Béisbol japonés y desarrollo económico

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La temporada de beisbol del año pasado resultó histórica en muchos sentidos. Un equipo de reciente fundación -las Águilas Doradas de Rakuten- (Tōhoku Rakuten Golden Eagles) triunfó en la Serie Japonesa al imponerse a los Gigantes de Yomiuri: la franquicia más vieja y popular de Japón. Otros acontecimientos importantes fueron las marcas logradas por varios jugadores. Por ejemplo, el 6 de abril de 2013, el jardinero venezolano Alex Ramírez conectó su hit número 2.000 en Japón, convirtiéndose en el primer latinoamericano en hacerlo. No obstante, sin duda alguna, los dos récords más impactantes fueron los conseguidos por el lanzador de las Águilas Doradas Tanaka Masahiro y por el jardinero de las Golondrinas de Yakult Wladimir Balentin.

Las Águilas Doradas de Rakuten fueron los campeones en el año 2013 con su estrella Tanaka Masashiro (Museo del Béisbol de Japón. Fotografía: nippon.com)

Tanaka Masahiro terminó la temporada regular sin ninguna derrota cosechando 24 triunfos. Aunado a lo anterior, desde agosto de 2012, no perdía un solo partido por lo que estableció una histórica marca mundial de 30 triunfos consecutivos (incluido dos partidos de postemporada). Todos estos logros acapararon la atención de las Grandes Ligas y en enero de este año, Tanaka firmó un contrato de 155 millones de dólares por siete temporadas con los Yankees de Nueva York. De este modo, este lanzador ha ingresado a la élite del béisbol mundial, como lo han hecho sus compatriotas Suzuki Ichirō, Matsuzaka Daisuke y Uehara Kōji.

Por lo que toca a Wladimir Balentin, este beisbolista oriundo de Curazao se voló la barda 60 veces en la pasada temporada rompiendo así el récord de 55 cuadrangulares. Esta marca la impuso hace 49 años Oh Sadaharu y había sido una de las más sagradas dentro del béisbol japonés. A lo mejor a muchos lectores no les suena el nombre de esta persona. Oh Sadaharu ostenta hasta la fecha el récord de mayor número de cuadrangulares en el mundo (886) y a pesar de que su nacionalidad es “taiwanesa”, es considerado como una de las leyendas del deporte japonés, ya que nació y se crió en Japón y jugó toda su carrera profesional en los Gigantes de Yomiuri.

La equipación de Oh Sadaharu está expuesta en el Museo del Béisbol de Japón, situado en Kōrakuen, Tokio.

Ahora bien, llama la atención que haya sido un latinoamericano y no un estadounidense el que rompió el récord de Oh Sadaharu. A lo mejor no es una coincidencia. El béisbol es un deporte muy popular en México, Centroamérica y el Caribe y en algunos lugares como Cuba, Curazao, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico o Venezuela, es el “Rey de los Deportes”. Muchos jugadores de esta zona geográfica suelen emigrar a las Grandes Ligas en busca de fama y fortuna, pero varios han optado por trasladarse a Japón, como lo hicieron el legendario cubano Omar Linares en 2002 o el año pasado el ex ligamayorista Andruw Jones (jugador oriundo de Curazao). 

De hecho, el número de beisbolistas de América Latina en la Liga Japonesa no es diminuto. En la pasada temporada, había 24 jugadores latinoamericanos (34% del total de beisbolistas extranjeros), la gran mayoría dominicanos y venezolanos. Para esta temporada se incorporaron nuevos prospectos, destacando el lanzador mexicano Luis Alonso Mendoza (Jugador Más Valioso de la Serie del Caribe de 2013), quien milita en los Fighters de Nippon Ham. Sin embargo, no creo que ni Mendoza ni otro lanzador latinoamericano (ni japonés ni de otra nacionalidad) pueda romper el récord de Tanaka, pero a lo mejor el de Balentin sí.

