‘Kamera o tomeru na!’ y la popularidad del género zombi en Japón

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Eventos zombi: atmósfera fantasmagórica de bajo presupuesto

Kamera o tomeru na! (¡No pares la cámara!, o One Cut of the Dead en su versión inglesa), la última película del director Ueda Shin’ichirō, no deja de cosechar éxitos. Pese a tratarse de una película independiente de bajo presupuesto que se estrenó en junio en tan solo dos salas en todo el país, ahora son más de 300 los cines que la proyectan, según su página web. El hecho de que se pueda ver tanto en minicines como en grandes multicines da una idea de lo interesante que resulta para todo tipo de espectadores.

El cartel de Kamera o tomeru na! ©ENBU Seminar

Kamera o tomeru na! cuenta la historia de un equipo cinematográfico que se encuentra en unas ruinas en lo profundo del bosque rodando una película de zombis; la primera escena es un plano-secuencia de 37 minutos, que corresponde a lo que está rodando el equipo. Tal y como se cuenta en esta película, muchas de las cintas japonesas de zombis cuentan con bajos presupuestos, algo que facilita la independencia creativa.

En Universal Studios Japan (USJ), el famoso parque temático de la ciudad de Osaka, todos los años se celebra la llamada “Noche del terror de Halloween”. Durante sus eventos los zombis pululan por el recinto; esta también es una noche de bajo presupuesto. No se necesita invertir nada en instalaciones, y se puede crear una atmósfera poco cotidiana simplemente con maquillar a la gente. Empezando por este evento, Halloween se ha empezado a poner de moda en Japón en los últimos años, y ahora es muy normal ver hordas de zombis por las calles, a finales de octubre.

En la actualidad el Gobierno japonés está tratando de reactivar la economía de las provincias a través de la promoción del turismo y la creación local. Esta promoción está tomando todo tipo de formas a lo largo y ancho del país, y una de ellas son los “eventos zombi”. Un buen ejemplo es el evento “Yokogawa Zombie Night” (La noche zombi de Yokogawa), celebrado en la avenida comercial Yokogawa de la ciudad de Hiroshima durante la época de Halloween. Durante la misma se establece un “centro de infección zombi” en una plaza frente a la estación de Yokogawa, de una línea local de tren, y se maquilla a quienes lo solicitan (por un precio). Este año será en dos días cuando los muertos vuelvan a la vida para intentar reactivar la economía local: el 26 y el 27 de octubre.

Los zombis de George Romero lo empezaron todo

Las raíces del fenómeno zombi se encuentran en la religión vudú de Haití, pero eso no explica por qué goza de tanta popularidad en Japón. Revisemos su historia de modo resumido.

Los zombis aparecieron por primera vez en el cine en la cinta de 1932 White zombie (La legión de los hombres sin alma, en España). En aquella versión los zombis no eran monstruos que perseguían a la gente para comérsela, sino víctimas de una maldición que los hacía susceptibles a ser controlados como mano de obra. Estaban basados en los zombis de la religión vudú.

Fue Night of the Living Dead (La noche de los muertos vivientes, 1968) la que cambió el género de forma radical. Su director, George A. Romero, está considerado el “padre del cine de zombis”. En Japón esta cinta no llegó a estrenarse en su momento; la película por la que Romero llegó a hacerse muy conocido entre los aficionados japoneses al género de terror fue Dawn of the Dead (Zombi en España, El amanecer de los muertos o El amanecer de los muertos vivientes en Latinoamérica; estrenada en Japón en 1979). Sus famosas escenas de ataques de una gran masa de zombis en un centro comercial dejaron una fuerte impresión entre el público, y atrajeron al género a muchos nuevos aficionados.

