¿Cómo será el próximo Emperador? Un retrato del heredero Naruhito

Sociedad

Solo queda un año para que el actual Príncipe Heredero de Japón sea entronizado como nuevo Emperador, lo que tendrá lugar el día 1 de mayo de 2019. Un periodista especializado en la Familia Imperial que cuenta también con experiencia como funcionario de la Agencia de la Casa Imperial nos presenta el perfil personal del no por mucho tiempo príncipe Naruhito.

La Casa Real, ante una crisis de continuidad

El 23 de febrero de 2018 su alteza Naruhito, Príncipe Heredero de Japón, cumplió 58 años. El 1 de mayo del año que viene, a los 59, ascenderá al Trono del Crisantemo convirtiéndose en el 126 Emperador de Japón. Su padre, el actual Emperador, lo hizo un poco más joven, a los 55. Es muy posible que el nuevo Emperador permanezca en el cargo durante cerca de tres decenios.

En la rueda de prensa que convocó con motivo de su último cumpleaños, el príncipe Naruhito expresó su deseo de seguir los pasos de su padre: “Tengo grabadas en mi corazón la actitud y disposición que sus majestades han mostrado en el cumplimiento de sus funciones públicas, así como su forma de llevarlas a cabo, y mi intención es seguir aprendiendo y, en adelante, desempeñar mi labor teniendo siempre presente todo eso”, dijo.

No sería exagerado decir que la Casa Imperial se enfrenta a una situación crítica. Según el texto de la ley que rige esta institución, entre los miembros de la familia, solo los descendientes masculinos y legítimos por línea masculina puede acceder al trono. Esto significa que, hoy por hoy, el único sucesor posible del próximo emperador sería el príncipe Hisahito (11 años), hijo del príncipe Akishino, hermano menor del heredero. Los siete miembros femeninos de la familia que permanecen solteros la dejarán una vez contraigan matrimonio, por lo que también se avizora una disminución de la capacidad de llevar a cabo las funciones públicas que actualmente realiza la Familia Imperial.

Se espera que el Gobierno estudie qué puede hacerse para solucionar todos estos problemas después de que se produzca el relevo en el trono, el año que viene. Dado que, según establece la Constitución, el Emperador no tiene ninguna atribución de soberanía, ni siquiera puede hacer públicas sus ideas sobre asuntos que exijan una reforma legal. Pero lo que el Emperador pueda pensar es algo que interesa mucho a la ciudadanía, por lo que el Gobierno no podrá permitirse ignorar este punto. Hay razones para pensar que se tendrá que consultar el parecer del Emperador bajo mano y esto supondrá una fuerte y continua presión sobre el actual heredero, que encara estos difíciles retos desde el ejercicio de una función puramente simbólica.

Una persona formada en familia y dedicada al estudio

Naruhito nació en 1960 como primogénito de los entonces herederos al trono y actuales Emperadores. Hasta los 28 años, creció siendo solo el “nieto del Emperador Shōwa (Hirohito)”, una situación claramente diferente de la de su padre, que ya desde su nacimiento fue heredero al trono. Este último, a partir de su mayoría de edad, fijada para el Emperador y el Príncipe Heredero en los 18 años por la citada ley, soportó una apretada agenda ejerciendo como Príncipe Heredero y supliendo a su padre en muchas ocasiones. Esto afectó a sus estudios en la Universidad Gakushūin, que no pudo cursar en las mismas condiciones que el resto de los alumnos. Su ingreso fue efectivo, pero durante sus estudios solo pudo asistir a las clases como oyente en la medida en que se lo permitieron sus múltiples obligaciones.

