GO Journal entrevista a atletas con discapacidad

Yamamoto Atsushi, el saltador que traspasa fronteras

Cultura Tokio 2020 Deporte

Desde que lograse una medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008, Yamamoto Atsushi ha venido acumulando una impresionante colección de podios en distintas competiciones internacionales. A sus 35 años y con una posición afianzada en el panorama mundial del atletismo paralímpico, ahora se enfrenta al reto de competir en una nueva disciplina deportiva: el snowboard. En la siguiente entrevista, Yamamoto comparte su visión del deporte de competición y de la situación actual del deporte paralímpico.

Yamamoto Atsushi Yamamoto Atsushi

Nacido en la prefectura de Shizuoka en 1982. Saltador de longitud y corredor de corta distancia. Perdió una pierna en un accidente de moto a los 17 años. Se introdujo en el mundo del deporte paralímpico tras terminar el bachillerato, cuando se formaba para convertirse en técnico protésico. Obtuvo la plata en salto de longitud en los Juegos Paralímpicos de Pekín 2008 y el oro en el Campeonato Mundial de Atletismo IPC de 2013. Se hizo con dos medallas en Rio 2016: plata en salto de longitud y bronce en 400 metros relevos. Atleta profesional desde octubre de 2017, actualmente se prepara para representar a Japón en la disciplina de snowboard en los Juegos Paralímpicos de Pyeongchang 2018.

¿Practicaba el snowboard antes de perder la pierna?

Me inicié en el snowboard en primer curso de secundaria. En aquel tiempo era mi deporte favorito. Me gustaba tanto que, cuando sufrí el accidente de moto con el que perdí la pierna, en segundo de bachillerato, antes de que me operasen para amputármela pregunté al médico si lo podría seguir practicando después. Tenía a los enfermeros alarmados porque no mostraba ningún síntoma de desánimo. Estaba tan tranquilo que los de mi alrededor se preguntaban, preocupados, si en realidad no estaba sufriendo.

Tiene el título oficial de técnico protésico, una profesión muy poco conocida. ¿Podría explicarnos en qué consiste?

Principalmente fabrico encajes protésicos, que conectan la pierna protésica con el extremo del miembro amputado y sirven para aguantar el peso del cuerpo y transmitir el movimiento a la prótesis. También monto piernas protésicas, tarea que consiste en unir las distintas piezas prefabricadas de la pierna. A veces también monto brazos protésicos, pero, sorprendentemente, el producto con mayor demanda son los corsés que se recetan para hernias y lumbalgias. Eso también forma parte del trabajo del técnico protésico. Últimamente también elaboro plantillas ortopédicas para aligerar el cansancio de las piernas. Al igual que la fabricación de piezas para sustituir partes del cuerpo que faltan, también es tarea del protésico elaborar herramientas para facilitar ciertas funciones físicas o para evitar lesiones.

¿Entre los técnicos protésicos, los hay que estén especializados exclusivamente en piernas protésicas?

Hay pocos que se especialicen. Las piernas protésicas no son un encargo tan frecuente. Como decía antes, los corsés son el producto con mayor demanda últimamente. Cuando yo me preparé para sacarme el título de técnico protésico, solo obtenían la licencia unas cien personas al año en todo Japón. Me han dicho que ahora son doscientas. Al tratarse de un título oficial de nivel nacional, hay que pasar un examen para obtenerlo. En mis tiempos la tasa de aprobados era muy alta, del 90 %. Parece ser que ahora es un poco más difícil sacarse el título. También hay más programas universitarios de cuatro años donde se pueden cursar estos estudios.

¿Hay muchos atletas en activo que tengan el título oficial de técnico protésico?

Pues en Japón somos poquísimos. Que yo sepa, aparte de mí solo hay otro atleta en activo con el título, el saltador de longitud Hineno Shōta. Antes también estaba el saltador Otari Kenji, que compitió en los Paralímpicos de Atenas, pero en este momento yo soy el único atleta certificado por la Asociación Japonesa de Federaciones Atléticas (JAAF, por sus siglas en inglés) con licencia de técnico protésico.

