Los ‘konbini’ japoneses y las revistas para adultos

Sociedad

Muchos extranjeros se preguntan por qué los konbini japoneses venden revistas de contenido pornográfico o erótico, exponiéndolas a las miradas del público en general, incluyendo niños. La proximidad de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020, una cita que atraerá a Japón a un gran número de extranjeros, está contribuyendo a acelerar el debate sobre la conveniencia de poner fin a esta práctica. Un acercamiento a este delicado tema.

Una práctica difícil de entender para muchos extranjeros

Los konbini (convenience stores, minisupermercardos abiertos las 24 horas del día) japoneses siempre disponen de zona de revistas, donde, por lo general, existe también un espacio delimitado por letreros “autoexculpatorios” que nos advierten de que allí se exhiben “revistas para adultos”. En dicho espacio podemos encontrar publicaciones, algunas de ellas de manga, cuyas portadas muestran fotografías o dibujos de jovencitas posando con muy poco decoro. Solemos oír decir que muchos extranjeros que visitan Japón se escandalizan al ver esto. Elogiados a menudo por su bien pensado repertorio de productos y su practicidad, los konbini japoneses nos deben, sin embargo, alguna explicación por lo que a esta otra faceta se refiere.

Se dice que en el extranjero las revistas de este tipo no se venden en tiendas abiertas al gran público. Habría que comprobar si esto es realmente así y, en ese caso, dónde y cómo pueden adquirirse estas revistas.

Advirtiéndonos de que la legislación podría variar de un estado a otro, un varón norteamericano cree recordar que, en el estado de Nueva York, además de en los bares que prohíben la entrada a menores de 20 años, estas revistas pueden encontrarse dentro de los compartimentos de las cajas registradoras y en algunos otros lugares escondidos a las miradas infantiles de los convenience stores y drugstores. Un francés del mismo sexo nos informa de que en su país no podremos encontrar este tipo de revistas en las tiendas normales, que todavía sería más impensable verlas expuestas a las miradas de los niños y que su impresión es que los hombres japoneses deben de pensar que el cuerpo de la mujer es objeto de fácil consumo.

Precintadas desde 2004

Según un estudio realizado hace unos 30 años, en 1989, por la Oficina del Ciudadano y de Asuntos Culturales del Gobierno Metropolitano de Tokio, este tipo de revistas se exhibía en el 92,3 % de los konbini de la capital. El gran cambio llegó en 2004, durante el mandato del gobernador Ishihara Shintarō. Reformando una ordenanza prefectural de promoción del sano desarrollo de la juventud, se obligó a las tiendas a presentar estas “publicaciones dañinas para la juventud”, que se exhibían ya en espacios predeterminados, envueltas de forma que no pudiera verse su contenido. Se impuso también a las editoriales el “deber de esforzarse” para envolver de dicha forma las revistas que previamente hubieran considerado destinadas al público adulto y llevasen la marca o distintivo correspondiente. En respuesta a esta reforma de la ordenanza, la Asociación de Cadenas de Franquicias de Japón, a la que están afiliados los propietarios de los konbini, solicitó a la Asociación de Editores de Revistas de Japón que se encargase de la operación. En aquella época los konbini facturaban cerca de 500.000 millones de yenes anuales en revistas, una cifra que representaba aproximadamente la mitad del total facturado en el país. En esta situación, el sector de las revistas no podía hacer oídos sordos a la petición.

Sin embargo, cuando las revistas van envueltas crece el riesgo de que durante su transporte las pilas se desmoronen, por lo que las editoriales decidieron autónomamente precintarlas en vez de envolverlas. Ellas mismas decidieron qué publicaciones serían objeto de tal tratamiento, resultando finalmente que 100 de los 350 títulos que estaban colocando en los konbini debían ser precintados. Y debido a que esta operación se confió a las imprentas y encuadernadoras que vendían en muchos otros lugares además de Tokio, este nuevo tipo de presentación a la venta se extendió por todo el país.

