Los japoneses, irreligiosos y plurirreligiosos

Sociedad Vida

Cuando vine a vivir a Japón una de las cosas que más me intrigaron era la cuestión de la religión.

Muchos de los amigos japoneses que hice me han respondido por norma general que ellos “no son creyentes de ninguna religión”, aunque celebran igualmente festividades cristianas como Halloween y la Navidad, y en Año Nuevo (el 1 de enero) muchos acuden a los templos budistas y santuarios sintoístas para el hatsumōde.

Durante su vida los japoneses acuden en numerosas ocasiones a los santuarios y templos para rezar por un parto seguro, el sano crecimiento de sus hijos, su salud o el éxito en sus estudios, entre otras cosas. No son pocas las personas que celebran también su boda en una iglesia y los funerales en templos budistas. Pero aún así, a la pregunta de “¿Qué religión profesas?” muchos responden “Ninguna en especial, no soy religioso.”

Para mí, que he sido criado en la religión islámica desde mi nacimiento, el hecho de que una persona no profesara ninguna religión me resultaba extraño, pero que personas que no se consideran religiosas disfrutaran al mismo tiempo de las distintas celebraciones y supersticiones de varias religiones me resultó aún más misterioso. Esto me provocó cierta aversión. Puedo afirmar sin rodeos ahora que la razón de esto fue comprobar que entre todas las ceremonias religiosas de las que disfrutaban los japoneses no había ninguna relacionada con el islam.

La soledad del musulmán en Japón

Para las personas que profesan el islam las tres mayores celebraciones son la fiesta tras el ramadán(*1), la Fiesta del Cordero(*2) y el natalicio del profeta Mahoma(*3). Durantes estas festividades nos reunimos con familiares y amigos y hay una gran animación en las ciudades. A pesar de que son los momentos del año favoritos para los niños y los adultos, en Japón no son apenas conocidos. Los musulmanes residentes en Japón se sienten muy solitarios durante la época de celebración de estas festividades al no tener cerca a su familia y amigos que profesan el islam.

Puede que sea porque también me abruma la nostalgia en esa época, pero a veces en invierno he escuchado la voz del vendedor de batatas asadas que grita ¡Yaki imo, yaki imo!, y me ha parecido oír el sonido de la llamada a la oración desde el minarete.

Recién llegado a Japón hubo un período en el que rechazaba como musulmán ir a las celebraciones de la Navidad, el Año Nuevo o el hatsumōde aunque fuese invitado. Pero siempre me llamaba la atención lo animadas que estaban las calles en esa época.

Ante mi fútil resistencia un día un amigo japonés me dijo: “Creo que lograríamos terminar con las diferencias entre las religiones del mundo si pudiésemos disfrutar de sus distintas celebraciones todos juntos”. Esto hizo que se me cayese la venda de los ojos.

¿Qué necesitan los japoneses que hoy son tolerantes con la religión?

En Egipto, un país de mayoría musulmana, solía intercambiar correos con mis amigos cristianos coptos para felicitarnos con ocasión de algunas de nuestras festividades. Que cada cual respete la religión del otro es algo que me llena de alegría.

En Japón aún no se sabe mucho sobre el islam, y es más, aún hay extendidas muchas ideas erróneas. Las noticias relacionadas con los países de mayoría musulmana son siempre negativas, y tratan sobre terrorismo o guerra civil, e incluso he llegado a encontrarme con personas que piensan que el islam y las organizaciones terroristas son lo mismo. Creo que la celebración en Japón de más festividades islámicas podría ayudar a dar a conocer mejor mi religión y a acabar con las ideas equivocadas.

Por supuesto, aunque en Japón existen mezquitas en varios lugares y estas abren sus puertas a todo el mundo durante las celebraciones islámicas, lo cierto es que no hay un gran número de ellas. Si hay algo que yo puedo hacer es, al menos, animar a las personas de mi entorno a celebrar las festividades del islam, invitarles al iftar (primera comida después del ayuno del día durante el mes del ramadán) y celebrar banquetes para que todos disfrutemos de estas fiestas.

Creo que la fe nos hace más fuertes. A veces pienso que ante el aumento de los suicidios, los abusos y los crímenes abyectos en Japón, lo que necesita la gente es creer en algo. Me gustaría que los japoneses, tolerantes con las celebraciones de distintas religiones, no solo las disfrutasen sino también obtuviesen más fortaleza de espíritu gracias a la fe.

(Traducido al español del original en japonés)

(*1) ^ En árabe, Eid al-Fitr. Es la fiesta en la que se celebra el fin del ayuno. Es una de las obligaciones de los creyentes del islam practicar el ayuno desde el amanecer hasta que se pone el sol durante el noveno mes (ramadán) de la Hégira (el calendario musulmán).

(*2) ^ En árabe, Eid ul-Adha. Es una celebración que tiene lugar durante cuatro días desde el 10 de diciembre de la Hégira. Es una celebración que recuerda cómo el profeta Ibrahim fue a sacrificar a su hijo Ismail como ofrenda a Dios. El primer día de esta celebración coincide con el último día del Hajj, la peregrinación a la Meca, un deber de todos los musulmanes.

(*3) ^ En árabe, Mawlid al-Nabi. Es la fiesta que celebra el nacimiento del profeta Mahoma, aunque dependiendo de la rama del islam hay distintas teorías respecto a la fecha: los suníes lo celebran el 12 de marzo de la Hégira, y los chiíes el día 17 de ese mismo mes.

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