El matrimonio en el Japón actual

Ilustrando el matrimonio de conveniencia: entrevista con la autora de manga Umino Tsunami

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La serie de manga Nigeru wa haji da ga, yaku ni tatsu (Huir es vergonzoso, pero útil), que ofrece una mirada directa y honesta del matrimonio, se vio catapultada a la fama cuando la cadena televisiva TBS la convirtió en serie en 2016. Hablamos sobre el innovador enfoque del matrimonio que ilustra la obra y sobre cómo lo recibió el público, en una entrevista a la autora, Umino Tsunami.

¿Por qué un matrimonio de conveniencia?

La heroína de Nigeru wa haji da ga, yaku ni tatsu (Huir es vergonzoso, pero útil; en adelante, abreviado como Nigehaji), Moriyama Mikuri, es una joven de 25 años con estudios de posgrado y una certificación oficial de psicología clínica que está algo perdida en la vida. Incapaz de encontrar un empleo fijo a pesar de su alta cualificación académica, sobrevive con un trabajo irregular del que termina siendo despedida por reducción de plantilla. En el trasfondo de su desesperada situación se halla la llamada “edad de hielo del empleo” de 2012 y el anquilosado sistema de reclutamiento de las grandes empresas japonesas, que solo contratan a los recién graduados universitarios. La inestable posición social de Mikuri es un reflejo de la realidad actual de las mujeres trabajadoras en Japón.

Mikuri logra encontrar un empleo como trabajadora doméstica a través de los contactos de su padre. Así es como conoce a su empleador, Tsuzaki Hiramasa, un ingeniero informático graduado en la prestigiosa Universidad de Kioto que, a pesar de su aventajada posición social, sigue virgen a los 36 años. Inexpresivo, dispuesto a interaccionar socialmente solo lo justo y necesario, y con la mentalidad práctica de los técnicos, Hiramasa es todo un “soltero profesional”. El suyo, como el de la protagonista, es también un personaje arquetípico del Japón actual.

La protagonista se sirve de su ingenio innato y su perseverancia para irse ganando la confianza de Hiramasa. Cuando las circunstancias familiares la empujan a trasladarse a vivir a la casa donde trabaja, propone a su empleador un matrimonio de conveniencia. Los jóvenes se convierten en pareja de hecho (sin formalizar la unión oficialmente), pero duermen en camas separadas y ella sigue cobrando un sueldo (en la serie, de 194.000 yenes al mes) a cambio de hacerse cargo de tareas como la cocina, la colada y la limpieza del hogar. Poco a poco la relación que empezó siendo entre empleador y empleada se convierte en una “relación económica de beneficio mutuo óptimo”.

Viñeta en que Mikuri propone a Hiramasa el matrimonio de conveniencia (página 47, tomo 1). © Umino Tsunami, Kodansha.

Pero ¿por qué a la autora se le ocurrió contar la historia de un matrimonio de conveniencia? “Pensé que el matrimonio puede funcionar mejor si se basa en una relación laboral que si lo hace en una relación amorosa. Partiendo de una relación amorosa, los cónyuges se crean expectativas mutuas y al final se ven obligados a interpretar ciertos roles que les impone la sociedad. Hay que dar más de lo que el otro pide, pero si se da demasiado, el otro se enfada. Estos conflictos, sin embargo, no se discuten porque se tiene miedo a decir demasiado y perder el amor del otro. En cambio, si la relación es laboral, se habla sin tapujos. La mayoría de las personas creen que es maravilloso casarse con un gran amor, pero me pregunto hasta qué punto eso es verdad. Pensemos, por ejemplo, en aquel compañero de colegio que se sentaba en el pupitre contiguo y con el que acabamos manteniendo una amistad de treinta años. Si no nos disgustamos fisiológicamente, nos llevamos bien y la convivencia permite que nazca estimación de algún tipo, también me parece fantástico que nos casemos con alguien así. Eso amplía nuestras opciones. Escribí Nigehaji con esta idea en mente, y muchos lectores, tanto hombres como mujeres, comentaron que les gustaría tener un matrimonio como el que sale en mi historia”, explica Umino.

El rechazo hacia la “explotación del amor”

Aunque los protagonistas de la historia se casan por conveniencia, el hecho de que se conozcan a través del padre de Mikuri convierte su relación en una suerte de matrimonio concertado como los de antaño. Por eso las espectadoras octogenarias que vieron la serie basada en la obra de Umino tuvieron una reacción distinta a la del público de otras generaciones.