Los propietarios de las tiendas son los que deciden en las tres grandes cadenas

¿Cuántos konbini siguen vendiendo estas revistas ahora, más de 10 años después de aquello? Las secciones de relaciones públicas de las tres grandes cadenas del país nos dieron las siguientes respuestas:

1. Seven Eleven

  • Unas 3.000 de las cerca de 20.000 tiendas de la cadena no venden revistas para adultos.
  • La decisión de ofrecer o no este tipo de revistas se confía al propietario de cada tienda.
  • La cadena se atendrá a lo que en adelante puedan estipular ordenanzas y otras regulaciones.

2. Family Mart

Revistas para adultos expuestas en una tienda de la cadena Family Mart en la ciudad de Sakai. Todas llevan una cobertura de plástico de color verde. (Fotografía tomada del sitio web del ayuntamiento de Sakai).

  • Unas 1.200 de las cerca de 17.000 tiendas de la cadena no venden revistas para adultos.
  • La decisión de ofrecer o no este tipo de revistas se confía al propietario de cada tienda.
  • En colaboración con el ayuntamiento de Sakai (prefectura de Osaka), desde marzo de 2016 se está colocando cobertura de vinilo en las revistas para adultos que se venden en 11 tiendas.

3. Lawson

  • Unas 2.500 de las cerca de 13.000 tiendas de la cadena no venden revistas para adultos.
  • La decisión de ofrecer o no este tipo de revistas se confía al propietario de cada tienda.
  • Las revistas para adultos se sitúan entre las revistas de precio más elevado y contribuyen considerablemente a elevar las ventas de las tiendas de la cadena.

Ministop, cuarta cadena del país, pone fin a la venta

Casi todos los konbini de Japón adoptan la fórmula de la franquicia, siendo todas las tiendas de propiedad particular. Las tres principales cadenas confían a los propietarios la decisión de colocar o no estas revistas. La cuarta, Ministop, una cadena integrada en la gran distribuidora Aeon, ha puesto ya fin a la venta de este tipo de revistas en todas sus 2.300 tiendas. La decisión tuvo su origen en una iniciativa surgida en la ciudad de Chiba.

Con el objetivo de mejorar su imagen en asuntos relacionados con la mujer y la infancia de cara a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020, la ciudad de Chiba, próxima a la capital, hizo públicos en febrero de 2017 sus planes para que, de forma experimental, las revistas de este tipo que se pusieran a la venta en los konbini de la ciudad llevasen un envoltorio opaco que cubriera parte de su portada. Sin embargo, la medida encontró la oposición de los propietarios de los konbini, que alegaban que la operación supondría una carga extra para su negocio. A raíz de esta iniciativa, la cadena Ministop decidió ir más allá de la idea de cubrir las portadas, poniendo fin a la venta de este material. La cadena había recibido ya comentarios de sus clientes, particularmente de los que iban acompañados de niños, sobre la inconveniencia de que las portadas de estas revistas atrajeran las miradas de estos, o de que, por el lugar en que se encontraban, llamasen tanto la atención de quienes se dirigían a los aseos. Antes de dar el paso, Ministop confiaba al propietario de cada tienda la decisión de vender o no vender este material, como hacían las tres grandes cadenas.

Reacciones positivas de parte del personal femenino

El responsable de Relaciones Públicas de Ministop explica de la siguiente forma cómo se tomó la medida. “Las ventas de revistas para adultos representaban ya menos del 10 % de las ventas totales de revistas. Nosotros siempre hemos tratado de que nuestras tiendas sean lugares donde comprar resulte agradable y práctico, y sabíamos que tarde o temprano tendríamos que tomar alguna medida drástica sobre este asunto, así que vimos la iniciativa del ayuntamiento de Chiba como una oportunidad para hacerlo”.

