La nueva ley de ‘minpaku’: más garantías para los visitantes extranjeros

Economía

Los minpaku son alojamientos para turistas habilitados en casas o pisos particulares. Acaba de entrar en vigor una ley que reconoce su existencia y regula su explotación. La ley se propone dar garantías de seguridad, higiene y comodidad en un momento en que el número de extranjeros que visitan Japón está creciendo de forma imparable.

El 15 de junio de 2018 entró en vigor la Ley de Negocios de Alojamiento en Viviendas, que está orientada a garantizar la seguridad de los turistas extranjeros que visitan Japón y a evitar que surjan problemas. A partir de ahora, las instalaciones que cumplan los requisitos establecidos por la ley y que hayan notificado su existencia a la autoridad se convertirán en minpaku oficialmente reconocidos y podrán comenzar a alojar viajeros. Sin embargo, lo cierto es que junto a los minpaku legales hay otros ilegales. En este artículo expondré cómo es el sistema de alojamiento previsto por la nueva ley, y hablaré también sobre las cláusulas que defienden los intereses de los viajeros y sobre los riesgos que entraña alojarse en minpaku ilegales.

El 10 % de los turistas extranjeros los usan ya

En inglés, los minpaku japoneses suelen anunciarse como “Vacation Rental” o “Bed & Breakfast”. El número de estas viviendas que acogen a viajeros se ha disparado en los últimos años gracias al sitio web norteamericano de presentación y reserva de alojamientos Airbnb. Según un estudio de la Agencia de Turismo de Japón sobre hábitos de consumo de los extranjeros que visitan el país (enero-marzo de 2018), más del 10 % de los turistas extranjeros se sirven de ellos.

El principal atractivo de los minpaku es que alojarse en ellos permite conocer muy de cerca el día a día de los japoneses y trabar contacto directo con la persona que ofrece su casa. Las actividades realizadas a nivel particular por los anfitriones registrados en sitios web de presentación y reserva han originado un gran movimiento y, como una nueva forma de experimentar Japón, los minpaku han pasado a convertirse en un nuevo recurso turístico, siendo objeto de una gran atención por su potencialidad para reactivar el turismo local.

Además de permitir estas experiencias, los minpaku han resultado de utilidad para los turistas extranjeros porque han suplido la carencia de plazas hoteleras y suponen una alternativa para familias y otros turistas que viajan en grupo. Es un momento en que el concepto de economía compartida o colaborativa, que promueve el uso conjunto de bienes y espacios, está recibiendo una gran atención, y cada vez son más las personas que deciden abrir su casa como alojamiento y hacer de ello un modo de vida.

El negocio tiene, además, su lado divertido. Mantener la casa limpia, llevar un buen control de las reservas o ayudar a los clientes a orientarse en la ciudad son cosas que exigen tiempo y esfuerzo, pero muchos anfitriones sienten una particular satisfacción en el propio hecho de ofrecer hospitalidad. Se crean también interesantes vínculos con el extranjero. Mucha gente ha sentido el deseo de probar suerte en este negocio, que ha ido de boca en boca, y así el número de anfitriones no ha hecho más que crecer.

Priorizar la seguridad y tranquilidad del cliente

Esta era la situación hasta que, hacia el año 2016, comenzó a debatirse la necesidad de reglamentar este nuevo sector. Porque había una ley, la de Posadas y Hoteles, que regulaba el funcionamiento de hoteles, ryokan (posadas tradicionales japonesas), guest houses, pensiones y otros negocios, pero no una ley que pusiera orden en los minpaku. Por eso, el Gobierno preparó un proyecto de Ley de Negocios de Alojamiento en Viviendas que tenía en cuenta la diversificación de las necesidades de alojamiento y de experimentación, así como la ampliación del abanico de opciones que se estaba produciendo. Se decidió que el pase por el legislativo se completaría en junio de 2017 y que un año después la ley entraría en vigor. Se la llama “ley de los minpaku” por ser la primera que regula dicha actividad.

Esta ley clarifica los respectivos papeles que tendrán en el negocio del minpaku los particulares, las empresas, la Administración central y los entes territoriales, así como los controles que se impondrán a sus actividades. En sus disposiciones generales se exponen los objetivos con los que fue establecida la ley. Si hubiera que resumir al máximo su contenido, podríamos decir que, sobre los dos pilares de garantizar una gestión adecuada de los minpaku y favorecer la llegada y estancia de los turistas, todo su articulado está pensado para garantizar la seguridad de los usuarios.

Obligación de notificar a la autoridad y registrarse

La ley define los minpaku como “negocios de alojamiento en viviendas”, distinguiendo entre titulares, operadores e intermediarios. Los titulares son los anfitriones. Se trata de particulares o de empresas con personalidad jurídica que, anunciándose por medio de los intermediarios, comienzan a acoger a turistas en sus viviendas. Los operadores son otros particulares o empresas con personalidad jurídica a quienes los propietarios pagan para que gestionen su negocio. Finalmente, los intermediarios son las empresas que publicitan los minpaku. Algunas son extranjeras, como Airbnb o la compañía norteamericana HomeAway, especializada en viviendas vacacionales, y otras japonesas, como la sociedad anónima Rakuten Lifull Stay o Hyakusenrenma.

La ley establece la forma en que todos estos particulares o personas jurídicas deberán notificar su existencia a la autoridad y registrarse, y delimita el objeto de su actividad, los controles que deberán pasar y las sanciones impuestas en caso de infracción.

