Un brindis por la diplomacia con vino y sake japoneses

Política Cultura

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón ha organizado recientemente unos seminarios sobre el vino y sake de Japón para los diplomáticos destinados en el extranjero y sus esposas. El objetivo es que los participantes conozcan mejor estas bebidas y las incorporen en sus recepciones, banquetes y otros eventos que organicen en el extranjero.

Una acción iniciada hace dos años

Los seminarios, que comenzaron en 2011, se celebran en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Tokio una vez cada tres o cuatro meses. La implicación del Ministerio en la promoción de bebidas alcohólicas japonesas se remonta a 2007, cuando el certamen International Wine Challenge dedició crear una categoría para el sake. Desde entonces, el Ministerio ha ido animando a las embajadas de Japón en el extranjero a presentar el sake japonés en distintos eventos para fomentar la exportación y promocionar la cultura japonesa.

El Ministerio ha recalcado la excelente calidad del vino y el sake japoneses, y ha animado a sus diplomáticos a hacer un mayor uso de estos productos. Por ejemplo, en el banquete que ofreció Japón con motivo de la Cumbre Kyushu-Okinawa de 2000 se pudo degustar el vino espumoso ”NOVO”creado por la Granja y Bodega Coco de la prefectura de Tochigi. Y el vino tinto japonés “Kaze no Rouge”, creado por la misma bodega, fue servido en la cena ofrecida por la esposa del primier ministro Fukuda Yasuo en la cumbre del G8 celebrada en Hokkaido en 2008. Estos vinos captaron la favorable atención de los líderes mundiales que asistieron a estos eventos. Se trata de algo parecido a las acciones que China lleva realizando hace ya algún tiempo en sus embajadas en el extranjero para fomentar sus propios vinos.

En diciembre de 2007, como iniciativa preliminar, el Ministerio de Asuntos Exteriores sirvió vino japonés en las recepciones ofrecidas en varias embajadas japonesas para celebrar el cumpleaños del emperador. Esto provocó una reacción positiva en esos países. Desde entonces, cada vez más embajadas han expresado su deseo de utilizar vinos japoneses para sus actos. En 2012, el Ministerio envió 3.120 botellas de vino japonés a embajadas y consulados de 31 países.

Los diplomáticos que organizan actos donde se sirve vino o sake japonés deben ser capaces de ofrecer una explicación clara de los productos a sus invitados si es necesario. Estas explicaciones representan una gran oportunidad para promocionar estos productos. El Ministerio ha actuado en respuesta a esta necesidad organizando seminarios para el personal de las embajadas y sus esposas.

Las exportaciones tienen un largo camino por delante

No hace mucho asistí a un seminario para saber más sobre esta cuestión. El primer día, el tema principal fue el sake japonés. Había unas cuarenta personas, entre embajadores y cónsules generales nombrados recientemente, además de diplomáticos que no serán enviados a un destino en el extranjero de forma inmediata pero que igualmente querían aprender más sobre el sake. El instructor era un empleado de la Agencia Tributaria Nacional. Los temas tratados durante el seminario fueron el origen del sake japonés, los tipos de arroz utilizados para fabricarlo, información básica sobre métodos de producción, y las distintas variedades de sake (como el ginjō, el junmai, y el honjōzō). A mi alrededor pude observar cómo los demás participantes tomaban notas con entusiasmo. Un dato que nos sorprendió fue que el total de las exportaciones de sake japonés en 2011 (alrededor de 8.800 millones de yenes) representaba solamente el 1% de las exportaciones francesas de vino durante ese mismo periodo.

Sesión de cata durante el seminario.

La sesión de cata que se celebró a continuación fue dirigida por el presidente de una destilería de sake. Durante la sesión, los participantes probaron pequeñas muestras de seis variedades distintas de sake, junto con pequeños platos de inarizushi (tofu frito relleno de arroz), queso, jamón curado, verduras encurtidas, chocolate, y una pequeña ración de mermelada. Probamos estos ingredientes junto con el sake mientras escuchábamos a nuestro instructor. Aprendimos cosas como que el tipo afrutado de sake ginjō suele ser apreciado por los extranjeros; que el sake puede combinarse con un mayor número de alimentos en comparación con el vino; y que el queso combina tanto con el sake como con el vino tinto. Nuestro instructor también nos hizo notar que el sake combina muy bien con sabores cítricos, como la mermelada que probamos. Y el chocolate que degustamos era ideal para combinarlo con un sake añejo.

Alguien preguntó sobre los métodos para conservar el sake una vez abierto. El instructor respondió que debido a su alto contenido de alcohol y a su capacidad de ser calentado, el sake no se oxida tan rápidamente como el vino. Esto significa que una botella abierta puede conservarse durante un mes aproximadamente. Otra sugerencia que se escuchó en el seminario fue que los fabricantes de sake presentaran su producto en botellas más pequeñas para adecuarse mejor a las necesidades de otros países.

La tradición vinícola japonesa

Al día siguiente, el tema de los debates pasó al vino japonés. De nuevo, los participantes escucharon una introducción del instructor y después pasaron a probar cinco variedades distintas de vino. Supimos que la uva blanca Koshū originaria de Japón tiene un bajo contenido de hierro y, por ello, aunque se sirva con platos de marisco no adopta el sabor de esos platos. Otra característica del vino japonés es su delicada acidez.

A causa de su débil “ataque”, el vino japonés es el acompañamiento perfecto para una amplia gama de platos japoneses. Fuji Akihiko, cónsul general de Japón en Chiang Mai, Tailandia, quedó impresionado por lo mucho que aprendió en el seminario, y dijo que a partir de ahora tendría más en cuenta la utilización del vino japonés, dada la popularidad del vino entre la población tailandesa.

En la actualidad existen trece países productores de vino en Asia. Japón goza de una posición favorable porque su tradición se remonta a la era Meiji (1868-1912). Por el contrario, otros países asiáticos sólo llevan produciendo vino desde mediados de la década de los 90 del siglo pasado, con inversión y tecnología extranjeras. Durante muchas décadas y tras muchos ensayos y errores, Japón ha mejorado el cultivo de los terrenos y las variedades de uva y ha aprendido mucho de otros países productores sobre métodos de fermentación.

Tras la asistencia a este seminario tengo la esperanza de que los eventos donde se sirva sake y vino realicen una contribución muy positiva a la diplomacia japonesa, puesto que harán aumentar el número de seguidores de estos productos fuera de Japón.

(Escrito originalmente en japonés el 9 de mayo de 2013)

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