En Chiba, donde el grupo Aeon tiene su sede central, la suspensión de las ventas de revistas para adultos se puso en práctica en diciembre de 2017, un mes antes que en el resto del país. De parte de las tiendas, sobre todo del personal femenino, hubo reacciones muy positivas. Al disponer estas revistas en los estantes, a muchas dependientas les resultaba muy desagradable tener que ver y tocar aquel material, incluso algunas se resistían a hacerlo.

“Al principio se recogieron opiniones de todo tipo, positivas en un 80 %, pero hubo un 10 % de hombres que nos pedían que continuásemos ofreciendo las revistas. Algunos nos preguntaron también dónde estaba la línea que separaba unas revistas de otras. Pero nosotros estamos acostumbrados a dejar de vender artículos que no tienen mucha salida para sustituirlos por otros más promisorios, y dejar una categoría de revistas ha sido algo similar”, dice el citado responsable.

Personas mayores que no usan Internet, principales compradores

Pero, ¿qué criterios se siguen al decidir qué revistas colocar en los konbini? Nos lo explica el analista de distribución de productos Watanabe Hiroaki, que cuenta con una experiencia de 22 años como supervisor (encargado de instruir a los directores y administradores de tiendas) y buyer (desarrollador de nuevos artículos) en la cadena Lawson.

“Las revistas se venden en consignación, de modo que los ejemplares no vendidos son devueltos a la empresa que media entre la editorial y la tienda. Como para el intermediario el transporte de las revistas devueltas representa un incremento del costo, trata de afinar al máximo en su colocación. Las revistas de mejor salida van a parar en su mayoría a las grandes cadenas, mientras que las revistas para adultos, cuyo ciclo de renovación es más lento que el de los semanarios y mensuales, tienden a fluir hacia las cadenas medianas y pequeñas. Claro que hay casos especiales, como las tiendas situadas en barrios nocturnos como Susukino (Sapporo) o Nakasu (Fukuoka), que presentan una nutrida oferta informativa sobre locales de alterne. Allí, hay tiendas que solo en este tipo de revistas facturan 300.000 yenes mensuales”.

Pero, si exceptuamos estos casos, las revistas para adultos ya apenas se venden.

“Los precios de las revistas para adultos oscilan entre los 400 y los 800 yenes, y en los konbini de tamaño medio solo se vende un ejemplar cada dos días. Estamos en una época en que puede accederse de forma gratuita a contenidos todavía más atrevidos que los de estas revistas a través de Internet. Los que compran estas revistas son hombres de una cierta edad que no usan la red. Pero no solo son las revistas para adultos: las ventas de las revistas en general se han reducido entre un 60 % y un 70 % a lo largo de estos últimos 10 años”, precisa Watanabe.

¿Desaparecerán las revistas de los konbini?

De hecho, vemos que en algunos konbini tokiotas de las grandes cadenas lo que ha desaparecido es el propio espacio para las revistas. La cadena Seven Eleven puso en marcha en septiembre del año pasado un nuevo servicio que permite a las personas que se hayan suscrito en la tienda o a través de Internet recibir cualquier revista sin costes adicionales.

En colaboración con la editorial Goma Books, la cadena Family Mart vende en sus tiendas los Famima Serekuto Books, una colección que reúne libros electrónicos que están siendo éxitos de ventas. La forma de vender libros en los konbini está cambiando de la mano de la era digital. Al parecer, en la vecina Corea del Sur las tiendas equivalentes a los konbini japoneses ya no venden revistas. Quizás no esté tan lejano el día en que las revistas, y no solo las revistas para adultos, desaparezcan totalmente de los konbini japoneses.

Reportaje y texto: Kuwahara Rika (POWER NEWS)

Fotografía del encabezado: rincón de las revistas en un konbini de Tokio. El espacio destinado a las revistas para adultos está delimitado por letreros que advierten de su contenido. (Fotografía: equipo editorial de nippon.com)

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