La encrucijada de la NHK y la reforma de la radiotelevisión pública en Japón

Sociedad Cultura

La NHK se encuentra en una encrucijada y es blanco de críticas por los comentarios de su nuevo presidente y la vocación de los nuevos miembros de su Comité Ejecutivo. Además, está luchando contra el alejamiento del público joven y busca convertirse en un medio de comunicación que sirva a Japón. En este artículo, analizamos el presente, el pasado y el futuro de la radiotelevisión pública japonesa.

Críticas a la gestión de personal, plato fuerte de la reforma de la NHK

La empresa encargada de la radiotelevisión pública de Japón, la NHK, se tambalea de nuevo. Las razones directas de esta crisis son los comentarios indiscretos de su nuevo presidente, Momii Katsuto, que asumió su cargo en febrero de 2014. En la conferencia de prensa con motivo de su nombramiento, celebrada el 25 de enero, Momii afirmó: “Si el Gobierno dice ‘derecha’, nosotros no podemos decir ‘izquierda’”. Además de declaraciones de este talante, que niegan los principios del periodismo, se pronunció acerca de asuntos como las denominadas “mujeres de confort” –mujeres de diversas nacionalidades forzadas a prestar servicios sexuales al Ejército imperial durante la Segunda Guerra Mundial–, sobre las que dijo que “existían en todos los países”. Estos comentarios fueron blanco de críticas tanto en Japón como en el extranjero.

Desde el año 2008, tres han sido las personas al frente de la NHK, incluyendo a Momii, y todas ellas procedían del sector privado. Contar con un presidente venido del mundo empresarial es el plato fuerte de la reforma que persigue la radiotelevisión pública japonesa, que busca deshacerse de la imagen de oficina burocrática hipertrofiada que arrastra; representaba también un símbolo del cambio. Sin embargo, nada más comenzar su andadura en la NHK, el propio Momii reveló no tener suficientes conocimientos básicos del funcionamiento de la radiotelevisión pública.

Este año la vocación de los nuevos miembros del Comité Ejecutivo, encargado de supervisar la NHK, también ha suscitado problemas: uno de ellos, un escritor de gran popularidad, mostró su apoyo a un exjefe de las Fuerzas de Autodefensa de Japón que aboga por el “conservadurismo puro” durante su campaña política con motivo de unas elecciones, incluso después de haber asumido su puesto; otro miembro es una académica que publicó en octubre de 2013 un ensayo en el que ensalzaba a un activista de derechas que hace décadas entró en la redacción del Periódico Asahi y se suicidó con un arma de fuego. Ambos se dedicaban a promocionar a Abe Shinzō en grupos de apoyo privados antes de su reelección como primer ministro, y se trata de personajes conocidos por su estrecha relación con el Gobierno actual. Forma parte también del Comité Ejecutivo el que fue profesor particular de Abe durante sus estudios de primaria.

Todos los puestos que son el centro de la polémica en la actualidad tienen su origen en una serie de reformas para la NHK recogidas en el Plan de Administración para los Años Fiscales 2006-2008. La empresa nipona de radiotelevisión, salpicada por diversos escándalos desde el año 2000, se propuso difundir una imagen de corporación activa semejante a la de cualquier otra firma. Para ello, designó a un presidente procedente del sector privado, revisó los cargos del Comité Ejecutivo, que hasta entonces eran formales, y diseñó una estructura para mejorar sustancialmente la funcionalidad de la supervisión de la ejecutiva. Sería importante considerar que los problemas relativos al nuevo presidente y los nuevos miembros del Comité Ejecutivo se derivan de la prolongación de estas reformas.

El segundo mayor proveedor de radiotelevisión pública del mundo después de la BBC

Si analizamos detenidamente la historia de la NHK tras la Segunda Guerra Mundial, aparece claramente el problema de la cercanía entre esta y los sucesivos gobiernos de Japón. De hecho, en términos mundiales, la manera de establecer vínculos entre la radiotelevisión pública y la administración presenta dificultades y genera conflictos políticos en muchos casos. Por ello, la controversia en torno a este tema no es extraña a aquellos que investigan sobre los medios de comunicación. No obstante, en el caso de Japón, considero que antes del año 2000 la capacidad de influencia del Gobierno sobre la NHK era un tanto moderada e indirecta, o cuando menos, se distanciaba de ideologías extremas y planteamientos políticos.