Naruhito, en cambio, después de graduarse por la citada universidad, realizó en esa misma institución estudios de posgrado en Humanidades y, tras dos años en Reino Unido, completó un máster. Su tema de investigación fueron las comunicaciones y el transporte acuático. Siendo todavía alumno de primaria, cuando vivía en el Palacio de Akasaka, Naruhito supo que por aquellos terrenos pasaba un camino que databa del periodo Kamakura (1185-1333) y a raíz de este descubrimiento comenzó a sentir interés por las vías que comunican a los seres humanos. Luego dirigió su interés hacia las vías acuáticas y escribió su trabajo de fin de carrera sobre las comunicaciones acuáticas durante la Edad Media en el Mar Interior de Seto. En la Universidad de Oxford, donde cursó estudios durante su estancia en Reino Unido, investigó sobre la historia de las comunicaciones en el río Támesis. Posteriormente extendió su interés académico hacia problemas como el agua potable, las inundaciones y otros desastres causados por el agua y, en general, las relaciones que la humanidad ha mantenido con el líquido elemento. Y si Naruhito ha podido priorizar hasta este punto su vida académica ha sido, precisamente, gracias a que figuraba no como Príncipe Heredero, sino como “nieto del Emperador”.

Historial de Naruhito, príncipe heredero

23/2/1960 0 años Nace como primer hijo varón de los actuales Emperadores.
4/1978 18 años Ingresa en la Universidad Gakushūin. Paralelamente a sus estudios, toca la viola en la orquesta estudiantil, actividad que prosigue tras su graduación.
23/2/1980 20 años Ceremonia de mayoría de edad.
3/1982 22 años Se gradúa en el Departamento de Historia de la Facultad de Letras de la Universidad Gakushūin (Licenciado en Letras).
4/1982 22 años Ingresa en el posgrado de la Universidad Gakushūin. Se especializa en Historia de las Comunicaciones y los Transportes en la Edad Media.
6/1983 23 años Se desplaza al Reino Unido para cursar estudios en el Merton College de la Universidad de Oxford. Investiga la historia del transporte fluvial en río Támesis durante el siglo XVIII.
10/1985 25 años Regresa a Japón desde el Reino Unido.
3/1988 28 años Completa un máster en Humanidades en la Universidad Gakushūin.
7/1/1989 28 años Se convierte en Príncipe Heredero al ascender su padre al trono.
23/2/1991 31 años Ceremonia de Rittaishi no rei (asunción del cargo de Príncipe Heredero)
4/1992 32 años Investigador visitante en la Universidad Gakushūin.
9/6/1993 33 años Contrae matrimonio con Owada Masako.
1/12/2001 41 años Nace su primera hija, que sería llamada Aiko, princesa Toshi.
6/2002 42 años Nombrado comisario honorario de la Exposición Mundial de Aichi (Aichi Banpaku).
11/2007 47 años Nombrado presidente honorario de la Junta Consultiva sobre el Agua y el Saneamiento de las Naciones Unidas.

Hasta los 30 años, Naruhito compartió una misma casa con sus padres y hermanos. Tanto el actual Emperador como sus dos antecesores en el trono habían crecido apartados de sus respectivos padres, bajo la autoridad de otras personas. Esta costumbre se fundamentaba en un pensamiento según el cual de esta forma los herederos desarrollarían un amor hacia su país y su pueblo mayor que el que pudieran tener hacia sus progenitores. En la época en que nació Naruhito (1960), esta mentalidad todavía era común en mucha gente y se vertieron algunas críticas sobre el hecho de que el futuro Emperador viviese con su propia familia, como el resto de los japoneses. Sin embargo, el emperador Shōwa era de la idea de que una familia debía vivir unida y como la mentalidad popular al respecto también había cambiado, fue posible introducir este modo de vida en la Familia Imperial. No obstante, hay que entender que esta nueva situación supuso una gran presión psicológica para los actuales Emperadores, que tuvieron que responsabilizarse de la crianza del futuro titular del trono.