Night of the Living Dead posee una fuerte influencia de la novela de Richard Matheson I Am Legend (Soy leyenda, 1954). En Japón se publicó en 1978 en forma de manga, con el título Ryūketsuki (Bestia sangrienta), de la mano de Fujiko F. Fujio, autor famoso por ser el creador de Doraemon. Aunque se trata de una historia de vampiros, como contaremos más adelante, también es una obra de vanguardia que presenta el tema, tan manido en las películas de zombis de hoy día, del encuentro entre seres que poseen conjuntos de valores muy diferentes.

Posteriormente aparecieron todo tipo de obras de muchos creadores que se habían visto influidos por esta cultura zombi. Araki Hirohiko, autor del manga JoJo no kimyō na bōken (La extraña aventura de JoJo, que aún se publica), es uno de esos creadores influidos por la obra de Romero. Y es verdad que en las primeras páginas de Araki aparecen escenas dignas de una película sangrienta de terror, con vampiros y zombis.

El género se expande a nuevos medios de entretenimiento

Los zombis no están relegados solo al cine y el manga; se han venido expandiendo a todo tipo de medios. Son famosos en el mundo entero por haber bailado en el vídeo promocional de Thriller, de Michael Jackson, una obra que aún hoy mantiene su influencia. En los ya mencionados USJ se organiza un baile basado en Thriller, con el mismo nombre, en el que participan miles de personas disfrazadas de zombis, y en el baile que acompaña al tema Crazy Party Night - Pumpkin no gyakushū (Loca fiesta nocturna - el contraataque de las calabazas), de Kyary Pamyu Pamyu, también se pueden distinguir movimientos salidos de Thriller. Incluso ha llegado al kabuki, en la obra Ōedo ribingu deddo (Los muertos vivientes del gran Edo).

Colección de películas de zombis en DVD del autor.

He creado un gráfico que muestra el número de producciones cinematográficas con temática zombi desde la década de 1930 hasta la de 2000. (Nota: he recopilado el número de producciones de los escritos de referencia en japonés e inglés. Debido a las diferentes maneras de contabilizar el número de producciones entre las referencias existen décadas en las que hay grandes diferencias; sin embargo, se puede ver la tendencia al aumento o al descenso.)

A la luz de estos datos queda claro que las películas de zombis, que no paraban de ganar en popularidad hasta los ochenta, sufrieron un gran descenso en el número de producciones en los noventa, para volver a crecer con rapidez en la década de 2000. Una de las razones para este aumento la podemos encontrar en el videojuego Biohazard (Resident Evil, en Occidente), de la empresa japonesa Capcom. Tras su lanzamiento en 1996 se convirtió en un rotundo éxito, y dio lugar a una serie que continúa hoy día. Según la página web de Capcom, de sus cinco videojuegos que han superado el millón de unidades vendidas tres son de la serie Biohazard. También se trata de obras con fuerte influencia del cine de Romero, e incluso en el anuncio para televisión de Biohazard 2 se le pidió la dirección al propio Romero.

Aunque los videojuegos fueron un gran éxito, las adaptaciones cinematográficas que comenzaron a producirse en Estados Unidos en 2002 también gozaron de popularidad en Japón. En las películas la escala de la historia iba en aumento, hasta llegar a su conclusión en la sexta entrega (estrenada en Japón en 2017). En la actualidad no son muchas las películas de zombis que se llegan a emitir con cierta frecuencia en los canales digitales de televisión, pero las veces que esta serie ha hecho su aparición lo ha hecho para disfrute de un gran número de espectadores.

Por esa época fue cuando hicieron su aparición los “zombis que corren”, a través de cintas como la inglesa 28 Days Later… (28 días después) o la estadounidense Dawn of the Dead (El amanecer de los muertos), una de las posibles razones por las que el género zombi comenzó a vivir una época de renovado interés. Los zombis, por definición, son seres que se mueven despacio, y por lo tanto los desarrollos rápidos de las historias eran difíciles de conseguir.