El concepto de servicio público de radiotelevisión en el que se basa la NHK se fundamenta en el sistema que se desarrolló principalmente en Europa. Teniendo en cuenta la escasez de ondas de transmisión y la poderosa influencia de las emisiones, el objetivo de este formato de radiotelevisión es transmitir y elaborar programas de calidad sin dejarse llevar por las presiones del mercado y por quien esté en el poder en un determinado momento. Este tipo de radiotelevisión pública tiene su origen en la británica BBC.

La NHK tomó como modelo a la BBC en lo relativo al concepto de este sistema y su estructura, un legado que continúa a día de hoy. En la actualidad, la radiotelevisión nipona emplea a más de diez mil personas, retransmite en dos canales de televisión digital terrestre, dos por satélite, un servicio internacional, dos emisoras de radio de AM y una de FM. Se dedica también, por supuesto, a la confección de programas, y cuenta con una sección para la elaboración de encuestas de opinión, una de las más destacadas de este tipo en Japón; además de disponer de una institución para la investigación de tecnologías de transmisión, tiene una orquesta sinfónica y varias empresas filiales, algunas de ellas dedicadas a la confección de programas. La NHK administra también el servicio internacional, orientado al extranjero.

La NHK no tiene rival entre las cadenas y emisoras privadas de Japón, y se ha convertido en el segundo mayor proveedor de radiotelevisión pública del mundo, después de la BBC. No se exagera si se afirma que la NHK elabora documentales y series de calidad gracias al talento de su personal y su capacidad financiera, y a programas de popularidad como el Rajio Taisō (gimnasia por radio), el Nodo Jiman (concurso de canciones) y el Kōhaku Uta Gassen, habitual de la parrilla en Fin de Año, al tiempo que forma parte de la cultura japonesa.

Además, casi la totalidad de su capital, unos seiscientos mil millones de yenes, procede de las cuotas que pagan los espectadores por la recepción de la señal de televisión. En Japón no existe regulación alguna que penalice el impago de la tarifa correspondiente, pero la proporción de personas que la abonan es alta. Según la propia NHK, en el área metropolitana de Tokio, asciende al 60 %, mientras que en algunas provincias supera el 90 %. En términos nacionales, el promedio sobrepasaría el 70 % de los hogares(*1).

La radiotelevisión pública, un concepto que no echa raíces

Independientemente de que NHK encarne fielmente en su estructura la idea de “público”, suele decirse que el concepto de radiotelevisión pública no acaba de echar raíces en la sociedad japonesa. Según el académico y periodista especializado en radiotelevisión Matsuda Hiroshi, un estudio realizado en 1997 puso de relieve que aproximadamente 1/3 de los encuestados consideraba que la NHK era de carácter estatal, mientras que poco más del 20 % la calificó como semigubernamental; 1/3 del total contestó con acierto que se trataba de una entidad especial de función pública que se financia mediante la cuota de recepción. La NHK realizó este estudio de 1980 a 1997 y, aunque no lo repitió posteriormente, parece que los resultados apenas cambiaron durante ese periodo(*2).

Quizás sean varias las razones que explican por qué este concepto no echa raíces en Japón; sin embargo, es importante el hecho de que en el país la idea de “público” viene acompañada de una fuerte connotación de “estatal”. De hecho, el vocablo japonés que equivaldría a “público” tiene un matiz muy cercano al significado de la palabra “oficial”. Si nos remontamos en la historia de Japón, el término comparte orígenes con otro que se empleaba para referirse al emperador. En la lengua japonesa, el concepto de “público” va asociado siempre a otros como los de “autoridad” y “Gobierno”.

La NHK no es de carácter estatal desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial, pero sigue cerniéndose sobre ella la sombra del Estado, o precisamente por encontrarse bajo su amparo ha conseguido crecer hasta tal punto. Por otra parte, la noción de que es algo que todos administramos apenas penetra en el pueblo japonés, y se tiene la impresión de que es algo que se recibe del Gobierno. En una sociedad en la que se propaga lo que de algún modo podría definirse como falta de comprensión y de interés hacia la NHK, cuanto más se proponga la propia corporación buscar una nueva forma de desarrollarse como entidad pública, más posibilidades existen de que acabe sepultada por el populismo y el mero comercialismo.

Un grave alejamiento por parte de la juventud

En los últimos años, la NHK no se esfuerza solamente por hacer cambios en su estructura, sino que también intenta eliminar esa imagen de programas serios que se solía tener de ella hasta ahora; en particular, destacan los espacios de entretenimiento que ocupan su parrilla en horas de máxima audiencia, concursos y programas de entrevistas en los que predomina un ambiente relajado semejantes a los que ofrecen otros canales de carácter privado. Esto tiene su explicación en el alejamiento de la NHK por parte de la juventud japonesa.