Por cierto, hablando de marcas históricas, este año es el ochentavo aniversario de la formación del primer equipo profesional en Japón. Por tal motivo, durante la temporada 2014, la Organización de Béisbol Profesional de Japón (NPB en sus siglas en inglés) emprenderá varios eventos para conmemorar la profesionalización del “deporte nacional” de Japón. En este ensayo, quisiera analizar este suceso, pero no centro mi narración en un conteo de anécdotas sino que lo haré desde una óptica distinta, examinando el vínculo entre el béisbol y el desarrollo económico de Japón. Para eso, es necesario remontarnos un poco en la historia.

La Primera Liga

El béisbol hizo su aparición en Japón en la década de 1870. Los misioneros estadounidenses comenzaron su difusión y posteriormente muchas universidades adoptaron al “Rey de los Deportes”. Ante este creciente interés, el Diario Asahi decidió invertir en su promoción y a partir de 1915, se volvió en uno de los principales patrocinadores del Campeonato de Preparatorias. Este torneo sigue vigente hasta la fecha y es una de las principales vitrinas de los jóvenes beisbolistas para demostrar sus virtudes frente a los equipos profesionales.

Mientras el béisbol se desarrollaba tanto a nivel juvenil como universitario, en la segunda década del siglo XX, algunas empresas comenzaron a pensar seriamente la idea de tener sus propios equipos. De esta manera, se fundaron dos “equipos profesionales”: la Asociación Atlética de Japón (1920) y el Tenkatsu (1921). Sin embargo, después del Gran Terremoto de Kanto de 1923, ambos desaparecieron. Para el año siguiente, una empresa ferroviaria, la Hanshin Kyūkō, trataría de resucitar a la Asociación Atlética de Japón, cambiándole de nombre a Asociación Atlética de Takarazuka, pero ésta desapareció también en 1929. A pesar de este fracaso, esta empresa ferroviaria y algunas otras más, continuaron buscando la posibilidad de tener un equipo y comenzaron a invertir en la infraestructura necesaria para crear los futuros estadios.

Paralelamente a este desarrollo de infraestructura, los periódicos rivales del Diario Asahi, el Mainichi y el Yomiuri, consideraron necesario invertir también en el béisbol. El primero patrocinó a partir de 1924 el primer Torneo por Invitación de Preparatorias (competencia que sigue vigente hasta la fecha) mientras que el segundo buscó establecer la primera liga profesional, un proyecto que no había tenido éxito por la falta de equipos. La clave para la creación de una liga era que las franquicias tenían que ser rentables para las empresas, pero también atractivas para los aficionados.

Boletos de los partidos disputados entre Japón y EE. UU. en 1934. y una bola firmada por Babe Ruth. (Museo del Béisbol de Japón. Fotografía: nippon.com)

El Diario Yomiuri buscó lograr ambas condiciones y para consumar su proyecto promovió la gira de un equipo de las Grandes Ligas comandados por Babe Ruth y Lou Gehrig. Este equipo de súper estrellas se enfrentaría a uno japonés, cuyos jugadores se encargaría de conseguir el mismo periódico. De este modo, en noviembre de 1934, el Gran Bambino y compañía jugaron varios partidos en Japón. El resultado fue una garrafal derrota japonesa. A pesar de eso, la gira trajo ganancias económicas importantes y en algunos lapsos, los beisbolistas japoneses dieron pelea a las súper estrellas. Esta situación demostró que existían las condiciones para establecer un equipo profesional y una liga nacional. Finalmente, en diciembre de 1934, el Diario Yomiuri estableció el Club de Béisbol del Gran Tokio y varios de los jugadores que participaron en el combinado japonés fueron contratados en el primer equipo profesional de Japón.

