Retrato de un matrimonio internacional

Shūhei y Hyun Jung: la historia de amor entre un japonés y una surcoreana

Sociedad

En el segundo artículo de esta serie de parejas internacionales les presentamos un matrimonio formado por un japonés y una surcoreana. A pesar de la cercanía geográfica, Japón y Corea del Sur presentan culturas y costumbres muy distintas. Les contamos la historia de la alegre Hyun Jung y el afable Shūhei que la apoya siempre.

Nishikiori Shūhei y Kim Hyun-jung NISHIKIORI Shūhei & KIM Hyun Jung

Se conocieron en Corea del Sur en abril de 2007 y se casaron en Seúl un año después. Hyun Jung, que trabajaba para un gran fabricante de cosméticos surcoreano, conoció a Shūhei, ingeniero de sistemas informáticos, a los 33 años, cuando empezaba a perder la esperanza de poder casarse después de que sus padres intentaran, sin éxito, presentarle a varios pretendientes. Hyun Jung es la tercera de cinco hermanos, y Shūhei tiene una hermana. Ahora el matrimonio vive en Kawasaki (Kanagawa) con sus dos hijas Yuri y Eri, en una casa junto a la de los padres de Shūhei.

El matrimonio formado por Nishikori Shūhei y Kim Hyun Jung comparte la afición por la fotografía. Su destreza con la cámara valió a Shūhei el primer premio en la categoría de turismo de un concurso de fotografía organizado por la Embajada de Japón en Corea del Sur en 2016. Actualmente Hyun Jung se centra en la crianza de sus hijas, pero dice que algún día le gustaría desempolvar su cámara y volver a salir a disfrutar con su marido del hobby que tienen en común.

Shūhei posa con su mujer y sus hijas, vestidas con el traje surcoreano tradicional chima jeogori.

¿Conocer a sus padres significa que os vais a casar?

La pareja se conoció en 2007. Su interés por la música surcoreana llevó a Shūhei a pasar tres meses en Seúl para mejorar su nivel de coreano, que estudiaba de forma autodidacta. Una amistad común los presentó y congeniaron enseguida. Cuando la estancia en Seúl tocaba a su fin Shūhei invitó a Hyun Jung a visitar Japón. Ella aceptó la invitación sin darle gran trascendencia, contenta de tener un nuevo amigo de otro país, y lo acompañó en su viaje de regreso.

Pero ese viaje precipitó su carrera hasta el altar. Al poco de llegar a Japón Shūhei llevó a Hyun Jung a conocer a sus padres. “En Corea del Sur si te presentan a los padres de alguien es porque os vais a casar. Y yo, como pensaba que éramos solo amigos, me quedé de piedra”, confiesa Hyun Jung.

Todo indica que Shūhei se había enamorado de Hyun Jung y que estaba allanando el camino para convertirla en su esposa, a pesar de que él nos lo niega con medias palabras y sonriendo tímidamente. Los padres de Shūhei reaccionaron muy positivamente ante la inesperada visita de la joven. La madre sentía una simpatía especial por Corea del Sur gracias a la popular serie televisiva Fuyu no sonata (Sonata de invierno) y, confiando plenamente en el buen criterio de su hijo, se ofreció a coser el vestido de novia para su futura nuera y le tomó las medidas ya en el primer encuentro. Poco después Shūhei viajó a Corea del Sur acompañado por sus padres para conocer a los padres de Hyun Jung. Celebraron la boda al año de haberse conocido.

La estantería del salón está repleta de libros infantiles en japonés y coreano.

“¡Con lo amable que era en Corea!”

Él, apacible y de pocas palabras, ella, alegre y positiva, Shūhei y Hyun Jung forman un matrimonio muy bien avenido, pero al principio Hyun Jung tuvo sus dudas: “En mi país los hombres son muy considerados con su pareja. Por ejemplo, si ella acude a una cita con tacones altos, él llama un taxi en seguida para que no tenga que caminar. En cambio, el día que llegué a Japón, trajeada y con tacones, Shūhei me llevó del aeropuerto a casa en autobús y en tren, y al final hasta me hizo andar diez minutos. ‘¿Es que no tiene consideración? ¡Con lo amable que era en Corea!’, pensé preocupada. Luego me enteré de la gran diferencia entre las tarifas de taxi en Japón y en Corea del Sur. Además, los coreanos siempre nos hacemos regalos para celebrar aniversarios como los 100 o los 500 días de noviazgo, y por supuesto celebramos los cumpleaños y los aniversarios de bodas, pero en Japón eso casi no se hace. Estas diferencias en las costumbres me inquietaban, pero tanto Shūhei como sus padres eran buenos y amables, y a mi madre le gustaba mi pretendiente, así que decidí casarme con él”.

Bronca por subir al tren con un carrito de bebé

En la cocina hay dos neveras; una de ellas sirve para conservar el kimchi (fermentado de col china) que envía la familia de Hyun Jung desde Corea del Sur.

Hyun Jung no hablaba japonés y casi no conocía la cultura del país, por lo que al principio le costó aclimatarse a la vida en Japón. Para empezar, casi toda la comida era “dulce” porque en la gastronomía japonesa se utiliza mucho el azúcar, tanto en cocidos como en sofritos. Así lo cuenta ella misma: “A mí me gusta mucho el picante, incluso para ser coreana. Como la comida de mi país casi no lleva azúcar, en Japón todo me parecía dulce. Hasta en los restaurantes coreanos cocinan dulce para adaptarse al gusto de los japoneses. Por eso en casa preparo cocina de fusión que combina elementos de la gastronomía surcoreana y de la japonesa”.

