Habu Sachiko: luchando por la conciliación laboral-familiar desde Nikkei DUAL

Sociedad

Nikkei DUAL es un sitio web de apoyo para familias con hijos en las que ambos cónyuges trabajan. En él se publica desde información útil para la crianza de los hijos —búsqueda de guarderías, exámenes de ingreso escolar, etc.—, hasta recetas de cocina rápidas y lecciones para cambiar la forma de pensar de los directivos de empresa. Habu Sachiko, editora jefa de la publicación, aboga por un sistema laboral que potencie el rendimiento empresarial diversificando las formas de trabajar para tener en cuenta a los empleados con hijos u otros familiares a su cargo.

Habu Sachiko HABU Sachiko

Editora jefa de Nikkei DUAL, sitio web de información para madres y padres trabajadores. Graduada por la Facultad de Estudios Humanos Integrados de la Universidad de Kioto. Entró a trabajar en Nikkei Business Publications en 2005. Tras ejercer como subjefa de edición de Nikkei Money, en 2013 pasó a ocupar su cargo actual. Es madre de dos hijos. El equipo editorial de DUAL ha concebido y editado Ikubosu no kyōkasho (Nikkei Business Publications, 2017), una guía que propone una “reforma de la forma de trabajar” y prepara a los ejecutivos para promover la conciliación de la vida personal y laboral de sus empleados.

Una web cercana a la realidad de las madres

ENTREVISTADORA

Ha liderado Nikkei DUAL, sitio web de información para la conciliación laboral-familiar dirigido a madres y padres trabajadores, desde que arrancó, en noviembre de 2013. ¿Qué la llevó a crear ese proyecto?

HABU SACHIKO

Cuando fui madre por primera vez, hace doce años, la principal fuente de información sobre crianza infantil eran las publicaciones en papel. Y recuerdo que, mientras recorría las librerías para documentarme sobre la maternidad, sentí que los libros no contaban la realidad. La imagen que reflejaban era la de una madre con delantal que ejecutaba con vigor las tareas domésticas, dedicada a cuidado de la casa y los niños las veinticuatro horas del día.

Sin embargo, las madres trabajadoras de la actualidad no encajan con ese prototipo de mujer. Sentí que la realidad de las mujeres con trabajo e hijos escapaba de las páginas de aquellos libros como la arena que se cuela entre los dedos. Por eso me propuse atraparla. Y pensé que el formato web sería más adecuado para acercarme a la realidad de ese público.

Cada vez son más los hogares en los que ambos cónyuges trabajan, y cada vez hay más mujeres que siguen trabajando hasta el último mes del embarazo. Los modelos sociales antiguos basados en la premisa de que las mujeres son amas de casa, como el sistema de las asociaciones de padres y profesores de las escuelas primarias, no encajan con la realidad actual. La discordancia entre la imagen de las madres que retratan las publicaciones en papel de antaño y la vida que llevan las madres de ahora genera un sentimiento de culpa en las mujeres. Precisamente porque lidian por compaginar el trabajo con la crianza de los hijos, cuando surge algún contratiempo tienden a culparse y a pensar que el problema deriva del hecho de que trabajan.

Por otro lado, siento que soplan vientos de cambio. Los anuncios de electrodomésticos, por ejemplo, antes mostraban a la esposa cocinando con su delantal y al marido esperando en el salón mientras leía el periódico. Hoy en día un anuncio de ese estilo sería objeto de linchamiento en la red. Sugerir que las tareas domésticas son competencia exclusiva de las mujeres resulta muy polémico. Últimamente, en cambio, muchos anuncios muestran al hombre en casa con el delantal y a la mujer que vuelve del trabajo y le agradece que haya preparado la cena. Ese es el nuevo modelo de familia que yo quería plasmar y que representa una nueva visión del mundo. Me alegro de que poco a poco se convierta en una realidad.

He comprendido que, para superar la noción de que la madre es la única responsable de la crianza de los hijos y lograr que las mujeres puedan conciliar la maternidad y el trabajo con normalidad, es necesaria una concienciación generalizada entre las parejas, los compañeros de trabajo y los directivos, independientemente de su sexo y cargo. Emprendí el proyecto de Nikkei DUAL para difundir oportunamente ese know-how a una amplia franja de la sociedad.

