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‘Ningyo no nemuru ie’: una película con fuerte arranque y buenas críticas en el extranjero

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Se trata de una cinta con un tema de fondo bastante serio -la muerte cerebral y los trasplantes de órganos-, pero es capaz de presentarlo de forma muy amena y está logrando una estupenda recaudación en taquilla. Se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Tokio como película recomendada, y en el extranjero también se está tratando de distribuir.

Información de la película

  • Director: Tsutsumi Yukihiko
  • Reparto: Shinohara Ryōko, Nishijima Hidetoshi, Sakaguchi Kentarō, Kawaei Rina, Kawaguchi Sayaka,Tanaka Tetsushi, Tanaka Min, Matsuzaka Keiko
  • Página web oficial (en japonés): http://ningyo-movie.jp/
  • Duración: 120 minutos
  • Estrenada en la sección GALA Screening de la 31 edición del Festival Internacional de Cine de Tokio (TIFF)
  • Año de producción: 2018
  • Distribución: Shochiku Co. Ltd.

Ningyo no nemuru ie (La casa en la que duerme la sirena) es una película japonesa estrenada en la sección GALA Screening de la 31 edición del Festival Internacional de Cine de Tokio (TIFF), en 2018.

Basada en una novela de Higashino Keigo, autor de gran éxito en Japón y en otros países, como China, cuenta con dos actores muy populares, Shinohara Ryōko y Nishijima Hidetoshi, en los difíciles papeles de una pareja a punto de divorciarse. La novela original trata temas muy duros que, según el propio Higashino, “Hacen que el público desee mantener la distancia”: la muerte cerebral de un familiar cercano, los trasplantes de órganos… y sin embargo la cinta resultante es una obra excepcional, que cuenta incluso con buenas dosis de entretenimiento. Se colocó la tercera en las listas nacionales de recaudación en taquilla en su segunda semana en cartelera, y se está considerando distribuirla en el extranjero como obra recomendada por el TIFF.

Ambos actores principales realizan un delicado trabajo de interpretación que aumenta la tensión de la obra, pero el personaje más importante de la cinta resulta ser el del doctor Shindō, interpretado por Tanaka Tetsushi, que sostiene al matrimonio a una cierta distancia el uno del otro. “Tenía cuidado a la hora de transmitir la realidad de lo que estaba ocurriendo en ese momento a la familia. Quería mostrar mi parte más humana, sin acercarme demasiado a ellos pero sin tampoco mostrarme muy frío”. Es decir, Shindō trataba de aconsejar de forma natural y neutral, sin guiar hacia ningún juicio a la madre, que muestra una reacción de rechazo a la posible muerte de su hija; así Tanaka logra conformar la imagen de un médico ideal.

En la familia hay altibajos, pero Shindō da prioridad a los sentimientos de los implicados hasta el final, y es en ese punto en el que hace su verdadera entrada el extraño mundo de Higashino Keigo. El médico no solo espera hasta que llegan a decisiones lógicas, sino hasta que se convencen emocionalmente. Tanaka, en cuya familia ha nacido un bebé recientemente, imaginaba tras el rodaje cómo sería este tipo de historia en la vida real, y confesaba que se trata de una historia muy dura de ver para personas con hijos: “Para ser sincero, en estos momentos no quiero ver esta película. Cuando se estrene iré a verla en secreto, con un pañuelo”.

Algunos de los actores de Ningyo no nemuru ie, en el evento de presentación de la película en la 31 edición del Festival Internacional de Cine de Tokio ©2018 TIFF

Las razones para la baja tasa de donaciones de órganos

En Japón la muerte cerebral empezó a considerarse muerte legal en 1997, a raíz de la Ley de Trasplantes de Órganos. En los países más avanzados de Occidente se llevaba años dictaminando la muerte legal en casos de muerte cerebral y se procedía a la donación de órganos del difunto, pero en Japón, incluso después de la implementación de esa ley, la situación apenas mejora, aunque en general han aumentado los trasplantes y se llega a unos cien al año.

Se le puede informar a alguien de que “la muerte cerebral significa realmente la muerte de un ser humano, y médicamente es imposible que el paciente se recupere”; pero la dificultad de aceptar que a un familiar suyo se le pare médicamente el corazón y se trasplanten sus órganos, cuando lo tiene delante, en su cuerpo vivo y caliente, no ha disminuido nada en los últimos veinte años. Una de las razones por las que los trasplantes no aumentan en Japón es la idea, muy natural, de que “no debemos dañar el cuerpo que hemos recibido de nuestros padres”.

Por otro lado, puede ayudarnos tener un médico de confianza, como Shindō, el personaje de la película, pero en Japón lleva años extendiéndose una imagen negativa de los médicos, a través de películas como Shiroi kyotō (La torre blanca, 1966), basada en una novela de Yamazaki Toyoko, un gran éxito de taquilla que retrata un mundo médico lleno de corrupción, o series de televisión que continúan esta corriente de desconfianza hacia los médicos, como la popular Doctor X, protagonizada por Yonekura Ryōko, que comienza con una narración con estas palabras: “En 2017 la torre blanca, que continuaba su colapso sin saber dónde se detendría, terminará por derrumbarse”. Por otro lado, Code Blue (Código azul, 2018), que retrata más favorablemente a un equipo de doctores y enfermeros que dedican su juventud a trabajar como médicos en helicóptero, se convirtió en un tremendo éxito y recaudó más de 9.000 millones de yenes; la confianza y la desconfianza hacia el personal médico se hallan ahora a la par.

A finales de noviembre de 2018, casi coincidiendo con el estreno de esta película, apareció la noticia sobre el bebé nacido en China supuestamente como producto de la primera alteración genética humana artificial. En la actualidad está prohibida en todo el mundo la alteración clínica del genoma de un bebé antes del parto por motivos éticos, pero desde la aparición de Frankenstein la literatura de ficción ha contado siempre con el “científico loco”, que impulsado por la ambición o la curiosidad ha tratado de modificar el cuerpo humano.

En Japón el debate sobre la muerte cerebral y el trasplante de órganos sigue sin estar resuelto, pero en el mundo la manipulación genética ya no solo aparece en el cine, sino que se ha convertido en un fenómeno social. Se dice incluso que la manipulación del genoma, de contar con las herramientas adecuadas, la puede llevar a cabo incluso un estudiante de secundaria. Ningyo no nemuru ie es una película que todos los que vivimos en una época así deberíamos ver.

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Shinohara Ryōko, actriz principal de Ningyo no nemuru ie ©2018 Comité de Producción de Ningyo no nemuru ie)

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