Japoneses que no entienden el japonés

Equívocos en japonés en las redes sociales: ¿qué tipo de personas son quienes no comprenden el idioma?

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En las redes sociales a veces los significados se pierden. ¿Por qué a veces no nos entienden algunas personas aunque usamos el mismo idioma? ¿Qué tipo de personas no comprenden? Hablamos de este tema con Iima Hiroaki, autor de diccionarios.

Es posible que haya muchos japoneses que en redes sociales como Twitter, incluso hablando con otro japonés nativo, hayan tenido la sensación de estar hablando con un extraterrestre.

Cuando alguien hace uso de una palabra que el otro lee por primera vez, por ejemplo, en lugar de buscar su significado esa persona se queja con un “No entiendo”, o contesta con comentarios que demuestran que está ignorando por completo el contexto…

Gente que no comprende (1) No se entiende una palabra

Ejemplo 1
A: Yo hago bouldering.
B: ¿Y eso qué es?

Ejemplo 2
A: Pensémoslo en orden cronológico.
B: ¿En orden qué?

*El vocabulario de ambos hablantes difiere en gran medida.

El hablante debería utilizar palabras que el oyente comprendiera, pero al poseer un acervo léxico muy diferente la comunicación se dificulta.

Gente que no comprende (2) No se está seguro del significado de una palabra

A: Mis padres me llaman con frecuencia.
B: Todos los días será molesto, ¿no?
A: Pero no es todos los días…
B: Como has dicho “con frecuencia” he pensado que era todos los días.

*La equivocación viene de conclusiones internas del oyente. Es un patrón en el que se da por supuesto que se ha dicho algo que en realidad no se ha dicho.

Gente que no comprende (2’) No se comprende el significado contextual

Ejemplo
A: Últimamente he estado pensando que habrá realmente un Santa Claus, ¿verdad?
B: Pero qué dices. Santa Claus no existe.

*El oyente no comprende con qué sentido se ha usado cierta palabra en el contexto. B no comprende qué quiere decir A con “Santa Claus”.

Gente que no comprende (3) No se comprenden las expresiones

Ejemplo 1
A: Bueno, a ver si algún día comemos juntos.
B: ¿La semana que viene o la siguiente?

Ejemplo 2
A: Toma, te he traído un perfume de mi viaje
B: ¿Me estás diciendo que huelo mal?

*Para el oyente es difícil comprender la intención de A al hablar. Quizá es buena idea interponer una cierta distancia al tratar con este tipo de personas.

 

Estos tweets, que clasifican en cuatro tipos a la “Gente que no comprende”, se hicieron muy populares por dar perfectamente en el blanco. El autor de la serie es Iima Hiroaki. Es autor de diccionarios de japonés, un verdadero “profesional de las palabras”.

Ejemplos reales de personas que no comprenden el idioma

Quizá habrá personas que al leer este artículo en original se hayan escandalizado porque en el párrafo anterior se usa la expresión “dar en el blanco” con la forma mato wo eru, en lugar de mato wo iru. ¿Y este articulista es un profesional de las palabras? Tal vez quien piensa eso se está convirtiendo en uno de esos oyentes que no comprenden, que la serie de tweets de Iima mencionaba, y que comenzó a escribir en parte debido a una confusión sobre esta expresión.

Es bien conocida la expresión mato wo iru (dar en el blanco), la cual también se puede expresar como mato wo eru (conseguir el blanco). En la edición de la década de los ochenta del diccionario Sanseidō kokugo jiten, de la que Iima era editor, se mencionaba la versión con el verbo eru como incorrecta. A partir de ese momento comenzó a extenderse la noción de que esa versión de la expresión era un error. Sin embargo, tras revisar su postura, Iida pasó a considerar que el verbo eru transmitía el matiz de “percibir correctamente”, y que por lo tanto esa versión también debía considerarse válida. En la séptima edición del diccionario, en 2014, dejó de tildarse de error la expresión, y se acompañó de una explicación detallada.

Iima explicó esta historia y pidió disculpas varias veces, prescindiendo de la descripción anterior en Twitter. Sin embargo, algunos usuarios expresan con fuerza opiniones contrarias a su aceptación de expresiones que, para ellos, siguen siendo erróneas.

“Muchas personas se quedan solo con la parte en la que digo que no se trata de un error, y no leen mis explicaciones o disculpas. Twitter es una plataforma que no permite expresarse con textos muy largos, y me gustaría que la gente leyera también el contexto, los mensajes anteriores y posteriores. Se crea la sensación de no estar conversando”.

Este es precisamente el tipo de fallos de comunicación del que Iima hablaba en la entrada “Gente que no comprende (2’)” de su cuenta de Twitter.

Este tipo de malentendidos no se dan solo en las redes sociales. En las clases que imparte en la universidad Iima se dan casos como el uso de zenzen (“para nada”, “en absoluto”). Muchos japoneses consideran que es un adverbio que solo puede utilizarse en frases negativas; el autor confiesa sentirse también culpable cuando a veces, en un contexto cotidiano, se le escapa un zenzen okkē (No hay problema).