Es sorprendente. Imagino que poderse ajustar la pierna protésica usted mismo debe serle de ayuda a la hora de competir.

Aunque no se tenga el título oficial, cualquiera puede ajustarse la pierna si quiere. Lo que pasa es que, si no se conoce bien la teoría, no tiene mucho sentido intentarlo. En mi caso, después de haber adquirido un conocimiento profundo del tema, lo que hago es realizar muchas pruebas e ir ajustando el ángulo de contacto con el suelo poco a poco, hasta que encuentro la postura más adecuada. Puesto que yo disfruto con ese proceso, como deportista sí creo que es una ventaja poderme montar la pierna y hacer el mantenimiento yo mismo.

¿Qué papel tienen los técnicos protésicos para un atleta paralímpico?

Fabricar un encaje protésico solo puede hacerlo un técnico experto. En ese sentido, somos profesionales imprescindibles. Pero el montaje y otros aspectos dependen mucho de la compatibilidad entre el atleta y la pierna, así que es necesario hablar con el técnico e ir debatiendo cómo se utiliza la prótesis. Como los técnicos protésicos no tienen experiencia directa en competición, los atletas deben explicarles de forma muy precisa cómo quieren ir mejorando sus marcas. Una buena compenetración entre ambos es lo que permitirá al atleta correr cada vez más rápido o saltar mayor altura o distancia.

Para cada disciplina deportiva se utilizan piernas protésicas diferentes. ¿Cuáles son las características de los distintos modelos?

En las carreras de corta distancia, suelen usarse piernas ligeras que rebotan rápidamente contra el suelo. En cambio, para el salto de longitud se usan piernas un poco más pesadas, pero que rebotan con mucha potencia al aplicarles fuerza. La diferencia principal es la cantidad de fibra de carbono que llevan. Se puede decir que, en general, cuanta más fibra de carbono lleva la pierna, mayor es su fuerza de rebote.

¿Y cómo son las piernas que se utilizan para el snowboard y otros deportes?

En el caso del snowboard, el deportista debe controlar su pierna protésica. La estructura de la prótesis le permite aguantar la presión cuando el deportista tensa la pierna y dobla la rodilla, y luego vuelve a la posición original cuando este relaja la pierna. La parte del tobillo también es especial; como en los giros hay que realizar movimientos muy bruscos, esa parte lleva un sistema combinado de presión de aire y presión hidráulica para liberar la tensión de forma adecuada.

En el golf, deporte que también practico, se utilizan piernas protésicas con una estructura que permite cierta torsión para poder realizar los movimientos del swing. También hay piernas para ciclismo y para muchas otras disciplinas, cada una con sus propias características.

Lleva muchos años dedicándose al deporte paralímpico, principalmente al atletismo. ¿Cómo han cambiado las piernas protésicas gracias a los avances tecnológicos?

Pues han cambiado mucho, especialmente a partir de 2010. Han salido muchas piernas específicas para distintas disciplinas, y los atletas han ido adaptando sus movimientos a las piernas para obtener nuevos récords mundiales. Además de las piernas, también se han creado productos especiales para deportistas que representan avances importantísimos, como ciertas piezas para la rodilla.

Desde 2010, precisamente, han sido frecuentes las polémicas en torno a la relación entre las piernas protésicas y los récords. Un caso famoso fue el del saltador alemán Marcus Rehm, que en 2014 ganó con una marca que superaba el récord de la categoría sin discapacidad. A raíz de ello surgió el término dopaje tecnológico, y finalmente se concluyó que no era adecuado que atletas olímpicos y paralímpicos compitieran en la misma categoría. Aunque este tipo de polémicas continúan vigentes en la actualidad, ¿cree que se ha avanzado en el tema?