Después de la formación de los futuros Gigantes de Yomiuri, algunos diarios locales y varias empresas ferroviarias siguieron los mismos pasos y apostaron por crear sus propios equipos. Finalmente, en 1936 se fundó la Liga Profesional de Béisbol y en los albores del siguiente decenio se consolidaron nueve equipos: los Gigantes de Tokio (1934), Nagoya (1936), Hanshin (1935), las Águilas Negras (1937), los Leones (1936), Taiyō (1936), Nankai (1938) y Hankyū (1936). Sin embargo, la Guerra del Pacífico (1941-1945) aniquiló a la Primera Liga. Los bombardeos aéreos estadounidenses destruyeron la infraestructura construida por las empresas ferroviarias, los periódicos perdieron la capacidad de criticar al gobierno y muchos jugadores fueron enviados al frente de batalla y jamás volvieron a jugar en su vida, como ocurrió con el legendario pitcher de los Gigantes de Yomiuri Sawamura Eiji.

La Nueva Liga

Durante la ocupación estadounidense (1945-1952), el béisbol volvió a renacer. La NPB retomó las riendas del béisbol profesional y estableció una nueva liga absorbiendo a los equipos existentes y permitió la entrada de nuevas franquicias. Asimismo, emuló la estructura de las Grandes Ligas y estableció dos grupos: la Liga Central y la Liga del Pacífico (véase Tabla 1). De este modo, en 1950 comenzó la primera temporada de la posguerra y a partir de 1954, el campeón de cada Liga disputaría la Serie Japonesa. 

Tabla 1. Estructura de Liga Japonesa en la década de 1950

Liga CentralLiga del Pacífico
Gigantes de Yomiuri Leones de Nishitetsu
Dragones de Chūnichi Halcones de Nankai
Tigres de Hanshin Orions de Mainichi
Ballenas de Taiyō Estrellas de Daiei
Golondrinas de Kokutetsu Flyers de Tōkyū
Carpas de Hiroshima Búfalos de Kintetsu
  Bravos de Hankyū

Un elemento distintivo es que sobresale el nombre de las empresas dueñas de los equipos. Este fenómeno lo podemos ver también en la Liga Coreana o la de Taiwán, lugares donde el béisbol se difundió durante el periodo colonial japonés; pero contrasta por completo con las Grandes Ligas y las ligas latinoamericanas. En este sentido, es un fenómeno japonés.

Equipaciones de los Gigantes de Yomiuri, las Golondrinas de Yakult y los Tigres de Hanshin (Museo del Béisbol de Japón. Fotografía: nippon.com)

Cabe señalar que los “nuevos dueños” de la Nueva Liga eran las empresas que habían recibido las bondades de las reformas de la ocupación estadounidense y se habían beneficiado por las posteriores políticas de recuperación económica. Por ejemplo, los periódicos Yomiuri, Chūnichi y Mainichi tenían muchos recursos, ya que aumentaron su circulación, gracias a la política de liberalización de las tropas de ocupación. De igual manera, Taiyō (actualmente Maruha) era una empresa de productos marinos, cuya producción se incrementó por la demanda de alimentos de la posguerra. Por lo que respecta a Daiei, ésta era una empresa cinematográfica que acumuló muchas ganancias con el aumento de los cines. Asimismo, Kokutetsu, Nishitetsu, Nankai, Tōkyū, Kintetsu y Hankyū eran las ferroviarias que habían conseguido importantes concesiones para emprender el desarrollo urbano devastado por la guerra.

El cambio económico y el béisbol japonés

Ahora bien, conforme la economía japonesa fue creciendo, algunas de estas empresas no pudieron seguir manejando sus equipos. En algunos casos se fusionaron, pero en otros cambiaron por completo de dueño. Por eso, la estructura original de Liga establecida en 1950 se ha modificado dramáticamente. Además, algo sobresaliente es que los nuevos dueños son los nuevos actores que han sobresalido en la economía. En este sentido, al analizar quiénes son los dueños del béisbol japonés podemos ver quiénes mandan actualmente en la economía japonesa. Para corroborarlo, veamos brevemente qué pasó con la Liga después de la década de 1950.  