Por lo que respecta a los titulares del negocio, solo podrán admitir invitados durante 180 días al año. Para comenzar a operar deberán primero notificar su existencia a la oficina del gobernador prefectural y al alcalde de la localidad correspondiente, informando del nombre del particular o entidad, su razón social y la dirección de su domicilio, y adjuntando un plano del local y otros datos.

En cuanto a los requisitos que debe cumplir la vivienda, la ley se centra en aspectos como las condiciones de higiene (número máximo de invitados, limpieza, etc), la seguridad (luces y salidas de emergencia con sus indicaciones), la comodidad y funcionalidad para los invitados extranjeros (información en lenguas extranjeras sobre servicios, transportes, etc), y obliga a llevar un registro de hospedados.

Con respecto a las normas por las que deberán regirse los minpaku, la ley prioriza la seguridad de los invitados y previene el surgimiento de problemas. Los viajeros extranjeros que visitan Japón por primera vez suelen desconocer la forma correcta de usar las casas y tienen dificultades con los transportes. Por eso, para mayor tranquilidad de estos invitados, se establece la obligatoriedad de poner siempre a su disposición hojas informativas en idiomas extranjeros.

Las normas hacen también referencia a la relación del minpaku con su entorno geográfico. Además de pedir a los invitados que tenga cuidado para no hacer ruido, los responsables deberán saber atender las quejas y consultas de los vecinos y colocar letreros.

Los operadores, que se ocupan de la gestión del negocio por encargo del propietario de la vivienda, deben estar registrados ante la autoridad, debiendo renovar su inscripción cada cinco años. Los empleados que se encarguen de atender a los invitados y a los vecinos deberán llevar una tarjeta de identificación. También los intermediarios deberán estar registrados ante la autoridad y tienen prohibido anunciar y presentar a los clientes potenciales minpaku que no hayan obtenido autorización.

Los Gobiernos locales podrán establecer nuevas normativas

Además, para operar un minpaku hay que cumplir otras muchas normativas gubernamentales y ministeriales derivadas de la Ley de Negocios de Alojamiento en Viviendas, la Ley de Protección contra Incendios, los estándares de construcción, etc. Se imponen requisitos muy detallados en cuanto a la estructura y otros aspectos de los edificios que alojan los negocios, y solo cuando todos ellos hayan sido cumplidos se podrán hacer los trámites de notificación o registro.

Por otra parte, a toda esta normativa se suman, en algunos casos, nuevas ordenanzas emitidas por los Gobiernos locales. Limitando las zonas o periodos en los que se permite operar estos negocios, con estas ordenanzas se trata principalmente de armonizar los minpaku con la vida cotidiana del vecindario en el que se enmarcan, sobre todo en el caso de que existan centros educativos en las cercanías. En concreto, una ordenanza puede impedir que se establezcan minpaku en zonas previamente calificadas de residenciales, o puede restringir su actividad a los fines de semana.

¿Dejarán de anunciarse los minpaku ilegales?

Muchos extranjeros preguntan si les pasará algo por alojarse en un minpaku ilegal. La nueva ley no prevé ninguna sanción para los hospedados. Sin embargo, puede decirse que las instalaciones autorizadas, operadas cumpliendo todos los requisitos legales, tienen una garantía del Estado en cuanto a su seguridad. Sin duda, quienes se alojen en ellas disfrutarán su estancia con más tranquilidad que quienes elijan una instalación no autorizada.

Airbnb se adelantó a la entrada en vigor de la nueva ley y comenzó a eliminar de su sitio las instalaciones no autorizadas. La consecuencia ha sido que el número de viviendas registradas se ha reducido en un 80 %. Además, comenzó a cancelar sin previo aviso una parte de las reservas recibidas por las instalaciones ilegales después de la entrada en vigor de la ley, lo cual ha sido causa de un gran desconcierto tanto entre los turistas extranjeros como entre los anfitriones japoneses.

Aunque no puede decirse que, para junio de 2018, este tratamiento se haya extendido a todos los sitios que anuncian minpaku, la tendencia general es a incluir en dichos sitios solo las instalaciones autorizadas.

Grandes beneficios si están bien operados

Según anunció la Organización Nacional de Turismo de Japón (JNTO, por sus siglas en inglés) durante 2017 visitaron Japón 28,69 millones de extranjeros, marcando un aumento del 19,3 % respecto al año anterior. El Gobierno se ha propuesto una meta de 40 millones de visitantes para el año 2020, en que Tokio acogerá los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, y está trabajando para elevar el atractivo de las zonas turísticas y de sus instalaciones.

Son muchas las expectativas que se han creado en torno a los minpaku. Se espera de ellos que contribuyan a paliar el problema de las viviendas vacías causado por la disminución del número de nacimientos y el envejecimiento de la población. Se pretende que contribuyan también a la creación de empleo en las regiones, y que puedan ser utilizados como refugios para casos de desastres naturales. Los alojamientos en casas rurales tradicionales (kominka) están ganando popularidad. Para muchas amas de casa con hijos, un minpaku puede convertirse en una buena fuente de ingresos y la presencia de extranjeros en la casa puede ser incentivo para que los niños aprendan inglés y mejoren su comprensión de otras culturas.

Se espera que los minpaku ofrezcan, pues, muchos beneficios. Ahora, lo importante es que la ley se aplique de la mejor forma posible para que cada vez sean más los extranjeros que disfruten de una agradable estancia en Japón.

Fotografía del encabezado: letreros dirigidos a los extranjeros delante de un hotel en las proximidades de la estación de ferrocarril de Shin-Imamiya, en Nishinari-ku (Osaka) en febrero de 2018. (Jiji Press)

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