AKB48 y la guerra de contenidos de próxima generación

Sociedad Cultura

Las “elecciones generales”, una práctica rompedora de tabúes demandada por los fans

En Japón, el término “elecciones generales” se ha convertido ya en sinónimo del grupo de idols AKB48. En el caso de este conjunto musical femenino, se trata de un gran acontecimiento de carácter anual que atrae la atención no solo de sus fans, sino también de todo el público en general. Sin embargo, quizás son pocos los que saben que estos ‘comicios’ no existían en los albores de la agrupación: a decir verdad, surgieron como respuesta a las peticiones de los seguidores.

En un principio, la iniciativa nació como una arriesgada propuesta de la dirección del grupo dirigida a los fans que se oponían a la estrategia de producción según la cual se otorgaba continuamente el liderazgo del conjunto a la integrante Maeda Atsuko. La idea era que “los fans eligieran por sí mismos a las componentes centrales”; en aquel entonces, probablemente nadie se imaginaba que el proyecto acabaría convirtiéndose en un acontecimiento de gran envergadura.

Antes de que se empezaran a realizar estas “elecciones generales”, visibilizar la popularidad de las integrantes de los grupos de idols era el tabú de los tabúes. Por ejemplo, aunque en los akushukai –encuentros en los que los fans pueden darles la mano a los artistas– solían participar todas las integrantes, la idea de realizar este tipo de actividad de forma individual con cada una de ellas suponía hacer caso omiso de las teorías tradicionales, ya que se trata de un aspecto muy característico del mundo indie. Además, está la clásica práctica de vender en los conciertos y otros actos artículos con la imagen de las distintas integrantes; sin embargo, como es lógico, la dirección del grupo determina la cantidad de producción de los mismos en función de la popularidad de cada componente. Se llegaba incluso a esconder las cajas donde se guardaban los artículos para que los fans y la persona en cuestión no supieran la cantidad.

Sorprende que el rango de las integrantes, considerado antaño un tabú, se dé a conocer de una forma tan simple y clara, y para colmo, a gran escala. Puede incluso decirse que se trata de un acontecimiento en el que se muestra lo feo. Sin embargo, es precisamente por esto por lo que se ha generado semejante fervor.

El concepto del público sobre el sistema de voto, un gran malentendido

La gente suele burlarse de estas “elecciones generales” diciendo que “son unos comicios en los que el derecho al voto tiene un precio de 1.600 yenes” (lo que cuesta un CD del grupo. Cada compra otorga la oportunidad de votar una vez). Cierto es que este sistema permite que una persona vote en repetidas ocasiones, y que, además, es necesario tener dinero. Sin embargo, me gustaría hacer énfasis en que, personalmente, creo que esta manera de ver los ‘comicios’ es fruto de un gran malentendido: existen diversas maneras de votar y, a decir verdad, el derecho al voto no llega a los 1.600 yenes, pero esta premisa difiere del tema principal del artículo, así que he decidido no entrar en más detalles al respecto. No obstante, quiero que la gente sepa que en las “elecciones generales” de este año el importe medio de cada voto rondó los 900 yenes.

Además, en estos ‘comicios’ entran en juego muchos otros factores que no pueden solucionarse solamente con dinero. Ahí se encuentra el primer equívoco: aunque uno quiera comprar varios CD, la adquisición de una gran cantidad está realmente limitada; muchas tiendas de música y servicios de compra por Internet tienen establecido un límite de unidades por cliente. Con o sin él, no son muchos los discos que se pueden conseguir en un establecimiento; la única forma de hacerse con más de mil ejemplares es ir a docenas de tiendas, o adquirirlos previamente a través del sitio web oficial de reservas. Para ello, es necesario comprarlos de forma premeditada un mes antes de la fecha de lanzamiento; una vez hayan comenzado las ‘elecciones’, es muy difícil adquirir los CD en grandes cantidades.

Supongamos que una persona consigue comprar muchos discos. La votación en sí es complicada, algo que yo mismo he comprobado; ahí reside el segundo equívoco: primero, se quita el envoltorio del disco; después, se extrae la papeleta, incluida en el libreto de las letras de las canciones. Una vez se accede a la web de votación, se elige a la integrante a la que se quiere votar, de 296, y se introduce el código que viene en la papeleta, una combinación aleatoria de 16 números y letras del alfabeto latino. Por mucho que uno domine el proceso de votación, no es algo que se pueda terminar en un minuto.

En resumen, pongamos que en una hora se puede votar 50 veces. Si una persona quiere hacerlo en 1.000 ocasiones, tardará 20 horas. Solo se puede votar durante dos semanas; resulta complicado disponer de esa cantidad de tiempo en un plazo tan corto. Aunque no sean muchos, si pensamos en 2.000 o 3.000 votos, podríamos decir que una sola persona no es capaz de hacerlo. Si tenemos en cuenta también el valor monetario de las papeletas de voto, encomendarle la penitencia que supone esta operación simple e interminable a alguien ajeno a todo esto no es algo realizable. En otras palabras, es necesario encontrar a un amigo en quien poder confiar, y llevar a cabo una campaña de votación planeada. Esta barrera es más grande de lo que se imaginan los profanos en la materia.