Convertir las restricciones de los empleados “con inconvenientes” en ventajas

ENTREVISTADORA

¿Cuáles son los obstáculos más importantes para seguir trabajando cuando se tienen cargas familiares como la crianza de los hijos o el cuidado de familiares dependientes?

HABU SACHIKO

Hasta ahora el éxito de las empresas japonesas —especialmente las grandes— se ha basado en las largas jornadas de sus empleados. Y las empresas han valorado positivamente que los empleados estuvieran siempre dispuestos a responder a la llamada del deber y que mostrasen su lealtad a la organización dedicándole incontables horas.

No obstante, ahora que la población trabajadora está encogiendo, el modelo laboral tradicional y su división de clases empiezan a desmoronarse. De ahora en adelante lo que contará será lograr que la clase que hasta ahora demostraba su lealtad con largas jornadas salga del trabajo lo más pronto posible, creando a la par nuevos sistemas para evaluar su trabajo y nuevas condiciones laborales.

Desde el prisma del antiguo modelo laboral, que incentivaba las jornadas prolongadas, los empleados con circunstancias personales como hijos o familiares dependientes se consideraban “empleados con inconvenientes”, cuya capacidad de rendir debidamente se ponía en duda.

Al montar el departamento editorial de DUAL, me aseguré de que todo el equipo estuviera formado por empleados “con inconvenientes” —como hijos pequeños—, y la verdad es que han hecho un trabajo admirable. Facilitándoles un entorno laboral propicio, con nuevas formas de trabajar y nuevos modelos de valoración, esos empleados lograron, a pesar de sus limitaciones, crear proyectos y contenidos que no hubieran sido posibles sin su colaboración.

En la editorial de DUAL hemos preparado un sistema para poder publicar anuncios y artículos de forma remota, de modo que los empleados pueden seguir trabajando aunque, por ejemplo, reciban una llamada repentina de la guardería y tengan que salir de la oficina a las tres de la tarde. Esta iniciativa, evidentemente, ha entrañado la introducción de medidas más estrictas para la gestión de riesgos.

Los directivos han de confiar en que sus subordinados pueden rendir aunque no pasen muchas horas en la empresa. Cambiar la forma de trabajar y ofrecer un entorno adecuado a los empleados que presentan limitaciones personales logra que su motivación aumente de forma exponencial. Creo que estamos entrando en una era en que el trabajo de los empleados se valorará de forma sustancial, a partir de su pasión y su productividad, y no de la cantidad de horas que pasen en la oficina.

Empresas que aprovechen al máximo el potencial de las minorías

ENTREVISTADORA

¿Por qué cree que el viejo modelo laboral de las jornadas largas sigue vigente?

HABU SACHIKO

Como todavía no hemos superado el éxito de la era del crecimiento económico, que se logró gracias a ese modelo, las empresas siguen convencidas de que el único indicador para medir la productividad y la contribución del empleado es el tiempo que dedica al trabajo. Es una mentalidad anquilosada. También influye el hecho de que a la sociedad japonesa le cuesta aceptar a aquellos cuya situación no concuerda con la mayoría, es decir, a las minorías. Por poner un ejemplo, las personas que tienen que salir del trabajo a las tres de la tarde por motivos familiares son una minoría que llama mucho la atención. La mayoría margina a estos empleados por su “herejía laboral”, lo cual dificulta su convivencia en la empresa.

A menudo hago el ejercicio mental de intercambiar la posición de la mayoría y la minoría. Pongamos que las personas que se pasan horas y horas pegadas a la silla trabajando fueran una minoría, y que llamasen la atención por esas horas extras que se les eternizan. En ese caso lo que se pondría en duda sería su productividad y su capacidad de mantenerse motivados.

Cuando participé como miembro en el comité de deliberación de las Contramedidas Generales para el Descenso de la Natalidad, aprobadas por el Gabinete del Gobierno en 2015, me di cuenta de que, en casi todas las propuestas relacionadas con la crianza de los hijos, el sujeto era las mujeres. Así que indiqué mi disconformidad y pedí que la redacción incluyera de forma generalizada como sujetos a los hombres y las empresas. A veces cambiar el punto de vista nos permite ver cómo las cargas de la casa y la familia tienden a recaer sobre las mujeres de forma descompensada. Con el comité, al final decidimos incluir en las medidas propuestas un artículo titulado “Reforma de la conciencia y el comportamiento de los hombres”.