“Hubo quienes me comentaron que el matrimonio de la serie era como los de antes. Decían que les recordaba a las relaciones de cuando eran jóvenes porque los protagonistas se hablan en lenguaje formal y manteniendo las formas de cortesía. Es cierto que el hecho de que la relación empiece sin amor de por medio también se da en los matrimonios concertados. No obstante, cuando en la serie Hiramasa se queda sin empleo por reducción de plantilla y propone matrimonio a Mikuri, ella interpreta que la intención de él es ahorrarse el sueldo que le paga por las tareas del hogar y le espeta ‘¿Crees que está bien creer que puede hacerse cualquier cosa por amor? Me opongo totalmente a la explotación del amor’. Hubo espectadoras de edad avanzada que se sintieron incomodadas por la expresión ‘explotación del amor’. ‘¿Por qué la protagonista es tan interesada y no quiere dejar de cobrar un sueldo? En nuestra época lo hacíamos todo sin rechistar’, lamentaban. No solo se quejaron las señoras mayores; también hubo amas de casa jóvenes que opinaron ‘Pues a mi marido y a mí nos va muy bien (sin dinero de por medio). ¿No será que la protagonista es muy avariciosa?’. Aunque, por supuesto, también recibí reacciones contrarias de mujeres que decían ‘¡Al fin!’”.

Hubo una época en que pedir recompensa por el esfuerzo se consideraba una indecencia. Ese pensamiento no ha desaparecido del todo en nuestra época. “Persiste la idea de que encargarse de la casa y los niños sola es una muestra de virtud. Yo opino que habría que hacer como en otros países, donde lo normal es contratar a alguien para encargarse de los niños y las tareas de la casa. Creo que es mejor buscar ayuda externa”, afirma Umino.

La expresión one operation (“operación de uno”) es un término que en el contexto laboral designa la situación en que un solo trabajador debe encargarse de todo, y se relaciona con los turnos nocturnos de las cadenas de comida rápida y las empresas que explotan al personal. En el hogar, en cambio, eso se considera virtuoso. Sin embargo, en el momento en que consideramos el matrimonio como un “trabajo”, la incoherencia resulta evidente.

La maldición que ilustra Nigehaji

Viñeta en que Yuri, tía de Mikuri, habla de la maldición (página 64, tomo 9). © Umino Tsunami, Kodansha.

Al terminar el último tomo, Umino escribió “Se ha convertido en la historia de una maldición”. Hay un momento en la historia en que Yuri, la tía cincuentona de la protagonista, menciona esa maldición. Yuri cuenta una anécdota en la que, cuando una rival amorosa a la que doblaba la edad pretendió usar su juventud como muestra de superioridad, ella la puso en su sitio diciéndole “Eso que crees que no tiene valor es el futuro hacia el que tú misma te diriges. (…) Es duro convertirse en aquello que un día ridiculizaste. (…) Intenta huir rápidamente de esa terrible maldición, ¿de acuerdo?”. La creencia de que la juventud tiene un valor intrínseco es una maldición a la que están sometidos casi todos los japoneses, pero de la anécdota se extrae que, en realidad, todas las creencias comunes representan una maldición.

“La edad es una maldición, así como lo es pensar que hombres y mujeres deben ser de una determinada manera. Sentí que, al ilustrar una historia sobre una maldición, lograba por fin poner en palabras esas maldiciones que se hallaban indefinidas en el imaginario público, y creo que eso fue algo muy positivo, porque identificar el problema es lo que hace posible abordarlo. En el epílogo del tercer tomo escribí lo siguiente: ‘Tal vez no sea una forma de pensar normal, pero yo creo que existen muchas puertas. (…) Detrás de cada puerta se abre un mundo distinto. Ese es el mensaje que pretendo transmitir’. Mikuri halla distintas puertas a través de sus ingenios y sus desvaríos; una de ellas es el matrimonio de conveniencia. Hay muchas cosas que resulta cómodo que otros las decidan por nosotros. Y, aunque muchas sean asuntos sin importancia, escudarse en el ‘me da igual una cosa que otra’ implica asignar toda la responsabilidad de decidir al otro. Vivir es hacer frente constantemente a situaciones fastidiosas, especialmente en el amor; pero, si se logra disfrutar de esas situaciones, la vida deviene más placentera”, reflexiona Umino.

Tira en que Mikuri sugiere que todo el mundo debería empezar a tener hijos durante el bachillerato (página 23, tomo 3). © Umino Tsunami, Kodansha.