Según un estudio que data de 2010, la proporción de jóvenes de ambos sexos con edades comprendidas entre los 13 y los 19 años que ven programas de la NHK durante más de cinco minutos a la semana se sitúa en el 40 %; esto es, el 60 % de los adolescentes japoneses no la ve ni una vez en siete días. En lo que respecta al tiempo, el promedio que una persona de entre 10 y 19 años dedica a los programas de la NHK es de unos 10 minutos al día. Sin embargo, los datos relativos a aquellos que tienen más de 60 y 70 años rondan el 90 %, y el promedio de tiempo para estas edades supera las dos horas. De todo esto se desprende claramente que la radiotelevisión pública japonesa es un medio orientado a la tercera edad(*3). Parece que en la propia NHK crecen los temores de que si se deja que la situación continúe como hasta ahora, quizás algún día nadie vea sus programas.

Por otra parte, la NHK quiere establecer su identidad como un medio de comunicación que sirve al país. Desde 2001, año en que emitió un programa en el que se hablaba de las denominadas “mujeres de confort”, es blanco de las críticas de personajes polémicos de ideología conservadora y políticos que afirman que difunde emisiones tendenciosas que van contra los intereses nacionales de Japón. En la actualidad, las voces críticas de corte conservador se han trasladado a Internet y cuentan también con el apoyo de los jóvenes, de ahí que la NHK se preocupe de su propia posición en un Japón que se está inclinando cada vez más hacia el conservadurismo.

Seguridad, comercialismo e importancia de la patria, términos peligrosos

En la conferencia de prensa con motivo de su nombramiento, el presidente Momii, consciente de que él mismo es susceptible de este tipo de críticas, hizo hincapié en excluir de la NHK las ideas determinadas y en “respetar las leyes y ordenanzas”, y declaró que “no es necesario decir si la NHK es de derechas, de izquierdas o de centro, y que no habrá problemas mientras se respete lo estipulado en la Ley de Radiotelevisión”.

Por otro lado, manifestó su intención de prestar especial atención al servicio internacional. A este respecto, expresó la opinión de que “es natural hacer hincapié en la postura de Japón al abordar disputas territoriales como las de las islas Senkaku y Takeshima”. Aquí se observa que la NHK evita los conflictos excesivos, otorga importancia a la conformidad y pone cuidado en múltiples aspectos para no convertir a los patriotas en enemigos.

Seguridad, comercialismo e importancia de la patria. Estas palabras son quizás las que mejor definen la postura actual de la NHK, un factor de la continua cautela de la radiotelevisión pública tras la Segunda Guerra Mundial; el sistema nació como reflejo de una mentalidad de no difundir propaganda según le convenga al Gobierno, no caer en el mal gusto en cuanto a los contenidos por el comercialismo y no elegir políticas erróneas si el pueblo se sume en una excesiva importancia a la patria.

Parece que la NHK está perdiendo cada vez más la polaridad de su estructura, a pesar de seguir con las grandes reformas iniciadas en 2006. En momentos en los que eslóganes relativos a la desregulación y la nueva gestión pública pululan en toda la sociedad, es inevitable pensar que la entidad se ha alejado del espíritu crítico al que aspiraba el sistema de radiotelevisión pública, que puede extenderse a la idea clásica de virtud cívica, y se encuentra en una molesta encrucijada encarnada por el populismo.

(Traducción al español del original en japonés publicado el 16 de junio de 2014)

Fotografía de la cabecera: El presidente de NHK, Momii Katsuto, en una reunión de un comité de asuntos generales de la Cámara Alta del Parlamento japonés (cortesía de la agencia de noticias Jiji Press)

(*1) ^ Datos del Instituto NHK de Investigación de Cultura Radiotelevisiva con fecha del 25 de septiembre de 2012 consultados el 10 de junio de 2014.

(*2) ^ Página 27 de NHK, towareru kōkyōhōsō, de Matsuda Hiroshi, publicado en 2005 por la Editorial Iwanami Shoten.

(*3) ^ Del artículo de Sekine Chie Nensō niyoru sa ga sarani hirogaru terebishichō, publicado por el Instituto NHK de Investigación de Cultura Radiotelevisiva en su informe mensual de diciembre de 2011 Hōsōkenkyū to chōsa.

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