De las dos grandes neveras que tienen en la cocina, una la usan exclusivamente para conservar el kimchi, un preparado de col china fermentada muy común en Corea del Sur. “Aquí guardo el kimchi que me envía mi familia. En mi país toda las casas tienen una nevera solo para el kimchi”, aclara Hyun Jung.

En la crianza de sus hijas Hyun Jung también ha sufrido algunos choques culturales. “En Corea del Sur si subes al tren o al autobús con un niño, siempre te ceden el asiento. Sin embargo aquí, una mañana que quise llevar a mi hija al médico en tren porque no sé conducir, me riñeron por subir con un carrito de bebé en hora punta y con el tren lleno de gente. Eso me entristeció”, explica. En Japón el debate sobre el uso de carritos de bebé en lugares públicos sale a veces en los medios de comunicación y en las redes sociales, haciéndose eco de casos como el de los templos que prohíben acudir con carritos al hatsumōde (primera visita del año al templo).

Por otro lado, Hyun Jung asegura que Japón tiene muchos aspectos positivos para la educación de los hijos: “En mi país los adultos suelen ayudan a los niños pequeños en casi todo lo que hacen. En cambio en el jardín de infancia al que llevo a mis hijas les enseñan a cargar con sus propias cosas y fomentan su independencia. Creo que en ese sentido Japón es mejor que Corea del Sur”.

Celebrando el primer cumpleaños de la pequeña Eri en Corea del Sur

Tener una segunda residencia en Corea del Sur

Todas las noches Shūhei y Hyun Jung comparten dos o tres cervezas. Ambos son buenos bebedores, pero a Shūhei no le gusta que Hyun Jung consuma alcohol fuera de casa, y a Hyun Jung eso le molesta un poco. No entiende por qué ahora lo desaprueba, si en Corea lo pasaban en grande cuando salían a beber juntos.

Una vez que Hyun Jung volvió de una cena con los compañeros de clase de japonés, Shūhei le dijo que quería que cuidase más su salud: “Ya pasamos de los 40. No es lo mismo que cuando éramos jóvenes. Nuestras hijas son todavía pequeñas, y no me parece bien que sigamos viviendo como antes”. Hyun Jung aprecia que su marido la reprenda con cariño porque se preocupa por ella.

La pareja alberga el sueño de comprarse una segunda residencia en Corea del Sur algún día. Aunque ya suelen visitar el país dos veces al año, por Año Nuevo y en verano, les gustaría tener una casa allí para poder ir más frecuentemente. “Pero bueno, por ahora me doy por satisfecho con que vivamos los cuatro juntos y que tengamos salud. Cuando las niñas sean mayores sí querré volver a salir a beber con mi mujer”, apunta Shūhei regalándonos otra de sus tímidas sonrisas.

Para Shūhei, que domina el arte de la fotografía como un profesional, su familia es su tema predilecto cuando se pone tras el objetivo.

Esta fotografía tomada por Shūhei de su esposa Hyun Jung y su hija Yuri en Corea del Sur se exhibió en una exposición de la empresa Canon.

Fotografía con que Shūhei ganó en la categoría de turismo del concurso organizado por la Embajada de Japón en Corea del Sur en 2016

Cuestionario

¿Cómo fue la pedida de mano?

En una época en que Hyun Jung tenía problemas laborales, Shūhei le propuso matrimonio diciéndole “ya no tendrás que preocuparte más por el trabajo”.

¿En qué idioma os comunicáis?

Al principio en coreano pero, desde que las niñas empezaron el jardín de infancia, cada vez hablamos más en japonés.

¿Quién se encarga de las tareas domésticas?

Hyun Jung lo hace casi todo, pero Shūhei recoge la mesa y pone la lavadora.

¿Cómo organizáis las finanzas domésticas?

Shūhei da dinero a Hyun Jung para los gastos del día a día.

¿Cómo os llamáis el uno al otro?

Al principio de la relación nos llamábamos chagya, que significa ‘cariño’ en coreano, pero como las niñas empezaron a copiarnos lo cambiamos por Shū-chan y Hyun Jung-san.

¿Con qué frecuencia vais a Corea del Sur?

Un par de veces al año.

Contadnos alguna promesa que os hayáis hecho como matrimonio.

No hablar de historia ni de política, y no ver encuentros deportivos en que se enfrenten Japón y Corea del Sur.

¿Cómo celebráis los aniversarios?

En nuestro aniversario de boda siempre comemos en el restaurante donde celebramos el banquete nupcial.

¿Qué os regaláis para los cumpleaños?

El último regalo fue una olla fabricada en Francia que Shūhei le regaló a Hyun Jung.

¿Cómo solucionáis las discusiones?

El que cree que tiene la culpa pide perdón al otro.

Hyun Jung, ¿qué te gusta de tu marido y qué quisieras cambiar?

Me gusta su amabilidad, pero quisiera que me diese la mano por la calle, algo que en Japón no hace.

Shūhei, ¿qué te gusta de tu mujer y qué quisieras cambiar?

Me gusta que sea comprensiva y que tenga buen corazón. Me basta con que no beba demasiado y cuide su salud.

Reportaje y texto de Yanagisawa Miho
Fotografía de Yamada Shinji

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