“Pero lo cierto es que esta forma de entender el uso de la palabra comenzó tras la Guerra; en la era Meiji se utilizaba también en contextos afirmativos. Escritores como Natsume Sōseki o Akutagawa Ryūnosuke escribían cosas como zenzen warui desu (Está muy mal), o zenzen sihai sareteiru (Está completamente controlado), usando zenzen como sinónimo de adverbios que no tienen ninguna connotación negativa, como mattaku o sukkari (que también se pueden traducir como “por completo”, “totalmente”). En la enseñanza actual del japonés se ha divulgado la idea incorrecta de que tras zenzen debe venir una negación; es una visión que se ha venido extendiendo desde la posguerra”.

Pese a explicar estas ideas en sus clases, cuando lee las respuestas a una encuesta que suele realizar, los estudiantes escriben a menudo que han “podido comprender que zenzen se debe usar siempre con una estructura negativa”. “Muchas veces me he sorprendido con estos comentarios; ¿de dónde han sacado esa idea?” dice Iima.

Este tipo de estudiantes es un ejemplo perfecto de la segunda categoría que Iima describe en su serie de Twitter: quienes sacan como conclusión algo que en realidad no se ha dicho.

Motivos para los tweets negativos

En esta época no podemos ignorar la función de las redes sociales como plataformas de comunicación lingüística. ¿Qué opinan sobre ese consumo lingüístico en ellas quienes confeccionan los diccionarios, en su calidad de guardianes del idioma?

Iima trata de expresarse en Twitter como representante del japonés y del mundo de los diccionarios, pero le resulta arduo mantener un debate dada la ingente cantidad de mensajes que se escriben en la plataforma. Además, asegura que si no coloca las etiquetas y hashtags (palabras clave precedidas de una almohadilla, #; un sistema que permite que vean el mensaje usuarios que no nos están siguiendo, independientemente también del tiempo) adecuados, o si no sigue las reglas de cada plataforma o usa la jerga de cada una, si no busca el “impacto” correcto, al final casi nadie lee lo que escribe.

Existen muchos mensajes referentes al idioma en las redes sociales, pero son aquellos que señalan errores los que más se comparten.

“Cuando una entrada es crítica es más proclive a ser popular, es decir, a difundirse de forma explosiva. Por ejemplo, es frecuente que se escriba a modo de cotilleo algo como ‘El famoso X ha dicho Y en televisión, cuando lo correcto sería que hubiera dicho Z. Parece mentira que alguien que habla tan mal japonés salga en televisión’. Un tweet de este tipo se comparte mucho. Yo también podría conseguir muchos retweets con esta estrategia, criticando cómo hablan las personas. Pero no quiero hacerlo”.

El deseo de hacerse viral es algo que conduce a este tipo de mensajes críticos que se comparten masivamente. Iima también cree que el propio japonés cuenta con una característica que favorece esta tendencia negativa.

“Lo cierto es que las palabras con significados negativos son mucho más numerosas que las positivas. Por ejemplo, en comparación con los adjetivos para expresar emociones positivas como ureshii (feliz), tanoshii (divertido), omoshiroi (interesante) o arigatai (de agradecer) son mucho más numerosos los adjetivos como tsurai (duro), kanashii (triste), sabishii (solitario), setsunai (desgarrador), wabishii (pobre), kurushii (doloroso), nikui (odioso), yurushigatai (imperdonable), imaimashii (molesto), iradatashii (irritante), urayamashii (envidiable), netamashii (envidioso), kuyashii (humillante), kowai (aterrador), osoroshii (pavoroso), hazukashii (embarazoso)… y una cantidad aplastante de variaciones. Hay muchos adjetivos así, por lo cual es más fácil que se usen al escribir. Y otra razón por la que creo que es más común usar adjetivos negativos es algo inherente al ser humano: el hecho de que cuando tenemos algo de lo que quejarnos, sentimos la necesidad de hacerlo”.

Y es cierto que cuando queremos mostrar nuestro acuerdo o aprobación hacia un mensaje basta con hacer click en el botón de “me gusta”, y normalmente no llegamos a escribir nada. Quizá nos dé la sensación de que hemos escrito más cuando usamos adjetivos para hablar de nuestra insatisfacción o desacuerdo que cuando añadimos simplemente “contento” o “divertido”.

Es imposible entenderse por completo, pero…

Los tweets con críticas o quejas que se comparten a veces dan lugar a un estallido de ira. En 2017 la Agencia de Asuntos Culturales realizó una encuesta a nivel nacional entre 3.500 hombres y mujeres mayores de 15 años denominada “Encuesta de opinión pública sobre el japonés”, a la cual contestó un 60 %, y según la cual un 2,8 % de los encuestados reconocían participar a veces o a menudo en ataques de ese tipo en Internet.

“A mí me parece que un 10 % del total de retweets y me gusta que reciben esos mensajes no son más que opiniones mal fundadas o insultos. No deberíamos tratar de contestarlos; no es bueno ni para la salud física. Para poder desenvolverse en la red es necesario ser capaz de ignorar mucha información”.

Saber ignorar a algunas personas y no permitir que nos afecten es algo importante; desde ese planteamiento nacen las clasificaciones que mencionábamos antes en el texto, sobre las personas que no comprenden; Iima añade:

“Incluso consiguiendo que no nos afecte nada, podemos encontrarnos con oyentes difíciles; pese a recordar que nunca podremos entendernos completamente unos a otros, es importante seguir intentando comunicarnos”.

Texto: Okajima Kaori
Imagen del encabezado: Graphs/PIXTA

(Artículo traducido al español del original en japonés)

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