperar un gran aumento del presupuesto ministerial. Paralelamente, debido al aumento del precio de los equipos de defensa, cada vez más sofisticados y complejos, las cantidades que pueden adquirirse son menores, fruto de lo cual la rentabilidad de la industria de defensa se ha aminorado y el mantenimiento de las divisiones de investigación enfocada al equipamiento de defensa, y de fabricación del mismo son cada vez de más difícil sostenimiento a medio y largo plazo.

Debemos plantearnos, por lo tanto, qué hacer con este problema. Si resulta imposible conservar en Japón toda la base productiva y tecnológica de la defensa nacional, lo único que se puede hacer como país es seleccionar aquellos campos productivos y tecnológicos que se estime necesario conservar dentro de nuestras fronteras, esforzándose al máximo en su mantenimiento y fomento, y por medio de esa selección y esa concentración de fuerzas, mantener y equipar de forma estable y con una perspectiva de medio y largo plazo la fuerza defensiva. Al mismo tiempo, habrá que esforzarse por mantener, fomentar y elevar el nivel de la base productiva y tecnológica de la defensa nacional reforzando la colaboración con Estados Unidos y sus aliados y participando en el desarrollo y fabricación conjunta de tecnologías como los equipos de última generación, para ampliar el mercado de la industria de piezas y fortaleciendo la base de la gestión administrativas de las empresas. Estas son las ideas que subyacen bajo la revisión de los “Tres Principios de la Exportación de Armamento” y el establecimiento de los “Tres Principios de Transferencia de Equipamiento de Defensa”.

Seguridad nacional e innovación científica y técnica

Por otra parte, aunque no esté directamente relacionado con estos “Tres Principios de Transferencia de Equipamiento de Defensa”, acerca de la promoción de la capacidad industrial que sostiene la fuerza defensiva, me gustaría decir que en la Cuarta Etapa del Plan Básico de Ciencia y Tecnología, aprobado por el Consejo de Ministros en agosto de 2011, se plantea el “fortalecimiento de las tecnologías de seguridad nacional y las tecnologías troncales” como una de las áreas en las que el país como tal, con una perspectiva a largo plazo, deberá promover la investigación y el desarrollo e ir obteniendo resultados de una forma continuada, en una diversidad de áreas y a lo largo de un periodo prolongado.

Cuarta etapa del Plan Básico de Ciencia y Tecnología

En el citado plan, se consideran tecnologías de seguridad nacional y troncales los siguientes apartados (citamos textualmente).

Las tecnologías de exploración y desarrollo oceánicos que permiten explotar y asegurarse recursos útiles; las relacionadas con el transporte espacial y como el desarrollo y utilización de satélites artificiales ligadas a la obtención de la seguridad nacional y de una vida ciudadana segura a través de actividades como la obtención de información y las comunicaciones; las relacionadas con la observación intensiva, la vigilancia y la transmisión de datos sobre desastres naturales en áreas terrestres y marítimas, orientadas a la detección temprana de terremotos, tsunamis y otros fenómenos naturales; las relacionadas con las nuevas energías que permitan obtener fuentes de energía propias; las tecnologías de computación de alto rendimiento de nivel puntero en el contexto mundial; las relacionadas con la información geoespacial, y las tecnologías relacionadas con la seguridad en el manejo de datos activa y de alta fiabilidad.

Todas estas tecnologías son de capital importancia para la seguridad nacional y de los ciudadanos, pero no cabe esperar demasiado de las empresas privadas y de las universidades. Desde que arrancó el segundo gabinete de Abe, como parte de sus planes para regenerar la economía japonesa y fortalecer la competitividad de su industria, el Gobierno está concediendo gran importancia a la innovación científica y técnica. Esto es sin duda muy positivo. Sin embargo, me gustaría destacar lo importante que resultará para Japón hacer una inversión a gran escala y sostenida a lo largo de un largo periodo en el desarrollo de tecnologías clave como los motores de alto aprovechamiento para aeronaves, los aparatos de exploración oceánica no tripulados, el desarrollo y producción de energías y recursos minerales oceánicos, la observación mediante satélites artificiales o la reducción de los residuos radiactivos en volumen e intensidad.

nippon.com sigue creciendo

Permítanme añadir aquí una nota personal. El 31 de marzo dejé mi puesto al frente de la redacción de nippon.com, puesto en el que me ha relevado el profesor adjunto de la Universidad de Tokio Kawashima Shin. Como dije con motivo de la fundación de nippon.com en 2011, siempre he tenido presente el gran papel que desempeñó la revista Chūō Kōron como foro de debate en Japón, y he venido esforzándome por hacer de nippon.com un foro que permita un debate ecuánime y equilibrado en el siglo XXI, para lo que he contado con el apoyo del exdirector de aquella revista, Miya Kazuho. Gracias al apoyo y al favor de nuestros lectores, nippon.com sigue creciendo en número de visitas. Quisiera pedirles a todos ustedes que continúen apoyándonos en esta nueva etapa que se inicia bajo el liderazgo de Kawashima, para que nippon.com siga desarrollándose como medio plurilingüe on line de referencia en Japón.

(Escrito el 26 de marzo de 2014 y traducido al español del original en japonés)

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