Fans chinos que votan en grupo

Retomemos el tema principal del artículo: durante las “elecciones generales” del año pasado, se dio a conocer en Internet que habían llegado más de 9.000 votos desde China para la integrante Sashihara Rino, y se habló mucho acerca de los seguidores chinos como una de las principales fuerzas motrices de este movimiento.

Al parecer, todos procedían de una comunidad de fans. Aun así, sorprende que de los 150.000 votos que en total fueron para Sashihara, el 6 % llegara de China. Como contenido, el grupo AKB48 tiene una gran influencia también fuera de Japón, hasta el punto de que recuerdo cuán fue mi sorpresa ante la cantidad de chino que se escucha hablar en los akushukai.

No obstante, como ya he dicho anteriormente, disponer de fondos no es lo único necesario para poder votar en multitud de ocasiones; es imprescindible ser capaz de recabar información y de organizarse. Esto puede suponer un problema en el extranjero, pero los fans chinos disfrutan de las “elecciones generales” en grupo, una tendencia que, por supuesto, se está extendiendo también por todo Japón. En las “elecciones generales” de este año, por cada una de las 296 candidatas surgió una comunidad que hace las veces de comité encargado de las cuestiones electorales y se realizaron diversas actividades en distintos lugares tanto en público como en privado.

La influencia de las comunidades de fans

Personalmente, considero desde hace tiempo que la peculiaridad de la estrategia de AKB48 que hace historia es la revitalización completa de las comunidades de fans. Esto se palpa fijándose solo en el hecho de que en las ‘elecciones’ el dinero no es lo único necesario, sino que hace falta contar con la unión de los seguidores. Como muchos sabrán, el grupo realiza casi a diario actuaciones en su propia sala de conciertos, pero el aforo de la misma ronda las 250 personas, una cifra sorprendentemente pequeña si se tiene en cuenta la popularidad de estas idols.

Las entradas para estas actuaciones se rifan, y la proporción del sorteo supera el céntuplo, de ahí que apenas toque. Sin embargo, las integrantes siguen dando sus conciertos honestamente. Como era de esperar, las componentes de gran popularidad aparecen en estos espectáculos en contadas ocasiones. En cualquier caso, todas y cada una de las integrantes tienen establecido un acto con motivo de su cumpleaños. La dirección del grupo realiza los preparativos para el concierto que se da en tal ocasión negociando con las comunidades de fans; la opinión de los seguidores puede llegar a tener influencia en bastantes aspectos del acto.

Es digno de causar gran sorpresa el que un grupo que ha llegado a lo más alto en esta industria mantenga un sistema propio de las denominadas chika idols, esto es, las que apenas tienen cobertura en los medios de comunicación y centran su actividad en conciertos y otros actos.

“Las idols a las que se puede visitar”, la clave de la guerra de contenidos de próxima generación

Esta cultura de contenidos fomentada por las comunidades de seguidores es un fenómeno que se observa mucho en Internet; un claro ejemplo de esta corriente en los últimos años lo representa la idol virtual Hatsune Miku. Tanto esta última como AKB48 han conseguido involucrar al público general aunque su principal motor y base sea la comunidad creada por un sector de fans fervientes.

A la idol virtual Hatsune Miku también se la puede visitar (imagen cortesía de Jiji Press).

Ni que decir tiene que Hatsune Miku forma parte de los contenidos representativos de Japón; lo mismo ocurre con AKB48. Suponiendo que un 6 % de sus ventas provenga del extranjero, no se puede ignorar su magnitud. Ambos fenómenos, que se han expandido gracias al boca a boca en Internet, guardan similitudes en apariencia con otros artistas japoneses que también gozan de gran popularidad en el extranjero, como Kyari Pamyu Pamyu y Baby Metal. Sin embargo, no tienen nada que ver en lo que a su composición se refiere.

Yo soy de la opinión de que la formación de más vanguardia es la de Hatsune Miku y AKB48. En estos tiempos en los que la premisa principal en la promoción de contenidos es un uso activo de Internet, el concepto de “las idols a las que se puede visitar”, aunque analógico, se desarrolla conforme a un contexto muy propio de la red, del mismo modo que el fenómeno de Hatsune Miku. La clave de la guerra de contenidos de próxima generación reside precisamente ahí.

(Traducción al español del original en japonés publicado el 22 de julio de 2014)

Fotografía de la cabecera: Concierto de despedida de la integrante del grupo AKB48 Ōshima Yūko, 8 de junio de 2014. Cortesía de Jiji Press.

Idol AKB48 Maeda Atsuko Kyari Pamyu Pamyu