Sobre la convivencia entre los miembros de la familia, el actual Emperador expresó su parecer en una rueda de prensa ofrecida en 1984, cuando todavía era Príncipe Heredero. En ella, dijo que le parecía que solo obteniendo una comprensión profunda de los sentimientos de personas tan cercanas como los familiares era posible llegar a comprender realmente los de los ciudadanos, que están situados en una esfera más lejana. Gracias a estas ideas de su Majestad, a la escala de valores común entre los ciudadanos, que consideraba que este modelo familiar era el más lógico, y al apoyo mostrado por el emperador Shōwa, ha sido posible introducir grandes cambios en la crianza de los niños dentro de la Familia Imperial.

Actualmente, también el Príncipe Heredero vive junto a su esposa y su hija. Su encuentro con la que se convertiría en su esposa y princesa ocurrió en 1986, pero su boda no se celebró hasta 1993, después de siete empeñosos años. Por desgracia, desde finales de 2003 hasta el momento presente la princesa Masako ha sufrido un trastorno de adaptación del que está siendo tratada, pero el Príncipe Heredero no olvida aquellas palabras que dijo cuando le hizo la proposición de matrimonio: “Te protegeré con todas mis fuerzas mientras viva”. A su hija, nacida en el noveno año de matrimonio, le ha leído libros infantiles, ha jugado con ella y la ha acompañado a la escuela. Al tiempo que ejercía sus funciones públicas, ha participado activamente en la crianza y educación de su hija, supliendo muchas veces a su esposa convaleciente. Esto le ha ganado algunas críticas de parte de quienes opinan que el Príncipe Heredero está dedicando demasiado tiempo a estas cuestiones privadas, pero la actitud de Naruhito es heredera del pensamiento expresado por su padre sobre la importancia de la familia como base.

Un hombre correcto y atento con todo el mundo

En la rueda de prensa que ofreció en febrero, preguntado sobre el momento en que fue consciente de cuál era su destino, el Príncipe Heredero dijo que poco a poco, mientras observaba al Emperador y la Emperatriz, se dio cuenta de la posición que ocupaba y de que en el futuro se convertiría en Emperador de Japón. Aunque la Familia Imperial viva unida, su entorno no tiene mucho que ver con el de una familia ordinaria, pues sus miembros viven rodeados de una gran cantidad de funcionarios de la Agencia de la Casa Imperial y de personal de seguridad. Esa conciencia de que un día llegaría a ocupar el trono debió de surgir en él de la forma más natural.

Incluso dentro de la misma Familia Imperial, quienes ostentan los cargos de Emperador y Príncipe Heredero ven reducida su vida privada en mayor medida que el resto. Los miembros de la familia imperial, durante su época estudiantil, participan con sus compañeros en algunos viajes por las regiones de Japón organizados por su centro de estudios, y en esos casos los alcaldes y otros responsables políticos locales o regionales suelen solicitar que se les permita saludar a tan insigne visitante, sea a título público o privado. Otros miembros de la Familia Imperial pueden esquivar estos encuentros escudándose en que su viaje es privado, pero el Príncipe Heredero siempre ha aceptado estas peticiones bajo la condición de que no se derivasen molestias para sus acompañantes. En esta actitud se ve su empatía hacia quienes expresan su deseo de saludarlo.

Sus amigos y allegados muestran unanimidad al destacar lo considerado con los demás que ha sido Naruhito desde su más tierna infancia. Los funcionarios de la Agencia de la Casa Imperial, exceptuados los cargos más cercanos a la familia imperial, apenas tienen oportunidad de hablar con los Emperadores ni con el resto de los miembros de la familia. Yo no me encontraba entre las personas más próximas al Príncipe Heredero, así que tampoco tuve oportunidad de saber cómo se desarrolla su vida cotidiana. Pero, como encargado de prensa, sí que tengo la experiencia de haberlo acompañado en algunos viajes al extranjero.