Cuando empezó a funcionar DUAL, a menudo hacía el ejercicio de intercambiar las palabras madre y padre para asegurarme de que no existiera descompensación en nuestros contenidos. Y algunas veces, al cambiar los sujetos, quedaba un texto en que el padre lo hacía todo, desde ir a buscar a los niños a la guardería hasta preparar la cena. “¡Parece un artículo dirigido a padres solteros! ¿Es que estamos hablando de una familia monoparental?”, pensaba al leerlo, sorprendida. Pongo un cuidado especial en no centrarme inconscientemente solo en las madres, para evitar mandar el mensaje erróneo de que las mujeres son las únicas que han de esforzarse por compaginar la crianza de los hijos con el trabajo.

En la redacción de Nikkei DUAL, con sede en Tokio. (Fotografía de Suzuki Aiko).

Como mujer que ocupa un puesto directivo en la redacción de DUAL, en ocasiones experimento la incomodidad de ser una minoría. Es un desconcierto parecido al de estar trabajando en un aseo para hombres. Siento que el ambiente no me invita a expresar mis opiniones de forma abierta y libre.

Las mujeres que desempeñamos cargos directivos somos una minoría muy reducida y seguimos estando en posición de desventaja. Casi siempre que asistimos a una reunión somos la única mujer de la sala. Por más que oigamos hablar de “una sociedad en la que todas las mujeres puedan brillar” (proclama de la Administración Abe), no podemos sacudirnos esa sensación de incomodidad ante una realidad y un sistema centrados en los hombres. Fumar, jugar al golf, invitar a los clientes a locales con mujeres de compañía… Lo que suele hacerse para cultivar las relaciones sociales en las empresas, ¿no son todo actividades y ambientes que solo gustan a los hombres? ¿Por qué las mujeres tenemos que callar y tragar con eso?

Ante el objetivo del Gobierno japonés de lograr un 30 % de mujeres en los cargos directivos para 2020 (abreviado como “2030”), parece que cada vez más mujeres ocupan puestos de responsabilidad. Sin embargo, me temo que lo único que esté cambiando sean las estadísticas sobre el papel. Creo que ese tipo de iniciativa carece de sentido en un entorno laboral en que las minorías con restricciones —hijos, familiares dependientes, etc.— no pueden desarrollar todo su potencial.

El apoyo a las mujeres que acaban de criar a sus hijos

ENTREVISTADORA

¿Hay algún proyecto que desee emprender en el futuro como editora jefa?

HABU SACHIKO

Bautizamos el sitio web como DUAL pensando en no enfocarlo solo a las madres, sino a un público más amplio, incluidos los padres. El hecho de que, desde el principio, el 30 % de nuestros lectores sean hombres me enorgullece como jefa de edición, y es también un rasgo que define la publicación. No quiero convertirlo en una comunidad solo de mujeres ni en ninguna especie de “vestuario femenino”.

En adelante quisiera incidir en los prejuicios inconscientes, en especial los de las personas que trabajan en los medios de comunicación. A diario oímos expresiones como obasan (señora) o shufu (ama de casa), que designan estereotipos. La mayoría de las mujeres con hijos, una vez superan cierta fase de la crianza, pasan a incluirse automáticamente en la categoría de obasan. No existe otro apelativo para ellas: ¡qué falta de imaginación!

Pero todas esas mujeres no pueden encasillarse con la etiqueta de obasan. Ellas, que han pasado por el infierno de compaginar la vida laboral y familiar como madres, que tienen ingresos, experiencia y peso en la sociedad, forman un estrato social inclasificable según los arquetipos existentes. Quisiera que esas mujeres exhibieran su seguridad en sí mismas sin complejos. Y voy a seguir trabajando para crear en el futuro empresas que apoyen a ese tipo de mujeres.

Texto: Takagi Kyōko e Itakura Kimie (editorial de Nippon.com)
Fotografías: Hashino Yukinori (editorial de Nippon.com)

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