¿Pero será solo esa la razón? Que aparecieron zombis de movimientos rápidos, y por eso muchos creadores y espectadores aceptaron gustosos el cambio… ¿No habrá otros motivos? Me gustaría considerar también el trasfondo social de estos últimos años, para tratar de contestar a esa pregunta.

Contagio: una metáfora para la expansión de los valores

Como hemos dicho antes Japón está tratando de mejorar su mercado turístico, y especialmente el turismo entrante (las personas que lo visitan desde otro país, y no los que viven en él). El turismo es una oportunidad para que el visitante intercambie su cultura con otras personas, pero al mismo tiempo se crea un ambiente propenso a las fricciones. Es lógico, teniendo en cuenta que se trata de culturas diferentes. En estos últimos años, por otro lado, la sociedad internacional, incluido Japón, sufre cada vez más ataques contra los valores y la propia existencia de personas que no poseen los valores de la mayoría, a través de métodos como el discurso del odio o la discriminación, algo que se está convirtiendo en un verdadero problema social. A medida que se van expresando más variedades de valores (mayorías contra minorías, capital y provincias, razas, orientación sexual…) más aumenta el antagonismo y la exclusión.

Si usamos los zombis como metáfora, podríamos decir que en este tipo de obras se describe una situación en la que poco a poco entra en la mente el concepto de que “zombi = cualquier desconocido”. Y de ese modo se llega inevitablemente a un momento en el que los zombis comienzan a correr. Se trata de la velocidad en la propagación de valores.

Considerando el posible momento en el que esa “infección” de valores humanos se aceleró, lo lógico es pensar que se trata de la aparición de Internet. En Japón, entre la década de los noventa y la del año 2000 el número de usuarios no dejó de crecer, a medida que Japón se convertía en una sociedad de la información.

En resumen, ciertos valores se transmiten a una velocidad pasmosa gracias a Internet. Un ejemplo de ello es el llamado “terrorismo casero”. Sus valores se propagan por la red, y los ciudadanos tienen miedo de que el vecino, con quien antes mantenían una relación amistosa, se convierta de pronto en un desconocido con el que no pueden comunicarse. O temen verse arrastrados ellos mismos por esa ola. Ese miedo es semejante al miedo que provocan los zombis.

Enfrentarse y coexistir con quienes son diferentes

El autor, tras participar en el evento de Yokogawa en octubre de 2017, comiendo ramen maquillado como zombi.

Aunque no sean zombis en el sentido estricto de la palabra, sí que hay muchas obras de éxito que cuentan con monstruos de cualidades similares a los zombis. Entran en ese grupo, por ejemplo, Shingeki no kyojin (Attack on Titan), Tōkyō Ghoul o Ajin. Los monstruos que aparecen en estos títulos se asemejan a los humanos pero poseen ciertas características claramente diferentes. En Shingeki no kyojin se trata de gigantes devoradores de personas, en Tōkyō Ghoul de gules, que solo pueden alimentarse de carne humana, y en Ajin se trata de seres inmortales. Son todas obras de gran éxito en diferentes medios: manga, anime y película.

Las tres obras muestran los conflictos y esfuerzos que realizan los humanos para relacionarse con seres no humanos, y sus protagonistas se encuentran en la zona fronteriza entre ambos, obligados a experimentar ambos grupos de valores. Ninguno de los dos lados aparece en las películas como “los malos”, y ambos lados cuentan con individuos radicales y moderados.

¿Cómo podemos llevarnos bien con el prójimo en esta sociedad actual, en la que debemos convivir con personas cuyos valores difieren tanto de los nuestros? Para nosotros, que repetimos sin cesar nuestros ensayos y errores en esa pugna por la convivencia, las películas de zombis no dejan de ser un reflejo de nuestra realidad, y seguramente seguirán manteniendo su interés también para las generaciones futuras.

(Traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Ueda Shin’ichirō en Kamera o tomeru na! (Producción: ENBU Seminar / Distribución: Asmic Ace, ENBU Seminar) ©ENBU Seminar.)

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