En 1991, antes de casarse, lo acompañé en sus visitas oficiales a Marruecos y Reino Unido. Fuimos cinco funcionarios de la Agencia de la Casa Imperial, incluyéndome a mí. Los otros cuatro pertenecían al servicio del Príncipe Heredero, estando entre ellos su responsable, así que yo era el único representante de la oficina central de la agencia. Tras un periplo de dos semanas, regresamos a la residencia del Príncipe Heredero por la noche. Cuando me disponía a retirarme tras haber intercambiado saludos con el jefe del personal del Palacio de Akasaka, el Príncipe Heredero se dejó ver casualmente por el despacho. Creo que yo le di las gracias a modo de saludo de despedida, pero él me retuvo, diciéndome: “Yamashita-san, gracias por su trabajo. ¿No le apetece beber algo?”.

Nos sentamos los dos en las sillas del despacho y compartimos nuestros recuerdos del viaje. Creo que fue una muestra de consideración hacia el único representante de la oficina central que lo había acompañado y con el que previsiblemente no volvería a encontrarse durante algún tiempo. El viaje estuvo repleto de actos oficiales y la diferencia horaria con los países visitados era grande, así que, supongo, el Príncipe Heredero debía de estar muy cansado. Yo tenía entonces un cargo muy modesto en la oficina y el trato que me dispensó me hizo sentir un gran agradecimiento. Esto no pasa de ser un pequeño testimonio personal, pero sus colaboradores más próximos coinciden todos en decir que Naruhito es igualmente respetuoso y considerado con todos, trátese del primer ministro o de cualquier ciudadano de a pie.

Un gran interés en todos los problemas relativos al agua

La Casa Imperial va cambiando con la época. Pero, claro está, hay cosas que deben cambiar y cosas que no deben cambiar. Juzgar cuáles deben y cuáles no desde una perspectiva puramente burocrática es muy difícil. Siempre es recomendable acudir al Emperador para conocer su parecer. Lógicamente, también las funciones públicas desempeñadas por el Emperador deben cambiar con el tiempo. El propio Príncipe Heredero ha manifestado que “es necesario obtener una imagen precisa de lo que se exige de la Casa Imperial en cada momento y desarrollar unas funciones públicas acordes a la época”.

Actualmente, el Príncipe Heredero dirige su interés hacia el agua, que es uno de los temas más importantes que afectan a la humanidad. Es el primer miembro de la Familia Imperial en haber ejercido como presidente honorario de la Junta Consultiva sobre el Agua y el Saneamiento de las Naciones Unidas, y entre sus actividades ha dictado varias conferencias sobre el tema tanto en Japón como en el extranjero. Según él mismo declaró en la rueda de prensa ofrecida con motivo de su cumpleaños en 2005, otros problemas de su interés son los servicios sociales dirigidos a los niños y a los ancianos en esta época de rápido envejecimiento social y escasos nacimientos, el problema de la educación de los niños, el intercambio cultural internacional y la forma de promover las relaciones amistosas entre Japón y el resto de los países. Vamos a ver en qué se traducen todos estos intereses y con qué imagen se presenta el nuevo Emperador ante el pueblo japonés.

Además, al margen de sus funciones públicas y de su actividad investigadora, el Príncipe Heredero tiene un amplio repertorio de aficiones, pues le gusta el tenis, el montañismo, el jogging, tocar la viola y otras muchas cosas. Nos alegraría saber que sigue cultivando el trato humano directo y franco que entraña la práctica de estas actividades.

Estoy convencido de que la amabilidad que adorna la personalidad del Príncipe Heredero se manifestará a través de todas sus actividades y le ganará la confianza y el aprecio de todos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Fotografía del encabezado: reunión bajo el lema “El agua y los desastres”, sostenida durante el Foro Mundial del Agua en Brasilia (Brasil) el 19 de marzo de 2018. El Príncipe Heredero de Japón fue el encargado de pronunciar el discurso de apertura. (Fotografía: Jiji Press)

Familia Imperial Emperador