Un ejemplo de esas “puertas” que abre Mikuri se da cuando sugiere que, ya que el nacimiento de los hijos trunca la carrera profesional de las mujeres, lo mejor sería tener el primer hijo antes de iniciar esa carrera, durante el bachillerato, que es cuando se dispone de relativamente bastante tiempo libre: “En la actualidad, cuando una estudiante de bachillerato se queda embarazada, se la suele expulsar del colegio. Se la trata como si hubiera hecho algo malo y se le arrebata la oportunidad de seguir estudiando. Por eso luego le cuesta encontrar un buen trabajo. Si la crianza de los hijos se llevase a cabo en comunidad durante el bachillerato, los chicos también podrían participar en ella. Sería parte de su educación. Las chicas podrían seguir estudiando y luego trabajar. Creo que es bueno lanzar estas propuestas que suenan a ciencia ficción”.

La prodigiosa imaginación de Mikuri engendra constantemente todo tipo de ideas. En cierto momento de la historia, sugiere un audaz plan que consiste en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo para que los amigos del mismo sexo puedan casarse y vivir juntos, aunque no se quieran de forma romántica. También propone un sistema de “medio día libre” para la crianza de los hijos, en que los padres se repartirían el cuidado infantil de los días de descanso en dos turnos, de 9 a 3 y de 3 a 9, de modo que cada uno tuviera medio día totalmente libre.

¿Ayudar a los hombres para elevar la tasa de fertilidad?

Umino cuenta una anécdota que la sorprendió como escritora de Nigehaji: “Dentro de las distintas interpretaciones de la obra que hacen los lectores, hay quien la considera una oda al matrimonio. A menudo me invitan a actos oficiales sobre medidas para mejorar la natalidad en zonas rurales. En una de esas ocasiones, me dijeron que mi propuesta de crear las condiciones adecuadas para que las mujeres pudieran criar a los hijos incluso siendo madres solteras no era factible. Preguntando más sobre el tema, llegué a la conclusión de que, a fin de cuentas, las medidas para elevar la natalidad que concibe el Gobierno consisten solo en ayudar a los hombres que no logran casarse. Me quedé de piedra”.

En aquella ocasión los funcionarios se quejaban de que, cuando organizaban fiestas para encontrar pareja, casi no participan mujeres. “Cuando les sugerí que las mujeres acudirían si asistían hombres con sueldos elevados, me respondieron que precisamente lo que pretendían era lograr que los hombres que no ganaban tanto se casasen. Pero la realidad es que hay pocas mujeres que quieran casarse con hombres de bajos ingresos. Al parecer, se saltaron la parte de mi historia en que Mikuri cobraba por hacer las tareas domésticas”, explica Umino. “Creo que los hombres soportan una carga muy pesada por ser hombres que les ahoga. Lo mejor sería abandonar los roles de género. Por eso creo que todos deberíamos ser tan pesados, como Mikuri y expresar nuestras opiniones sin rodeos. Si intentamos luchar contra el sistema de forma individual, solo nos veremos abrumados, pero si luchamos todos juntos, el sistema no tendrá más remedio que cambiar”.

La obra de Umino suscita distintas interpretaciones y reacciones, pero cabe reconocer que su visión del matrimonio como trabajo logra visibilizar muchos problemas y propone soluciones. Nos queda mucho por hacer para que Nigehaji no se quede solo en la ficción, y así mejorar las vidas de hombres y mujeres.

Umino Tsunami

Autora de manga. Nacida en la prefectura de Hyōgo. Publicó su primera obra, Otsukisama ni onegai (Deseo a la Luna) en Nakayoshi Deluxe (Kodansha), tras ganar el premio para autores noveles Nakayoshi Shinjin Mangashō en 1989. Posteriormente anunció el lanzamiento de la serie Kaiten Ginga (La Vía Láctea que gira), el manga histórico Kōkyū y Shōkōjo (La princesita brillante), una versión de ciencia ficción del clásico Shōkōjo (La princesita). En 2012 empezó a publicar en la revista Kiss (Kodansha) la serie Nigeru wa haji da ga, yaku ni tatsu (Huir es vergonzoso, pero útil), que le valió el premio de Kodansha en la categoría shōjo en 2015.

Reportaje: Okajima Kaori
Edición: Editorial de Power News

Fotografía del encabezado: Imagen del manga Nigeru wa haji da ga, yaku ni tatsu (Huir es vergonzoso, pero útil). © Umino Tsunami, Kodansha.

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