Actualmente, existen seis equipos en la Liga Central. Aunque los nombres han cambiando, salvo las Golondrinas y las Ballenas, los otros equipos siguen siendo casi los mismos dueños. En el caso de las Golondrinas, el primer dueño fue la empresa estatal Kokutestu (los Ferrocarriles Nacionales), pero ésta no pudo manejar el equipo y en 1966 decidió venderle la franquicia al Diario Sankei. Sin embargo, este periódico tampoco pudo administrarlo con éxito y después de cinco años terminó cediéndole la tutela a Yakult: una empresa de productos lácteos que había crecido en la década de 1960. Por lo que toca a las Ballenas (en 1992 cambiaron de nombre a BayStars), el dueño original había sido Maruha, pero finalmente en 2002, vendió la franquicia a la cadena de televisión TBS. Esta televisora fracasó en su administración y finalmente en 2011 cedió el equipo a una empresa de juegos por celulares llamada DeNA.

En el caso de la Liga del Pacífico está conformada también por seis equipos, pero a diferencia de la Central, ninguno de los dueños de la década de 1950 logró mantener su franquicia. Los Orions y las Estrellas se fusionaron en 1958 y, posteriormente en 1971, la empresa de dulces Lotte adquirió la franquicia. Los Leones, por su parte, fueron comprados por la ferroviaria Seibu en 1979. Los Halcones tuvieron dos cambios de dueño, Daiei (un corporativo de supermercados) y Softbank (una empresa de telefonía e internet y dueña del portal Yahoo Japan). En el caso de los Flyers, estos fueron comprados por Nippon Ham (una de las empresas de embutidos más grandes de Japón) en 1974. Los Bravos fueron comprados en 1989 por Orix (una empresa de servicios financieros) mientras que los Búfalos se fueron a la quiebra. Ante esta situación, la NPB decidió ofrecer una nueva franquicia, la cual fue adquirida por Rakuten: una empresa de servicios de internet. 

Tabla2. Cambio de dueños de la Liga del Pacífico

Orions + Estrellas (1958) → Lotte (1971)  
Nishitetsu → Seibu (1979)  
Nankai → Daiei (1989) → Softbank (2005)
Tokyū → Nippon Ham (1974)  
Hankyū → Orix (1989) → Orix + Kintetsu (2005)
    Rakuten (2005)

Para no extender el relato basta decir que el béisbol profesional japonés está ligado íntimamente con el desarrollo económico de Japón. En un inicio fueron las empresas ferroviarias y los grandes periódicos los que promocionaron este deporte, pero conforme fue pasando el tiempo nuevas empresas, en particular de alimentos y bebidas (Nippon Ham, Lotte y Yakult), serían los motores del “Rey de los Deportes”. Sin embargo, en los últimos veinte años, por distintos motivos, las empresas fundacionales no pudieron mantener más sus equipos y terminaron por entregar sus franquicias a otros actores que comenzaron a sobresalir en los nuevos mercados de servicios financieros y de tecnología de comunicación (Orix, Softbank, Rakuten y DeNA).

No sé realmente si en el futuro podremos ver a otras empresas comprando a las franquicias existentes. Hay equipos como los Gigantes o los Tigres que seguirán por muchos años en la Liga, pero otros como Seibu o DeNA no tienen garantizado su membresía dentro de la Liga, todo dependerá de cómo se desarrolle la economía japonesa en los siguientes años. No obstante, en términos deportivos, vemos un “cambio generacional”. Los nuevos dueños han logrado que sus equipos triunfen como ha sido el caso de Softbank y Rakuten. En este sentido, no es trillado decir que la actual Liga Japonesa es un lugar donde batallan la “vieja guardia” y los “novatos”.

 

Fuentes consultadas:

Masaru Ikei, “Global Baseball: Japan and East Asia” en The Cambridge Companion to Baseball, editado por Leonard Cassuto y Stephen Partridge (Cambridge: Cambridge University Press, 2011): 155-168.

Guthrie-Shimizu, Sayuri, Transpacific Field of Dreams: How Baseball Linked the United States and Japan in Peace and War (Chapel Hill: University of North Carolina Press, 2012).

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