Hablando sin rodeos, yo creo que el tema está parado. Más que atrasado, diría parado. Cuando el sudafricano Oscar Pistorius participó en los Juegos Olímpicos de Londres, no había logrado nunca una marca lo bastante buena como para ganar a los atletas sin discapacidad. Seguramente por eso se consideró que no había problema en que participara en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, Marcus Rehm sí tenía una marca que le daba posibilidades de superar a los mejores atletas olímpicos. Por eso no se le podía permitir competir contra ellos. Creo que en el mundo sigue imperando la idea preconcebida de que “las personas con discapacidad no pueden ser más fuertes que las que no tienen discapacidad”.

¿Cómo se sintió cuando se enteró de que Marcus Rehm no iba a poder competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro?

Le compadecí. Es evidente que, como atleta, uno quiere batirse con los mejores. Si yo hubiera estado en su lugar, seguro que habría sentido un fuerte deseo de participar. Pero al menos aquella noticia tuvo efectos positivos: dio más visibilidad a los atletas con prótesis de pierna y engendró muchos debates. Pasamos a oír opiniones y preguntas muy diversas en torno al tema, como “¿Las piernas ortopédicas dan realmente ventaja?” o “¡Dejemos que los atletas paralímpicos compitan en los Juegos Olímpicos!”.

Con todo, personalmente opino que, en estos momentos, los atletas con pierna protésica no pueden competir en la misma categoría que los atletas sin discapacidad. Y, ya que a nivel olímpico todavía es difícil, creo que es importante empezar por abrir otras competiciones y así ampliar las oportunidades de que los atletas con pierna protésica compitan con los atletas sin discapacidad. En Reino Unido y Alemania ya lo están haciendo.

En Japón todavía escasean estas competiciones. Incluyendo el debate en torno a las piernas protésicas, ¿qué medidas cree que pueden tomarse para dinamizar este tipo de iniciativas?

Sinceramente, creo que nada va a cambiar en la situación actual. A medida que vayan saliendo más atletas con pierna protésica que superen las marcas de los atletas sin discapacidad, se obtendrán más datos y podrá volver a debatirse.

Marcus Rehm, en realidad, utiliza el mismo tipo de pierna protésica que los demás atletas; no se trata de ningún modelo especial. Aun así, por ahora es el único que puede competir con los atletas sin discapacidad. Y lo cierto es que nadie puede discernir claramente si es que Markus tiene una capacidad increíble o una pierna protésica increíble.

Da la impresión de que muchísima gente opina que el interés en los atletas paralímpicos crecerá a medida que salgan más figuras como Marcus Rehm. Aunque nada asegura que eso vaya a suceder, ¿qué piensa de esa opinión?

Creo que es bueno que cada vez haya más debate al respecto. Si los atletas paralímpicos logran ser mejores (en cuanto a marcas) que los olímpicos, obviamente captarán más el interés del público, y los Juegos Paralímpicos adquirirán más emoción.

Como atleta que representa a Japón, con una importante carrera a sus espaldas, ¿cómo cree que ha cambiado la forma en que se enfoca el deporte paralítico en los medios de comunicación y la conciencia del público en general desde que empezó a competir?

Ha cambiado bastante. Cuando empecé la gente casi ni sabía qué eran los paralímpicos. En cambio ahora, cuando vas a una conferencia y preguntas, el 90 % de los niños los conocen. Es cierto, pues, que el reconocimiento ha aumentado. Pero, si preguntas por algún atleta en concreto, la mayoría de los niños no saben nada al respecto. Creo que el siguiente paso es despertar el interés para con los atletas.

En el entorno del deporte paralímpico, creo que no hay casi nadie que no me conozca. Sin embargo, ese mundo representa menos del 0,1 % del total. Así que el 99,9 % de las personas del mundo no saben quién soy. Quiero elevar la cifra de los que me conocen, aunque solo sea al 1 % o al 2 %. Pero, para lograrlo, lo ideal sería contar con la colaboración de los medios de comunicación.

Fotografía: Ninagawa Mika
Entrevista y redacción: Zoshigaya Sen’ichi
Colaboración: Traducido a partir de un resumen de un artículo de GO Journal

Juegos Paralimpicos GO Journal